Ésta vez era todo muy distinto a mis narraciones anteriores. Yo sé muy bien que a lo largo de mi vida me han ocurrido cosas fantásticas e incluso increíbles para muchas personas, pero hay cosas que de verdad me ocurrieron y no sé como explicárselas a la gente.
 
Pasaron los años y yo, así como todas las personas y animales. Me volví viejo con el tiempo, dejé de revisar mi parcela, mi huerta y dejé de compartir múltiples aventuras en mundos fantásticos con mi fiel  y amistoso caballo. A decir verdad. Para ésta ocasión estaba yo sólo en casa, sólo que mi casa ya no me resultaba tan cómoda.
 
Mis hijos habían estado enviando mucho dinero de manera constante, por lo que mi hija Antonia (Toñy) se tomó la grandísima molestia de utilizar ese dinero para el bien de todos, y para la construcción de la casa. Yo no estaba mucho dentro de la casa de por si, así que son muy pocas las veces que yo subía a la casa de arriba (Por que el segundo piso de mi casa ya no fué hecho con el mismo estilo, ya no me sentía en una normal casa de rancho, a decir verdad parecía ahora como una especie de hotel. Y aun que luce muy bien simplemente como muchas otras personas mayores no me acostumbro o mejor dicho no me gustan los cambios) Más sin embargo hubo una pequeña temporada en la que subía varias veces al día, o me quedaba días enteros así, haciéndome la promesa a mi mismo de que me acostumbraría a vivir ahí arriba.
 
Todo iba genial, eran unos buenos días, y me daba cuenta con el paso de los días. QUe me esperaba un futuro en el que no podría valerme por mi mismo, aun que para mi suerte, de antemano sé que Toñy y Hernestina, mi esposa, siempre estarán ahí. Más sin embargo, un día, o mejor dicho una noche. Subí al baño para hacer de mis necesidades. Subí, entré al baño e hice lo mío, pero, por falta de organización el lavamanos quedó fuera del baño. Entonces abrí la puerta del baño, salí al pasillo y me lavé las manos en el dichoso lavamanos, que sólo estaba puesto en una pared con una compleja construcción en cuanto a tuberías se refiere. Y en la pared, obviamente se encontraba un espejo alto, y un poco angosto, pero con el tamañuo suficiente para reflejar a una persona.
 
Me estaba lavando las manos y no veía mi reflejo, no sé por que sólo veía mis manos, y a su vez, por cuestiones que desconozco, solté una pequeña sonrisilla, creo que recordé un dulce momento, pero para ser franco no recuerdo, entonces como simple reojo volteé a ver al dicho espejo, creo que ese es el error más grande que he cometido en mi vida. En la esquina inferiror derecha, casi sobre el marco del espejo ví (a través del reflejo) perfectamente bien un monstruo que estaba doblando un poco las rodillas y la espalda la tenía curva. Si hubiese pasao eso después hubiera dicho que adquirió la pose del héroe de ficción "Wolverine" en cuanto alcanza un punto de cólera y rabia máximas.
 
Ésta cosa tenía bien. una forma humanoide, pero de él salían unas largas y puntiagudas orejas demoniacas que destacaban en su rostro junto con sus puntiagudos y filosos colmillos blancos. Su cuerpo era completamente negro, cubierto por una especie de pelaje con aura demoniaca.
 
En general éste bestial depredador demoniaco estaba muy marcado en cuanto a músculos se refiere y lo peor de todo (Si. Incluso peor que esos ojos completamente circulares, y ésta forma la obtuvieron por que casi se salían de sus cuencas esos ojos blancos y fríos ojos, vacíos y maliciosos que a pesar de no tener pupilas se que me observaban fíjamente, y hasta incluso los músculos de las cejas y frente resaltaban) Lo peor de todo era ese desgarrador grito, no era sólo una bocal extendida a una nota muy alta, no. Era un grito de proporciones bíblicas, un grito horrible, fortísimo y exagerado, a simple vista no se veía capaz de gritar tan fuerte. Ese grito fué tan estremecedor, que pequeñas costras de la pintura recién puesta cayeron desde las paredes y el techo.
 
Me espanté tanto al verlo, sentí como el horror rompía dentro de mi. Y pensé en las cosas más horribles del mundo. Ese grito del demonio se escuchaba como el grito de las bestias, se escuchaba como el grito de mil hombres con una furia tremenda, se escuchaba como las grabaciones baratas de demonios en los actuales videojuegos y películas sólo que 100 veces peor. Todos esos gritos y sonidos extraños enlazados en uno sólo haciendo una escándalosa y tétrica orquesta.
 
pese a que fueron pocos segundos, vi como ese monstruo se avalanzó sobre de mi de un salto, y abrió su boca ¡Dios mío ! ¡Que horror de hosico !  
 
Justo en el milisegundo en el que l monstruo en cuestión dejo el suelo al satar... Se fué la luz, se fué la luz y escuché (A parte de los gritos ya mencionados) como si una pesada cadena fuese destruida por un metal filoso, por un objeto punzocortante. No pude hacer nada más que soltar mi último grito de horror y desesperación juntos, mientras mis ojos soltaban una lágrima al saber que ya era el momento de mi muerte.
 
Después de esa parte, abrí los ojos y me percaté que estaba de pie, parado a la mitad de la escalera con dirección al baño de arriba. Pero ni loco subiría, fuí corriendo al baño que está abajo (Que en si da más miedo por que está en el patio pero fuera de la casa, y de paso están las gallinas y los cerdos (Acá llamados "Cuches") que se alborotan cuando ven una sombre. Además a esas horas todo se ve tenebroso. Pero ni loco subiría a ese baño nunca jamás mientras el sol se haya ido... Después sólo me acosté en mi cama, satisfecho de que hice lo que debía y no tenía por que levantarme de mi cama. Y comencé a decirme en mi mente "Creo que estoy un poco loco"