Un Viaje
Publicado en Dec 10, 2014
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Aquí estamos en la los últimos asientos de la parte trasera de  de un auto japonés de hace diez años en medio de, como lo definiría un citadino, la nada. Sin internet a mi izquierda ni a mi derecha. A mi lado izquierdo se encuentra un hombre durmiendo en una posición bastante incómoda, con una maleta que chorrea desde la parte de atrás del vehículo y que se apoya en su cabeza, siendo irónico ya que somos los humanos los que generalmente apoyamos nuestras cabezas sobre objetos inanimados.
En la fila de asientos de adelante se encuentran tres personas. Una mujer de polera rosada ya mayor, que está en posición fetal agarrando su bolso azul y a la vez usándolo de almohada. Al medio un hombre gordo de polera desgastada celeste (que debió ser azul) mirando incómodamente al hombre que se encuentra a su derecha, ya que este, vencido por el sueño, se apoya suavemente, como atraído por su tirón gravitacional, en el gordo hombro de nuestro compañero. El que se apoya ya es mayor. Tiene un sombrero negro desgastado, con arrugas como las de su dueño. Desde que subió a este Taxi está durmiendo. 
En la primera fila, a mano izquierda, se encuentra nuestro confiable conductor. De tez clara, uno de sus cachetes esta abultado, debido a la coca que pijchea para no sucumbir en el sueño que obviamente se siente en el vehículo. Su compañero ya tiene canas. Unas facciones duras y una voz imponente me hacen suponer que tuvo una vida dura, y que tuvo que criar a varios muchachos que terminaron siendo una  decepción. Mis suposiciones son contradichas al escuchar su charla. Hablan de la empresa que se dedica a hacer mantenimiento a la carretera que surcamos, insultando a su dirigencia y quejándose de la clase política con términos coloquiales de esta tierra ("matacambios truchos", "estos pues que entran y no saben ni cocinar un huevo", "son el pata y lana de las instituciones", etc.) con una "cumbia" salida de la mezcolanza cultural que solo puede existir en Latinoamérica: un ritmo repetitivo de percusión peruana, con unos timbales tropicales dignos de Colombia, una voz chillona que se puede encontrar en los Andes, con acento de las provincias del norte de Argentina. La letra trata de un engaño entre amantes(como generalmente tratan estas canciones) y como se olvidara de ella con alcohol y otras mujeres, lo cual es sólo una muestra de lo retrasada que aún se encuentra nuestra sociedad. 
Por otro lado estoy yo, aburrido y sin sueño, preguntándome si alguien leerá esto y se sentirá identificado ante tanto folclore que espero sólo se encuentre en Bolivia.
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Foto del autor Oscar Ruiz
Textos Publicados: 21
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Descripción

Palabras Clave: Bolivia Gente Taxi Trufi Viaje

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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