TERCILIO (Biografía de un hombre sencillo) Parte XI Los tiempos malos
Publicado en Sep 03, 2009
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LOS MALOS TIEMPOS
 
Todo comenzó a volverse escabroso en el joven matrimonio, Lita estaba embarazada de su tercer hijo, Tercilio presentó los primeros síntomas de la grave enfermedad que lo afectaría y para colmo de males el negocio empeoró. Las ventas disminuyeron, la competencia mejoró la calidad de la carne y puso un despacho con sierras eléctricas, heladeras, mostradores exhibidores y precio más bajo. Como último intento se refugió en la fabricación de chorizos y la cría de pollos, pero cada día aumentaba su adicción al alcohol, hasta que tuvo que cerrar la carnicería. Estaba fundido, sin crédito, sin vacas para carnear y para colmo de males, enfermo y deprimido. Explotaba los pocos frutos de una chacra que tenía en Picada Propaganda. Su madre, su hermano menor y los peones tuvieron que buscar otro lugar para vivir. Lita se multiplicó haciendo bordados hermosos, a máquina, especialmente manteles y carpetas y enseñaba su capacidad artesanal a algunas chicas del pueblo. Con estos pocos dineros y unas ayuda que en secreto le daba su padre sostenía la casa.
Una noche, llegaron desde Alem, los parientes, el tío Chichito, se trataba de Omar Heliopsis Serra, quien era padrino de la tercera hija del matrimonio nacida en A. De Valle, Delicia Catalina. "Catita", primero y Luli, luego. Sentí que algo raro pasaba en la casa, se hablaba con voz queda, hubieron lágrimas en los ojos de mi madre y mi tía. Eran solo preludios de la tragedia.
Mi padre se retiró con su compadre y amigo "Chichito" a la chacra, a la orilla de un arroyo, hablaron... Hablaron, largas horas. Mi padre no era sonzo, sabía que la enfermedad que comenzó a agobiarlo era grave, mortal, y también pensó que la podría ahogar en alcohol. Pidió a su compadre que velara por sus bienes y su familia. Se abrazaron y lloraron ambos con intensidad, yo aún no percibía porque esos hombres fuertes y recios lloraban...
EL TIO "CHICHITO"
Omar Heliopsis Serra, "Chichito" para la familia y los amigos, era otro hombre especial. Vasco de ascendencia, correntino de nacimiento, porteño por adopción, misionero por los avatares de la vida.
Docente, se casó con la segunda hija, primera mujer, de Don Dinarte Domínguez, María Ema "Mufla" y nació con Tercilio una amistad cabal, duradera, densa, profunda que se mantuvo hasta la muerte del segundo.
De semblante recio, pero amable, usaba un grueso bigote, pañuelo al cuello, sombrero de paño o gorra con vicera, al estilo de lo guapos del cuarenta. Adornaban su cintura un puñal, o de vez en cuando un revólver 38.
Hablador, peronista hasta los tuétanos, solía frecuentar los bares y mantener con amigos ocasionales largas charlas.
Erudito, sabiendo, tenía con Tercilio una afinidad especial. Entre charla y charla degustaban de vino patero, o en damajuana, cuando no una Sello Rojo o un caña Tres Pluma.
A el le confió, el desdichado hombre enfermo. Su familia, sus bienes. Y este cumplió al pie de la letra. Luego de la tragedia, se hizo cargo en forma permanente de la hija menor y me orientó a mí como un padre bueno, por los senderos sinuosos de la vida. Ha cumplido con creces la palabra empeñada a su compadre agonizante.
Terco, tenían con Tercilio una similitud, la mala suerte o el mal cálculo en los negocios, a tal punto que se les decía que hacían negocio de Andrés, compraban por cinco y vendían por tres.
Una anécdota lo pinta tal cual era. Cierta vez, cuando debió apadrinar a "Catita", yo vivía con ellos en su casa de Alem, me encomendó que pusiera el zapato izquierdo en el auto (una camioneta Chevrolet 37), ya que tenía el pié derecho lastimado. Luego cambia de idea y dice - "Yo mismo lo haré", su esposa Mufla le recomienda que lleve los dos zapatos por la dudas. Pero el decide llevar uno solo.
Cuando llega el momento de ponerse el traje, descubre que él mismo, trajo el zapato equivocado. Se banca, se pone el duro calzado en el pie lastimando y la chancleta en el sano.
Terminada la ceremonia aún, mantiene la compostura ante el cura al que sostiene en una encendida conversación. Recién cuando llega a la casa de su compadre, se saca el zapato y exhala una queja de dolor, nada más que una queja.
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Foto del autor Diego Luján Sartori
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Miembro desde: Jun 30, 2009
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Descripción

Una noche, llegaron desde Alem, los parientes, el tío Chichito, se trataba de Omar Heliopsis Serra, quien era padrino de la tercera hija del matrimonio nacida en A. De Valle, Delicia Catalina. “Catita”, primero y Luli, luego. Sentí que algo raro pasaba en la casa, se hablaba con voz queda, hubieron lágrimas en los ojos de mi madre y mi tía. Eran solo preludios de la tragedia.

Palabras Clave: Lágrimas tragedia tío personaje vasco recio

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales


Derechos de Autor: Diego Luján Sartori

Enlace: dielusa@hotmail.com


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