EL ANCIANO
Publicado en Apr 28, 2014
El tiempo, muchos días, fue de nosotros, bueno, sólo hablaré de mi tiempo, pues, quizás tú ni siquiera te enteraste que podría existir ese estuoso andén en mi lenguaje de anhelo que volvía a despertar mi narcosi de vida, que un día desapareció para siempre sobre hojas secas de otoño y, como nómadas acompañaron por largo tiempo, casi, eterno, a ese solitario gitano del pecado carnal que se diluyó en una perfecta gota de destructivos pensamientos cuando un día vieron a una niña que sin tocarla acariciaron mis ojos, celosos con el mar, cuyo color azul empapaba su figura de sirena sin escama de pecado. Pero hombre, que estoy pensando, si me fui convirtiendo en un anciano con sueños de asilo desde que me dejaste sin esa clave del beso dormido, casi en coma, vacío, pero a la vez completo, porque te fuiste sin tener la culpa, divina presencia, con tus memorias; alas perdidas, que ya no abrazaron más mi geometría cuando apareció ante mí esa negra caja que se llevó en ese infalible peaje sin retorno mi cofre de existencia, porque ya no pude ver como envejecían conmigo tus cicatrices jóvenes...
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|