Desde que era niño siempre pensaba ratos largos sobre como sería mi vida en unos años. Imaginándome a mi mismo como un adolescente, viviendo su vida con toda tranquilidad, ratos largos pasado en los vicios. Salidas constantes con amigos, novias, diversión grupal, ropa obviamente de adolescente, lejos de playeras de “Buzz Lightyear” u otros personajes típicos de un niño de mi generación. Un adolescente lejos de tanta regla, o más que nada lejos de tanta protección.  O incluso me imaginaba a mi mismo ya como un adulto, cumpliendo un horario, bien vestido jalando siempre un maletín lleno de lo que pienso eran documentos importantes, llegar a una oficina para sentarme y atender llamadas, firmar papeles o lo que fuese necesario.
 
También recuerdo que siempre le preguntaba a la gente “¿Es mejor ser niño? O ¿Es mejor ya ser un adulto?” Y recuerdo que todos mis amiguitos me decían, “No, claro que es mejor ser adulto, así ya puedes hacer lo que se te antoje” Y también recuerdo que me confundía, por que los adultos me decían: “Por supuesto que es mucho mejor ser niño. Así no tienes que preocuparte por nada, ni mucho menos cargas estrés” Y mi hermana (Con 14 años en ese entonces) Me decía; “Es mucho mejor ser niño, así tus padres son los que dan la cara por ti” Y gracias a mi poca habilidad para entender las cosas, me confundí realmente, no supe quien tenía la razón, si mis compañeros por que compartíamos la misma opinión, o los adultos por ser mayores.
 
Después de hacer ésta pregunta a varias personas, consulté con la persona más sabia del mundo en ese entonce para mi; Mi madre. Y ella me dijo que yo era muy inmaduro ( Sólo que, me dijo que no estaba capacitado para entenderlo) Palabra que en ese entonces hubiese resultado ofensiva hacia mi persona pese a que tenía razón. Me dijo que era por mucho mejor ser niños, por que se adulto implica estrés, implica trabajo, implica cansancio, e implica muchas cosas más. Y también me dijo que si por ella fuese, sería niña para toda la vida. Pero lamentablemente no son así las cosas, Es mucho mejor disfrutar esos días en los que se comía dulces sin que importase la cantidad de calorías ingeridas, en los que podríamos dormir y dormir sin problema alguno. Y más que nada, por esa magia de esperar con ancias el 24 de Diciembre para abrir con gran gozo los regalos bajo el árbol de navidad. Lo mismo el día 5 de Enero con los Reyes Magos, y más que nada, el recuerdo que marcó y ha marcado miles de infancias, el dormise en el mueble de la sala y despertar en tú cama con toda la comodidad el día siguiente, todos esos detalles mínimos de la infancia, que nosotros ahora conservamos con mucho cariño, esos son los que simplemente no se olvidarán nunca.
 
Pero sin embargo, pese a que ya me convencía un poco, nunca supe cuando terminaba, o mejor dicho, cuando dejaba de ser niño. Escuché por ahí que cuando llevabas a la Secundaria, y hasta cierto punto tenía coherencia.
 
Después recordé que Jesús dijo en una de sus parábolas. Que si no se es niño, no se podrá entrar nunca al reino de lo cielos, lo que me hace pensar que ser niño es muy bueno. Y después escuché por ahí el dato de que los niños reían 300 veces por día, mientras que los adultos sólo lo hacían 15 veces por día. Lo que me asustó un poco, eso querría decir que seré muy aburrido.
 
Y después de años meditando, creo que me doy cuenta que ya es tarde para presentar mi conclusión, pero si. El Conde Robert dijo alguna vez “Ser niño, no tiene ni inicio ni fin, sino que ser niño es un estilo de vida” Así que opino que nunca está mal sacar ese niño. Que todos y cada uno de nosotros llevamos en nuestro interior.
 
 
Escrito por Carlo Trejo.
Alias: "El Monje Sabio" :p