A destajo, herido bajo el árbol del que salen las músicas,
         transido entre ríos de aguas en quebranto,
         agujeréo ramas y leñas percudidas
         por soles somnolientos y esperas filosas y con aspecto a plomo sucio
         Espero que crezca y se esboze el árbol de los alientos ,
         aquel que se sustenta tan sólo por sus ramas.
         La yerba es danzarina aquí y se hace promíscua
         con unas consonantes que la visitan gravemente: ayuntan y se van.
         He germinado otoño tras otoño buscándo y escarbandote:
         Te he buscado entre puertas que cuelgan en  cabañas porosas y casi desterradas.
         No hay villorio que escape a mi sesudo testadurísmo.
         Mis ojos te han rastreado en los ardides de las piedras que quisieron descollar
         A veces aparece de ti el destello de un rastro o una repentina apariencia,muy subrepticia,
         o la flor ardorosa de una ardiente pisada: ( vaciada entre lo ténue )
         Te imagino entre arcos tejiendo paraísos, y lagares de almizcle
         surcando en tu piragua alada y bendecida, los bordes de tu mundo.
         Con la melena de flor extraída de néctares, que no beben humanos.
         Acostada en pajares que vigilen atentas rosaledas  erectas.
 
         Vestida de la desnudez indómita que presiento que eres,
         sembrando arcoíris donde inicien tus manos: deben ser intuitivas más de lo yo ideo.
 
         Pero las brusquedades me arrojan de mis sueños aunque esté en mis rodillas o aterrado
         y el trabajo ambidiestro no me esquiva ni se torna elusivo, buscandome de frente
         Mientras la vida de en mí señales, ecos, soplos, palpitaciones de venial existencia, signos,
         te seguiré buscando atravezando trampas, y quizá te consiga contruyendo estas líneas.