Recuerdos de un inmigrante (3ra parte)
Publicado en Feb 12, 2014
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Se sorprendió cuando la señora que lo vio sentado en un banco de la plaza insistió con encontrarle un techo, no había conocido personas capaces de conmoverse.
Sus conocimientos en electrónica lo ayudaron para que lo instalaran en una habitación que la usina eléctrica tenía en el patio.
La primera noche había dormido sobre el elástico de una cama ruidosa acurrucándose entre sus piernas flacas porque, a pesar de las bajas temperaturas, prefirió mantener la puerta abierta para que el olor nauseabundo decidiera desalojar lo que sería su espacio. Durante días estuvo ordenándolo y consiguió comodidades que no había soñado tener.
Antes del inicio del horario de comercio debía tener las oficinas limpias y después de terminar se quedaba observando atento la labor de los demás ayudando incluso en oportunidades con algún mandado. Siempre conseguía alguna moneda, una herramienta vieja que reciclaba con paciencia y sobre todo, muchas preguntas que su timidez no le permitía plantear.
Las noches representaban el peor momento de la jornada porque desfilaban los recuerdos intentando romper la seguridad que mantenía durante el día. Para impedir que el insomnio pusiera a prueba su fortaleza buscaba el cansancio como remedio y con el paso del tiempo comenzó a estudiar los circuitos eléctricos y baterías que se exponían y explicaban en las revistas que llegaban a la oficina.
Su disposición hacia las tareas que le encomendaban, la inteligencia que demostraba al resolver situaciones y su educados modales, le permitieron ganarse el respeto de los empleados de la usina que festejaron cuando logró ser uno de ellos.
Sin abandonar las tareas iniciales cumplía 6 horas más de trabajo y en sus tiempos libres reparaba artefactos domésticos que le permitían ahorrar parte de su sueldo en una lata que, posteriormente, enterraba en un rincón de su cuarto. 
En esos años la adolescencia se escapó de su lado como en otro tiempo lo había hecho la niñez, pero era una circunstancia que no le afectaba como pensaban muchos ya que no encontraba ningún beneficio en ser un joven tonto y dependiente como los que acostumbraba cruzar en el único bar del pueblo.
Cuando lo invitaron por primera vez a un picnic y le hablaron de bailar con jóvenes bonitas rechazó la invitación argumentando que no tenía ropa adecuada; pero en realidad , no deseaba perder horas de trabajo ni malgastar su dinero. No le hacía falta nada en la vida, sólo trabajo. Para eso lo habían abandonado en Argentina.
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Foto del autor Silvana Pressacco
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Descripción

La adolescencia del abuelo

Palabras Clave: Tano abuelo trabajo

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales


Creditos: Silvana Pressacco

Derechos de Autor: reservados


Comentarios (6)add comment
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Mara Vallejo D.-

Hola Silvana
Pensar que en plena adolescencia le tocó sufrir tanto al abuelo; por eso, quedó tatuada en su alma ese carácter duro e impenetrable y solo ahora se puede entender el porque de tanto hermetismo emocional, personal para con toda una generación o más. Cada frase que leo en tu historia, me cala.
Buena la forma como abordas el tema. Me gusta.
Abrazos
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February 13, 2014
 

Silvana Pressacco

Gracias linda María. Me alegro que no aburra jajaja
Cariños!!!
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February 14, 2014

Roberto Funes

Creo Silvana, que en Argentina, hay varias generaciones, (las más cercanas a los inmigrantes), que llevan en sus genes; el respeto, la puntualidad, el trabajo, la humildad, etc. Algo que con el paso del tiempo se fue perdiendo. Sé que marcaron y crearon cierto malestar en hijos y tal vez nietos. Pero era la manera de abrirse paso y encontrar un lugar en un país desconocido y en un momento donde no existían ni los medios de comunicación, ni los medios de transporte, ni nuestra globalización. O sea que estaban totalmente aislados de sus raíces.
Muy buena la tercera parte amiga. Supongo que da para más. Felicitaciones. Abrazos.
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February 13, 2014
 

Silvana Pressacco

Así es Roberto vaya a saber qué hubiera hecho uno, en esas circunstancias es fácil que sobreviva un perro pero no un niño. La dureza, la frialdad se entienden pero también la han padecido sus descendientes directos... creo que el amor también se enseña y a sus hijos le faltaron buenos modelos... después la mezcla de genes de historias hizo que nos sensibilizáramos aunque en la familia quedan algunos con esos genes fuertes.
Cariños amigo y creo que me falta una o dos partes, trataré de resumir sin contar tanto sus oficios que fueron muchísimos.
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February 13, 2014

Enrique Gonzlez Matas

TUS RELATOS SOBRE TU PARIENTE INMIGRANTE ME RECUERDA EL CAMINO QUE UN HERMANO MÍO HIZO HACE AÑOS HACIA ARGENTINA DONDE SE CASÓ Y TUVO VARIOS HIJOS. Y ALLÍ SIGUE VIVIENDO POR ECHO RAÍCES Y YA TIENE NIETOS. ASÍ QUE EL TEMA LO SIENTO CERCA. ÉL SE FUE DE ESPAÑA SIENDO JOVEN Y YA ES ANCIANO.
LO RELATAS, SILVANA, CON MUCHO REALISMO Y NO SÉ SI LO QUIERES CONVERTIR EN NOVELA, QUIZÁS SE PRESTE EL TEMA A MAYOR DESARROLLO. ÁNIMO Y UN ABRAZO.
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February 12, 2014
 

Silvana Pressacco

Es una tarea que tengo en un foro del que aprendo, investigación y armado. Me alegro que me sigas. Es difícil entretener en ciertos puntos y temo aburrir con tanta información, trato de llegar no solo con eso, ojalá lo logre.
gracias de nuevo amigo fiel
Responder
February 12, 2014

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