EL EVANGELIO DE MARIADO NOROLA (Salmo XI) ¡EL FINAL!
Publicado en Mar 17, 2010
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(escrito en colaboración con Mary Paz!)
 
Salmo 11. La Resurrección de Mariado Norola.
 
Se hallaba entonces el alma peregrina de Mariado, saltando de nube en nube con un solo pie, como jugando a la rayuela, hasta llegar a las puertas mismas del cielo, donde estaba San Pedro esperándolo, con aire circunspecto.
-El viejo te está esperando… -. Le dijo algo preocupado.
Pero nuestro ya querido Mariado no notó esto, puesto que se hallaba pletórico de gozo, pensando que con su vida había alegrado y servido a Dios, y que ahora por fin recibiría su merecida recompensa. Fantaseaba con el recibimiento que le darían, un coro de angelitos de culos regordetes y con las caras de Nydia, repetidas mil veces y entonando el siguiente cántico: “Langella, hijo de puta, la puta que te parió”.
Pero estaba desierta la antesala al recinto de Dios. “Se tratará de una fiesta sorpresa”, se dijo Mariado, aún optimista. Golpeó a la puerta de la oficina de Dios, y oyó entonces un seco “pase”.
Entró Mariado a la oficina, y así se encontró por primera vez cara a cara con el mismísimo Dios, que se hallaba sentado a su escritorio.
-¿Así que vos sos Mariado Norola?-. Le dijo Dios.
-El mismo que viste y calza, pa´ servirle.
-El pelotudo que se hizo llamar mesías, en nombre mío-. Dijo Dios irritado.
Y ahí nomás Mariado empezó a caer en la cuenta del verdadero estado de las cosas.
-Pe… pe… pe… pero Señor-. Tartamudeó. –Te he servido toda mi vida, fui célibe; fui un ser de luz, jamás tuve maldad alguna, amé a todos por igual, escribí los cánticos más bellos, más de 500, solo para ensalzarte, guié a los pueblos hacia ti, fui el escritor más leído de todo Textaleth, mi carné está lleno de amigos; siempre perdoné y bendije a todos mis enemigos; les hice parrilladas; invité a los extranjeros a mi casa, de vacaciones; pero lo principal, lo esencial, iluminé con mi preclara sabiduría a las masas, y todo fue por amor a tiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!
A lo que Dios gritó ya terriblemente exasperado, y su grito se oyó por los cuatro cuadrantes del universo.
-¡¡¡¡¡¡Dejá de llorar la carta, Norolaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!.
Dicho lo cual se levantó de su asiento, tomó a Mariado por el pescuezo, y le metió tal patadón en el culo, que le hizo entrar en órbita y atravesar todo el espacio sideral, con la suficiente fuerza como para ir a aterrizar de cabeza otra vez sobre el planeta tierra, más precisamente, sobre la ciudad de Textaleth.
Cuando Mariado se repuso del embate, levantó la cabeza y vio que Dios estaba al lado suyo. Mariado tenía un cuerpo físico, nuevamente, una réplica exacta del que había sido pulverizado. Dios le dijo:
-Ahora vas a rehacer tu vida como Dios manda.
-¿Y cómo es eso?-. Preguntó Mariado.
Entonces Dios le dijo:
-No seas pelotudo, Mariado. Nada más dejame de romper las pelotas. ¿Te creés que yo no tengo ya suficiente con mis problemas, che?-. Dicho lo cual, Dios se esfumó.
Mariado Norola fue entonces a sentarse sobre una piedra, a rumiar sus cuitas. Y pronto se dio cuenta que estaba enojado.
El cielo se nubló y comenzó a llover. Empezó a mojarse pero no le importó. Sonó un trueno y Mariado apretó las muelas, presa de su propia ira. Los conejitos y las ardillas corrieron a esconderse, aterrorizados. Cuatro pajaritos cayeron muertos sobre la grava, de un síncope, por la impresión.
Se oyó otro trueno, y Mariado Norola, poniéndose de pie, exclamó:
-¡Ahora sabrán de mi enojo!, ¡ahora se consumará mi venganza!, ¡Ahora será el apocalipsis según san Norola!
Y soltó una risa macabra, que se escuchó por todo el bosque, y se oyó sonar una banda de rock frenético, y una horda de conejitos enloquecidos llegaron corriendo en dos patas desde el horizonte, cubriendo todo el paisaje como una plaga, y se pusieron a bailar al son de la música, una coreografía de los mil demonios.
Y entonces apareció Edgar the Sacrifice y dijo:
-¡E-e-e-e-e-e-esto fue todo amigos!.
Con música de final de Bugs Bunny!.
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Descripción

Salmo 11. La Resurrección de Mariado Norola. Se hallaba entonces el alma peregrina de Mariado, saltando de nube en nube con un solo pie, como jugando a la rayuela, hasta llegar a las puertas mismas del cielo, donde estaba San Pedro esperándolo, con aire circunspecto. -El viejo te está esperando… -. Le dijo algo preocupado. Pero nuestro ya querido Mariado no notó esto, puesto que se hallaba pletórico de gozo, pensando que con su vida había alegrado y servido a Dios, y que ahora por fin recibiría su merecida recompensa. Fantaseaba con el recibimiento que le darían, un coro de angelitos de culos regordetes y con las caras de Nydia, repetidas mil veces y entonando el siguiente cántico: “Langella, hijo de puta, la puta que te parió”. Pero estaba desierta la antesala al recinto de Dios. “Se tratará de una fiesta sorpresa”, se dijo Mariado, aún optimista. Golpeó a la puerta de la oficina de Dios, y oyó entonces un seco “pase”. Entró Mariado a la oficina, y así se encontró por primera vez cara a cara con el mismísimo Dios, que se hallaba sentado a su escritorio. -¿Así que vos sos Mariado Norola?-. Le dijo Dios. -El mismo que viste y calza, pa´ servirle. -El pelotudo que se hizo llamar mesías, en nombre mío-. Dijo Dios irritado. Y ahí nomás Mariado empezó a caer en la cuenta del verdadero estado de las cosas. -Pe… pe… pe… pero Señor-. Tartamudeó. –Te he servido toda mi vida, fui célibe; fui un ser de luz, jamás tuve maldad alguna, amé a todos por igual, escribí los cánticos más bellos, más de 500, solo para ensalzarte, guié a los pueblos hacia ti, fui el escritor más leído de todo Textaleth, mi carné está lleno de amigos; siempre perdoné y bendije a todos mis enemigos; les hice parrilladas; invité a los extranjeros a mi casa, de vacaciones; pero lo principal, lo esencial, iluminé con mi preclara sabiduría a las masas, y todo fue por amor a tiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!! A lo que Dios gritó ya terriblemente exasperado, y su grito se oyó por los cuatro cuadrantes del universo. -¡¡¡¡¡¡Dejá de llorar la carta, Norolaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!. Dicho lo cual se levantó de su asiento, tomó a Mariado por el pescuezo, y le metió tal patadón en el culo, que le hizo entrar en órbita y atravesar todo el espacio sideral, con la suficiente fuerza como para ir a aterrizar de cabeza otra vez sobre el planeta tierra, más precisamente, sobre la ciudad de Textaleth. Cuando Mariado se repuso del embate, levantó la cabeza y vio que Dios estaba al lado suyo. Mariado tenía un cuerpo físico, nuevamente, una réplica exacta del que había sido pulverizado. Dios le dijo: -Ahora vas a rehacer tu vida como Dios manda. -¿Y cómo es eso?-. Preguntó Mariado. Entonces Dios le dijo: -No seas pelotudo, Mariado. Nada más dejame de romper las pelotas. ¿Te creés que yo no tengo ya suficiente con mis problemas, che?-. Dicho lo cual, Dios se esfumó. Mariado Norola fue entonces a sentarse sobre una piedra, a rumiar sus cuitas. Y pronto se dio cuenta que estaba enojado. El cielo se nubló y comenzó a llover. Empezó a mojarse pero no le importó. Sonó un trueno y Mariado apretó las muelas, presa de su propia ira. Los conejitos y las ardillas corrieron a esconderse, aterrorizados. Cuatro pajaritos cayeron muertos sobre la grava, de un síncope, por la impresión. Se oyó otro trueno, y Mariado Norola, poniéndose de pie, exclamó: -¡Ahora sabrán de mi enojo!, ¡ahora se consumará mi venganza!, ¡Ahora será el apocalipsis según san Norola! Y soltó una risa macabra, que se escuchó por todo el bosque, y se oyó sonar una banda de rock frenético, y una horda de conejitos enloquecidos llegaron corriendo en dos patas desde el horizonte, cubriendo todo el paisaje como una plaga, y se pusieron a bailar al son de la música, una coreografía de los mil demonios. Y entonces apareció Edgar the Sacrifice y dijo: -¡E-e-e-e-e-e-esto fue todo amigos!. Con música de final de Bugs Bunny!.

Palabras Clave: Salmo 11. La Resurrección de Mariado Norola. Se hallaba entonces el alma peregrina de Mariado saltando de nube en nube con un solo pie como jugando a la rayuela hasta llegar a las puertas mismas del cielo donde estaba San Pedro esperándolo con aire circunspecto. -El viejo te está esperando… -. Le dijo algo preocupado. Pero nuestro ya querido Mariado no notó esto puesto que se hallaba pletórico de gozo pensando que con su vida había alegrado y servido a Dios y que ahora por fin recibiría su merecida recompensa. Fantaseaba con el recibimiento que le darían un coro de angelitos de culos regordetes y con las caras de Nydia repetidas mil veces y entonando el siguiente cántico: “Langella hijo de puta la puta que te parió”. Pero estaba desierta la antesala al recinto de Dios. “Se tratará de una fiesta sorpresa” se dijo Mariado aún optimista. Golpeó a la puerta de la oficina de Dios y oyó entonces un seco “pase”. Entró Mariado a la oficina y así se encontró por primera v

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (26)add comment
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Hoz Leudnadez

JAJAJAJA.....!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!UYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY
POR LA MONSTRUOSA V.E........A DE JESUCRISTO......WOW!!!!!!!!!!!1
QUE FINAL!!!!!!!!!!
QUE HISTORIA!!!!!!!!!!!
QUE PERSONAJE!!!!!!!!!!!!
QUE....QUE MAL TOCA EL MOCOZIN!!!!!

GENIAL....DE PIE....APLAUSOS!!!!!!!!!!!!!!!!

Y SI ESTO NO ES DEFENDER A LA MUJER QUE AMA Y SOLO SON LAS BLSFEMIAS DE UN SER QUE AGREDE...VAYA...ESNTONCES A DAOS POR CULO A TODO LO ESTABLECIDO POR LA EVOLUCION....QUE ESTO ES AMOR DE VERDAD!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ESTO SI ES DEFENDER A SU MUJER DE PELOTUDOS (no se si suene tan ofensivo me suena mas a niños jugando con globos que se yo) PERO AMEN.....Y NOS VEMOS EN EL INFIERNO BARRABAS....A SATAN MI MARYPAZDALENA....SEE IU TEXTALETH.....LO MEJOR....REDUNDO DE LO MEJOR...NO ME PARE DE REIR HIJO DE.....LA PUT.QUE TE PA.....CARNAL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
TE QUIERO.....
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March 18, 2010
 

Roberto Langella de Reyes Pea

El infierno estaba encantador, como dicen los redondos, una banda de rock de acá. Abrazos, carnal.
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March 18, 2010

María de la Paz Reyes de Langella

este final está medio psicotrópico, hasta me imaginé arcoiris fosforecentes y nubes de colores... Y Dios, tan argentinizado.
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March 17, 2010
 

Roberto Langella de Reyes Pea

Listo, se acabó. Ya todos pueden otra vez dormir tranquilos.
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March 17, 2010
 
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