MI PRIMER INTENTO DE SER ESCRITOR II
Publicado en Jun 23, 2014
Cuando empecé a escribir me sentía como el vapor, que es volátil y desaparece despacio, muy despacio. Quería expresar todos los sentimientos que traía adentro. Todos, todos... los hermosos, los feos, los crueles y hasta los repugnantes.
Me encontraba fuera de mi patria, tierra desgastada, asaltada lentamente por la desidia de nosotros por no defendernos con nuestros derechos ciudadanos de las personas que nos gobiernan. Ellos se autonombran mandatarios y no servidores o administradores de un país. Ya me había acostumbrado a la vida cómoda, o sea, comía tres veces por día y no me tronaba los dedos para pagar el consumo del agua y de la electricidad. Quizás, cosa de suerte... Mi existencia era importante solamente para una persona. Eso creía yo, ya que ningún adulto me había mostrado tanto amor como el que tenía mi hija por mí. La pregunta era: ¿Cuánto tiempo sería importante para ella? ¿No lo sabía? Pero tengo que aceptarlo. Ese momento en que fui ¨amo de casa¨ lo gocé con un sentimiento femenino, que sólo las madres pueden explicarlo. Así que no me preocupaba de mostrar o demostrar quién era yo en la sociedad. Entre cambio de pañales y biberones hervidos, hubo por ahí un tiempito libre cuando mi hija se echaba su siesta. Elegir entre el control remoto de la televisión y leer un libro. Elegí lo primero. Pero, faltaba soltar esos sentimientos que se me presentaban en la soledad cuando mi hija no requería mi presencia o no lloraba. Por eso me hice varias preguntas: ¿Escribir lo más fácil y conocido. Mi vida en anécdotas, sentimientos, hechos, costumbres? ¿Por qué no? ¿Hacerla una historia narrada? ¿Por qué no? ¿Qué es una historia? Recuerdos. Entonces comencé a recordar y desde ahí observé menos tele y a leer más libros...
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