FUE AMOR
Publicado en Feb 24, 2015
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   Ese día era el día. Los ví disfrutar mucho. El calor era insoportable. En verdad yo también quería refrescarme. Ellos estaban tan felices que contagiaban. Pensé que quizás, cuando el sol bajara, y la sombra del lapacho comenzara a cubrir la pileta, se irían y no me regarían, pero no, ese día, cuando finalmente se retiraron, me regaron, y entonces, fresca, mojada y decidida, dije: hoy es el día.
   Solían dejarlo en otro lado, no tan cerca, pero ese día, me lo dejaron a tiro, como ellos dicen, y no podía dejar pasar la oportunidad; además, escuche que iban a deshacerse de él, que se había estropeado, en fin, que ya había cumplido su ciclo. Ay! los humanos y sus ciclos. Me dio penita, pero en verdad, le tenía ganas hace tiempo.
   Ese día, cuando llegó la noche, no limpiaron la pileta. El calor era intenso, no había viento y eso contribuiría a que mi plan llegara a buen puerto. De lo contrario, hojas de lapacho, madreselva, santa rita y ligustremia lo habrían echado a perder.
   La noche no pudo ser más romántica. Ellos se olvidaron encendidas las luces del fondo y el farol hizo lo suyo, calidez para la intimidad. Cuando extendí mi tallo y lo rocé, me estremecí, tuve miedo que le ocurriera lo mismo y se desmoronara contra las achiras pero no, se mantuvo erecto, dejándose avanzar, con esbelta dureza y así transcurrió nuestra primera y mágica noche.
   Por la mañana, nos desperezamos, pero ya estábamos unidos, decididos a proseguir disfrutando aquella osadía. Desatada, me dedique a trepar por su piel metalizada buscando el calor de su red; sabía que mientras el calor se mantuviera y no soplara viento, esta pasión sobreviviría. Y así fue, lo mejor que me paso en la vida. No podía durar mucho, pero no iba a quedarme de tallo cruzado presa del desaliento.
   Han pasado tres días como en aquella canción. Nos contamos las cuitas y concluimos que hay que vivir el momento, esto se lo escuchamos a los humanos –ay! los humanos y sus momentos-así que no es ninguna novedad, pero para nosotros fue la gloria.
   Bueno, ahora los dejo, lo estoy abrazando muy fuerte, no saben cuanto. Anoche el viento fue implacable, casi se diría que se sintió celoso, y eso que yo siempre fantaseo con sus caricias, pero esto fue supremo. La pileta se lleno de hojas y eso presagiaba el fin.
   Vino decidido a tomarlo cuando de pronto se detuvo. Nos miro con extraña ternura, como imaginando lo que pronto decidió hacer. Al rato volvió y sin decir palabra gatillo la cámara. ¿Habrá pensado que ese era nuestro deseo antes de ser ajusticiados?, yo me enrosque más fuerte que nunca y le dije que eso era amor. Tuvo la delicadeza de desprenderme suavemente, sin dañarme, y saben, lo vi llorar, porque él sabía que yo también estaba llorando. Antes de tomarlo y sumergirlo en la pileta para recoger las hojas, escuche que le pedía perdón y que nunca más iba a pensar que no servía o que su ciclo estaba cumplido. Cuando concluyó y lo dejó a mi lado, se acerco y me beso tiernamente. Ay!! los humanos y sus sentimientos.
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Foto del autor Jorge Dossi
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Descripción

Palabras Clave: amor

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Derechos de Autor: Reservados


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