• alberto carranza
albertocarranza
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  • País: Argentina
 
  Un corazón derruido por el juego feroz del amor, escupe sangre y sudores , escupe carne y semenenlutando el sueño que fue de oro y de plata.Dios no esta presente desde hace mucho tiempoy El no se hace cargo si diluiste la eterna Fé,si animosamente quebrantaste reglas sagradasmilenarias como la corona de espinas de Cristo. Apenas recuerdas un martirio informe que duerme.Sobre tu propio sudor, sobre tu propia inopiahollaste el camino imperfecto del ecce homo.Y para conservar la cordura bestial del hombre,y preservar su insana, malsana perversidad,caiste en la trampa: fuiste risa, escarnio y blancode los dardos escondidos y ni Tupacaamrú se salva.Un guerrero ni en su flanco a cubierto elude la lanza.Tu simplicidad engañosa no es Jesús en el monte que hermana de los sueños la bondad nunca apaga.Pero El es El y tu un remedo de su santa alma quesi peca, peca en la incertidumbre infinitesimal,henchido de anatemas, sin ningún remordimientopues has hecho su calvario agitando un inútil abrazo,sin pesada carga a cuestas,sin latigazos depravadosveraz muestrario de la barbarie que reina por doquier,y porque las blasfemias del amor nunca se apagan,por una vez los ritos del amor merecen paz y calma. 
                          " El mal sin solución nunca se encierra"A el Purgatorio se lo puede burlar a través de un espejo,o a través de una tangente previsible y sin dioses.Todo lo que necesito ahora ya fue absorvido,por un irracional corazón que partió enmudecido,y como el mal avizora el mal, el bien avizora el bien,pero entre ambas persiste una pasión de colores,un inflamado espectro que permite sobrevivir,y fíjate que apenas menciono flores arrepentidas,apenas menciono el menoscabo que indolente vuela.Una imagen retorna fantasmal junto a un perro,una realidad sueña otra realidad sin excesos,una transfiguración perdurable sueña y juega,juega contigo y conmigo como volcán apagadoque va a morir en un instante sin violencia,que se apagará sin mayores laceraciones y sinderramar ni una gota de tus pupilas de nieve.
La luna escapa desnuda,desde tu cuerpo dormidose va con su brillo de platay tu sin vacilar la acompañas.Pero otro noche ella se va solay con el alma conturbadasolo me deja en mi cama.La luna escapa desnuda, como si tuviese dos alas,y nadie asegura que otra vezasome y de nuevo te traiga. 
Evanescente
Autor: alberto carranza  706 Lecturas
Estás en mi corazónque nunca fue de piedra.Estás en mi almaque siempre fue cantera.Estás en mí de un modoirrevocable y esperoya entiendasque unidos fuimoslastimados en la tierra.
Irrevocable
Autor: alberto carranza  672 Lecturas
Si un misterio desaparece detrás de otro misterio,y ninguna expectativa alcanza, ni siquiera una que deje vislumbrar las flores del durazneroo a una serpiente tentadora desde su trono.Y si vas por ahí, por ese camino sin retornoy como si nada pasase por el sideral espacioque vibra, que desbroza malezas tristes,que anuda la calma, esclavitud de nada,o si este nuevo día es noche alumbraday en sendos cielos rosado y negrohalles espíritus en colinas verdes,o un perro malditamente extraviadososlaye la muerte diez veces y mordientete indignes por las trampas del descaro, y por la saña y amenaces con puños de furia.Cuando te juzgues o cuando te juzgueny desfallezcas de subir escaleras sin reposo,O vayas con pasos sin rumbo, tan largos,tan silenciosos como la misma cruz negada,O cuando tu silueta se dibuje por sí mismasola en la amarga sombra de la penumbra,Iras segura, debatiendo y con la frente altaAquel lugar de sonrisas enmudecidasdonde caerás sobre el espejo hecho trizascon tu angelical rostro arrasado por las llamas.
 En el tic-tac fatídico de esta madrugada,una sombra que acaricia y los rayos del sol nunca reflejan,se ha presentado con certeros pasos en posde latitudes incomensurables y extrañas.Ha visto acercarse el viaje, ha visto un abrazode ese encuentro inesperado, con mirada vaga.Fue así que un pañuelo mojado de amor,hastiado de la nada, perdido en añoranzas,del amor perenne nunca saciado, nunca presentido,ha cambiado su barco por una oculta casa,ha empuñado las crines estremecidas,del animal esplendoroso y de inaudito vigor,ha estremecido puñales hendidos en aguas oscuraspara dignarse a ver simplemente desdeñosas pupilas.
Si tu corazón es desvastado  en un tren vacíoy una barca sin plumas deriva hacia el futuro incierto,o una caída en picada deja una estela en el cielo, o un terreno cenagoso devora toda acción y deseo. Si las benditas flores carecen de mariposas,y la fuente que asperge se seca indolente,como esos sinsabores de la celda sin cucheta,donde anida la cobardía que pinta malos augurios.Si esos espectros  de la penumbra ya no te dejan, si son emblemas mentirosos que nunca ceden,como nunca ceden los abrazos de los algodones del cielo,si ninguna mirada encuentras para el ciego de cordurasi ninguna blanca mano para la mano extendida,para el corazón infamado no habrá remedio posible.
 Apretado a su boca creyó romper la muralla y al entreabrir el estuche de joya enjaulada,sucumbió a la norma que nunca alcanza.Apreció el espejo de Venus en un fotograma,restauró principios de rastros en la danza,aspiró una fluida flor de agua mojada, y reclamó para sí la mínima añoranza.Lubricó la sequedad de la valva añorada,pero nunca más la vio en la tierra santa,fue esa la última vez que derribó la muralla. 
            " Cien inviernos no alcanzan para discernir un otoño pleno" Succionado por el metro hendido y fantasmal,sujeto a íconos,a rostros sombríos de placer mustio,encorvado a través del pasadizo ronroneante,desperdigado en espumosas migajas fuistehasta donde el aire estoico se vuelve irrespirable,adonde el aliento es entrecortado por una imagenadonde con firmeza comprimiste el propio y lococorazón para sobrepasar el ansioso resquemor,y a los jardines  dorados adonde prefigurasteaquel paisaje que intentó ser dueño del tiempo,que en segundos irremediables se desvanece, hasta que el nuevo ciclo retorne una vez henchidoy asciendas escaleras del mapa Jeroglífico,para echar una mirada a tus ojos desnudos de amory a una amapola dormida junto a la sonrisa vacía. 
  "y suponte que en esa noche irremediable con el primer rayo cayó la Luna" Si te encuentro en un sueño desgarrado con tus ojos envueltosabismados en láminas doradas y en un brebaje claro de horrores,escondida debajo de los moteados mármoles de la antigua plaza,con ciertos obstáculos de donde escapas con un salto burladory te incorporas de otro salto al pedestal como la diosa de hielo,con similar sonrisa Decó, tan refulgente en su efímera festividad,porque ya no encuentras lugares ansiados en lascallejas.Y entonces suponte mueres y me reclamaspara el postrer momento,una incóginta, un enigma, el flágelo del raro sonidofetal,dibujos amestrados durantes esos días ciempiés demil caminos.y suponte que embriagados rieron ciertos destellosensuciando el destino,versificado por algún rayo que se coló invisible,en algún remanso de sueños eróticos dondebebimos cerezas,Y suponte pues, que observando esos instantesen que lo humano es menospreciado en extremo,unida a la noche de somnolencias atrapo la Luna?  
Para suavizar con un mirar piadosolos recuerdos que coletean inexactos,sobre poderosas rocas bajo cúspides de nieve,junto a la miopía de un corazón amortizado,he agendado los pecados de la necia memoria con la soledad que se ha dormido en tu regazo,y para contar esta historia tan infantil, tan nimia,que fue creciendo con hambre , con sed y con frío,que logró demoler los ínfimos destellos de la niebla,para que majestuosos cóndores naveguen en las cumbres,cumbres que pueblan mi conciencia y mi memoria de dioses y demonios batiéndose toda una jornada,que es toda una vida de asaltos y aprensionesque para nada sirven si alguien no respondepues enmudecidas en mi garganta yacen inhóspitas,secándose con la magra cordura del  exiliado,atadas a un sin fin de ruedas de venganzas,que se han perdonado sin haberse perdonado,que se han deslumbrado con los roces de muñecasque quizá estremecen y atormentan sordamente,al entrar por el umbral desplomadas en el barro,para que yo vuelva acariciarlas con otras sensacionesmenos ingratas,menos enquistadas en sinsabores,junto a rumores dormidos que atraviesan la ventanaunidas a esa soledad que se ha dormido en tu regazo...
Suelo perecer en las noches indolentes e inseguras,imaginando apenas premuras voluptuosas y una luzblanca como plata molida, ondulante e indefinida,por donde te evades y luego rehaces y aparecetransformada la efigie o la estatua sabiamente modelada.Suelo perecer y sin embargo tu verdor deslumbra,y adivino en tu incognita la pugna de un beso duroy cruel tan mordiente como el de una serpiente arpía.¿Es tal vez una idea peregrina, procelosa o calmada,la de apreciar tu ondulante cabello que se dispersacon el ligero viento  sobre el sólido brillo marino?Suelo perecer cada noche indolente e insegura,desabrida noche de ojos ciegos que juegan conmigo,prolongado juego de labios que casi mitigan mi sed,pero sin gestos y sin la fluída tibieza de tu almohada. y sin siquiera tus dedos excitantes y temblorosospresionando, rizándose horriblemente en mi espalda.Suelo perecer cada noche indolente e insegura,soy pues aquella tensa e incolora flor sin marcaque refulge y repite que un tiempo nos separa.Después, cautivo de un  rostro cruel agobiante,entiendo que nada entiende y no perdona nada.  
Nadie sabe de tu figura ni de tu premura,nada de tu solitaria morada escondidatampoco de tu frescura,ni de tu dulzura,ni siquiera de tu secreta victoria esculpida.Tampoco nada si casualmente estás dormidaNada de tus paseos en la rocas placenteras,ni del horizonte rojo donde te apeas paraver en la lejanía la vieja playa encendida.Nadie sabe si tu estilo es lozano o simpley si es vano rescatar de la necia memoriaeste pobre mundo procaz ya sin historia.Nadie conoce de esas olas y de ese viento,que recorriste trasuntando sentimientos.Tampoco nada de los castillos de arenaderribados por la inclemencia marina.Nada tampoco de los amores que fueronNi de los temores,ni del lastimoso y peorlamento, de la sangre triste, tan triste y penosa que apenas corre por dentro.
Sueles aparecerte en horas crepuscularesdeslumbrandocalladas noches de perjurio y de espanto.Con ese taconeo cadencioso pasas debajo de las farolas yte detienes sobre las azoteas pero....¿ adónde huyes joven fraganteque crispas, postras y hielas mi sangre?Sólo entonces te digna mirarme.Detenida ante la plazate balanceas al mismo ritmo queasperge desde la fuente,con aire desvaídoderramas la dulce miseriaque cunde del miedo.En el hermoso cuerpo estatuado,con absoluta indolencia asomade tus brazos presuntamente mórbidos,de diosa antigua,el delicado mármol que con máximoesplendor germina,como el son del bandoneón que lastíma.Sueles aparecerte en horas crepuscularesdeslumbrandolas calladas noches de perjurio y de espanto.Tu solitaria figura debajo de las farolas es quien en la calle vacía renacey cada vez que allí llegaes quien a mi alma amordaza.   
Hoy estás furibunda, desenfocada,desparramas lujuria como estocadasvergonzantes melodías, tenaces que me desangran.Todo se confunde en esa ruidosamatanza.Y hasta lo impreciso se adueñade la nadaque hoy asume color rojo carmín,o aquel viejo color  azul Franciamientras te desnudabas.Y escucha, escucha bien...Y fue en esa morada ya inexistentey desheladadonde lo sin par corroyó tu disolutacalmaque igual que tu pericia que disteen esa cama , en ese colchónque guarda restos consumidosde la lucha sin pausa,porque allí no bastaron mil besospara que concedieras con tus piernasimplicadas el amor que apenas derramas.Hoy divagas, ahora con tu menteextenuada.Hoy, te cristalizas, te desparramas, te vuelves cáscara.Luces un ademán despectivode hoja trucada...
Seductores mensajeros de las playasen rasantes vuelos extinguen la plétora del descomunal aljibe densamente poblado. Se han aventurado por única vez sobre esemar incógnito,Por única vez han danzado en los brutalesespasmos de la pleamar,por única vez han roto cadenas y triturando riscos,Y en ese gigantesco rumor se desmoronan.En esa eterna invasión de la infiel arena,penosamente infiel con el sol se ensañan,y en ese cielo morado verdoso contrastante,ejecutan ritos que aplanan la enmudecida visión,una visión del todo enigmática del solitario de la pipaque desanda las huellas charqueadas y sombríasde la caverna por él atravesada, por él holladahacia el portal igual que los inumerables pleniluniosque evoca su pesado andar, que evoca musitando conlabios resecos una plegaria triste a ese templo sin nombre,+de repente desnudo, de repente en absoluta calma. y en su gigantesco rumor se desmorona,y en su eterna invasión a la arena infiel,penosamente infiel al sol que se ensañaen el cielo morado verdoso contrastante, para ejecutar aquel rito que aplanala enmudecida visión enigmáticadel solitario de la pipa que desandalas huellas charqueadas  de la sombríacaverna para atravesar el inmenso portal hollado por inumerables plenilunios.Para que el hombre de la pipa evoque en su pesado andar,evoque y musite con sus labios resecosuna plegaria triste a ese templo sin nombre.
En el ámbito abierto a los encontradosvientos y a la arena en suspenso,el aire mira hacia abajo y su innata curiosidad lo desciende sin premura.Lentamente nubes cíclopeas se hansobrepuesto y dispersan por doquier,Los raros y extraños capullos arbolados,enfundan montañas de mil formas, incesantes, imprevistas se transformanen huecos ferrosos,en verdes extrañosen aplanados salitres ahondándose ensuperpuestas placas de color cementado.De ese cielo poblado por cúmulos nubosos,de ese azul como nunca quieto, inmóvilcomo nunca quieto, como nunca manso,extraigo mi paz porque nadie lo habita.Nada es más que el asentado silencio,nadie puebla esos sutuosos parajes inmensosy sin embargo pletórico pues allí hay vida.Un Ejercito inaudito acompaña el insinuado pasosinuoso con  sus  alas mansas quebradas, y sobre el Macadam de lejanos espejismos,de adorado estío,se adhiere el ejercito rugiente, voraces motores hacia el Sur,hacia el estehacia el Oeste circulan en todas direcciones¿pero acaso eso interesa?No, pues de repente se rezagan yaventuran una inmolación que los deshagaporque al final impone su movilidad la máspura soledad imantada.
,Luego que tu cabello recogido en el sueñose dispersa,luego que se evapora con el viento venturososobre la espuma salobre de la playa,suelo perecer en la indolente nocheinsegura.Desabrida noche que sin amarme juegaconmigo.Sin labios resplandecientes que mitiguenmi sed.Sin ningún gesto ni la tibieza de tu alhomada.Sin siquiera tus dedos temblorosos arañandomi espalda.Soy, pues, como incolora flor sin marcaque reitera que un abismo sin culpa nossepara.Después, imagino el bello paisaje, el detu bello rostro... tan bello perdiéndoseen la nada. :
Fuiste tan lejos en tu andar incierto y febrilque sólo hallaste ansias donde el pasado yadejo de ser.Ninguna otra cosa más que huecos párpadosen muda expectativa.Ninguna otra cosa más que la orgía de rayos al puroacecho, incinerando corazones transidos de amor.Fuistes muy lejos a llenarte de placer y a cambiohallastes derrumbes de estupor.Estallaste en rosadas pieles palpitantes que nunca fueron pétalos repletos de compasivadulzura, porque en ellas se aposentaron siempre delicadas cadencias de tristes melodías,tristes melodías de noches de plenilunio,velozmente disipadas y velozmente consumidaspor el hastío al diluirse en los bravíos celos dela bruma y en los inmortales pasajes fecundos, y en los inmortales vuelos de las palomas en lascornisas y dinteles y en las agrupadas columnasdonde a su modo corporizan la ancestral pasiónque jamás dejará de dar sus frutos.Y entonces, durante la entrega incondicionalde las almas ya desnudas de vilezas,nadie tirita soplos de las andanzas por lainfinita nieve. Desde entonces nadie desea aventurarse areabrir el camino a la simples lágrimas de algúnfinal imprevisto....
Amar en sábanas rosas y pisar  el aire y elagua.Caminar con nuestros cuerpos por lossenderos en brasas...Amar sin desilusión ni temor en sábanas blancas, morir cada vez y renaceren el silencio de nuestros corazones.Amar es cambiar las formas de la vidaromper en los riscos como en la pleamary retornar al Océano... es orbitar en derredorde un  sol enorme como indómitoscorceles... es correr ágiles por el ancho prado y como afanosos gorriones labrar nidossobre nudosas ramas, sobre mullidas hojas.Amar es esperar, es aguardar, es avizorardesde la cumbre blanca de la montaña ydejar aquella estela amorosa al descender...Amar es salir de pronto del bosque con manosapaciguadas yendo hacia el nunca jamás...
Hoy amanecí arrasado por el fuegoregado por la pólvora de mis sueños.Hoy, como si de nuevo me visitases- aunque nunca estuve seguro de tu presenciatampoco de tu ausencia- me acerqué a tus huidizoslabios para comprender el límite de tu amor.Hoy mientras este fuego se esparce por doquier,mientras estas llamas arrasan mi lecho infamado,procuro penetrar en  el portal de tus caderasdonde cierta luz tendenciosa desdibuja escamas que gimen y gimen y gimen en azarosas sombras. Pero ese gemido se produce a un compás desconcertante,a un ritmo volcánico y esporádico que jamás claudica.Y entretanto, Hoy, con el alma en cenizas digo:" Nunca olvides que Dios se acuerda de ti y de mi"    
 Yo se que un rayo luz inmenso y rugienteentró por tu ventana; pero no se si fui yo quien suavemente se deslizó en tu cama  Yo se que me amaste de una manera ferviente,y llegaste a un desgarro al entregar tu almapero queda en el misterio si tu dulce calorera yo quien frecuentaba...Yo se que ese relámpago invernal me mostrótu cara, tus labios, tu ojos, tu corazón amada.Pero no se si era yo quien exhalaba sutilesllamaradas.Se que de esas noches impudentes escapé al fríosin embargo nada colmaba la sed de mis entrañas.No se si fui yo quien por fin consiguióla paz y la calma.Tampoco se si fui yo quien agite dulce y tal vezcruelmente tu piel de seda prensada.Sólo se que era yo quien te amaba y no esevoraz espejo sombrío, sudario píncelado de nada.     
 Si las heridas se esparcen por doquiery hago sólo mía tu extraña añoranza,mi corazón resonará con los armoniosossonidos de las cuerdas de una guitarra.Haré mío el oportuno crepúsculo y después la incipiente alborada...para que traslades tus sentidos a los míos.Y si un inesperado lamento me aquejaragiraré sobre mis pies lastimados y los descansaré sobre girones de almohadas.O si de repente el viento inclemente retorna,transformaré mi alma en almibarado perfumeen dulcificado jazmín que invada el olfato,que solamente sea causa de carcajadas,que oculte los púdicos gritos de urgencias, de ardorosas pupilas por el invierno desencajadas.Y ya que al amarte hice fértil mi desesperanza,aunque cierto desencanto acuda a mis ojos,lo devolveré a mi interior, sucumbirá allí, sólo,ya no turbará ningún recuerdo ninguna triste mirada,luego todo mi vigor se llenará de todo tu vigorluego toda tu esperanza será toda mi esperanza.    
Acecha el nuevo día y aún no te atrevesa cruzar mi fuego ardiente.Acecha otra noche y tu amor me cubre con un edredóndel cual gustas su calor de cobre.Acechan dormidas heridas y cuando el miedo acecha sólo puedenverse látigos crucificados.Acecha un nuevo día y aún no te atrevesa mirar con tus ojos poblados de estrellas,mis labios casi clandestinos.Sin embargo no es hoy tu negada respuesta,entonces prosigo esas ráfagasque auguran felices momentos.Me enredo en ellas y en tu frentepues en la agonía de la pasiónronda siempre la vida y la muerte.
La belleza rendida al testigo apenas voltea en la dirección esperada... Un báculo cae tamizándose de tus manos crispadas por el frío inhóspito, por la aurora boreal impensable en tudesusada, inquietante mirada,tañida por el odio aún luce deslumbrada,aún luce  en un espejo de oro porquevislumbrada por el resquemor añora todavía una esperanza.Pero derrotados con alabnzasignora mis agudos fundamentoscon alabanzas y aunque tu cuerpoderrame vida debo dejar pasaresta cruel ignominia de no poder amartey en mi resignado ignorar tu amor silencioso,se forman llagas en ese amar incierto de huecaspalabras.Tan incierto que al ser testigo sordo y mudo, fustiga el odio que ya no redimeesperando un milagro que lo castigue.    
 Desde la primera vez que te vi me sedujoun gesto único: ese brillante parpadeo de luzen el océano resucitó en mi la verde pradera,de repente los almendros se pusieron de fiesta,y los arroyos serpenteantes entraron en senda mientras bellas entonaciones distantes llegaron delhorizonte de pronto colmado de locas estrellas.La primera vez que te vi elevaron palomas mensajeras,y sobre ese territorio destellante y húmedo se iluminó,como si vos reinases, un corazón eternamente entibiado.Quisiera saber cuál fue el secreto de este milagro quehoy no deja en mi alma ninguna solvente respuesta....
 Porque fuimos locuaces sin colmar diatribasPorque feraces nos ahogarón antiguos silenciosPorque nadie alcanzó a descifrar estos vientosque son meros juguetes de perros sin dueños.Porque en la dulzura languidecimos sombríos,Porque remarcados duelos espantaron fuegos,Porque en las volteretas de payasos no hubomiedo, ni espantos cuando fuimos atados,unidos prisioneros del cieno.Porque entrelazados en bloques de piedra no huboni habrá procacidad que resista o cuerda que asistao se atreva a insinuar esta... la postrer aventura...Porque un día de estos clausuramos la insania del desvelo.para internarnos en la ansiedad inmisericorde del plomo.Porque en el golpe de gracia no se pagaron preciosPorque fuimos sin raya  tallando gentiles gusanos innobles de seda, innoblescomo cuño de cera,cerradas cartas, rotas veredas.
Ya he partido devorado por las llamas,  holocausto deseado por el que amabas que se fundió con la lluvia dela alborada cuando recorrió minuciosoesos senderos y saltó todas lasrampas.Ese que amabas se vació de plenitudy con cierto impulso decidió salir mañana, seguramente se empecinará en comenzarde nuevo sucumbiendo al inesperado gritode la muerte...que de un modo siniestro saltará entre el diluvio de lágrimas y en todocaso dominará la calle con sonrisa forzada.Pero de nada sirve llorar por amoresimpudentes.Es mejor resignarse, es mejor estarde bruces...o de rodillas...es mejor dejar las plumas mojadases mejor atravesar los charcos, e ir al sitio adonde van los ángeles insomnes ayacer cual penosas figuras calcadas. 
Infrecuentes despojos y laceraciones impensadas,se ahogan es estos instantes amorosos que allanansecretos,profundas falsedades irisando, puliendo laspasiones que se suceden mientras el reloj de arenadetiene la sensualidad de tu cabellera plena que sedesgaja en súbitas ternuras y en los cruces de manosafanosos que suavizan tus pechos de añil encantado,con esa premura con que tu lengua ahondará en el mio.Ojos inquietantes se demoran en este reflejo de tuscurvas que ascienden durante la incierta entrega ventral,-en similar y repetida servidumbre de la carne mortal...-,mortal humedad que se va agotando como el pozo del aurapálida, réplicas del espejo y supuestas figuraciones,calibradas en esas voces deformadas, inflamadas de pasión...Pasión:hermosa palabra de los cruces del paisaje degirasoles y de  añorados trigales cuyas venas se detienenen el ida y en la vuelta, en la minucia del balcón amorosoque  ahora escondió otro secreto del aire resfrecante, un misterio hondo inesperado: el de sus inexplicables flores secas... 
El sudario aplanó marcas indeleblesen carnes inanimadas,máscaras en frentes con olor a nadias,incesante fue la agitación de poderososfantasmas, cuyas garras erguidas de fieras avezadas confluyen tras las ninfasde vegetación encantada.Y en las claras aguas de dirección prestada,se expadieron pechos en tristes alboradas.Pero cuatro monstruos celebraron sobre médulas de mujeres mancilladas.Ciclópeos de un sólo ojo avieso quecon tan única mirada demuelen rocasderriban murallas...Yo soy uno de ellos pero por primera vezarrepentidopor primera vez quisiera habitar en la nada. 
Importan nuestros nombres, el cómo te llaman o elcómo me llamo?Importa si los claveles mueren de pronto en nuestrasalmas sometidas a las resacas,o si nuestras llagas mueren en llagas de lunas llenas ?importa quienes somos, o que tienes o no tienes si apenas somos arrebatados enamorados de loscrespúsculos de la pasión que aullan felices al verseen toda instancia y rien y lloran con la felicidad suprema? Importa si acaso alguien se atreve a la dura condena?No olvides que la justicia del hombre es terrena, no olvides que la justicia de Dios es inmensa, tantoque siempre nos mimetizamos en gusanos de seda,duramos tan poco, tan precarios somos, tan inconclusoscomo la sumatoria de consciencias. Pero ¿ acaso importasi logramos amarnos y este bello amor ahuyentó la pena?
Aún yaciente intentó enmendar la maldiciónque lo atribulabay como Dios es piedad figurada no pudo evitarmordisquear la manzana.Inútil pedir disculpas con espíritu doliente, inútil no ser dueño de un alma depravada,para quien atraviesa cierta frontera ya nadaes posible.Buscó entonces volverse a El y con alasinertes entonó infinitas plegarias...Si esas cadenas no hubiesen atenazadoSi firmes rejas no hubiesen cercado su rebeldíaSi destellos de sangre no dañasen sus ojos,si la espumosa fatiga no asediase inciertamente,y la duda no fuese causante de la fiebre aposentadael perdón hubiese sido un bálsamo sin estrépito,un acto de contrición que lo dejaría prosternadode una vez para siempre.
De repente dormidas caderas esparcen descansos,apresuran pasos, esparcen fragancias ogravitan en periplos consumidos leves de tibiezao manifiestan situaciones ansiadas de una noche- cuando el día murió- cuando el día anestesiadoconvirtió todo en veloz desprendimiento,en espíritu quieto de pasiones alocadas,en humo, en espiral que es justa balanzapara esas confrontaciones eternas,para esos anillos reptadores de trampas, en senderos fortuitos, pocas veces en calma, en senderos del bosque que apenas sabe sus andanzasde corazón ahíto, enmudecido,adivinador de extrañas alabanzas,de reminiscencias gastadas por el ultrajeal procurar confrontaciones,al limpiar con besos ardientes y nobles la ultrajada mortaja.Falta eludir por tanto oraciones, incluídas bellas plegarias,sin aguardar el destino que es una trampa y no un simplesonido el que pena al atravesar el alma y dice: "Oye amor...:¿ por qué no te atreves y esperas sobre la lomadacon resignado gesto y al final solamente callas?
 Si tras el desamparo logró un corazónmutilado de emociones..., para qué entonces desgastar cuerpos de pieles inertes o para qué ejecutar la quemade inocencias bajo crespones fríos...?¿ Para qué acompañar el cortejo lluviosode briosos corceles en el crepúsculo ardientey luego de sembrar la tronchada simiente, dejar a campo raso la luna solitaria en el ríodiseminando ampliamente su luz de platapara ver a cada instante tu cara hundirse frente a la mía en cansados ropajes deamor harapiento? y durante esos luctuososhechos, durante esas instancias de supuestosafectos,que  se fueron y amanecieron sin trampasexpulsando emociones, emociones gestadas deimproviso, para qué seguir tus pasos?
Sucedió cierta vez que en la tarde inciertate extendiste plenapara que yo escuchase de tus labios de cerael primer sabor de tu primera entrega,y cuando te fuiste, al quedarme solo mudo de impaciencia, empezó la nocheque al ser nutrida de nostalgia fue cienveces prisionerade aromas de azahares que no atisbanprimaveras.Sin embargo recuerdo que presa de laardiente esfera quedé fascinado por tusingular belleza...Y asi ocurrió que cierta vez de unos labiospenosos surgió un brote sellado,inmensurable brote de luces ciegasque acaso son el pasado que ya norecuerdas...
Una soga al cuello es irrefutable parael amor o para quienes burlan la muerte.Tropas azules  danzan en el horizonteadonde el viento nunca se estanca,adonde el celo tapona el azar;jugando con emociones irreproduciblesla mujer temperamental suele crecer enarenas anegadizas o hundirse en ellas.Por eso el primer instante que te vi tambiénvi al noctámbulo  noctámbulo que reinandoen la breve inmensidad del aeropuerto calentó sus manos con soplos de un fuego azul repetido y entonces pensé:" Tal vez nada es como debería ser,tal vez ya estés muriendo en cada esquina,tal vez ya seas un sueño que derogó sus alas,y que con el transcurso del tiempo tus estelasyazcan conmigo grabadas."
Un simple vaso de vino nos hará olvidarque el mar siempre es incomprensible,una ola atada a mí me revuelca en sualgarabía me invita a flotar en su inocencia, a medrar en sus ojos lúcidos como bengalasque inquietan la noche como las voces lejanasinquietan mi alma con sensaciones y pesares que amalgaman.Un cigarrillo se enciende breve antes de la fotoque eterniza otro  desfalleciente crepúsculo donde  se escucha la novena sinfonía que no es deeste mundo.Pero todo nada contra la corriente de la razón,el oráculo, el paisaje que forma una nueva historia,la lluvia que une fuerzas para merodear en el cielocon el mismo ritmo ancestral fijado en el fondo ydebajo del cielo brumoso entre poblaciones dondecircundan las bahías indiferentes pulmotores,incesante desfilar a través de paisajes cambiantescercados por este mar de entrañas procelosas,mientras el aire quieto y redondo preanuncia la tormenta,llena de vida en la aparente quietud de las formas,estas formas incomprensibles que acorralan...
Luego de la presentación formal y mientras Ludiana se ausentó hacia el tocador, M.O. dijo a su amiga Lucy Prat:- Estoy asombrado con la cordobesa amiga tuya, nunca imaginé una mujer tan fascinante...Aunque disimuló su contrariedad este comentario no podía ser del agrado de Lucy Prat, pero esa noche de reunión se sentía capaz de no alterarse y dispuesta a dejar todo lo que la disgustase con tal de ostentar su habitual rol de anfitriona, que la hacía deslumbrante y requerida aún a sus 50 años, ( aunque esa misma noche se haría añicos ) y dijo en tono pretendidamente enigmático:- Sé elegir mis amistades.M.O. que sentía un vértigo y cosquilleo inesperado y prácticamente insoportable cada vez que veía a la joven de ojos centelleantes, quiso agregar algo pero enmudeció cuando la vio venir hacia ellos. Se destacaba la expresión sensible de su bello rostro mientras su menuda silueta serpenteaba entre las parejas que bailaban, estrujándose y agitándose como desorbitadas maracas. Y él percibió de nuevo lo anterior, de nuevo sintió el ánimo sobrecogido al notar aquel magnetísmo atemporal de Ludiana - develamiento que lo complacía- y en su cabeza de pelo color zanahoria rondó la idea de que la joven que esquivaba hábil y sinuosamente el embarullado enjambre, no encajaba de ningún modo en aquel ámbito vulgar y ruidoso. En realidad ya lo había pensado antes al recibir el primer saludo cuando encerró su manita suave en su propia mano opulenta y tal pensamiento continuó luego al acodarse en la barra a beber, cuando tuvo el pálpitode que ya no podría quitar a la pequeña cordobesa de su enfoque mental. Ahora la contemplaba como reverenciándola desde todos los ángulos posibles y en ese atento fisgoneo también entendió que bastaba con sus delicados movimientos de gacela para eclipsar a las restantes presencias femeninas, las cuales  solían rivalizar para preponderar en esas reuniones que desde dos años antes Lucy Prat programaba sistemáticamente en cada una de sus residencias, esta vez en su casa-quinta de Pilar.Entretanto Rob Torres - el rudo amante de Lucy Prat que solía oficiar de barman y animar esas fiestas usando un remilgado espiche de mal gusto-, no quiso perder la ocasión de acotar ramplonamente:- Ese bombón provinciano que trajo Lucy,¿ no merece voltearse? ! Se me hace agua la boca con sólo verla ¡M.O. lo miró de reojo, a punto de sublevarse. Sin embargo refrenó su ganas de responder aquel idiota; fingió no escuchar y se limitó a terminar su bebida.
Laura.En los primeros meses del año que convivió con su madre, Laura sentía aprensiones, por ejemplo la intrusión del desprecio conjugadas en la maledicencia de Doña Carmen y su marido y no conseguía endulzar sus pensamientos hacia ellos. Su madre no la comprendía y para peor parecía complacerse en manifestar cierta necedad rayana en lo proverbial. Laura se convencía que el espinoso trato que le daba a ella, a sus pequeños hijos, y al resto de la familia que habitaban esa enorme casa le daban a su intemperante madre y a Don Pedro una especie de malsano alivio. Por su lado, Don Pedro hacía la vista gorda a la deplorable actitud de su actual mujer, de manera que conseguía evitar los viejos remordimientos por su propias actitudes pervertidas de cuando sus hijastras, Inés y Laura, entraron en la etapa de la adolescencia. Se decía que las hijas de su mujer después de todo no valían gran cosa, ni tampoco el propio hijo Julián, que se había casado con esa estúpida de Esther, quien apenas le dirigía la palabra y se comportaba con él con visceral resquemor.Laura, vivía todos esos meses en zozobra y ya no sabía si continuar allí o irse de nuevo a la solitaria casa de las afueras que les había prestado su cuñado M.O.El dilema seguía latente. J.O., su marido, era un desquiciado y por el momento no daba señales de vida más que para girarle algún dinero desde Mar de Plata donde trabajaba en el restaurante de Del Bono. Así que sólo le quedaba armarse de valor para resistir una vida llena de sinsabores que paliaba pasando algunos días en el pequeño departamento de su hermana Ines que era su mejor confidente y su más entrañable amiga. Pag. 3" Cuando la puerta del amor se cierra ¿ cómo abrirla?"J. O. venía sintiendo una desazón mayúscula. Era como si cada noche sonara en su propio pecho el bum de la derrota. Volvía a la pensión moviendo los brazos y arrastrando los pies en una marcha cansina, lamentándose de que todo en su vida anduviese de mal en peor, cada día era un suplicio y lo penoso era que le echaba la culpa a los demás y raramente a sí mismo. Muchas noches salía de trabajar a las doce y caminaba varias cuadras por calles sombrías buscando bares donde beber aunque supiese que era una mal juego eso de marearse y caer en la cama como un muñeco omnubilado casi herido de muerte.En realidad, parecía preferir vivir ignorando todo, la realidad no era ningún refugio agradable en el que le gustase vivir, entonces elegía la droga o emborracharse, relentizando su cordura podía soportar los problemas que lo asolaban desde el suicidio del padre diez años antes..
Parecía sentir una especial fruición al lamerse las heridas psicólogicas. Y recordó cuando habló con M.O. el día antes de partir a Mar del Plata defendiendo a la masa trabajadora que - según su opinión- resultaba apaleada por el sistema social y laboral injusto porque los sindicatos , en ese periodo, no detentaban ningún poder pues se había vuelto corruptos al ser bastardeados por la misma cúpula y denigrados por la dirigencia política de entonces.Sin embargo ( decía M.O.) no advertís hermano que en la década del "80, la democracia entró con fuerza buscando una transformación necesaria que iba a ser historia y resultó ciertamente penosa, difícil y contradictoria. Muchas veces fue obstaculizada por esos famosos paros masivos. Recordá que poner orden en un sistema que había sido trasvasado por la política militarista represora y sangrienta - a lo que se le agregaba la guerra de las Malvinas-, no era sencillo ni fácil de digerir.Pero para J.O., en esa instancia todo ocurría en un abrir y cerrar de ojos. Es como si hubiese estado ausente de su País aunque solía sentirse apaleado por la creciente deshumanización colectiva. Entonces se olvidaba del mundo, ya no le importaba que lo echasen de cada trabajo ni afrontar al llegar lo reproches de su mujer que clamaba por unos pesos, porque Laura no era sumisa ni estoica. Por el contrario se ponía muy irritable ante las necesidades.Fijate vos, che ( le decía a M.O.justificándose), ¿cómo le digo que ando mendigando un poco de pan en la confitería del Tio Lucas...que me rebajo, que me humillo ante ese puerco, y barro y limpio las vidrieras porque nadie me toma en serio?Pero no le dijo a su hermano menor que estaba asqueado de sí mismo. Que solía comprar vinotinto cada noche apurado por la ansiedad y que no podía olvidar aquella escena del retrete público, aquellos movimientos espasmódicos del proxeneta que lo hicieron sentir muy lejos de los ángeles. Que se había sentido pusilánime y que como otras veces se prometió cambiar, dejar de beber y doparse, que se prometió remontar aquella vida miserable para lograr ser quien debía ser.

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