No es del otro lado de quien deseo expresarme si no los quiénes como el río, y existen miles quiénes son de este tipo, complicados erráticos inestables, sin embargo multicoloridos, con fauna y parajes exóticos.
Quiénes como el río tienen un lecho que cambia desde las montañas hasta su desembocadura, en anchura y longitud, sus aguas a veces turbias otras veces calmas, cambian segun las estaciones del año, a veces hay sequía otras veces inundaciones y para que decir de la temperatura, algunas veces frío otras veces cálido.
Lo dificil es cuando admiramos sus benevolencia y decidimos seguirlo como aquellos peces ingenuos que nadan contra la corriente toda su vida.
El río es inestable hasta en sus concentraciones, la diferencia de sus minerales a lo largo del río son como los sentimientos, los más puros yacen en la cumbre sobre la montaña, una montaña inalcanzable.
Entonces ingenuamente quiénes somos como el aire, decidimos viajar en sus esencias cuesta arriba, buscando en cada centimetro del cauce una sola corriente que nos diga que navegarlo es seguro y que nada nos pasará.
Quiénes como el río son agresivos, destructivos a veces profundos pero siempre hirientes, y el navegador cuando mas agresivo el lecho mas atraído se imanta.
La estupidez del subconsciente sugiere navegarlo en vez de caminar junto a la orilla, sabiendo que de igual manera la nieve de la montaña terminará matandolo, pero la esperanza que lo mueve es simplemente un pequeño sorbo del agua pura tan anhelada sin conservante ni procesamientos previos, todo sincero, todo pulcro, un agua inexistente si no existe el dolor.
Quiénes como el río solo dejan que quienes busquen en el un consuelo y se los lleve la corriente.