No puedo, debo pasear a mi perro
No se si deba, no quiero que te ilusiones.
Es que eres tan alto como un cerro,
tan bueno, tan dulce, lleno de buenas intenciones.
 
No quiero, puedo hacerte sufrir
No se si es correcto, tu pareces tan frágil.
Es que eres tan inocente, me vas a aburrir,
tan puro, tan noble, y yo soy un zorro ágil.
 
Tu cuerpo es demasiado imperfecto,
tus ojos son insistentes, me siento presionado.
Tu voz es extraña como si fuera un defecto,
tu boca dice cosas en un lenguaje erosionado. 
 
Estoy del otro lado, del lado equivocado,
a mi mala suerte cargo como un amuleto.
Estoy de este lado, del lado bueno, del lado errado,
a mi pasaje a la soledad, con un solo boleto.
 
El lado de los solos, para salir malo hay que ser,
porque el mundo es de quienes juegan sus cartas,
no de los que aprenden todo y saben leer,
los verdaderos astutos son los que disfrutan las tartas,
no de los que la saben hacer.
 
Y yo me voy quedando de este lado, escuchando
todo lo que en las primeras lineas me dijiste y me dijeron,
tantas veces que incluso he estado meditando,
si realmente valiò la pena cruzar la vereda, donde doblaron.
 
De este lado, lo sigo intentando sin lograr,
como quien planta arboles que no van a germinar,
solo por ver algo crecer y algo mirar,
solo por gastar el tiempo para que de ellos me pueda regocijar. 
 
¿Y qué? Bueno soy y eso es malo,
y si malo fuera eso sigue siendo malo.
Que todo lo malo se transforma en bueno
y todo lo bueno, muerto se queda...de este lado.