EN UN LUGAR CERCA DE LA FRONTERA
Publicado en Sep 28, 2009
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-Ya me siento algo... cansado...fatigado de huir...- dijo en voz queda, mientras observaba a todos sus compañeros tirados en el suelo, medio durmiendo.
-Creo que llegando a la frontera, podre descansar... de todos mis enemigos...de todos mis demonios-, y tomo un sorbo a su cafe negro, se abrigo bien con su chamarra de cuero y disfruto la quietud de la gelida madrugada.
Ese lugar en lo alto de la sierra de Mexico, llamado El Eden, era regularmente, su lugar en tiempos calurosos, para disfrutar de semanas de reposo. Sus amigos, su novia, su gran amor, eran los húespedes de honor cada Mayo , de cada año. Hoy despues de 6 meses de su "desaparicion", El Eden lo reconfortaba en su amplia cabaña, del crudo invierno mexicano.
1 de Agosto 2008, los encabezados a nivel nacional en sus páginas principales anunciaban el atentado al gobernador del estado. Un individuo solitario había logrado evadir la seguridad de su residencia, había entrado a su recamara, y le marco en su espalda un mensaje "no revelado" al gobernador. salío, sin ser visto, pero una camara de circuito cerrado había logrado esclarecer la identidad del atacante. No revelaban, ni la cinta, ni el nombre del sujeto a la prensa para "no entorpecer las investigaciones", pero las Fuerzas Federales iniciaron una implacable búsqueda por todos los rincones del País, creando un cerco que poco a poco se estaba cerrando.
-pronto amanecerá y debo seguir mi camino-sólo espero no hacer ruido para que mis compas no se den cuenta que me voy- y calzó sus botas de piel de cobra, tomo en sus manos su fúsil de asalto que lo protegía de todo mal, en su cintura fajó una escuadra automatica y tomo las llaves de la 4x4 que aguardaba para llevarlo.
_Allá en la frontera mi compa el "Tuzo", ya tiene todo para transportarme a Denver,créo que alla estaré un poco más tranquilo-. Cuando empezó a caminar, Miguel se despertó y le dijó:- ¡ora bato, pues a donde?!- volvío sus ojos y sonrío con "mike", y haciendo eso,Javier,Pedro,Juan y Lázaro se despertaron, sabían que no iban a dejarlo ir solo.
-En verdad les agradezco todo lo que hacen por mi. Hoy sé perfectamente que si son verdaderos amigos, pero, debo continuar solo.- Los compas le entregaron una fuerte cantidad de dinero y se despidieron con un abrazo. Encendió el motor, cuando aun estaba oscuro y se marchó.
Por en medio de la desolada carretera, escuchando en la radio canciones de Los Bravos del Norte, recordó y tal vez se arrepentía de lo que habia hecho. Pero a la vez sonreía de que al gobernador, ese que creía tan honesto, y hombre de bien, en realidad era un ladrón de la gente pobre, a los cuales, les quitaba sus pequeños terrenos, en base a engaños, amenazas y toda clase de bajezas. Mientras el dormía placidamente en su costosa residencia con alberca y zoológico incluido, con su enorme alacena llena de alimentos y con la cochera saturada de vehículos lujosos, la gente que había confiado en él, se moría de hambre y frío, sin alguna esperanza de recuperarse.
-Son las seis de la mañana, sí las seis am... y estas escuchando la T grande, de frontera a frontera!!- decía el locutor de la estacion que había sintonizado en el camino. Veía por el retrovisor y dejaba su patria, esa a la que tanto había servido. Tambien dejaba su gran amor, Miriam, aquella dama que le había robado el corazón. Ahora simplemente todo quedaba atras. A lo lejos aproximadamente a 20 km de llegar al poblado de Ariz, Texas, algo sintió que le dío, algo de temor. Por encima de su camioneta, sobrevoló un helicoptero de las fuerzas armadas, se alejó y pudo ver que adelante estaba...cerrado el camino.
Quizó devolverse y desgraciadamente un convoy de militares se aproximaba, cerrando su posible escape. El destino era firme y el tiempo justo. El corazón, rebelde le insistía en dar batalla, una parte le aconsejaba entregarse, su cuerpo pedía descansar... el silencio reino.
-Entregese señor!- una voz firme por medio de las bocinas se podía escuchar- Por respeto a su trayectoria le vamos a suplicar rendirse, y arrojar las armas al piso.- ¡Señor comandante, por favor no nos obligue a usar la fuerza!- eran las palabras del mando al frente.
-Nunca había disfutado tanto un amanecer en medio del desierto- hablo para si mismo Diego. -El aire es mas claro, mas fresco, realmente una belleza- decía mientras preparaba su fúsil, y su escuadra albergaba un tiro en la recámara. El más que nadie sabía bien que si era capturado, lo harían sufrir, pero eso no importaba, lo que en realidad, temía era que a sus amigos les pasara algo, y más a su gran amor. Miró por ultima vez su placa que lo acreditaba como Primer Comandante del Grupo Aereo de Fuerzas Especiales. y se vinó a su mente el triste recuerdo del señor Pascualito, aquel anciano de ochentaytantos años que murió soló, en su humilde choza dentro de la residencia de don Jacobo, el Gobernador.
Aquella noche de Agosto, mientras había una enorme fiesta en los jardines que tanto cuidaba don pascualito, el se encontraba solo,cúando Diego fue a llevarle como de costumbre, alimentos y bebida caliente, ya que nadie se preocupaba por la servidumbre. Cuando llegó, ya don pascualito estaba inerte en el piso de tierra. Era infame ver que a soló pocos metros los pisos eran de mármol y las paredes de cantera, y la choza rústica y falta de calor.
Cuando Diego avisó al gobernador lo sucedido, este simplemente, se burló, tomo otro vaso de whisky y ordenó que lo llevaran a enterrar, que a los tres hijos de don pascual los corrieran de inmediato, y que no lo molestara, que a los pobres nadie los extraña.
-¡Señor comandante.. le vamos a dar 10 segundos para rendirse...! replicó las bocinas, mientras el ruido estruendoso del black hawk se posicionaba frente al parabrisas, con los cañones apuntando directo al rostro de Diego, de su antiguo jefe.
En los rostros de los militares se podía ver tristeza, algunos habían sido salvados por el de morir en algun enfrentamiento, otros lo apreciaban, por el valor en batalla,por su gran hombría, por su valor como ser humano. Habia uno que era su compadre. Pero su deber era capturarlo, aun en contra de sus sentimientos.
-Bueno, pues a darle!- y bajó de su Avalanche blanca, que tanto le gustaba, apunto hacia sus compañeros y sonrío amigablemente, como en las fiestas, como en las reuniones. -Aquí estoy, adelante compañeros! y aquel silencio del desierto se rompió al sonido de ráfagas, de balas que cruzaban el viento fresco de una mañana bella, para encontrar destino en el cuerpo de Diego, su compañero, su amigo, ahora profúgo que se resistió al arresto. Su cuerpo cayo con el rostro aun sonriendo mirando las nubes de algodón que se formaban en lo alto del cielo. El fuego cesó, y lentamente se acercaron a revisar el cuerpo de Diego. Un agente pateó el fúsil, mientras otro tomó la escuadra. Aún con vida , seguía sonriendo, y en su cabeza, llegaban recuerdos, de su infancia, de su bello amor, de sus amigos. También la noche en que entro a la habitación del gobernador. Ahora el cansancio de huir, ya no era molestia. Sentía una agradable sensación de paz, como nunca en su vida.
-¡Jefe venga a ver esto- dijó un agente al Jefe del convoy... y cual sería la triste sorpresa, que las dos armas de Diego, estaban sin una sola bala, sin cargador, estaban vacías...
-¿Porque Diego?, ¿Porque Amigo, porque nos obligaste a dispararte?... Diego soló sonreía... mientras un hilo se sangre corría por su boca. Y a punto de cerrar sus ojos, recordo lo que escribio en la espalda del gobernador,con la punta de su filosa navaja : "Los hombres de bien, jámas asesinan,jámas roban, jámas hieren, no viven de la pobreza de la gente, los hombres de bien, viven en paz y mueren sonriendo"..
Algunos agentes no ocultaron sus lagrimas, de tristeza, de dolor. No sabían que en fondo, Diego ya estaba feliz, y se había ido orgulloso de haber tenido a hombres de gran valor, a su mando.
Cuando el gobernador les pidio informes, El jefe al mando de la operacion, le dijo: -No pudimos alcanzarlo señor. Cruzó la frontera y desaparecio. - Dío la media vuelta y también sonrío, como Diego, como su gran amigo.
Hoy cerca de la frontera, en un panteón, bello lleno de flores y verde pasto, descansa un hombre, de gran valor. Muchos hombres de negro lo visitan, hombres de la ley, amigos,  llegan y sonrien...justo como él lo hacía.
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Descripción

Historia de un hombre valiente

Palabras Clave: Diego. Miriam. Amigos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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