Me encuentro en la calle para cumplir con la misión encomendada por mi Jefa de Redacción: entrevistar a un anónimo personaje. Siempre tengo tiempo para entrevistar en tiempos de crisis. Así que le encuentro tumbado en la acera y me tumbo a su lado mientras tomo notas.

Diesel.- ¿Está usted bien del todo?
Anónimo.- Bien del todo nadie lo puede estar en estos días; pero estoy en el camino de estarlo y eso es muy importante.
Diesel.- ¿Intranquilo por alguna cuestión inconfesable?
Anónimo.- Confieso que no suelo confesar pero confieso que soy un poco raro en el buen sentido de la palabra. Por favor, que no se entere mi parienta.
Diesel.- ¿A estas alturas de la vida su parienta le entiende todavía a usted?
Anónimo.- No, pero...
Diesel.- ¿Mucho ruido pero pocas nueces?
Anónimo.- ¡Jajaja! Mucho ruido pero pocos peces.
Diesel.- ¿Quizás algún pecado o solo algún pescado?
Anónimo.- ¡Jajaja! Tengo miedo de decirlo.
Diesel.- Diga entonces algo importante, por favor, que me cargo la entrevista.
Anónimo.- Es más sabio imaginar...
Diesel.- ¿Cómo es su parienta entonces?
Anónimo.- ¡Jajaja! Increíble. Es increíble.
Diesel.- Hablando de lo increíble. ¿Qué le parece el organismo de Rafa?
Anónimo.- ¿Nadal o Benítez?
Diesel.- Digamos que Mercedes para cambiar de asunto.
Anónimo.- Es mejor no recordarlo.
Diesel.- ¿Me oculta usted alguna informacion trascendente?
Anónimo.- La verdadera trascendencia es que yo soy una infraestructura al lado de ella.
Diesel.- ¿Le gustaría ganar un título?
Anónimo.- Si es de la nobleza si que me gustaría pero...
Diesel.- ¿Sueño o realidad?
Anónimo.- Al cincuenta por ciento.
Diesel.- Hablemos de cincuenta. ¿Cuántas veces ha soñado con la imposible?
Anónimo.- Exactamente cincuenta cada día. La imposible es imposible. No puedo saberlo en realidad pero me parece que cincuenta es lo más exacto decir.
Diesel.- En sus últimas charlas con sus amigos ¿han hablado de algo relacionado con las pelotas?
Anónimo.- ¡Jajaja! Sí. Hemos hablado de baloncesto.
Diesel.- O sea, que usted es de los que hacen siempre la pelota para llevar razón.
Anónimo.- Sólo cuando te escucho a ti por la radio.
Diesel.- ¿Me puede explicar cómo consigue hacer eso?
Anónimo.- No lo sé explicar proque no tengo dos dedos de frente.

Le miro bien a la cara y es de los de cejas tan grandes que entre el pelo y ellas no caben dos dedos pero me contengo la risa.

Diesel.- Gracias; pero llámeme Licenciado si no le molesta demasiado.
Anónimo.- Licenciado.
Diesel.- Gracias otra vez. ¿Podría llamarme Licenciado Honoris Causa?
Anònimo.- Licenciado Honoris Causa.
Diesel.- Entonces gracias de nuevo y sigamos. ¿Qué es tener una posición?
Anónimo.- Estar bien situado para lanzar el tiro.
Diesel.- Le recuerdo que estamos hablando de baloncesto y no de tiro al pichón.
Anónimo.- Gracias por la aclaración.
Diesel.- Entonces conteste como se debe contestar cuando se tiene educació cívica.
Anónimo.- Lo más bonito de todo es no caerse al suelo cuando se tira.
Diesel.- A la canasta por supuesto...
Anónimo.- Por supuestísimo.
Diesel,.- ¿Y si le tira algún rival?
Anónimo.- ¡Eso si que no lo consiento!
Diesel.- Calma. Estamos hablando de baloncesto.
Anónimo.- En ese caso si me tira me hace polvo.
Diesel.- Se ha puesto usted muy colorado.
Anónimo.- La vida. Es la vida que llevo.
Diesel.- ¿Le gusta ponerse morado?
Anónimo.- Depende...
Diesel.- ¿Quizás cuando piensa en Mercedes?
Anónimo.- Sí. Mercedes es una diosa pero yo soy El Príncipe de Gales.
Diesel.- ¿El Príncipe de Gales tirado en un callejón sin salida?
Anónimo.- Es lo que suele suceder...
Diesel.- No escurra el bulto por favor...

Anónimo.- Está bien. En un callejón sin salida no hay salida posible. 
Diesel.- ¿Y si Dios está presente?
Anónimo.- No me asustes por favor...
Diesel.- ¿Qué le diría usted a los que siempre traicionan?
Anónimo.- Que son demasiado chismosos.
Diesel.- ¿Conoce usted a alguno que sea demasiado chismoso aparte de usted?
Anónimo.- Hay muchos pero destaco a Fernando Fernández de la Fernandosa. 
Diesel.- ¿Y quién es ese?
Anónimo.- El que se cree Reina. 
Diesel.- ¿Un loco quizás?
Anónimo.- Sin el quizás. 
Diesel.- ¿Y a qué se debe que se crea Reina?
Anónimo.- A que sueña con Juanita.
Diesel.- ¿Y dice usted que se llama Fernando Fernández de la Fernandosa?
Anónimo.- ¡Jajaja! Parece un chiste pero es verdad. Quien se fue a Sevilla perdió su silla.
Diesel.- ¿Es mejor una silla o un banquete?
Anónimo.- Lo mejor es estar siempre en el banquete y que no te despidan.
Diesel.- ¿Le gustaría a usted ser un carnicero en medio del banquete?
Anónimo.- ¡Dios no lo quiera!
Diesel.- ¿Chuleta o magro?
Anónimo.- ¡Chuleta! ¡Chuleta por favor!
Diesel.- Pues que tenga usted un buen examen psiquiátrico y lleve la chuleta por si la necesita para salir del apuro con sobresaliente. 
Anónimo.- Muchas gracias. 
Diesel.- De nada y por nada. Por cierto... ¿cómo se llama usted, señor anónimo?
Anónimo.- Don José Luis Cajón de Sastre. 
Diesel.- ¡Qué desastre!
Anónimo.- Total. Soy un desastre total y hasta se me quemó la casa por pensar en las yeguas. 
Diesel.- Muy bien Cajón de Sastre. ¿Sabía usted que mientras William Shakespeare se murió dudando entre ser y no ser nuestro Miguel de Cervantes murió afirmando soy. 
Anónimo.- No había pensado en eso... 
Diesel.- Pues ahora va usted y lo tutea como hace siempre.
 
Me levanto del suelo, recojo todas las notas y salgo disparado hacia la Redacción dejando al anónimo Don José Luis Cajón de Sastre más mosqueado que un burro con tábanos a milímetros de sus dos grandes orejas.