Nov 13, 2013 Nov 02, 2013 Nov 01, 2013 Oct 30, 2013 |
Insistente llamada,incoherentes palabras,indomable impulsividad,incontrolables gritos,fabulosa fantasía Insistente llamadaa gritos suaves desde tu antroa mi alma.Incoherentes palabraspara mi estadohasta mi antrodesde tus labios. Indomable impulsividadmi cuerpo junto al tuyoderrumbado el tiemporompiendo esquemas Incontrolables gritos calor, fuego, pasion.Fabulosa fantasia -El estallido fue similar a una bomba explotando muy cerca a mi costado, fracciones de segundo de duración y una secuela que no se me va hasta el momento, habian pasado cuatro días y aún me temblaba el cuerpo, aún me ardia la mirada de fuego de aquella criatura que atravesó la pared de vidrio de la oficina donde trabajaba y me encontraba haciendo horas extras, estaba solo en el edificio y aún me resuenan las palabras que escuche pronunciar a aquel esperpento, tan claras y tétricas; Aunque dicen que sufrí un desmayo, y caí sobre el teclado que mi computadora y fui encontrado por el personal del servicio de limpieza, y todo cuanto recuerdo, la lluvia de vidrio y la figura alada y de gran tamaño es un invento de mi imaginación. -El egendro me dijo donde y cuando, iba a morir, no es algo que todo el mundo quiera saber, y quería, en ese momento creer que fue solo un invento mío, es mas, estaba intentando convertirlo en un invento mío, aunque el aliento gélido y sus ojos ardientes se habían aferrado a mi memoria dejando la sensación de estar hablando con la muerte misma; su voz… su voz que al recordarla aún me hacia temblar, y por los números que me habia dicho, me quedaban escasos días de vida, y nadie hacia mas que pensar que yo estaba enloqueciendo, que ese recuerdo era un simple invento de mi imaginación, que nada pasaría al amanecer de aquel día y que iba a quedarme internado hasta que pasara el dia marcado si no me convencía que era todo un invento mio, que no vendría la criatura a buscarme. -Al fin de muchas charlas, me dieron el alta, agarré mi auto y conduje todo el día, pagué mis cuentas, visité a cuantas personas conocía y pedí perdón por mis culpas, si hubieran sabido lo que me pasaba seguro me pensarían loco, pero uno a uno fueron perdonándome, y al cumplirse la hora exacta, estaba acostado en mi cuarto cuando sonó el teléfono al mismo tiempo que tocaron a la puerta, Pedí con un grito que me espere quien fuera que sea que estaba afuera y atendí el teléfono; del otro lado, la voz de mi hermana me pedía que deje de comportarme tan extraño, que deje de pensar en criaturas extrañas, que me olvide de las alas negras, del hielo del aliento, y del fuego de la mirada, que deje de pedir perdón y de visitar personas que no veía hace mucho tiempo, que se había cansado de recibir pedidos por mi, y aunque seguia hablando corté sin decir una palabra y abrí a la puerta para sorprenderme con la imagen de la soledad misma en la calle, no había nadie, Evidentemente se habían cansado de esperar, al regresar, volví a escuchar el sonido del mi teléfono, atendí, y era nuevamente mi hermana, decidí no escucharla y corté de inmediato. -Miré el reloj, habían pasado ya 20 minutos de la hora y del día, y aunque me encontraba en el lugar donde iba a pasar, aun estaba vivo, respiré profundo para sentir el aire en mis pulmones aunque no me resulto placentero como siempre, sentí un aire de victoria aunque no habia emprendido ninguna lucha, y empezaba a convencerme que había sido un invento mío, pensé en lo mal que le hice pasar a la gente que me pedía que no piense en ello, y decidí que ya me faltaban argumentos para mantener mi loca idea de la muerte, y era menester irme a acostar y dejar que llegué la mañana.-Cruzar la puerta de mi habitación fué el comienzó todo, volvió a sonar el teléfono, volvió a sonar el timbre pero lo que veía no me dejaba reaccionar, Yo aún esta postrado en la cama, como dormido, como muerto. Entraba a casa, sin prisa una noche calurosa de verano, lo hacía con la firmeza y seguridad de conocer cada rincón, cada recoveco, y la ubicación de cada uno de los objeto que estaban en el camino que pensaba recorrer, al punto de no detenerme siquiera a pesar en encender la luz o no; Llegue a un sillón, me senté en él, que sin duda era el más cómodo que jamás haya estado al servicio de mi descanso y quedé en la perfecta oscuridad el tiempo suficiente para perder noción del tiempo.-Como por arte de magia, un hogar, perfectamente ubicado a la izquierda de aquel sillón empezó a chisporrotear calentando el ahora entorno frío, supongo que era el otoño más frío de todos; De a poco iba regalando una tenue luz que enseñaba el contexto en el que mis ideas volaban libres, y vi, sin asombro y con aire austero, que la mesa ratona en el centro de aquella habitación tenia sobre sí pocas cosas, un viejo libro, grande y viejo, con detalles finos en relieves elegantes, y a su lado sobre el vidrio de la mesa,una pluma falsa, una suerte de pisapapeles. El fuego aumento su luminosidad, dejándome ver más allá de la mesa ubicada justo frente a mí, Todo aquello ya me era conocido, pero lo escudriñaba con la mirada como si fuera la primera vez que lo veía, buscando algún desperfecto en el orden, quizás, o analizando si algo debía ser cambiado de lugar, pero cada nueva imagen me regalaba la armonía de mi mundo; ahora la luz llego hasta una pared, donde en vez de cuadros, había libros abiertos en páginas especificas sobre estanterias flotantes, con frases marcadas que incitaban a vivir siempre en mundos de fantasías, en mundos ideales, esas frases hacían de la vida un mar, un desierto, y transcurrían en chozas o mansiones, o al aire libre, quizás bajo la tierra, o bajo el mismo mar, Las vidas que simulaban aquellas frases, eran, son y serán por siempre mientras existan aquellos libros, simples reflejos de que podemos armar nuestra historia como nos plazca; Al verlos y recordar que acomodé personalmente uno a uno esos libros y marque con perfecto cuidado aquellas frases, definitivamente hacian de aquel lugar mi mundo. De pronto, la luz de la llama se hizo tan intensa que me dejo ver toda la sala de un solo sopetón y vi, como tenia forrado cada milímetro de la pared, con bibliotecas rebosantes de libros, y en el fondo, en el único lugar libre de la pared, un escritorio que tenia pilas de libros en sus orillas y dos libros abiertos al centro, uno que estaba al borde mas cercano a la silla, cuyas hojas que dejaba ver estaban completamente en blanco y eran las primeras tenia una pluma verdadera encima, y contra la pared una obra que había estado leyendo tiempo antes. Todo en aquél lugar era perfecto, hasta las figuras cambiantes y sin formas conocidas que regalaba la viva llama encendía en aquella lumbre que eran como salidas de un mundo surrealista que invitaban a imaginar que todo se quemaba, o que simplemente nunca más habría alguien que sufra frío. Una taza de café apareció en mi mano y me vi mirando por la ventana, que estaba a un lado del fogón, sin ni siquiera haberme levantado de aquel asiento que consideraba ahora como mi trono en medio de un reino poderoso y completo, lleno de locuras y corduras, de aciertos y errores; Pero ahora no recuerdo si mientras miraba por la ventana me había enamorado de la blanca noche invernal cubierta de nieve y de esa mágica imagen de ver nevar o si en aquella noche, en el firmamento, había una luna llena que parecía dispuesta a ser eterna dueña de aquel lugar, lo que si recuerdo es haber pasado mi mi vista a través de la ventana abierta e iluminada de la casa vecina, y haber visto como el padre de la familia cerraba un grande libro de cuentos, lo dejaba sobre la mesa de luz ubicada como costumbre junto a la cabecera de la cama y se marchaba dejando dormir a su hija, en la que pensé, era la mejor de las compañías, porsupuesto ¡un libro!, e imagine su mente divagando entre las imágenes de aquél cuento que acababa de escuchar y me fue inevitable sonreír, volví mi mirada a mi habitación y vi nuevamente mi escritorio, la pila de libros era menor y los dos libros habían cambiado, uno, el de la pluma estaba superando por poco su mitad y el otro, la obra, era otra, y recordé también haber estado leyéndola, al igual que la anterior. Miré el fuego, ahora más tenue y consumido, pensé que era menester levantarme a agregar a aquella vieja forja de sueños un tizón para no congelarme, aunque mientras pensaba la llama encontró su fin, así como también finalizó el invierno y ahora las ventanas estaban abiertas y corría un colorido aire primaveral que me recordaba grandes historias de amor y de odio, de pasiones, de desánimos y de luchas ganadas en las que siempre existía el perdedor y diferentes maneras de saberse vencido; todas esas historias, todos esos mundos estaban en mi poderoso reino cual trono seguía cómodamente ocupando y pensar en eso me lleno de orgullo, pero cuando recupere la noción del lento andar del tiempo me quise levantar y me tuve que ayudar con un bastón, note a la distancia que ya no había obras de lectura sobre el escritorio al otro lado de la habitación, y aquel libro de hojas en blanco con su pluma se encontraba cerrado con la contra tapa hacia arriba, y la pluma al costado, limpia y regalando un aire como de victoria por haber culminado un desafío; caminé, agarré el libro, y con pasos ahora cansados lleve mi historia al mar, o al desierto, en un yate o una canoa, a la deriva o con timón firme, no se bien el final, solo se que una una vez allí me deje volar por el cielo, quizás despejado o quizás nublado y mi vida encontró su final pero seguían latiendo mis sueños locos o cuerdos, mis planes o mis improvisaciones en aquél libro que quedo en el escritorio de aquel Reino, que no era reino sino un montón de libros en una habitación, Aunque si habia sido mi sueño, mi meta de la vida hecho realidad. A donde las olas del mar estén al frente, amenazadoras y fuertes, donde a mis espaldas las montañas inertes me generen la vertiginosa sensación de estar atrapado, con el olvido mismo de como pude haber llegado tan Lejos del caos de los insatisfechos que toda la vida me han rodeado.La tierra, el agua, el aire.. y quizás la típica fogata como únicos testigos, en la noche oscura, sin luna; Escribiré sobre la arena la razón de mi vida, la razón de mi muerte con mi sangre y mi cuerpo marcará el punto final de la oración que sera solo tu nombre. Sé que no se debe morir por alguien, sé que no se debe vivir para alguien, sé también que mi vida muere a tus pies y despierta en tus ojos mirándome, pero aquí, sin salida y con el fuego de testigo, mi solitaria alma abre su herida, y sangra sin medida y escribe gota a gota, con roja agonía tu ausencia, mi muerte sin tu vida. Por eso estoy donde todo coincide fatalmente con la intensa ardida piel mía sin tus caricias, y pensando en ti, mostrare al mundo el punto final de mi vida; conjugando tu nombre, la razón de mi vida y motivo de mi muerte dejando sobre la arena, mi roja agonía, mi cuerpo, mi historia, su fin y tu recuerdo. Donde el viento me lleve y como siempre, en el final, muchos posibles comienzos pero un final, la muerte de mi vida sin ti. En sueños o imaginación como efigie misma del amor,susurrando en aquel son,sin ton ni son, mi dolor.Como fría inerte realidad,cual suplicio sin claridad,todo turbio, todo oscurosin razón, canta el coro...mi dolor.En sueños o imaginación,cual efigie misma del amorsusurrando aquel son,sin razón, cantan mi dolor.Tu ausencia, árida,tu recuerdo, Cálido,mi soledad, tu ida,Tu voz, mi hado...cual efigie del amor,tu imagen, mi perdicióntu sonrisa, tu olorCastigada apariciónEn sueños o imaginación,el grabado de tu amorquema mi vida sin razón,y la muerte canta mi dolor. 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