Rebecca Taylor
Publicado en Jul 18, 2013
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Rebecca Taylor
 
    Esta historia es así, no quiero levantar sospechas sobre las religiones nombradas y menos renegarlas, asíque con las palabras de un pobre viejo - que por cosas del destino se cruza en el camino de mi vida - que me llegaron al corazón al oírlas, se la describiré como pueda.
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I
 
    Rebecca Taylor era de Estados Unidos, bueno, en realidad su padre era de Estados Unidos y su madre era de Santa Fe. María de los Ángeles viajó a Norteamérica como estudiante de intercambio y conoció a John Taylor en una cafetería. Luego de nueve meses nació una nena, con madre y sin padre, ya que este la reconoció como hija pero muy pocas veces la visitaba. Después de un año María volvió a la Argentina, le encargó la criatura a la abuela y fue a Buenos Aires a buscar suerte para mantener a la niña.
    Hoy en día Rebecca tiene 16 años (como todo adolescente es rebelde, mezquina y como fue criada por su abuela tiene cierto rencor a sus padres por no visitarla muy seguido -aunque creo que es rencor con el mundo por haber sido tan cruel con ella-). La abuela la obliga ir a misa todos los domingos y siempre protesta porque no le gusta y dice "Es absurdo ir, porque a Dios se lo puede invocar en el templo de carne y hueso y no en uno de piedra y madera...". A pesar de este y otros reproches, termina sentada en primera fila, con mala cara y mal humor.
    Después de la misa, tiene la vida normal de todo joven: amigos, plaza, gaseosa, amigos, nada, sentarse, conversar, nada, amigos, etc. Esa noche antes de acostarse agradeció a Dios por el día y por la vida, pero le hizo pedido... "Dios, si existe el Cielo y el Infierno, Tú y el Diablo, lo bueno y lo malo, quiero conocerlo". Luego de esto, se recostó, cerró sus ojos y quedó dormida al instante. En su sueño apareció el Arcángel Gabriel y le dijo "Dios me ha enviado a decirte que morirás por veinticuatro horas, las primeras doce las pasaras en la tierra de los perdidos, las otras doce las pasaras en el Paraíso. Tu abuela recibirá una carta que le explicará todo y que te deje en tu cama así no te molesten. A partir de la medianoche estarás en tu primer destino."
 
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II
   
    Era ya de media noche y su cuerpo se enfrió, había muerto.
    Abrió los ojos y estaba en un lugar rojizo como el atardecer (aunque mas tenebroso), sus ojos divisaron una puerta negra y se acercó por curiosidad, no tenía picaporte, pero si un una pequeña campana, Rebecca la hizo sonar, retumbó por todo el lugar y quedó aturdida, al mismo tiempo se abrió y entró en un lugar aun mas terrorífico.
    - Hola...- Rebecca pegó un salto del susto- Soy el demonio, diablo, Satanás o como me conozcas, tu Dios, me ha pedido que te guíe para que conozcas mi casa. Pero eso si... No te separes de mi lado...
    - No señor, me quedaré junto a usted- Dijo Rebecca asustada pero a la vez admirada, ya que era un hermoso tipo de traje blanco, con ojos celestes, nariz repingada, con el ala de la derecha negra y la izquierda blanca, pero muy dañada.
    Todo era rojizo y negro, lleno de engendros diabólicos con cuernos, grandes dientes, alas como de murciélagos, en fin, eran aterradores. Entre los diablillos se notaba la figura de algunas almas humanas, que seguro fueron malas personas en su vida.
    - Señor ¿Cómo se llama usted?- Preguntó Rebecca
    - Mi nombre es "Lucifer", fui un ángel a comienzos de la vida, desterrado del cielo, según tu Dios porque soy un ser sin amor, paz y piedad. Aunque en realidad no compartía algunas decisiones con Él, muchos dicen que sentí envidia de él y que quise formar mi propio reino, pero cuando me desterraron vine a esta tierra de los perdidos y me convertí en su amo y señor (ya que ninguno de los demonios quizo desafiar por mi poder) asíque me obedecen y me siguen a todos lados.
    - O sea, que usted es como custodio de ellos...
    - Si, algunos escapan, poseen a los humanos y los obligan a realizar cosas malvadas, pero luego los Ángeles los devuelven y aquí tienen su castigo...
    - Aquel... ¿No es Adolf Hitler?
    - Si, pobre alma, todos los días reúne a su ejercito, los habla y planean como salir de aquí, pero no tiene sentido porque su alma jamás volverá a ver el sol de la tierra...
    - Y... aquel... ¿Es Judas?
    - Si, desde que llegó está en ese rincón, no hace nada- Luego lo llamó- Judas, ven aquí.
    Judas se incorporó de un salto y se acercó despacio como si le temiera.
    - ¿Por qué traicionaste a Cristo?- Preguntó Lucifer.
    - Por la tentación - respondió Judas mirando el piso.
    - ¿Te arrepientes?- Pregunto la joven.
    - Cada minuto desde que estoy aquí y que estoy ahí sentado...
    - Vete para allá, no estorbes- Le ordeno Lucifer algo enojado.
    En su recorrido le pareció ver a un cura que estaba luchando con un demonio, lo reconoció al instante, era un cura que violó a veintitrés niños, salió en televisión y lo condenaron a cadena perpetua, no sabía que había muerto. Después vio un castillo gigante de color negro, con las torres de punta y banderas rojas con negro. Pasaron por una puerta enorme y al final del pasillo había un enorme trono de huesos, con calaveras y dos demonios con túnica negra a cada lado del sillón.
    - Aquí habito yo, esos son mis custodios y por allá esta tu pasaje al Cielo- Dijo señalando un circulo de luz blanca en el piso.
    - Un gusto haber visitado su morada- Dijo Rebecca para quedar bien.
    - Jehová... ¡AHORA TÚ HAZTE CARGO!- gritó Lucifer mirando el circulo blanco, y luego, sonriendo de manera tenebrosa añadió- Espero verte por acá muy pronto.
    Luego de que Lucifer dijo esto, la niña se colocó sobre el círculo y en un abrir y cerrar de ojos estuvo en un lugar blanco y celeste, como con nubes en el piso pero este parecía de vidrio.
III
 
    El "Paraíso" era muy distinto a "La tierra de los Perdidos", todo estaba tranquilo, pero era similar en que había una puerta enorme y todo alrededor estaba vacío, y en la puerta también había una campana a la que hizo sonar. Luego de que hiciera el mismo sonido estrondoso que la puerta anterior se abrió y apareció una figura familiar que ella había visto en estampas del catolicismo, era nada más y nada menos que Jesús.
    - Hola Rebecca, te estábamos esperando... Pasa no tengas miedo- Dijo Jesús con humildad.
    Jesús era un hombre de un metro setenta más o menos, con barba, morocho como son las personas de Medio Oriente, cejas grandes, ojos color miel, el pelo un poco largo hasta la altura de la nuca y tenía un atuendo de la época en que vivió.
    - ¿Es usted Jesús?- Preguntó Rebecca asombrada.
    - Si hermana, soy Jesús, el "Mesías", el "Salvador" e hijo de Dios, y por lo tanto hermano tuyo- Dijo con tranquilidad, y prosiguió- Ven, caminemos por este sendero así conoces "La Tierra Prometida".
    Rebecca avanzó delante del Mesías y mirando lo hermoso que era ese lugar. Todos los seres estaban contentos, tranquilos, en paz. En algunos sectores se veían seres reconocidos por la iglesia católica- "Santificados"- y "repudiados" por la iglesia evangélica. Se distinguió la figura de Teresa de Calcuta, San Cayetano, San Expedito, Sai Baba y algunos símbolos religiosos como Buda, Mahoma y Jesús quien acompañaba a la niña.
    - ¿Por qué están todos juntos?- Preguntó con asombro Rebecca.
    - ¿A qué te refieres?- Respondió Jesús.
    - ¿Por qué están todas las figuras religiosas juntas y no, divididos según su religión?
    - Porque si hubiese división, no habría amor, acá todos nos amamos mutuamente e incondicionalmente, acá no hay conflictos, peleas y mucho menos discusiones. Todos hemos encontrado una forma de acercarnos a nuestro Padre tal como lo hicimos en la Tierra. Somos todos seres iluminados y completos de amor, nosotros hemos llegado al lado de nuestro Padre por la estabilidad espiritual que tenemos, cada ser que ves acá esta por el estado espiritual que llevó en la Tierra, todos pasamos por la ira, el odio y todo ese veneno que inevitablemente sentimos como seres humanos, pero, como pocos, encontramos el camino al amor, la humildad, la paz interior y todos los sentimientos profundos que escondemos en nuestro corazón. Por eso tú y todos los que hoy habitan la tierra tienen que encontrar ese camino, tú, hiciste el pedido de conocer ambas partes de la vida después de la muerte y ahora los conoces, encárgate de promulgarlo a tus amigos, familiares y hasta personas que no conoces. Eres joven y pura, el camino hasta este lugar no es fácil, pero tampoco imposible, esto tampoco quiere decir que no disfrutes de la vida o que no tengas relaciones sexuales con tu pareja en un futuro o cosas por el estilo, sino que disfrutes cada momento que pase, no te enojes, no te llenes de ira, ese fue el mensaje que quise dejar en la tierra, muchos lo oyeron pero pocos lo interpretaron...
    - O sea, que no hay que ser Católico, Evangelista, Musulmán, Budista o todas esas religiones que existen, sino que solamente hay que creer en Dios y amar a todos los que nos rodean - Interrumpió Rebecca.
    - Puedes ser de cualquiera de esas religiones, pero lo que vale es que tú te sientas feliz con esa elección, si ves a un musulmán, budista o evangelistas abrázalo, ámalo, bésalo, es tu hermano, no por sangre sino porque todos somos hijos del mismo padre - Jesús hizo una pausa y continuo- Ven a conocer a nuestro Padre.
    Llegaron a un lugar parecido a las arquitecturas de Atenas.
    - Hola Rabecca, ya casi es hora de que regreses - Dijo una voz de algún lugar.
    - Hola Padre, ¿Dónde te encuentras que no te veo?- Respondió Rebecca.
    - Disculpa Rebecca, estaba arreglando unos asuntos con Gabriel y Miguel- Dijo Dios sonriendo, Él, era igual a Lucifer con la diferencia de que sus alas estaban espléndidas y la de la izquierda era negra y la de la derecha blanca- Supongo que Jesús ya te explicó todo sobre como llegar a este lugar, asíque quiero que te memorices untas palabras.
    - Si Padre, lo que usted ordene - Respondió Rebecca.
    - "Ama a todos, como Dios nos ama a cada uno de nosotros" - Dijo Dios.
    - Padre, disculpe usted mi ignorancia, pero es muy parecido a Lucifer.
    - OH! - Exclamó Dios - claro que somos parecidos, los dos construimos todo lo que te rodea y lo que ves, pero Él no quiso compartirlo y creó su propio reino, de maldad y odio.
    - Y... ¿Por qué ambos tienen un ala blanca y otra negra? En usted es aterrador.
    - Es porque "Donde está el Mal, está el Bien. Donde está el Odio, está el Amor". Esto nos califica como seres equivalentes, nosotros éramos uno, pero lo malo se separó del cuerpo y nació Lucifer, y la otra parte fui yo, o sea Jehová. Pero es hora de que vuelvas a la vida.
IV
 
    Rebecca despertó a las doce ya del día Martes, cuando abrió los ojos estaban su abuela, su madre y su padre a los pies de la cama, ella los abrazó y besó como Jesús le aconsejó. Desde ese momento y por lo que lleva viviendo Rebecca vive cada momento con felicidad e intensidad, ya no siente rencor, odio ni rabia por nadie. Y siempre recordará esas increíbles palabras "Ama a todos,
como Dios nos ama a cada uno de Nosotros"
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Foto del autor Fernando
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Descripción

Con muy pocos arreglos pero con mucho entusiasmo escrib esta historia. Obviamente es notable que an le falta mucho pero la quiero compartir con ustedes, porque el secreto de la vida es compartir.

Palabras Clave: Dios Lucifer Diablo Cielo Infierno Paraiso Gabriel Vida Muerte

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasa



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