La Depresin Del Artista (Mis Demonios)
Publicado en Nov 03, 2013
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Cada uno de nosotros tenemos en nuestro interior habilidades cognitivas, las cuales debemos descubrir explotándolas día a día. Por lo tanto, podemos decir que cada uno tenemos dentro de nosotros a un artista, y hay momentos en los que el "Artista" se encuentra en su auge, y después, hay una caída, o una llamada "DEPRESIÓN". Yo soy un artista que ha desarrollado más las habilidades en el arte, no me presto mucho para los deportes o los cálculos, yo me dedico más a la interpretación de melodías mediante mi guitarra, y la redacción de escritos de toda índole. Poemas, cuentos de terror, incluso narraciones sexuales. Más sin embargo, a pesar de la belleza de mis textos, mi público ) Por así decirle a la gente que lee mis escritos) Entonces. últimamente he estado en una "Depresión" no he podido fijar bien mis ideas, ni mucho menos he podido ahcer borradores originales. y la gente más me pedía textos de terror, por lo que, durante las noches (Cosa que recalco: NO ME GUSTA HACER A ESA HORA) Me puse a imaginar monstruos sin discriminación. En los cuentos de nilños resaltan los héroes, pero en las historias de terror resaltan los monstrous antagónicos de la historia, y yo sé bien que mientras más irreal, mejor. El punto es llevarlo fantástico, y describirlo como si fuese algo que podría esconderse en la oscuridad. Sin ojos, o por el contrario grandes ojos, tentáculos, pelaje, calvicie, músculatura, anorexia, saliva, sangre, son pequeños detalles que en abundancia o escasés dan más miedo dentro de un personaje. Y redactaba historias, en donde algún adolescente imprudente se perdía en el bosque en busca de drogas o alguna sustancia tóxica. Y de momento era asesinado por un monigote gigantesco y feo. Pero además de que es muy trillado es poco probable que ocurra, es decir ¿QUién va a estar en un bosque a esas horas? o ¿Quién sería TAN ESTÚPIDO para hacer algo así? Lo mejor son los monstruos que te acosan en tu propia casa, esos que de alguna forma violan tù intìmidad, y llegan hasta tù casa o peor aùn. Tù habitaciòn, y a diferencia de los videojuegos, no tienes armas ni sabes como defenderte siquiera de los humanos. Esas son joyas del terror. Entonces, salì del baño despuès de hacer mis necesidades, abrì la puerta del baño. Apaguè la luz del mismo, y en un pasillo pequeño, justo donde tengo un espejo grande adyacente a la puerta de mi habitaciòn. Vì una criatura monstruosamente grande, primero dì un brinco como gato mojado por inercia, despuès aferrado al espejo, me asomè por el borde de la puerta y asì estaba. Era una especie de hombre de hombre lobo, (Más bien debería llamarse "Hombre oso" por el gigantesco tamaño que tenía) Era físicamente muy imponente, era de noche y todo estaba oscuro, sólo unos ligeros rayos de la luz de la luna lo ilimunaban, y podía ver que estaba demasiado musculoso y que tenía exactamente la complexión de  un lobo.  No parecía una imagen, por que no estaba estático, él respiraba, se inflaba y se desinflaba cada vez que inhalaba y exhalaba, movía sus picudas orejas de vez en cuando, y cada vez que exhalaba era visible el Dióxido de Carbono que expelía, como si hubiese frío. Además, sus ojos eran de un tono amarillento, que brillaba más que esas calabazas que ponen en la noche de brujas. Y unas pequeñas pupilas negras. Pero a pesar de todo eso, no se veía en son de atacarme, sino que solamente me veía, y no sólo me veía a mi, casi casi me veía a mi como persona, como si viese todo lo que se, todo lo que he hecho, lo que quiero y lo que deseo. Era una mirada muy extraña, no la que una persona normal te puede lanzar en la calle, sino algo peor. El monstruo dió un pisotón con fuerza, pisotón que estremeció casi toda mi casa. Me sacudí de miedo por que la hipótesis de que no me atacaría se iba cada vez más, después de ese fuerte pisotón que hasta rompió las losas. Lanzó un fuerte rugido, no era nada de índole demoniaca ni nada parecido, sino el estruendoroso rugido de un animal que reclama su territorio, absolutamente no supe que hacer y sólo me quedé ahí abriendo los ojos como platos. Retrocedí tembloroso, y el animal me rozó hombro con hombro, después. Como un total y tranquilo humanoide, bajó las escaleras y se fué a la sala. No comprendí nada de lo que sucedía, era para que ese monstruo me despedazara sin piedad en vez de simplemente irse, pensé que bajar a la sala, en la misma dirección en la que el monstruo se fué, sería algo imprudente, así que mejor abrí la puerta de la habitación que está justo del otro lado del espejo, y me sorprendí nuevmanete. La recámara común y corriente que yo conocí antes de llegar al baño se había ido a algún lugar desconocido. Cuando abrí la "Puerta" no encontré nada más que desgracias, de entrada había un olor a muerto que llegaba hasta a los hijos de mis hijos, después, todo estaba cubierto con sangre, todo, de pies a cabeza, pero no, no era la huella de lo que me imagino fué una masacre, sino que lhabía sangre fresca y sangre seca entre mezclada y bajando fluidamente por la pared, el techo y el piso. Había vísceras, huesos y órganos regados por toda la habitación, y por si fuera poco, las paredes el piso y todo, ni siquiera eran de material manchado con sangre, sino que se conviertieron en una capa extraña de músculos y viscocidades irreconocibles al menos por mi. Como si estuviera dentro de un cerebro, o algún órgano hueco del ser humano. En el fondo de la "Habitación" estaban unos tentáculos saliendo de las viscocidades de la pared. Tentáculos pegajosos y asquerosos que eran un poco delgados pero significaban una cosa, algo o alguien los atraía hacia mi. Después pasó lo mismo en las paredes, sólo que de las demás paredes comenzaron a salir cabezas despellellajadas de cuerpos sin alma, casi casi exhibiendo trofeos que salían desde dentro de la pared. Los ojos blancos como porcelana y las encías podridas eran casi lo único que se veía de sos cadáveres moscosos. Cuando ví que absolutamente todo el terreno se estaba inmutando, agarré mi tablet que yacía en el suelo junto con mis demás utencilios para escribir, y salí de esa habitación y fuí en dirección a las escaleras sin pensar en el otro monstruo que vi anteriormente. Bajé las escaleras y se escuchaba únicamente los lamentos de los rostros que salían de las paredes y los quejidos de los mismos. En cuanto llegué al primer piso, de entrada, ví a un demonio por lo visto muy poderoso frente de mi, parado justo en la puerta del baño de abajo.  Estaba cruzado de brazos y me miraba igualmente con unos ojos sumamente brillantes. Tenía una pinta de caballero maligno, puesto que tenía una armadura roja igualmente con algunos cuernos salidos apropósito, por lo que imagino yo era una especie de demonio feudal. Encima tenía un aura roja muy poderosa que lo cubría y se hacía más grande, como una especie de aura "Supersaiyajin" pero de color rojo y de tonos oscuros. Además se burlaba de mi, se reía por que no sabía absolutamente nada de lo que pasaba, pero no era una risa burlona y chillona como la del Guasón, sino que era con una voz muy grave y era más lenta. Algo como "Je, je, je" de todas formas riéndose de mi. Había practicamente una convención de monstruos a mi alrededor, él, el hombre lobo, esqueletos de pie. Monstruos son forma, más como masas sin sentido alguno, y zombies entre algunos otros, rodeandome y observándome. Unos con una mirada bastante acosadora, otros burlándose de mi, etcétera. Pero ninguno de la forma más agresiva posible. Entré en un estado de Schok, ni siquiera podía salir corriendo ni defenderme de todos modos, estaba como en un parálisis total. Así que aun que me dolió con toda mi alma, solté la tablet en donde escribía mis historias. Todos los monstruos vieron como bajaba lentamente el dispositivo hasta que impactó en el suelo, que gran error. Todos los monstruos y las demás criaturas saltaron en dirección contraria a mi, espantados como si la bestia sanguinaria y maligna fuese yo.  - ¡Ahhhh! -Exclamaron todos los monstruos al unísono-  - ¿Qué? -Pregunté alarmado pensando en que responderían- ¿Qué sucede? ¡Déjenme en paz! - ¡Casi nos destruyes! -Respondió el hombre lobo-  - ¿Casi los destruyo? -En ese justo momento me dí cuenta que cada uno tenía la capacidad de hablar y pensar- ¡Ustedes son unas bestias con poderes y todo lo demás!  - Nosotros somos sólo un reflejo de tú maldad... ¿Qué?... Así como lo oyes.  nosotros sólo somos un reflejo de lo que tú has creado, una encarnación NO DE TUS MÁS GRANDES MIEDOS. Sino de los miedos que tú mismo generas. Allí fué cuando me di cuenta que tenía razón, esas bestias son mis creaciones, que en mi afán por desarrollar monstruos intímidantes, de alguna forma se encarnaron ante mis ojos. - Y aquí entre nos... -Dijo una especie de cerebro que tenía una base formada por tentáculos entrelazados entre si- Tú eres el monstruo más grande aquí presente.
Desde esa bizarra noche he estado siendo acompañado de éstas criauuras, he pensado seriamente en el suicido, pero ellos morirán conmigo. Hasta el momento no han matado a nadie más, sólo pueden matarme a mi, y si lo hacen, morirán, es toda una paradoja. Pero bueno, hacer una amistad es ridículo. Pero tendré que soportar. Mis propios demonios.
Por anécdotas como éstas, disfruta tú DÍA DE MUERTOS, Buenas noches.Escrito por Carlo TrejoAlias "El Monje Sabio".
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Descripción

Lo mismo que con la historia anterior, lamento subirlas a distiempo, pero de momento es lo nico que tengo para ofrecer a la comunidad de Textale, disfruten mis escritos, y comprtanlos con los dems, con un comentario, es la ayuda sufisciente.

Palabras Clave: Relato de miedo Historia De Terror La Depresin Del Artista El Monje Sabio Carlo Trejo monstruos demonios Adjuntos todos Facebook Notes

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Terror & Misterio



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