Genoma y feromonas: Romeo en llamas
Publicado en Sep 04, 2009
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Al fin empañando vidrios y sofocándonos a besos. Más allá de las ventanillas, la ciudad parecía arrasada por unas aguas que no paraban de brotar desde las barbas mismas de un Hermes Iracundo, del enfurecido Señor. No había vestigios de vida humana en pleno Diluvio Universal, ningún ómnibus fantasmal que generara mareas violentas que azotaran zaguanes de calles anegadas.
¡Uau! ¿De dónde había sacado ese insólito abrigo de cachemira blanco cuyo roce me hizo entrar en trance? Existe magia porque existe la mujer.
 -creí que eran tus alas.- le dije, a medio camino entre un suspiro necesitado y un afectado tono donjuanezco.
En la bíblica furgoneta, salvado del líquido Apocalipsis, liberé de la opresión del soutienne a ese par de senos que retozaron en una unísona exhalación. Con un cándido andar de besos fui internándome en aquella promesa de patria de leche y miel. Julia gimió sin filtros y me tomó por la nuca, como queriendo que me tragara la opulencia del mismo globo terso que yo acariciaba con ternura reverencial. Mordisqueé el tenue, el frutal rubí y ella contestó abriendo, en acto reflejo, las puertas al mismo edén de su gema, allí donde se encuentra todo el Santo Problema.
 Cerró los ojos para abrirlo todo.
-¿¡Por qué mierda ya no usan polleras!?- Gritaron mis gónadas convulsionadas ... Yo también quise preguntárselo a ella, lector onanista; pero con aquel interrogante, válido aunque insensible, todo ardor iría a hacerse humo en una lluvia que nunca dejaría de caer. A pesar de la fricción con la que ya entrábamos al terreno del sincero arrancarnos ropas, surgió inoportunamente mi lado izquierdo y me contuve como un idiota. Julia sintió tal freno en la piel y, sobre todo, en el orgullo; me miró extrañada, aunque todavía posesa, con ojos vidriosos; sabiendo qué buscar y, como bruja cierta, dónde encontrarlo, deslizó una atrevida caricia. La detuve tomándola de la muñeca y con una mirada corderil. Ahora que lo pienso: ¿me habré desnudado como un pobre diablo a sus ojos, con el brillo del colirio en los míos, muertos de miedo, reflejando un corazón que se deshacía?

En mi departamento, a manera de Excusa, carraspeando para romper el silencio ansioso, preparamos un mate que nunca tomamos. Puse música efectiva (que fue el disco Kamikaze de Spinetta, de 1982) como banda sonora de la tormenta de besos que se desató apenas un instante antes de que Julia me trepara, abrazándome con brazos y piernas. 
Así adheridos, mientras nos pasábamos las almas de boca a boca, llegamos a la cama.
 (...cayó por fin, el loco kamikaze...)
¡Ahora si! ¡Presa en mi propia guarida iba a sucumbir, al fin, bajo el rigor de mi vara! Convertido en el déspota de mi lado diestro, y aunque me relamía, volví a lamentar con puteada mental, una vez más, que las mujeres en éstas épocas ya no usaran polleras. De todos modos, tiré de ambas botamangas al grito de: ¡fuera ropas!.
El jeans voló inerte a un rincón.
La protección de una mínima tanguita, que tenía el color de los unicornios y las hadas, apenas dejaba escapar a los flancos una débil felpa...
Dios...
...¡un Pubis Angelical!
Cuando sentí que me estaba por coger a una Graciela Borges veinteañera, temí volver a caer en la misma siniestra mariconada enamorada que, hasta la fecha, me había metido en relaciones nunca indemnes de dolor, mentiras, y posteriores fracasos.
...ah no, no, no... esta vez no lo voy a permitir, nena...  dijo mi déspota, diestro y erecto, que sentenció:
-Hay que cogérselas para no besarlas.
Pretendí, como un vampiro en hojotas, hundir el hocico en su sexo, internarme así en sus profundidades, conocer el núcleo mismo de su gema, su sabor, su aroma y su calor, encontrar en ella la Jalea de la Vida, pero la respuesta de Julia fue tirar con fuerza los cabellos de mi nuca, ¡ay!, para apartarme y rápido cerrar las piernas con violencia, decretando tajante:
 -NO,  a mí eso no me gusta... 
Ay. Ay. Ay. Un hacha de hielo me golpeó la médula. Me quedé inmóvil, aturdido, mirándola con ojos como platos y esperando, aunque sea, la complicidad de una sonrisa; pero con el semblante endurecido, el mentón levantado y la mirada hacia un lado, Julia decía gestualmente, en frío mármol, que era muy en serio "eso que no le gustaba".
Mientras, mi verga y mi ego, ofendidos, se encogían en veloz comunión. 
¡Puta de mierda! Zorra histérica y mojigata. Clamó mi lado diestro.
Asustado, la quise matar. Pero sólo me hice a un lado y encendí un cigarrillo.
 ("...ah basta de pensar...
alguien llora allí...
...se cayó del alerce" Cantaba el Flaco Spinetta)
 Julia se cubría los pechos con ambos brazos y, para colmo, volvía a romper en el dichoso llanto de la perra renga. Allí , en la habitación de mi departamento de Barrio Palomar, de nuevo, afloró el boludo que fui, soy y siempre seré, bien machito como manda Dios.  
(...hablan de piel...
¿De qué sabrán? Seguía llorando Luis Alberto)
Hizo, nomás, el juego de lágrimas en el que siempre caí, caigo y caeré cada vez que se conmueva mi lado cardíaco, mi costado siniestro. Fumando me puse a contemplar, con una media sonrisa para conjurar la angustia, la desnuda palidez con la que me daba la espalda. La mañana que ya se filtraba por las celosías le daba un esplendor que me hizo adorarla; su cuerpo tenía el color, olía... era la mañana misma despertando; el negro de su cabello de explosión de culebras la volvía una Medusa de ensueños.
-Perdoname, Inocencio. -se dio vuelta y me dijo entre sollozos: -soy una estúpida.
No todo es literatura.
Y volvió a darme la espalda.
Pensé, mientras fumaba, rastrero como un vil edil y vuelto un lerdo Romeo en llamas: 
-una chica tan hermosa y con semejante culo no puede ser tan mala-.
Con ternura empecé a buscar la dichosa Segunda Oportunidad. Hubo besos que se concatenaron hasta erguirme, ya "sentisemental". Penetré a Julia sin brusquedad, con delicadeza, sintiéndome el artífice de sus temblores de aficionada, de sus miedos más remotos y pre-diluvianos, sintiéndome el promotor hasta de sus temores primarios, e incluso hasta del trauma de aquella primera vez. Pero Julia, dándome más codos que mejillas, más ángulos que esferas, dándome más piedra que piernas y más abismo que nunca, me obsequió únicamente ese polvo triste que hay entre los añicos de los corazones rotos.
Con el filo de esas esquirlas volví a perder mis nacientes ojos nuevos.
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Foto del autor inocencio rex
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Descripción

retazo de genoma y feromonas

Palabras Clave: diluvio universal

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: inocencio rex

Derechos de Autor: inocencio rex


Comentarios (9)add comment
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inocencio rex

me gusta que te guste, serena. cariños para vos
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November 02, 2009
 

inocencio rex

guillermo: gracias por lo de escritor... intentaré organizarlos y hacer de estos escritos un libro mas o menos estructurado, es un trabajo que estoy haciendo de a poco y con dificultad (lleva tiempo y reescritura)...
un abrazo, amigo
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November 02, 2009
 

Serena

Mi querio Inox, maravilloso relato pasional, felicitaciones por tu creatividad poetica.Cariños.Serena.
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October 31, 2009
 

Guillermo Capece

SEÑOR ESCRITOR: dejame darte ese titulo que te mereces por lo que se puede leer en Textale. Uni todos tus papeles y organiza tu book como novela y presentate a todos los concursos que encuentres a mano, aqui, en nuestro pais y en el exterior. En el exterior hay dos buenos concursos anuales : Casa de las Americas (en Cuba), y Casa de America (en España),ambos con muy buenos jurados. No esperes mas, dale; desde aqui te ayudamos.
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October 31, 2009
 

inocencio rex

jajaja!!! excelente comentario.
te agradezco que te dieras una vuelta por este escrito
saludos
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September 17, 2009
 

Carol Love

Me gusta tu estilo: "sentisementalismo" no? me parece un cuadro de la psicología masculina!!!
Pero Inocencio, entre nos... creo que las mujeres a veces mentimos para conservar el misterio... para preservar la dulzura y embriagar el momento... además quedaríamos embarazadas en todas las esquinas!!!!

Alucinante!
un abrazo
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September 17, 2009
 

inocencio rex

delfy:
esta es otra de mis bestialidades, por favor, no la tomes en serio. el halo de patetismo busca hacer reir. espero que te haya causado gracia.
si quieres leer mas fijate los titulos:
-la música en ella
-suceso de malograda nautica
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September 04, 2009
 

Delfy

Hola Inocencio, debo comenzar diciendo que este es el relato mas atrapante y apasionado que he visto, entender el punto de vista masculino y encontrarlo tan sensible aun en los momentos mas altos de exitacion resulta fascinante!...
Maravilloso relato de que sin duda me encantaria leer mas.
Felicidades
Delfy
Responder
September 04, 2009
 

inocencio rex

este es un retazo de genoma y feromonas
Responder
September 04, 2009
 

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busy