Por voluntad de...
Publicado en Jan 17, 2010
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Obligada a casarme. No llego a comprender cómo llegué a esta situación tan deplorable. Pero acá estoy, rodeada y asfixiada por familiares directos y políticos. A la espera de “EL GRAN EVENTO”.
Estoy a pocas horas de ser entregada al altar, al fuego, a la hoguera del sacrificio.
Una sensación de desconcierto me embarga. La atmósfera es extraña. El entorno, oscuro, tétrico, lóbrego. Mi futuro consorte espera en algún sitio. Aún no nos han presentado. Siento en carne propia el hacer de costumbres de otras épocas y otros estratos sociales. Épocas  de nobleza, clero y plebe.
Una  catedral, de estilo gótico, se dibuja en el fondo de este escenario medieval.
Y el agudo sonido de un violín completa el dramatismo ambiental. No tengo casa,  deambulo de un sitio a otro, por refugios ajenos. Moradas sombrías, que se integran al lúgubre ambiente. Continuaciones inanimadas de una presencia que late lánguidamente en las calles, en los pasajes, en los parques, y especialmente, en los jardines circundantes de la Iglesia Catedral. Recovecos,  pasadizos y murallas de ladrillo rodean la imponente construcción de manera desordenada, como los lazos de una falda que llega a ras del suelo, como una cola de gasa vaporosa, como cintos etéreos de un vestido…
Perdida en las cúpulas góticas. De pronto bajo la vista  y me observo: no llevo vestido de novia.  Ropas oscuras y disimuladas me cubren, como si fueran harapos. El ajetreo a  mi alrededor contrasta con mi manifiesto mutismo y mi inmovilidad.  En mi mente, aparece la imagen difusa del hombre al que me han destinado. No lo conozco…pero sé quién es. Es un primo lejano de mi padre que ha fallecido hace muchos años de una extraña enfermedad.  Pero está vivo. Su figura se va clarificando hasta el punto tal de parecer real: alto, flaco, de tez oscura, pelo entrecano, y de más de cincuenta años… A ese decrépito hombre le entregarán mi castidad.  Sí, por algún extraño y arcano mecanismo inconsciente aún soy virgen…para los otros.
Mi imaginación onírica salta hacia el futuro adyacente, a mi imagen yacente en el lecho nupcial.  Sábanas blancas esperando mancharse…¿Qué pasará cuando la verdad se revele? Reverlarme…eso tal vez debiera. A mi alrededor, el trajín continúa y aumenta: cada cual prepara sus galas con ansiedad.
No puedo continuar con esta mentira, no puedo seguir con esta inercia…
Abro mi boca para romper el silencio, y el alegre torbellino de familiares y amigos, presurosos por estar listos a tiempo, me obliga a callarme.
“No puedo hacerles estos, ellos están tan ilusionados y expectantes con esta boda”
Y a pesar de que el correr del segundero va sellando poco a poco mi destino, y a pesar de que hay miles de titiriteros armando historias de doncellas con sus hilos (con mis hilos), a pesar de mi silencio…soy inmune a todo. No hay desesperación, no hay ira, ni tristeza, ni angustia…
Estoy anestesiada.
Soy una figura fantasmagórica siendo arrastrada de un lugar a otro…
Un ser inanimado…
Subyugada…
Dominada…
Por los otros…
Por las reglas sociales
Por las costumbres religiosas…
Por las eternas cúpulas de una tenebrosa catedral que se recortan contra el cielo, y amenazan con quebrarse y caer debido a su propio peso… y al de su historia.
Ya obsoleta y caduca.
En el nombre del padre,
Del hijo…
 
Un alarido de violín…
Silencio.
 
 
  
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Foto del autor Julieta
Textos Publicados: 31
Miembro desde: Jan 07, 2010
12 Comentarios 1408 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Casamiento

Palabras Clave: sueos iglesias reglas sociales

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Derechos de Autor: SI


Comentarios (12)add comment
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Julieta

La foto también tiene derechos de autor.
Responder
January 17, 2010
 

Julieta

Un poco más de prosa-verso
Responder
January 17, 2010
 
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busy