MARINA OPERETA
Publicado en Sep 08, 2009
MARINA OPERETA.-
Con la mirada perdida hacia todas partes lápiz y papel para apuntar la canción venidera. Afinando las imperfecciones de esta risueña guitarra que el maquillaje no le borro acaricio, escucho, inspecciono si huelen a ti. Un decibel grave, seis cuerdas son muy pocas para opacar tus latidos doy el primer acorde, y apunto, y así, dos, tres, cuatro, seis. Alegre, sin notar la infección, el pentagrama muestra seis letras... el alegre bautizo de la canción fetal, se transforma en el tarareo de tu nombre. Te fumo mientras intento desprenderte de mis pensamientos, cientos de imágenes de innombrables colores matices que se logran solo cuando las estrellas caen al suelo...el papel ahí, varado en árida soledad en el frió piso, culpable de la decoloración. Continúo, doy miles de pasos alrededor del papel, en círculos, trazando los millones de cabellos, hilos canelos que brotan la aureola la dulcísima aureola dorada de tu rostro. Entorpecido arropado en desesperación marina intoxicado en el abismo rezando las coagulaciones de todas tus miradas babean mis manos...babean el abecedario de notas que lograría zurcir desde el chasquido de tus noches empapadas en sudor. Estornudo tus piernas desayuno tu aliento, el poco que queda en mi ropa pago los víveres con la alegría del recuerdo del día me inyecto el espasmo de los olores, y tu boca, y tu cuello, el rose, la palabra de doble tono las flores que aborreces, los ojos que te asquean. ¿Cuanto me ofrecerán por estas manos Sirena? ¿Cuanto será? el precio debe ser lo suficiente para comprar el papel de diario y dibujarte el mar. Para recortarle al cielo tú nombre, y escribirlo en mi pecho sin distorsión alguna con el relámpago más feroz de tu férrea tormenta...de tu más fiel cómplice. ¿Verdad que no hay motivo para también deshacerme de mis ojos? Toma nota de mis temores, y coloréalos de luz con un poco de saliva en la cruz que pintes en mis labios cuando por fin decidas darme limosna, o cuando yo pierda el control y robe un sorbo de ti, tómalos cuando este por terminar la canción. Así, siento tus calidas manos, como cuerdas de metal, tormenta de truenos, eres esa resonancia en los oídos de quienes murmullan, de los que han dejado de ser alaridos nocturnos, y ahora son los secos gemidos de la fotografía que predican a tu imagen y sonora semejanza en estas notas ebrias del sudor...agudas del quebranto que aullamos nosotros cuatro cuando te ofreces a respirar el vapor nocturno de estas tibias fauces. ¡¡¡Auuuuu!!! Marina Luna. ¡¡¡Auuuuu!!! Ojos de gitana. ¡¡¡Auuuuu!!! Sirena. hoz leudnadez hunahau mictlantecuhtli daimnuz ziedeat
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