LA UNIVERSIDAD DE SAN MARCOS (SEGUNDA PARTE)
Publicado en Apr 29, 2014
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Lánguidamente había vencido el primer año de estudio
en esta universidad de san Marcos, solo se habían leído en sus aulas
determinados cursos preparatorios y de escasa importancia, luego que el padre
maestro San Martin comenzó a intervenir en su organización, obtuvo que la
comunidad Dominicana conviniese en contribuir al sostenimiento de dicha
institución, con una renta anual que se fijó en 350 pesos de oro, suma
apreciable para aquella época y más si se tiene en cuenta que la situación
económica de la orden no era a la sazón muy holgada, puesto que sus ingresos
ordinarios soportaban aun las consecuencias de las tiránicas depredaciones de
Carvajal y de sus huestes.



Desgraciadamente todas las actividades del insigne
fundador de esta universidad de san Marcos, quedaron más o menos esbozadas y en
embrión, pues cuando más le preocupaba el éxito de esta institución educativa
esperando verla surgir en breve con la lozanía que bien se merecía, esta
universidad tan nueva y peregrina en estas tierras y donde sus pobladores hasta
entonces solo habían entretenido sus ocios con conquistas sangrientas y guerras
fratricidas, vino la muerte a cortarle el ímpetu poniendo fin a su días en
marzo de 1554, con el sentimiento más espontaneo y sincero de toda la ciudad
fue sepultado en la iglesia de su convento que él había edificado en gran parte
(21).



Con el inesperado deceso del padre maestro fray
Tomas de San Martin, la organización de la universidad sufría ruda prueba y
debido a ello no pudo regularizar sus funciones y actos aquel año, ni en los
dos subsiguientes pues los de 1555 y 1556 transcurrieron a través de sus aulas
tardos e incoloros, no se lograron en ellas mayores progresos ni alcanzo su
influencia a reflejarse en el medio, recién el año 1557 salía ya de su marasmo
e inacción y comenzaba a cobrar la importancia que de su erección otrora se
esperara, se celebró a mediados de julio de aquel año el cuarto capítulo
provincial de los Dominicanos en el Perú, entre las disposiciones y ordenanzas
que en él se sancionaron se tuvo en cuenta a esta real universidad, de su
definitiva organización y futuros progresos, ya que de su feliz éxito tan
interesada estaba la orden religiosa que lo cobijaba en los claustros, así como
la propia ciudad de los Reyes que veía en el al germen de su futura grandeza.



Se reformo en efecto las cátedras menores que
comprendían el curriculum artium, se ampliaron los cursos de teología que
regentara hasta entonces el padre fray Rafael de Segura(22) quien había venido
actuando en el desde 1554, aunque con muy corto y limitado concurso debido
acaso a la falta de estudiantes preparados(23) sin duda con el propósito de
mejorar la marcha de dicha institución y de prestigiarla se acordó entonces que
el rectorado de la universidad lo ejerciesen los priores del convento del Rosario,
siguiendo en esto la practica ya establecida en otros centros de estudio de la
orden(24) con reconocido provecho porque contribuía a alejar de las aulas las
banderas y luchas eleccionarias y seleccionaba a su vez el rol de la prelacía,
poniéndola siempre en manos de frailes letrados.



Era a la sazón prior del convento del Rosario el
padre fray Francisco de San Miguel(25) y como tal asumió el rectorado en 1557,
comenzando a realizar las reformas acertadas que al fenecer su periodo prioral
en 1559, ya la universidad estaba organizada y funcionaban sus cátedras con
mayor regularidad; es entonces que don Andrés Hurtado de Mendoza el primer
marqués de Cañete, tercer virrey de este reino penetrado de la obligación en
que su majestad estaba de amparar y sostener esta casa de estudios generales,
le situó por vía de propios 400 pesos de oro de la real hacienda, despachando
su real provisión el 18 de agosto de 1557, que entre otras cosas dice "acatando
el bien y utilidad para el ennoblecimiento de este reino, de tener su propia
universidad y se vean las artes y las ciencias, que ello sirva a Dios nuestro
señor y a su majestad el Rey, por virtud de sus reales poderes que para ello
tengo señalo y situó perpetuamente los cuatrocientos pesos de renta(26)



Procedía fray Francisco de San Miguel de la isla de
Santo Domingo, cuyos conventos Dominicanos integraron un tiempo con los de
nueva España la provincia de Santa Cruz de las indias, allí vistió el habito de
la orden(27) en su oportunidad intervino en las humanitarias campañas que los
beneméritos frailes de aquella provincia(28) llevaban a cabo en la isla Española
e islas adyacentes a favor de la libertad y buen trato a los naturales, luego
paso a servir al priorato del convento de la ciudad de México siendo uno de sus
fundadores, y el primer prelado que la gobernara canónicamente, habiéndose
creado años más tarde la nueva provincia de Santiago, con los conventos
fundados hasta entonces en la nueva España, el padre San Miguel fue electo
provincial de ella el año de 1534; fenecido su periodo de gobierno, se dedicó a
predicar por diversas regiones y comarcas pues tenía para ello singulares
dotes(29) años más tarde resolvió venir al Perú, con licencia de sus prelados
bajo a tierra firme el año 1546, encontrándose en Panamá con el licenciado don
Pedro de la Gasca que venía a pacificar estas provincias, de la Gasca era un
perspicaz político y entendió que podía sacar buen partido de la autoridad y
prestigio del padre San Miguel, para este efecto le facilito el viaje a este
reino enviándolo con muchos despachos e instrucciones secretas para los leales,
con amplios perdones para los rebeldes(30) la misión que lo traía al Perú no
paso tan desapercibida más cuando Carvajal ya experimentaba los efectos de las
arteras maniobras que el licenciado de la Gasca venia poniendo en juego, pronto
pues se puso al acecho el feroz Carvajal y muy mal le hubiera ido al padre San
Miguel, pero un indio Chimú lo escondió en las ásperas montañas de Olmos, cobijándolo
en una desapacible cabaña y haciéndolo participe de su frugal sustento(31) pues
Bartolomé de Villalobos teniente de Gonzalo Pizarro en san Miguel de Piura ya
trataba de detenerlo y de ejecutar en el las drásticas órdenes del sanguinario
maestre de campo Carvajal(32).



Poco más de un año se mantuvo recluido en aquel
yermo, sufriendo las incomodidades y peligros inherentes a esa vida, solo salió
a un poblado cuando su bienhechor pudo indicarle que el licenciado don Pedro de
la Gasca se encontraba ya victorioso en esta ciudad de los Reyes.



Afiliado a los Dominicos en el Perú, el capítulo
que esta celebrara el año 1548 lo asigno al convento de esta ciudad de los Reyes,
aquí lejos ya del trafago y de las zozobras en que ocasionalmente lo enredara
la turbia política del licenciado de la Gasca, comenzó a ejercitar su
ministerio con el sosiego y la quietud que requiere la vida monástica, actuó
como definidor en los capítulos provinciales de 1553, de 1560, de 1563; en 1559
fue prior del convento de la Plata en las Charcas, en 1561 sucedió en el
provincialato al padre Gaspar de Carvajal, otrora célebre por su intervención
en la búsqueda de la canela con Orellana, que dio por resultado el
descubrimiento del rio Amazonas(33) concluido su periodo de gobierno en 1565 y
ya viejo y cansado, acabo por retirarse a la vida privada recluyéndose en una
celda del convento del Rosario, donde acabo plácidamente sus días el año de
1577(34).



Al benemérito padre San Miguel vino a sucederle en
el priorato del convento del Rosario y en el rectorado y régimen de estudio de
la universidad el padre fray Tomas de Argumedo, quien ejerció ambos cargos
desde 1559 hasta 1562 actuando en ellos con singular acierto, pues en su tiempo
se incrementaron no poco los estudios, habiéndose incorporado muchos sujetos
seculares graduados en diversas universidades de la península, las disciplinas
y usos escolásticos comenzaron a tomar forma y a desarrollarse de acuerdo con las
tradiciones universitarias Españolas.



Aunque no se puede precisar la fecha en que el
padre Argumedo salió de España, se puede deducir que vino al Perú coincidiendo
con la azarosa época de las guerras civiles y rebeliones armadas, que a raíz de
la llegada de Núñez de Vela  y de la
promulgación de las severas ordenanzas de Valladolid estallaron en todo el
país, entre los años 1544 y 1548 pues en diversas escrituras que en los años
anteriores hubieron de ir otorgando los frailes Dominicanos del convento del Rosario,
no figura este religioso entre sus capitulares(35) aunque se puede argüir que
por aquella época pudo morar en otro convento, ello es lo menos probable por
tratarse de un fraile docto cuyas letras encontraban indudablemente aplicación
en esta capital del reino; pero sea de ello lo que fuera lo cierto es que cuando
fray Tomas de San Martin volvió de España, y en 1554 comenzó a organizar la
universidad, uno de los religioso que a ello contribuyo fue el padre Argumedo,
a quien se le encargaron algunas cátedras, en 1557 lo encontramos regentando la
de teología probablemente como sustituto del padre Segura, quien fue el primer
catedrático de aquella ciencia(36).



Actuó como definidor en el capítulo provincial de
1557, en aquella asamblea se promulgaron las letras patentes del Rdmo maestro
general de la orden que le conferían el grado académico de presentado, que
equivalía al de licenciado o bachiller siendo el primer religioso de su orden
que lo obtuvo en el Perú(37) más tarde en la congregación provincial intermedia
que el año 1559, celebro en el convento del Rosario de Lima el padre fray
Gaspar de Carvajal, lo nombro predicador general por el convento de santo
Domingo de Potosí, ese mismo año se le nombro prior de su convento donde logro
vigorizar en breve la disciplina monástica, hasta entonces bastante descuidada
porque los frailes andaban de ordinario fuera de sus claustros, ya que las
guerras civiles habían infiltrado su veneno en todos los estados, muy
considerablemente en el eclesiástico alentando en clérigos y frailes la
insubordinación, la codicia y cierto espíritu aventurero y tornadizo(38).



Ponderando pues la trascendencia de aquellas
reformas y recordando los días idos de su juventud, decía años más tarde el Rdmo
Lizárraga "fue prior de esta casa el muy religioso maestro fray Tomas de Argumedo,
varón docto y de mucho ejemplo el cual el año 1560 me dio el habito, este
religioso varón fue el primero que en nuestro convento comenzó a poner orden en
el coro, que hasta entonces no lo había por no haber religiosos que la
sustentasen, en pocos meses tomamos más de 30 el habito con los cuales y los
demás sacerdotes del convento, se comenzó de día y de noche, como en el más
religioso de España a guardar la observancia de la religión(39) acabo el padre
Argumedo su periodo de gobierno en 1562, entonces o poco después debió tornar a
España o alguna parte de las indias, donde acabaría en paz sus días pues en
ninguno de los capítulos provinciales del Perú aparece denunciado su
fallecimiento.    



(21)- se dio sepulcro a su cuerpo sobre las gradas
de la capilla mayor, junto a la peana del altar, al lado del evangelio, Meléndez-
tesoros verdaderos de las indias tomo I libro II pág. 142.



(22)- quien fue el primer catedrático que leyó
teología en esta universidad, antes que este se organizara dictaba ya el curso
a los estudiantes del convento del Rosario, en la congregación provincial
intermedia que celebro el padre fray Gaspar de Carvajal en el convento del
Rosario de Lima, en setiembre de 1559 el padre maestro Segura fue asignado al
convento de Quito, para que organizase allí los estudios. Meléndez- tesoros
verdaderos de las indias tomo I libro IV pág. 386.



(23)- y es de advertir que las demás órdenes
religiosas establecidas en Lima, siempre se mostraron hostiles a esta
universidad.



(24)- como en Ávila, Pamplona, en Santa Fe y en la
Española.



(25)- había sucedido en el cargo al padre fray Juan
Bautista de la Roca, quien la obtuvo durante el trienio de 1553 al 56.



(26)- Meléndez, tesoros verdaderos de las indias
tomo I libro II cap. X pág. 185.



(27) - dice el maestro Meléndez que fue el
primogénito de aquella provincia; del libro tesoros verdaderos de las indias
tomo I libro IV pág. 390.



(28)- a ella pertenecía el Rdmo don fray Bartolomé
de las Casas, quien solicito ahí el habito de la orden, cautivado por la
actividad con que sus frailes defendían a los naturales.



(29) - y dice al intento el Rdmo Lizárraga "le dio
nuestro señor este don, tenía en su mano al auditorio para alegrarlos, o para
compungirlos y hacer derramar lágrimas. Del libro descripción y población de
las indias libro I, cap. XXVI Lima 1908.



(30)- Diego Fernández el palentino en su historia
de las indias parte I libro II pág. 77.



(31)- y en recompensa del beneficio que recibiera
de aquel, consiguió que el licenciado la Gasca exonere al indio y a sus descendientes
del pago de los tributos. Meléndez tesoros de las indias tomo I libro II. 



(32) ver diego Fernández el palentino, parte I cap.
32 de la historia de las indias.



(33) el padre Carvajal escribió la relación de
aquel viaje, y habiéndose mantenido ella inédita por más de tres centurias, don
José Toribio medina lo edito en Sevilla en 1894, a expensas del duque de
serclaes de tilly. Ver Angulo, de la orden de santo domingo pág. 48, Lima 1908.



(34) ver Meléndez tesoros verdaderos de las indias,
tomo I libro IV pág. 387.



(35) ni aun en 1545 año en que se otorgó la
escritura de enajenación de la capilla de san Jerónimo a favor del conquistador
Jerónimo de aliaga. Ver revista del archivo nacional tomo II.



(36) véase la nota 23 de esta monografía.


(37) ver Meléndez tesoros verdaderos de las indias,
tomo I libro IV cap. VII pág. 385.



(38) y como la dilatada extensión de la diócesis y
los difíciles medios de comunicación contribuyeron a propagar aquellos abusos,
fue menester que el rey despachase diversas cedulas, encargando a los obispos
que contuviesen a sus súbditos, ordenando a las audiencias y jueces reales que
remitieran a la península "a buen recaudo" a todos aquellos clérigos vagos y
frailes apostatas que pululaban por las doctrinas y asientos mineros,
alborotando a los indios y fomentando pendencias; ver cedulario arzobispal de
lima, tomo III y siguiente de la revista archivo nacional del Perú.



(39) ver Lizárraga descripción y población de las
indias, libro I cap. XXVI.

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Era a la sazón prior del convento del Rosario el padre fray Francisco de San Miguel(25) y como tal asumió el rectorado en 1557, comenzando a realizar las reformas acertadas que al fenecer su periodo prioral en 1559, ya la universidad estaba organizada y funcionaban sus cátedras con mayor regularidad; es entonces que don Andrés Hurtado de Mendoza el primer marqués de Cañete, tercer virrey de este reino penetrado de la obligación en que su majestad estaba de amparar y sostener esta casa de estudios generales, le situó por vía de propios 400 pesos de oro de la real hacienda

Palabras Clave: UNIVERSIDAD DE SAN MARCOS MARQUES DE CAÑETE REAL HACIENDA SAN MIGUEL PADRE ARGUMEDO PRIORES ROSARIO EDUCACION NATURALES CIENCIA PRESTIGIO FUNCIONES

Categoría: Material Educativo

Subcategoría: Monografías



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