Aun en esta lóbrega noche de frío y vientos gélidos que sacuden todo Aun en estas horas solitarias de llantos ahogados
De penas y excusas, de dolor y pesar profundo
No puedo negarte nada
 
Aun en medio de esta celda oscura que es mi cuerpo vacío
Aun con mis manos partiéndose de llantos que no salen
De rabia y autocompasión, de ojos cerrados que no ven más luz
No puedo negar nada...
Nada
 
Tu
Como una daga cruel te yergues en el vacío
Tus ojos claros enmarcados por tu pelo
Y tu sonrisa clara y cínica, y dulce a la vez
Con ese dulzor amargo de lo ajeno
 
Tu
Como un viento huracanado y tibio que socava mi interior
 Tu piel blanca y sedosa que, aun lejana, me da su calor de anís
Y tu risa alocada y fina, y tu canto como un hechizo que somete mis sentidos
Dañas, dañas de tal manera mi alma, mi corazón
Y este enorme amor que, doloroso, nace para ti
 
No quiero sentir nada mas por ti
No quiero creer que siento nada por ti
Ni amor, ni deseo siquiera
Ni amistad, ni estima sincera
Simplemente no quiero que me dañes más, amor
 
Pero, aun en medio de esta lóbrega noche
Aun en medio de mis suplicas por no sentirte tan dentro
No logro acallar la pena, no puedo apagar el dolor
No consigo ahogar el sinsabor de no tener ya tus besos
 
Por eso, amada, ajena, impropia
Aléjate, aléjate para que respire al fin
Aléjate para que pueda ver la luz que tu has absorbido
Aléjate para que tu amor no me sofoque
Para que mi amor no me enloquezca
 
Aléjate para que sea feliz, dolorosamente feliz, sin ti
Aléjate si no has de darme un beso, una mirada cómplice,
Un roce, una palabra dulce más
Aléjate si ya no me quieres
Si ya te arrepientes de haberme, quizás, llegado a querer un poco
 
Aléjate, vete, no me mires en tu partida
No me digas que me extrañas
No si no has de volver a ser aquella hermosa niña
Que un día conocí y amé tanto
Como para querer cambiar lo que soy
Por hacerte feliz...