Según la sociedad; si no cumplo, si no hago, si no soy, si no sigo las instrucciones como la sociedad dice, si no estoy de acuerdo con prontitudes del sistema o el dicho de: tengo que!.. Me toca hacer!, entonces, quiere decir que o soy un rebelde sin causa, o simplemente pienso distinto al montón, y entonces estoy mal por no ser igual al resto de gente y o llevarles la contraria.
Pues, resulta que ni lo uno ni lo otro. Acá venimos es simplemente a hacer felices dentro del proceso interno en sí. Nos apegamos de conseguir objetivos diarios, metas, luchar léase bien, luchar!,  por obtener cosas materiales, abnegarse  a otros para mantener su ego a flote, trabajar para otros sacrificando!, y la vida se nos pasa en esas... Afanados, preocupados, acelerados, ajetreados, por atender las necesidades de los demás...”y el bien propio”, Porque según el ciclo, en teoría y en la práctica el “dar”, es un servicio a otro para yo ganar.
Error.
Tengo que, me toca hacer, luchar, sacrificar, son sinónimos de sufrir. Por qué convertimos el proceso de vida en una batalla?, qué ganamos? Amigos?, Casas?, vida social?, viajes? Felicidad ¿qué clase de felicidad? Qué clase de bienestar? Vamos a “estar bien”, obteniendo comodidades a largo plazo para sentir estabilidad en nuestro interior?
No sería más simple, menos abrumador que trabajáramos nuestro interior siendo desapegados del ego, del materialismo, del dejar de sacrificarnos para obtener algo para sentirnos útiles!, del no enamorarnos de algo “hermoso”, si sintiéramos con pasión la simpleza con que despertamos cada mañana, fluyéramos con lo que trajera el viento… sin límites de dineros, sin límites para sobrepasar fronteras, sin químicos ni fármacos, sin violencia, sin gobiernos,  vivir una vida armoniosa junto a la naturaleza a nuestra esencia sin pensar en tanto!. Sin hacer tanto!, a la final la muerte se lleva la vida… yo me pregunto qué vida? La de luchar por ser más? O la de simplemente ser por estar?.