Ojos sin fondo, que miran atentos, que me hacen creer que todo empieza otra vez. Te preguntaste alguna vez si existe nuestro nombre? Yo simplemente, no puedo opinar.Pero mientras más te veo, más creo que lo inconcluso es perfecto. Si lo que importa es que somos dos nadies, conectados por una mirada, profunda e increíblemente divina, que me podria tener horas consumida en un instante. Simplemente ahí, mirándote a tus ojos que me miran y me embrujan con tus propios hechizos de noche.De inocente a fiera, haces despertar al animal que llevo dentro, pero despacio y sin perder la inocencia, volvemos a crear misma la calma que arma un éxtasis de dulzura para ambos. Y ahora que sabes cuales son tus cartas, y yo se cuales son las mías, espero que podamos jugar en equipo este juego, y que los dos gocemos de lo que  la gente llama "gloria de ganar". El cómo, dónde y cúando, nunca pareció importarnos, pero lo que creo que nos importa es lo que el otro piensa, ya que tratar de no lastimar, creo que fue y siempre será elemental no? Después de todo, hay que volver a empezar, y este tiempo, inexistente, este que pasamos juntos me devolvió una sonrisa que hace mucho no vivía, me erizo los sentidos y me volvió a enloquecer. Eso me hizo pensar, en que después de la agonía, la libertad compañera, que decidió regresar, me susurra al oído que estoy bien, y que solo resta caminar.

Cuenta un viejo árbol la historia de sus pimpollos, que nacen en las primaveras y mueren en los otoños. Al morir estas bellezas, el árbol llora sus hojas secando sus emociones durante todo un periodo de tiempo que se le hace interminable, una a una caen y manifiestan el color de su alma que se muere. Luego, como todo árbol sabio, deja las típicas cursilerías de la vida y nace en el un retoño más realista que le abren los ojos y le permiten ver el mundo como es, así es como el se empeña para volver a crear nervadura por nervadura cada hoja perfecta, con un color más vivo que nunca y las pone en manifiesto a la sociedad haciendo de su follaje su obra artística más admirada, y a partir de esto utiliza su nueva fuerza para darle vida a sus hijas más hermosas, que llenas de colores magentas se encuentran entre las hojas, siendo  tan preciosas como perlas en el mar, las flores. Y los árboles son así, sabios en conocimientos sobre la templanza y la razón, pero también son sentimentales y artistas natos desde su nacimiento. Por ello mismo pueden generar sus objetivos de una forma perfecta y a pesar de estar atados al suelo, saben que este mismo es quien los alimenta entonces le rinden  culto y se mantienen siempre junto a él, no corren, no nadan, no saltan, sólo se mantienen ahí, junto al suelo, respetuosos a lo que les da la vida, honrándola justamente con este gesto, ya que su vida esta marcada bajo la calidad de su esfuerzo y limitación. El árbol, como todos los árboles, siempre supo cuidar de si mismo, aun así expuesto a todo lo que lo rodea, asimismo sabe cuidar a los que son como él y a lo que forma parte de él. Y a pesar de que nuestro amigo sea un nato artista, sabio y sentimentalista, supo siempre ser real, conectado siempre con el mundo que se ve con la cara destapada e indefensa, y a pesar de todo saber como existir.

Mi vida, mi forma de ser, todo lo que yo podía ver y percibir, se resumía en la perfección. Todas las mañanas, las tardes y las noches con sus respectivos ocasos llenos de emoción llenaban mi vida que siempre fue completa y esta acción majestuosa de posarse y desaparecer del sol me satisfacía por completo. Mi nombre un misterio, mi identidad no existe, ante la gente solo existe la indiferencia, mis pupilas no ven, no sienten mis manos, no tengo la capacidad de probar las delicias y de mi ya no ahí nada mas q dar. Me vacié, drene de mi ser todo lo que era existente. Desaparecí para todos, vivo en la muerte, no soy capaz de juzgar ni de  opinar. Todo esto q sucede y deja de suceder repentinamente ya no importa, porque no existo. Una mañana de felicidad desperté como lo hacia usualmente, pero todo había cambiado, había algo en mi que era diferente a la calma y serenidad, combinada con la pasión y el  vigor de cualquier ser humano, yo era especial, percibía y sentía todo a mi alrededor, obtuve el respeto de la gente que era complicada en su interior, y ante los buenos era admirado; Todo eso había desaparecido y yo podía sentirlo pero me negaba a vivir esa realidad. Entonces continué con la célebre marcha que seguía diariamente y decidí salir al entorno exterior de un día lluvioso que adornaba mi alma de melancolía. Pero surgió una duda... En mi mente el podía escuchar a mi propia voz que decía, ¿Quién soy? Los espejos no refractan mi rostro. Y entonces seguí preguntándome  a mi mismo, ¿Qué ha pasado? No recuerdo como era mi imagen, porque siquiera esta guardada en los pilares de mi memoria, allí nada se encuentra, solo esta un vacío interminable, como un libro que esperaba ser escrito, y eso duele, ya que yo solía ser alguien, pero... Y en mi mente aún escuchaba mi propia voz preguntándome ¿Quién? Pregunta oscura, denominada así por la escasez de significado y falta de respuesta que al combinarse fortalecen la duda en mi interior. Y así mismo se preguntó: ¿Por qué no ahí respuesta? Preguntas y solo preguntas, ningún libro, ningún escrito, ninguna carta, nada existente ha podido responder a mis incógnitas. Duele, no soy nada, nadie puede verme que soy, he dejado de ser alguien, pero algo, debo ser algo, pero ¿Qué?...¿Qué soy?, ¿Por qué no lo sé? Aunque dentro de mi cabeza, surge algo, una repentina sensación que me dice ¡¡Alto!! ¡¡Todavía pienso!! Es un don, no lo he perdido todo, mi mente me habla, encontraré mis respuestas, puedo sentirlo. Entre personas repletas de vida vaga mi ser, o mi pensamiento, recuerda, no eres lo que eres, no te confundas, no lo sabes aún! Prosigo entre la vida, solo, pero un momento. Alguien me reconoce. Desde mis adentros otra nueva pregunta, ¿Cómo? Ojos dulces me ven. Voz perfecta, ella, desapareció en su perfección, es nuestro exclusivo problema. El mundo es horrendo. Espera, no la vez, de un momento a otro su hermosura se deforma en un frío rostro, horrendo, repugnante... No entiendo que ocurre, ¿Qué pasa aquí? Pienso desde mi interior. Sucesos que no se explican ocurren. Desapareció entre esta nada que estamos viviendo! Y ahora solo se me ocurre pensar en un solo interrogante, ¿Qué era ella? o ¿Qué era el? No se diferenciar su sexo, primero era una bella mujer, luego un frío hombre, y luego un ser deforme y temible. Aunque dudas anteriores se mantienen punzantes en mi cabeza, solo quiero saber ¿Dónde estoy? Pero luego, repentinamente escucho una voz que me dice: “Ignorante, no te has dado cuenta de que te preguntas siempre lo mismo” ¿Quién dijo eso? Pregunte con cautela, y en el viento quedo el eco de mi voz. Yo, acaso no me vez detrás de ti, ¿No sabes quien soy? ¿No sabes quien eres? ¿Acaso no lo recuerdas?..Dijo aquella persona de sexo indefinido, que se ocultaba detrás de mi sombra. No, no puedo recordarlo, ¿Qué pasa aquí? Dije pero fueron tan ignorantes que me sentí deshonrado de mi mismo.   Mi nombre, un misterio en nuestro mundo, en la vida real, aquel universo paralelo que vez pero que no vives, en el mi nombre es un peligro, allí soy el poder sobre todo lo malo, rostro mi hermosa figura fue deformada por las creencias mundanas de nuestra sociedad, mi nombre es dominus muscarum, mejor conocido como el demonio, habito en esta tierra porque me lo propuse cuando nací perfecto. Nunca supe que iba a ser así pero el destino me traslado a aquí cuando estuve listo. Tu, tu puedes vencerme, no puedo permitirlo. Has sido el tercer hombre que pierde contra mi. El az del destino los trajo listo pero aún así tus antecesores no supieron controlar sus grandezas, yo no dejé que se terminara el rito de preparación en el cual aprendan a destruirme. Ellos desaparecieron en la nada. Por eso el mundo es como es. Sus Dioses no llegan creyentes. Mueren ante mi mano, Tú, tu nombre, tu existencia, eres un Dios único y perfecto, naciste de la misma madeja que yo y aún así nos difiere el bien y el mal. Nosotros lo somos Tú el bien, yo el mal. Antitesis por naturaleza. Así nacimos, el mundo es un desastre porque tus antecesores murieron y yo controle todo a mi naturaleza divina que el la maldad, el desastre, la barbarie, las calumnias, y el odio.. Recitaba  el demonio, aquel discurso en voz firme y amenazadora mientras su rostro cambiaba de forma constantemente y confundía a todos mis sentidos.   Y dentro de mi puedo reconocerme y apropio de la imagen que me han dado, ahora se quien soy. Pienso por unos instantes que ahora se aclaro todo en mi cabeza, se quien soy, y este cambio rotundo hace de mi sendero de agujas un dolor brillante.  Te propongo un acuerdo, no deje de ser pensante, es algo que siempre puede conservar, no lo notaste pero así fue. El mundo necesita el bien así como el mal. Nacimos perfectos, tú lo has dicho, somos hermanos que diferimos en una sola cosa. Dije sin pensar en las conclusiones que esto traería. Solía pensar que el bien le gana al mal, pero es acaso eso verdad? Dios y Demonio, Carne de las carnes, si lo que quieres es pelear la lucha será propicia, no ahora, pero si en el poder, el mundo deberá manejarse. ¡Piensa! Tenemos el mundo bajo nuestras manos. Los humanos decidirán quien vive y muere y cuando uno de los dos decaiga, su contraparte deberá acabar con el. ¿No lo crees así? La mirada de el demonio penetro mis ojos pero aún así no debilito mis pensamientos, y manteniendo la mirada me respondió:  Es justo, pero no nací con ese don, aunque soy honorable, todo lo que he hecho ha sido bajo la ley. Reconozco tus habilidades de fuerte pensamiento, estoy por primera vez ante un verdadero rival. Por ley de la naturaleza competiremos, aunque este no sea el espacio y el momento, las rivalidades se harán mas fuertes y llegará la hora. Esas fueron mis palabras pronunciadas con calma para que todo lo dicho fuera creíble, esperando el momento, temblando, espero su respuesta.   Ahora me retiro, antitesis de vidas pasadas, yo continuo con mi tarea, fortalezco mis oscuros aspectos, Adiós. Mi Némesis se retira con el viento luego de recitar esas palabras como si fuera un poema a su ego.   Ahora que mi rival se ha ido, pude reconocer que fue increíble como se desvaneció en un suspiro. Un pensamiento surge entre mi mente, toda , y lo que antes creía ser yo hoy no se me acerca ni a los pies... El que cree que nuestras rivalidades no pueden ser cordiales es un ser que no merece existir, somos dos seres que vivimos y morimos, existimos para matar y para crear, somos carne de la carne, hijos de la perfección, y aún así nos respetamos, somos poderosos, y esta lucha será victoriosa, y ahora que se hacerla nuestro Apocalipsis, deberé mover con cuidado, las piezas de su destrucción. El mundo será lo mejor posible, gracias a mis dones, aunque deberé siempre tener presente no subestimar a mi enemigo, el me ha enseñado lo soy, por eso ahora nazco, crezco y aprendo a comportarme como un príncipe de las divinas glorias. Desde mi interior una fuerza incontenible se dispersa por mis venas. ¡Dios ha nacido y se fortalece, cuídate cordial enemigo, estaré pensando en ti! Grite, grite con todas mis fuerzas esa potencia que me fluía por el cuerpo.   Comienza el primer día de mi vida, en el que la perfección se hizo Dios. Tarea infinita, divina competencia, salvaré lo que alguna vez amé, y haré que aquel que en mi lengua nuevo es, se rinda ante mis pies. El plan esta siendo forjado. El Dios se hará único hasta que en el final. Hasta el final de la vida, toda.

Los dioses, que siempre subestimaron a los hombres, congelan la tierra y  atacan con el mismo frío que al principio de la existencia enterró a la eternidad en una rosa. Es así que dos veces al año, los dioses enfrían el mundo, deshojan plantaciones y entristecen poblados. Y dos veces, el hombre ataca con fuego, encendiendo el calor, perfumando las flores, alargando los días, mientras así  siguen intentando conseguir la eternidad que tanto anhelan. Pero, por más gracioso que parezca, en ninguno de los cuatro momentos hay una victoria certera y la eternidad es un don que nunca nadie obtendrá.   Un filosofo del Partenón observó la lucha entre hombres y dioses. Entonces, llamó a esos cuatro tiempos: estaciones anuales.