Tercera Semana de ¨Cama Democrática¨
Publicado en Jun 09, 2013
EL PADRE PISTOLA
Por las características físicas de Jorge, su abuelita le decía en broma que era hijo del padrecito, un hombre alto, musculoso, piel bronceada por el sol y ojos verdes. Él había venido al puerto desde del norte del país para dar misa en la iglesia de la colonia. Algunos niños acudían tres días a la semana a la ¨casa de Dios¨. Ahí aprendían la primera comunión. Su abuelita acudía a la iglesia puntualmente con él y su hermana. Los dejaba, volviendo por ellos después de dos horas, mientras las madres esperaban a sus hijos hasta el final del catecismo. •- Se han fijado, como está de ¨chulo¨ el padrecito. •- Así me imaginaba mi príncipe azul, pero como no hubo de donde escoger, pues me conseguí el menos feo. La otra noche que mi esposo estaba dale que dale, tuve varios orgasmos pensando en el padrecito. Por poco se me sale su nombre. Imagínate el ¨osote¨ que iba hacer. •- Seguramente, ahorita anduvieras con lentes oscuros cubriendo tus ojos morados de la ¨chinga¨ que te hubiera dado tu chango. •- Qué ¨cabrona¨ eres. •- Bueno, yo soy ¨cabrona¨, pero tú eres una ¨putísima¨. •- Ja, ja, ja... ¨Cabrón y putísimo¨, era precisamente, el hombre con sotana, que no se comportaba como un príncipe azul. Es que la enseñanza de la acción de gracia no resultaba graciosa para algunos niños que se debían sentar sobre su rodilla con el fin de aprender a ser cristianos por la gracia de Dios, así mismo ser amigo de Cristo y persignarse con la Señal de la Santa Cruz. Les decía a ellos que con esta religiosa doctrina limpiarían sus almas de pecados para no ir al Infierno. •- ¿Padrecito, por qué no podemos ver a Dios? •- Porque en la tierra nunca lo vamos a ver, pero si en el Cielo. •- ¿Cuál cielo? •- El que está allá arriba esperando por nosotros cuando nos abandone nuestra alma. •- Pero sí ya estamos muertos . ¿Cómo vamos a verlo? •-Sólo lo ven, los que se portan bien. Así que no te portes mal, sino te vas al Infierno. •- Y si no hago mi primera comunión. ¿Qué pasa? •-Pues ofendes a Dios, a mí, a tus padres, a tus hermanos porque no vas a aprender la palabra que nos enseña Jesucristo. •- Pero yo no le hago daño a nadie y además quiero mucho a mi familia. •- Precisamente, esos atributos te lo ha dado el Todopoderoso a través de Cristo que nos enseñó con su bondad a amarnos y como agradecimiento tienes que saber los mandamientos para que seas una mejor persona de lo contrario estarás en pecado original como Adán y Eva que desobedecieron a Dios cuando se comieron la manzana. ¿ Por cierto, me podrías decir los diez mandamientos? •- Claro. Hasta se los voy a decir de corridito: ¨Amarás a Dios sobre todas las cosas. No tomarás el nombre de Dios en vano. Santificarás el día del Señor. Honrarás a tu padre y a tu madre. No matarás. No cometerás actos impuros. No robarás. No dirás falso testimonio ni mentiras. No consentirás pensamientos ni deseos impuros. No codiciarás los bienes ajenos¨. •-Muy bien. •- Padre, ¿Podría hacerle una pregunta? •- Si, la que gustes. •-Si en uno de los diez mandamientos dice: ¨No matarás¨. ¿Por qué usted sempre trae una pistola delante de su sotana?.. Porque todavía no querían morir, los niños elegidos por el sacerdote temblaban cuando pasaban al frente a explicar lo que habían aprendido. De repente veían surgir al lado de su pierna derecha un bulto duro, escondido en la sotana negra, la cual era frotada por los niños cuando el padrecito envolvía con su mano derecha sus manitas, dirigidas sobre la supuesta arma inquisidora, que ellos tocaban, pensando que era una pistola, con la cual el representante de Cristo los iba a matar si no aprendían que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, era Dios: Creador poderoso en el Cielo y en la Tierra de todas las cosas. Por ese miedo de recibir un balazo por su ignorancia tampoco preguntaron por otra santa: La Santísima Trinidad que para ellos fue otro acertijo religioso. JOHNY Del quien no pudieron descubrir el acertijo durantes largos años, fue el de mi tocayo Johny que en si se llama Juan como yo y como mucho de nosotros. Pero se había puesto ese seudónimo porque le parecía más ¨nice¨. Él no puede decir una frase completa en español, ya que en sus expresiones siempre mezcla algunas palabras del inglés: costumbre adquirida en el círculo de los homosexuales que frecuentó cuando fue adolescente. Él había nacido en una familia donde sus padres no tuvieron la suerte de criar a una niña y, aunque no intentaron tenerla, se llenaron de hijos: Más bien su mamá fue la que crió a seis criaturas que pudieron ser más si ella no hubiera tomado la sabia decisión de dejarse amarrar las trompas de Falopio después de dar a luz a Juan. Él a los cinco años se rehusaba a jugar con su papá a la pelota en la playa. •- Mamá. ¿Por qué mi papá me obliga a ir a jugar con mis hermanos? •- Porque todos los hombrecitos juegan fútbol. •- Pero, yo prefiero quedarme aquí para ayudarte a limpiar la casa. •- Hijo, eso es cosa de mujercitas. •- ¿Por qué no puedo ser niña? •- Por que Diosito te hizo con un ¨pajarito¨ •- ¿Por qué no me lo cortas? •- Si te lo corto te puedes morir. •- Eso es lo que quiero, pues mis hermanos siempre me golpean. Siento que no me quieren. •- No digas tonterías hijito. Ven, vamos a rezar el Ave María para que se te salgan esas malas ideas. Quizás, si no te desvías, cuando seas grande te entregues al Señor y llegues a ser sacerdote. •-Yo no quiero ser ni sacerdote, ni futbolista. •- ¿Entonces que quieres ser cuando sea grandes? •-Todavía no lo sé, en este momento yo solamente quiero que mis hermanos y mis amigos me respeten como soy... Su padre, tenía el sueño loco de que alguno de sus vástagos lo iba a sacar de sus problemas económicos. Lo obligaba a participar con sus hermanos, quienes con gusto acompañaban a su verdugo cuando los visitaba en su tiempo libre, hasta que cada uno tomó su propio rumbo sin disciplina alguna, excepto Juan que desde su adolescencia practicaba todos los días los bailes de moda como la salsa y la cumbia: destreza que le servirían para pasar el examen de admisión en la escuela de danza clásica. Pero hasta la fecha, él muy pocas veces ha podido mostrar su gran don de bailarín, pues en realidad, se ganó por varios años la vida dando clases de salsa y cumbia para los adolescentes que deseaban ir a los antros de moda a ligar. Todavía de vez en cuando prepara bailes de quince años. La única vez que lo vi vestido de bailarín, casi lo confundí con la bailarina en el escenario, que oscureció repentinamente como si el sol fuera escondido por la luna. Con el movimiento del telón fueron apareciendo las luces que alumbraron dos negros torsos de maniquís, sostenidos cada uno por un tubo. Atrás de ellos aparecieron las piernas de dos bailarines. No pude diferenciar el sexo de las cuatros extremidades, pues a pesar de ser musculosas tenían la estética fina de los muslos de una mujer. Quise adivinar, cuál de ellas, mi vista de ¨macho¨ iba a seguir durante la presentación, pues todavía me encontraba vacilante en la elección de esos largos miembros atléticos. De repente sobre los torsos surgieron dos cabezas, las cuales definieron mi punto focal, no obstante de estar totalmente rapadas. Inmediatamente lancé la vista a la cara con ojos verdes, sonrisa de labios finos, blancas perlas alineadas y nariz afilada que dividía sus cejas en dos alas negras. Claramente el aspecto era de una fémina. Desde ese momento supuse a cuales piernas iba a seguir durante esa danza postmoderna. Pero, era tan excepcional la sincronía de los movimientos corporales, acompañados de una melodía compuesta con instrumentos de viento y repercusión, que por la fascinación y la concentración que me habían causado esos meneos, agitaciones, oscilaciones y ajetreos artísticos, no solamente volví a confundir los muslos sino los cuerpos danzantes. Así como de repente la oscuridad apareció, de repente también desapareció con una luz amarilla que reflejó solamente la sombra fornida de Juan danzando estupendamente por algunos segundos hasta que desapareció de nuevo en las tinieblas. Luego de un parpadeo de la oscuridad, los dos volvieron a aparecer en el escenario, danzando separados con una sincronización perfecta en sus movimientos artísticos hasta que las dos sombras se materializaron en sensualismo puro, deleitándose mutuamente con posiciones sexuales entre los destellos de rayos parpadeantes. Los dos cuerpos abrazados se volvieron una sola esencia frente al público que los felicitó luego de la función por su estupenda actuación, sin importar que ella fuera lesbiana y él homosexual que, por su comportamiento ¨amanerado¨, nunca olvidó las agresiones físicas y verbales de sus hermanos mayores y de su papá en la niñez. •- ¿Me dejan jugar con ustedes? •- No, porque se nos puede quebrar la mano. Además, eres bien llorón y cuando te damos de patadas, luego vas con mamá a acusarnos para que nos de unos chanclazos. •-Les prometo que me voy a aguantar. •-Déjalo jugar. Mi papá me ha dicho que le rompamos la madre a su manita doblada para que se vuelva hombrecito y no hable con voz de niña. •-La que te va a partir la madre va a ser mi mamá si lo ve llorar... Crítica a Cama Democrática: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10152442837046101&set=o.470925352990262&type=1
Página 1 / 1
|
daih
Gracias Carlos, verdaderamente he disfrutado de esos capítulos. Ya se que los subes los fin de semanas, estaré atenta.
daih
Ay! no puedo parar de reirme.
(sigo leyendo)
Carlos Campos Serna
Gracias por seguir leyendo...
daih