• Faustino Aguirre Zuñiga
Junge Hasen
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You`re In all my world, Although I`m Not In Yours, because your Essence is in all the places I Know, in Every Corner, voice, song, You`re in The Wind, and in the sun, in the rain and in the Warm, you`re in my breath, in my eyes, in my heart, in my skin, U`re in all My Triumphs, in every join, and every tear, every song I Sing is For You, Every step that i give is for You, in less words you`re in all the places i Like, so you are whit me although you aren`t because i love U, isn`t a maddness?
Creación I ¿Cuál fue el momento de mi nacimiento?, ¿Cómo fui creado?, no lo sé, no recuerdo siquiera alguna vez haber sentido el amor de ser que pudiera llamar Padres. No recuerdo si quiera cuanto paso desde que tome conciencia de mí y el momento en que el primer hombre apareció y me llamo “Dios”. La oscuridad colma mi conciencia y dentro de ella, vacío, nada, silencio ensordecedor, aburrimiento eterno. Décadas, siglos, no sé cuánto ha pasado, pero ha sido tiempo suficiente para no ser solo consiente de mi persona sino también de un poder propio. Pequeños engranajes comienzan a crear leyes y normas de lo que ha de ser pero aún no lo es. En la inmensidad mi conciencia da un chasquido de la nada, de la oscuridad a la luz. Los engranajes en mi conciencia comienzan a girar, el tiempo, el tiempo aparece. Tiempo regidor de todo. Cada parpadeo de mi conciencia algo nuevo nace, las leyes comienzan a cumplirse en la inmensidad. Pequeñas singularidades comienzan a reunir la enormidad. El comienzo, la sinfonía del nacimiento lleno mis oídos y con mi mirar cubrí todo, admirando como comenzaba a funcionar. Un pequeño mundo en mi inmensidad me cautiva, lo miro desde su nacimiento, ubicado por las probabilidades del universo, que he creado, en el lugar perfecto, colocado en el límite de un rizo. Lo mire sobrevivir colisiones, lo observe luchar por dar cabida a otro resultado de los engranajes funcionando. Observe en un segundo especies nacer y extinguirse. ¿Dolor?, no sé si lo sentí, después de todo solo obedecen a las normas. Que hermoso planeta tan azul, tan puro y perfecto, atestado de vida, me enamore de él y decido hacerlo mi hogar, si acaso es posible que yo tenga uno. Tenía todo el planeta para mí, pequeñas criaturas diferentes a las anteriores comenzaban a poblar este mundo. Mi conciencia seguía parpadeando y el tiempo seguía su avance ante un repiqueteo pausado pero continuo hasta la inmensidad. Un chasquido y ante mí los correctos engranajes comenzaban a crear nueva vida, muy diferente a su padres ya que les di el poder de la adaptación, el intelecto. Tal especie me cautivo desde un inicio ya que eran la representación del hogar que los albergaba, desde un inicio luchando por la supervivencia, primero desde lo alto de los arboles temerosos a bajar ante el peligro de ataques de criaturas feroces que segaran su vida, hasta que uno de ellos se aventuró bajar y con su intelecto natural logro sobre ponerse a estos peligros y sobre sus dos patas traseras dominar el horizonte. Su tenacidad me cautivo y me hizo amarle de entre todas las criaturas y por ello le prodigue toda mi atención. Para este mundo millones de años han pasado, pero para mí ha sido menos de un parpadeo mortal, pero ha sido el parpadeo más solitario de mí existir, quizá tu hombre no puedas comprender la inmensidad de esa soledad, pero fue una soledad eterna para mí. Necesitaba un ser como yo, pero con el Don de ser un ente físico. Yo mismo acomode los engranajes para darle lo mismo que yo, conciencia de su existir. Les di la Evolución. Que torpeza la mía que no vislumbre los resultados en los engranajes, los guie a ser a mi imagen y semejanza y por tanto podían crear pero no crearon belleza, el miedo los abrumaba, miedo a la noche, miedo a la tormenta, miedo a los ojos brillantes de los habitantes de las noches y de su miedo las pesadillas llegaron, poblando su mente y proyectándolas al mundo que les ofrecía. Crearon el terror en la oscuridad, hogar de las criaturas despiadadas que en su mente comenzaban a nacer. Aun dándoles el conocimiento del fuego al hombre, como decido llamar a este animal, seguía temiendo y por ende más maldad en la oscuridad pululaba, entonces decidí crear vida protectora, espíritus si gustas llamarles. Hadas, sátiros, ninfas, toda mi creación le dote de un guardián, de una luz en la oscuridad. Sirvientes y protectores del hombre. Mire a mi amado hombre prosperar de la mano de toda mi creación, mire como tomaba lo necesario, lo mire compartir, pero entonces también note el inicio de sus males, la envidia, uno a otro robándose, asesinándose por una fruta o solo un conejo y vi que debía actuar para controlar su fallo y me di cuenta que debían existir limites, debía haber alguien superior, alguien a quien admirar y respetar. Entonces primero que nada dividí el mundo con un velo, de un lado el mundo que la casualidad en mi chasquido creo y del otro lado mi conciencia, de ese otro lado atraje a una cantidad de elegidos entre mi especie más amada y ahí me permití darles la inmortalidad y además de eso la capacidad de atravesar el velo libremente, les di un líder, Él se llamó Adán. Y su mujer era Lilith. Que Hermosa era ella, la hice igual que su pareja, de barro de mi conciencia y un soplo de mi esencia. Desde su nacimiento fue admiración de mi creación, con sus cabellos rojo fuego y sus rizos que caían sobre sus hombros en caireles que atrapaban la vista siguiendo cada línea de su ser hasta su cintura y más allá de su delgado cuerpo desnudo de pálida tez. Amaba a toda aquella criatura que creyera tan bella como ella y Adán. La Cree para gobernar junto a él, pero ella como la creación al otro lado del manto deseaba más, no le bastaba con estar al lado de Adán, deseaba el mismo poder que el ostentaba en mi creación, para ella los dos no eran iguales y comenzó a discutir con Adán, primero en silencio y después a vista de quien estuviera presente, mire en sus ojos el refulgir del odio y el desprecio, ella no quería compartir el poder, quería el poder para ella y solo ella, no quería ser mera observadora, quería participar. Su vanidad me enfureció y en la inmensidad le maldije, mientras ella huía fuera del velo, en busca de su libertad. -          Haz querido por decisión propia hija mía alejarte de mí cuidado, puedes remediarlo si vuelves, pero si acaso insistes en confrontarme la vida eterna que te he regalado no será más una bendición fuera de estas tierras al otro lado del velo, serás un animal de las noches y el sol te lastimara, tu vientre se secara y no podrás procrear vida y para sobrevivir tendrás que alimentarte de la sangre de tus presas – En ese entonces no pensé la gravedad de mi maldición, ni siquiera cuando mi hija más amada me dijo. -          No podrá mi vientre crear vida, pero mi sangre si, me creaste igual que a ti, Tú me maldices Padre, entonces yo maldeciré a tus hijos amados volviéndolos animales así como tú me has vuelto uno, los tentare a mi lado y no podrás evitarlo. – Lilith se ocultó en la oscuridad y aleje mi mirada de ella. Que torpe fui. II Adán y Eva El hombre no debería de estar solo y eso lo aprendí después de la desaparición de Lilith. Adán se opacó, caminaba triste y retraído, sentí que debía reparar eso y mientras dormía decidí tomar su costilla para crear a la pareja que en verdad lo siguiera sin cuestionar. Le di un soplo a esta costilla y Eva nació. No era tan hermosa como la primera mujer de Adán pero logro animarlo y devolverle la vida y mi creación de los dos lados del manto comenzó a amar a esta nueva mujer de Adán. Con su cabello negro rizado y sus ojos oscuros, tan profundos que podían contener toda mi creación, coronaban su piel morena de un brillo que seducía al sol que la seguía donde andase. Ella era mi creación más infantil y bondadosa, su confianza y amor era a toda criatura por igual. Tan maravillado estaba con la nueva mujer de Adán y su proceder que mi ser no vio a Lilith ir y venir atreves del velo y vigilar lo que acontecía. Con cada una de sus incursiones su rencor iba creciendo. Despreciaba a Adán que le había olvidado fácilmente, pero más me despreciaba a mí, si Adán tenía a alguien más, era por mi causa y comenzó a vigilar a Eva, decidiendo que su bondad e inocencia eran su peor enemigo. A Adán le di como regalo de su nueva unión la espada más brillante, creada de un pedazo de mí, tan brillante que al sol parecía estar en llamas. Esta espada seria la muestra de mi predilección por el ante todo ser y su comunidad. Al fin pude detenerme a descansar y admire mi creación a ambos lados del manto. Cree mi hogar junto al pueblo de mis hijos Adán y Eva, levante una gran montaña con escaleras a sus faldas que zigzagueaban hasta su cima, a lo largo de todo el trayecto coloque árboles y flores de dulce aroma, en su cara noroeste, al centro de una concavidad, una cascada caía hacia un pequeño lago que alimentaba tres ríos que atravesaban las tierras del Edén dentro de mi manto, en la cima sobre una gran depresión, una planicie donde coloque mi Jardín y dentro de este un gran lago, que alimentaba la cascada, rodeado de árboles frondosos bajo los cuales descansar, entre estos coloque dos árboles frutales con la única intención de probar a mis hijos más cercanos si eran dignos de los dones que les prodigaba. Llame a estos árboles el árbol del conocimiento y el árbol de la vida. Terminado mi trabajo coloque mi conciencia en Adán y lo invite a venir a mi nuevo hogar. Cuando el llego me permitió entrar y proyectar en él mi ser y pudo verme por primera vez, su rostro al mirarme fue de una complacencia total, de la satisfacción de los sentidos, estando así le hable. -          Hijo, eres el más amado de mi creación, he prodigado protección a ti y a tu pueblo, bajo mi manto les di el conocimiento de las cosas, le di el poder de crear y te di el poder para gobernar aun al otro lado del velo y jamás a cambio te he pedido algo, hasta ahora. Estos dos árboles que vez aquí te son prohibidos, no comas de ellos, todo lo demás en mi jardín toma y come cuanto quieras. – Confié en mis hijos, sabía que no habría de que preocuparse, sabía que Adán se mantendría alejado de estos árboles, pero me olvide de Lilith. Décadas han pasado de que ella se fue y el momento en que hable a Adán, Décadas en las que Lilith alimento su odio, décadas donde observo y sedujo a criaturas que sus oídos y ojos en mi jardín fueron y así se enteró de la condición a mi hijo, comenzando a orquestar su venganza. El tiempo avanzo y el pueblo de Adán y Eva próspero y avanzo tras la protección de mi manto, del otro lado el mundo avanzaba a paso lento siguiendo solo las normas que mi conciencia formo antes de que estuvieran ahí. III El Plan Lilith se marchó llena de furia esperando el tiempo le diera los medios para hacer pagar a Adán y a mí. Por décadas Lilith vivió junto a los grandes temores del hombre y escucho el desprecio de estos por mí y por esas criaturas más que Vivian a la luz. Divididos estos seres ella los unió y se convirtió en su líder. En la oscuridad también aprendió que el miedo del hombre le daba fuerza, mientras más miedo más poder tenia ella, comenzó a disfrutar de las noches heladas en las que salía de su escondrijo acercándose a las criaturas dormidas alrededor de una fogata que calentaba ya solo las sobras de la caza del día, caminaba ligera alrededor de ellos aun desnuda con la luna reflejándose en su blanca piel. Traviesa pero sádicamente provocaba una exaltación en los adormilados seres, como disfrutaba ver sus caras de terror y más entrar en sus conciencias poblándolas de aterradoras imágenes. Criaturas tontas. Las noches que salía a cazar disfrutaba del aroma que el viento de la noche traía de entre los árboles, el tacto del humus en el suelo, fresco y suave, la excitación del acecho, el sonido de la precipitación tormentosa, el silencio roto por un veloz movimiento y el chillido que sigue al éxito, la sensación de sus dientes perforando la piel del animal para succionar su sangre, disfrutaba sentir la sangre escurrir por las comisuras de sus labios, era una sensación electrizante sentir la tibieza acariciando su cuello ante las frías noches. El aroma a hierro impregnaba el ambiente y ella disfrutaba aspirarlo después de haber terminado a su víctima, la cual invariablemente lanzaba al suelo con desprecio. Las noches para ella son placenteras, pero entonces el primer canto del gallo, mensajero del día que se acerca, le recuerda de su humillación y se arrastra bajo tierra junto a los demás animales rastreros, jamás dejo de odiar esos días que durmió así. El tiempo comenzó a mostrarle una habilidad que sin yo darme cuenta le había dado en su creación,  podía proyectas su mente en todo aquello que se le rindiera y así podía ver y escuchar durante el día a pesar de estar bajo tierra. Aprovecho este nuevo conocimiento para espiar durante el día y las noches cruzaba el velo con cautela, veía a Adán dormido junto a su nueva mujer y sentía sus músculos tensarse de odio quería entrar en los sueños de Adán y seducirle, le mostraba la pasión entre ellos, poniéndolo en el predicamento de escoger entre la inocente Eva o ella Lilith, pero Adán amaba ahora a Eva, amaba su ternura con los animales, amaba su amor a su pueblo y la atención que les prodigaba a cada uno de ellos, amaba su atención a las criaturas más pequeñas a las que nunca les negó un momento, amaba la atención que ella le ponía, amaba el aroma a flores que emanaba siempre de su rizado cabello oscuro, amaba su profunda mirada inocente pero llena de amor incondicional y cada noche Adán al final de sus intentos le mostraba a Lilith tal amor. Cada noche que entraba le hablaba a las pequeñas criaturas comenzando a controlaras. Que podían saber esas pobres alimañas si solo recordaban ella fue la primera mujer de Adán, recordaban que yo había instituido al hombre como regidor de las bestias, entonces como podría enojarme con ellos por ayudarla si yo los guie a ello. De alguna manera haría volver a Adán a sus brazos y decidió usar una pequeña polilla para seguir a Adán, así fue como se enteró de mi petición a Adán y supo que podía usarlo para su venganza. Como podría ella lograr que el hombre me desobedeciera, no era cualquier hombre, era Adán, tenía que ser el que me fallara, pero no era tarea fácil, él era justo y temeroso de mí. Con ojos y oídos en mi jardín pudo ella ver como Eva prodigaba atención a toda criatura sin distinción, por más repulsiva que préciese, entonces supo que esa inocencia serviría a sus propósitos y así Adán dejo de ser el blanco de sus incursiones nocturnas concentrándose ahora en Eva. En los sueños tomaba la forma de un reptil de cuatro patas y hablaba a Eva sin reparo, la seducía con sus palabras y así Eva despertaba todos los días recordando su sueño, pero por ahora solo eso eran, sueños, después de todo cuantos animales parlanchines hay, comenzaba a pensar Eva con los días avanzando y con los mismos también comenzó a confundirse y dudar de su realidad, comenzó a incluir en los sueños de Eva sucesos del día para confundirle aún más y así Lilith comenzó a enfermar la mente de Eva que ya no sabía cuándo soñaba y cuando no. Fue un día como cualquier otro, Adán trajo a Eva al jardín, llevaba ella ya meses con una mirada perdida, desenfocada. La dejo bajo un árbol ante el lago y se alejó de ahí conmigo en su conciencia. Eva estaba en su momento más vulnerable y Lilith lo aprovecho mientras Adán me expresaba sus preocupaciones por Eva. IV Tentación y Caída Bajo un gran roble que parecía haber crecido con el deseo de servir de descanso a algún ser que se sintiera seducido por su sombra y disfrutar de la vista que le presentaba, ahí se encontraba Eva sentada, con sus pies apenas tocando el agua cuando el viento trajo a sus oídos un susurro infantil y juguetón, “Eva”, voltea velozmente en todas direcciones sin poder saber de dónde vino ese susurro tan familiar, una polilla pasa volando junto a su oído cargando el susurro en sus aleteos, “Eva”, se levantó rápidamente, sus ojos están abiertos por completo y su corazón palpita de temor mientras su mente se retuerce entre la realidad y la fantasía, ¿es el viento el que escucha o alguien la llama?. Su mirada divaga alrededor del tronco mirando más allá, buscando con curioso temor, pero solo ve a la distancia la silueta de Adán alejándose a paso lento, vuelve su mirada al lago y sobre una piedra a orilla del rio ve a su pequeño amigo reptil, en lo hondo siente algarabía al verlo, pero también muy en lo profundo de su difusa razón sabe que algo no está bien, nace una inquietud que no puede explicarse, vuelve a mirar hacia Adán intentado usarlo como el ancla en la realidad para después volver su mirada a donde estaba antes recostada, esperando verse ahí dormida y entonces sabría que es un sueño. Escucho de una manera más clara esa voz suave, seseante  y con una fingida inocencia sensual dirigiéndose a ella. -          ¿Qué haces Eva tan sola y lejos de tu hombre? – Pobre Eva, su mente tan confusa y cansada no opuso resistencia ahora y se dejó ir en la fantasía de ser un sueño, si no como es que podía escuchar a su amigo hablar. -          Estoy soñando – dirigió a su interlocutor más como entrega que como pregunta -          Claro que sueñas, ven acompáñame a aquel árbol, sus frutos se me antoja probar. – El pequeño reptil en su mente señalo hacia donde se encontraban los árboles que había prohibido a Adán. Eva hija mía al ver ahora  tu congoja de entonces me entristece, tu mente era ya débil para ese momento, pero aun algo no le parecía bien, algo para ti era extraño y volviste a mirar tras el árbol justo cuando Adán hablando conmigo se perdió tras un árbol y no le viste, tu pensamiento de nuevo susurro a tu conciencia ya etérea, “es solo un sueño”, entonces seguiste a esa criatura, en la confusión aun una parte de ti sentía algo fuera de lugar y buscaba alertarte, pero ya estabas debilitada por tantas intromisiones de Lilith dentro de tu mente que la realidad ya no era distinguible para ti. Tu voluntad estaba totalmente sesgada, tu mente hecha añicos no escuchaba ese susurrar que intentaba devolverte a la realidad. Eras ya un ente sin voluntad, avanzabas ausente en un mundo de fantasía donde tu mente por más fuerte que fuera no era escuchada y era solo un pasajero preparándose para la inminente colisión. -          Mira, ¿no son hermosos estos frutos?, aspira su aroma Eva – ¿Aroma?, Lilith no tenía vergüenza, si tan solo hija hubieras estado más alerta hubieses sentido solo el aroma de la hierba húmeda traída por la brisa hacia ti, pero en su lugar su juego mental solo presento ante ti un aroma dulce, suave y jugoso. -          Vamos Eva que esperas, toma uno y come junto a mí – -          Pero no puedo comer de este, Padre lo prohibió junto con aquel árbol – No esperaba Lilith que aun  creyendo era un sueño y con tu mente tan débil pudieras aun hija mía prodigarme obediencia. -          Pero esto es solo un sueño ¿recuerdas? – su voz dejo de ser sensual e inocente para volverse desesperada, pero controlo su furia y volvió a su tono conciliador – es solo un sueño, ¿Qué mal puede pasar, no es como que fuese a faltar a padre, verdad? – Tu mente ya se encontraba deteriorada, pero buscaba como contestar, sin embargo tu voluntad se encontraba doblegada y antes de que cualquier respuesta llegase a ti, tu mano ya estaba tomando uno de esos frutos que parecían una gota de sangre sólida y brillante. -vamos que esperas, ábrela y cómela – te apremio Lilith ya sin miedo, sabedora de que estabas ya derrotada. Con movimientos ausentes quitaste la cascara hasta quedar con una fruta suave de color blanco opaco, la miraste un momento, tu mente luchaba aun, pero ya no podía hacer nada. Tan vencida te encontrabas que en la vida recordarías la sensación y sabor de la fruta que habría de condenarles. -          Toma otra niña y llévaselo a Adán, vamos que esperas- Lilith comenzaba a embriagarse con el vino de la victoria, tenía tanta confianza de su victoria, como podría Adán decir que no ala mujer que amaba, ella misma lo condenaría y el volvería con ella. Ya sin cuestionar nada y con tu mente rendida en la ilusión arrancaste un racimo y tomándolo entre tus manos caminaste buscando a Adán. Lo encontraste parado sobre una roca a orilla del lago, mirando hacia el agua y su ondulada calma, del otro lado de donde estabas antes recostada. Había terminado de hablarme y como cada ocasión Adán se quedó a admirar y llenarse de mi hogar entre las murallas de la montaña. Mi conciencia estaba en ese momento vagando en el resto de mi creación del otro lado de tal muralla. Para Adán podía haber algo raro, pero su inocencia junto con la fe ciega que te tenía no lo dejo ver detrás de tu rostro estoico y sosegado la locura que nublaba tu mente, él te miro ofreciéndole ese fruto de rojiza cascara rugosa, sabía que en algún lado la había visto pero no podía recordar donde. -          Mira lo que encontré, es muy sabrosa y jugosa, deberías de probarla – tu voz era tan monótona, sin alma y tan manipulada por Lilith. Tomaste Adán de el racimo uno de los  fruto de sus manos y lo inspeccionaste intentando recordar donde era que lo habías visto antes, pero que importaba, tu mujer te lo estaba ofreciendo y ella nunca te habría de ofrecer algo que te hiciera daño alguno, así que con un ligero esfuerzo quebraste la cascara entre tus dedos y sacaste el fruto de color opaco de su interior, lo probaste notando un objeto duro en su centro el cual lanzaste al suelo después de haber chupado su dulce cubierta. Una extraña sensación recorrió tu cuerpo, una incomodidad no sentida comenzó a crecer, y la visión del cuerpo desnudo de Eva te ruborizo, ¿qué pasaba contigo? Sensaciones extrañas se agolpaban en tu mente y pecho, tuviste miedo de lo extraño y un calor comenzó a bajar a tu entrepierna y con vergüenza buscaste velozmente cubrirte con unas hojas. Mientras una polilla batía su vuelo lejos del hombro de Eva cayendo muerta un instante después. Lilith bajo tierra, a distancias de ahí, sonreía satisfecha. El tiempo al fin le dio lo que necesitaba, pero él no se detiene, siempre avanza y  por cada instante que pasa nada termina, solo comienza. Que eran estos nuevos sentimientos que recorrían tu cuerpo y te hacían desear tomar con violencia a Eva, luchabas por controlar esos deseos, pero cada vez que recorrías su cuerpo con tu mirada y el viento te traía el aroma de sus cabellos sentías como si un animal quisiera salir desde lo más hondo de tu ser, te costaba domarlo cada vez más. Hasta que sin poder más te abalanzaste sobre Eva que ante la violencia del impacto de sus cuerpos ante el suelo salió de su letargo y desconoció tu rostro desencajado por la pasión desenfrenada que dominaba tu ser. Con fuerza salvaje sujetaste sus muñecas contra el suelo mientras con dolor sufría tus violentas mordidas a su cuello y pechos mientras lloraba de dolor ante los secos furiosos envistes  de los que era víctima, te rogo desesperadamente que te detuvieras, te rogo hasta el llanto, hasta que el mismo ahogo su suplicio y la convirtió en una muñeca sin voluntad una vez más, a la cual tomaste en tu animal sin razón. Una vez saciada tus nuevas pasiones tu mente volvió a la claridad y miraste el mancillado cuerpo de Eva con los pequeños hilillos de sangre en las marcas de tus moradas y los moretones en sus pechos y una nueva vergüenza te invadió, ya no solo era tu desnudez, quisiste reconfortar el tembloroso cuerpo de tu mujer pero te detuviste, me buscaste con miedo temeroso de haber visto todo pero no viste más que el cielo tardo que con sus colores naranjas anunciaba la muerte del día para anunciar la proximidad de la fría noche, por primera y última  vez dormitarían al interior de mi jardín. Te sentiste sucio e indigno de compartir el espacio donde yacía tu mujer, buscaste un espacio detrás de un arbusto y volviste a cubrir  tu cuerpo con las ásperas hojas que antes habías tomado. A pesar que dentro de los muros de mi casa el clima era agradable y el cielo estrellado era acompañado por la sinfonía tranquila de grillos y demás criaturas nocturnas el sueño te fue imposible de alcanzar, el recuerdo de tu descontrol te aterrorizaba, desconocías la persona que habías sido, buscabas en tu interior el deseo de lastimarla pero no existías y por tal razón no entendías tu violencia hacia ella. Al final el dolor y el llanto cansaron tu cuerpo y comenzó a rendirse al sueño cuando el sol comenzaba a bajar sobre el muro oeste. Que tonto fui al plantar esos árboles, que tonto fui al querer poner a prueba a mis hijos, que gran error fue maldecir a Lilith y alejar mi vista de ella. Pero entonces era alguien totalmente diferente. Fue Eva la primera en despertar, el sol bañaba ya el lago a orillas del cual se encontraban y los arboles les cubrían de su incandescencia. Le dolía el cuerpo y su mente era una maraña de recuerdos y dudas, no podía  recordar cómo es que estaba ahí, el ardor en las zonas de las mordidas le desconcertaba y las costras de sangre seca que tomaba entre sus dedos le inquietaban, los moretones en su pecho le dolían al tacto y en su entrepierna un dolor que le impedía caminar a gusto, pero mientras hacia esta inspección de sus dolencias se dio cuenta de su desnudez e igual que tú, busco con que cubrirse avergonzada de que el universo viera su piel. Con su piel cubierta Eva se sintió inundada de una marejada de sentimientos, de temores y  desconfianzas, sentía su pecho vacío pero con golpes violentos del corazón como si cayera en caída libre en la nada y la semilla de la locura en su mente, que seguía ahí y nunca se iría, tejía sus telarañas en su mente acrecentando todos estos nuevos sentimientos que su cuerpo desconocía y no sabía cómo manejar. Buscaba en su ansiedad a Adán, el podría reconfortarla, pero entonces recordó la noche anterior y su rostro, la duda entre el sueño y la verdad la hundió en el ensimismamiento hasta que un chasquido de la cordura que se desvanecía en su mente la saco de este letargo encontrándote recostado detrás de los arbustos que habías elegido como protección. Se acercó a ti y busco despertarte con cautela, pero su nueva naturaleza te hizo despertar con terror y con violencia la empujaste, provocando sorpresa en su rostro, al mirarla ante ti buscaste alejarte y pusiste distancia entre los dos mientras te levantabas, veías su cuerpo apenas cubierto por unas cuantas hojas que de forma burda había unido velozmente y sentías de nuevo ese animal queriendo salir, pero lo conocías ahora y aunque lo temías y sabias sin conocerle le dominaste, apretaste tus puños a tu costado y buscaste control, mirando a Eva con terror, ¿porque te provocaba esto?, pero mientras reaccionabas así, ella veía tu rostro con tu mirada llena de terror y se sintió dolida sin saber por qué, recordó su sensación de desnudes comenzando a ser consciente de su propio cuerpo pensó que algo no te gustaba acrecentando su vergüenza, se tiro al suelo llorando sin tu saber que hacer mientras te gritaba en llanto. -          Ya no me mires, aléjate de aquí, no te quiero cerca – Las palabras desgarraron tu corazón sumando ese nuevo dolor a tu miedo por perder el control, ahora esos labios que horas antes le profesan palabras cargadas de amor le hablaba con rencor y reproche. Entonces hijo la desconociste, ¿Quién era esa mujer?, no podía ser Eva, ella no te provocaba estas congojas ni miedos, ella era calma para ti era todo sinónimo de paz en el universo que te rodeaba. Y el tono de voz de esta mujer te convencía que no podía ser ella, jamás te hablaría de esa manera y en ese tono, tomaste sus exigencias decidido a poner distancia entre tú y esta extraña mujer, dejándola ahí sola, vulnerable y destrozada. La distancia física que pusiste entre ustedes no fue nada comparado con el abismo que entre sus esencias aparecía, eran ahora unos desconocidos que tendrían el tiempo en su contra ahora para reencontrarse. Miraste hija mía a Adán darte la espalda y alejarse sin siquiera volver la mirada atrás preocupado por ti y mientras lo hacías te preguntabas quien era este hombre ante ti, no podía ser tu pareja, como podía ser tu pareja si no te hacía sentir segura ni protegida, si te provocaba temor el solo mirarlo o siquiera el ser tocada por él te provocaba un sentimiento de aversión nunca antes experimentado Mientras tanto Adán seguía caminando sin percatarse de su dirección, ensimismado en la duda, sabia esa mujer era Eva pero entonces por que la sentía tan extraña, tan distante, sin nada que les uniera. Caminaba sin rumbo hasta que topo con el árbol del Conocimiento al cual le dirigió una mirada que lo hizo recordar la fruta que Eva le había dado un día antes, vio los racimos colgando de el y como una burla del destino el viento llevo a tu nariz el aroma de estas, el cual hizo que tu boca recordara el sabor y tu mente la orden dada por mí, entonces fallaron tus rodillas y sollozaste con el rostro entre tus manos. V Sentencia Cuando la tarde estaba en sus inicios fuera de mi jardín, viaje mi conciencia entre la brisa que jugueteaba con el pasto y entre los arboles cantaba en susurro de armonía. Mientras apreciaba mi jardín busque a Adán y no lo encontré, su mente estaba cerrada. Al no encontrar a mis hijos me percate del silencio que abrumaba mi jardín, parecía muerto, a excepción de la brisa traviesa que no conoce de malos días. -          ¿Por qué te escondes hijo mío?, ¿Dónde te encuentras? Te siento alejado de mí, siento tu temor y vergüenza, ¿pero vergüenza de qué?, ¿Quién te ha enseñado este sentimiento? – Mientras te buscaba observaste la brisa acariciar la hierba y supiste estaba ahí, temiste y cerraste tu ser a mí, ¿Qué me dirías? te preguntabas, acaso aceptaría un, “esta mujer me lo ofreció y comí, no sabía”, me gustaría poder decirte que hoy te perdonaría, pero entonces pensaba y era muy diferente al ahora. Al no encontrarte me hice escuchar a través de la brisa. -          ¿Por qué te escondes hijo mío, que mal temes de mí? Muéstrate y háblame – Tímidamente saliste detrás de un árbol y temeroso me permitiste entrar en tu ser. En cuanto te vi note tus ropas y entendí todo, no podía haber otra razón. -          ¿Por qué te has cubierto? – exclame en un trueno -          Perdona Padre, es solo me avergüenza mi presencia – me respondiste con la mirada baja y tus manos entrelazadas como un niño, por primera vez conocías el terror, la vergüenza y el arrepentimiento. -          ¿Cómo te has dado cuenta de tu desnudez? – en otro trueno que cimbro tierra y alma te interpele. -          La mujer que me diste – comenzaste a señalar con desprecio sin saber – me ofreció de tu árbol y comí. Pobre de ti hija que en la labor de mejorar tu ropa estabas cuando en una ventisca te llame a mi presencia. -          ¿Por qué has tomado del árbol que te prohibí y además ofreciste a Adán? – Con mi furia sobre ti caíste de rodillas abrumada, ¿Por qué tenía que pasarte esto a ti si amabas a Adán y me respetabas? -          Perdóname Padre, pensaba era todo un sueño, mi amiga me lo dijo, es un sueño, y me ofreció, perdóname Padre – tu voz dulce temblaba ante la súplica en tu voz. Mi furia era acompañada por la repentina tormenta que azotaba mi jardín y entre las violentas corrientes de aire que golpeaban y doblaban la vegetación los maldije, me hice escuchar en todo Edén. -          Solo una cosa pedí a Adán mientras les prodigaba mi protección de este lado del manto y fue que no comieran del árbol del conocimiento y de el de la vida, confié en su Señor y el me traiciono con su mujer y por ello ahora ustedes también pagaran -  y con el actuar de mi conciencia, les di la vergüenza, el miedo y la pasión desenfrenada. Volviendo mi mirada a Adán en la tormenta exclame – tú y tu pueblo están desterrados, ahora vivirán lejos de mi protección, tendrás que pelear con la tierra por tus alimentos, haz demostrado no ser digno de mi confianza – Volviendo mi conciencia a Eva aun en el suelo de rodillas y llorando de vergüenza la maldije – Tu que te dejaste engañas y condenaste a tu hombre y a tu pueblo, maldigo tu vientre, tu descendencia te causara dolor y el hombre te mirara con desdén y te dominara.- Pero aun no terminaba, terrible fue mi proceder a con mis hijos, pero mi furia era contenida, había alguien más en todo esto, Lilith. Bajo tierra ella era ajena a las nubes que sobre ella se iban cerniendo, oscureciendo todo, el viento comenzó a soplar con tal violencia que arboles cayeron al suelo en un estruendo que se perdía entre la violencia del viento entre los troncos que resistían y el atronador resonar de los truenos, con todo mi poder concentrado en ella ordene a la tierra la aprisionara, sentías tu ser sofocar y llenarse de tierra tu interior, buscaste con violenta rapidez salir de tu escondrijo para ser recibida por una bofetada del helado viento que arrancaba todo a su paso. -          ¡¡¡¡LILITH!!!! – la furia de mi voz te aterrorizo mientras escupías tierra y fuiste lanzada, golpeando bruscamente una piedra, temías no solo mi furia si no el Sol que sabias sobre mi furia se escondía - ¿ cómo has hozado abusar de la bondad de Eva?. Jugaste con ella sin remordimientos, te aprovechaste de su inocencia y por ello sus hijos serán tu perdición, no habrá donde te escondas que no puedan encontrarte y atravesar tu corazón – Sentías mi furia y mi maldición, pero a pesar de tu temo pudiste responderme sin titubear. -          Tú me orillaste a ello, me maldices a las noches a alimentarme de sangre mientras a Adán y los otros los protegías, ¿qué esperabas al maldecirme? -          ¡¡TONTA E INFANTIL CRIATURA!! – ya no era solo mi furia lo que te oprimía si no también mi desprecio, hoy me avergüenzo de ello – te maldije, pero pudiste hacer el bien, pudiste ser luz en la oscuridad para los hombres de este lado, pero en cambio estas aquí rodeada de los males que le aquejan, tu haz sido tu propio verdugo – Mientras mi conciencia se alejaba de ella también lo hacia la tormenta y las nubes que la resguardaban del sol, con rapidez se escurrió bajo tierra entre miedo y desprecio. Hubiera sido mejor que se inmolara. Ordene a las criaturas que antes resguardaban a mi pueblo elegido a que los escoltaran fuera de mi protección, le arrebate a Adán la espada que con amor había forjado para él y era símbolo de su dominio sobre toda mi creación, la coloque en el límite de mi conciencia y este mundo alejado de mí, les arrebate la vida eterna, pero les concedí la longevidad, mantuvieron el entendimiento de los engranajes en el mundo, pensé les serían necesarios para sobrevivir sin mi protección. Cuando Adán, Eva y su pueblo se encontraron del otro lado del velo estaba ya más calmado, pero mantuve mi decisión. -          No son más bienvenidos a mi lado, me fallaron pero aun así les envió aquí a demostrar si son acaso dignos de mi perdón, sus cuerpos perecerán pero su escancia nunca lo hará, reencarnaran cuantas veces necesiten para ganarse su retorno. Ahora aléjense de aquí y comiencen a andar en el tiempo. – Pobre de mi pueblo que observo el velo desvanecerse ante ellos, sin saber que hacer se quedaron ahí parados por un instante hasta que uno llamado Laimargia hablo. -          Yo no se ustedes hermanos pero mi mujer y yo nos separamos de ustedes, no pienso seguir a quienes no han maldecido – -          Lo siento Eva, pero estoy de acuerdo con mi hombre, no solo le fallaron a nuestro Dios si no también a su pueblo, nosotros – hablo una mujer con pesar en su mirada, su nombre era Lagneia. Adán mira a su pueblo suspirando lleno de tristeza y culpa. -          Muy bien hermano, tu decisión es respetada al igual de todo aquel que desee seguirlos o ir a buscar por su cuenta una vida en este mundo – Cinco más del pueblo de Adán expresaron el mismo deseo, estos fueron un hombre de cuerpo ancho y marcado de nombre Filargyria, una pareja conformada por Fhymos, que era un hombre de cabello rubio y rizado, su mujer de nombre Tempelia con su cabello negro y liso que caía a su espalda y una última pareja conformada por el hombre Zilevo de mirada felina y profunda y su mujer Perifania. Les miraste marcharse en direcciones diferentes, acompañados de otros tantos que decidieron unírseles al igual que una que otra criatura que decidió quedarse a su lado para continuar protegiéndolos. Esperaste a ver si alguien mas decidia igual pero el resto de los que no habían partido te miraban inquisitivos. -          ¿Qué haremos ahora Adán, a donde iremos? – Escuchabas te preguntaban, sin siquiera responder volteaste tu mirada, veías a la distancia un rio y sin decir nada caminaste hacia el seguido por Eva y el resto de tu pueblo.VIEN EL EXILIOEl tiempo era ahora parte de su ser en el exilio, Adán y Eva tuvieron que volver a empezar, a conocerse, a reencontrarse, pero aun el tiempo con su gran fuerza no puede tocar los caminos del destino y tal como mis hijos más amados estaban atados en este, volvieron a estar juntos, el tiempo y el destino juntos les dieron a sus primeros hijos, el mayor se llama Caín y al menor lo llamaron Abel. Los primeros hijos de la Casa de Adán, ubicados entre el rio y el mar. Su pueblo que de a poco se levantaba recibió con júbilo a cada uno de estos sus nuevos príncipes y en cada ocasión, como acostumbraban hacer ahora por agradecimiento hacia, me ofrecieron un cordero. La matanza de mi creación me asqueaba pero era rápidamente contrarrestada por la buena voluntad de su acto sin malicia, solo buscando agradarme, porque de apoco el tiempo hizo que dejaran de escucharme en el mundo y de verme en sus bellezas, pero aun recordaban mi existencia.Al pasar de los años los hombres que cree fuera de mi manto fueron acercándose al pueblo de Adán, no tenían más porque vagar buscando comida, estos hombres parecían crearla de la tierra y los animales parecían obedecerles.El pueblo de Adán miro a estos seres perdidos, faltos del conocimiento y entendimiento de las cosas. Con los días se dieron cuenta que estos seres carecían de mi don de la creación, el pueblo de Adán podía crear o sanar con solo visualizar los engranajes en su mente y ordenarlos, pero estos seres no contaban con ello, asi que con el entendimiento de su lado comenzaron a explicarles de las plantas y sus funciones de acuerdo a su manipulación, comenzaron a crear herramientas para ayudarles y les hablaron de mí y de lo que había del otro lado del velo. Observe como se mezclaban con estos seres, vi a Adán volverse el dirigente de este su nuevo pueblo, gobernante justo y sin vanidades, que los lujos y pleitesías no dominaban su ser. Fue respetado por ser uno más de ellos, nunca se negó al trabajo de la tierra, por conciliar con sabiduría las diferencias.Me enorgullecí de ellos y de sus obras, parecía que pronto podrían demostrarse dignos de volver bajo mi protección.El tiempo paso en el pueblo de Adán y Eva, así como en sus hijos que crecieron para ser jóvenes alegres y de físico brioso fruto en uno de su trabajo en el campo, en el otro gracias a su trabajo con el ganado, Caín dominaba por su físico labrado bajo el arduo sol y la fuerza para domar la tierra, mientras Abel a pesar de su fuerte físico, fruto del dominio de las bestias, era más bajo y de piel mas clara.Desde pequeños aprendieron a adorarme y temerme, pero con la madurez llega la rebeldía y Cain comenzó a detestar tener que dejar su trabajo y ofrecerme en inmolación sus mejores frutos y semillas. Mientras Abel creció amándome realmente, ofreciéndome no solo su arduo trabajo, sino también las vísceras y huesos de su mejor animal envueltas en su grasa. Podría parecer una ofensa a mi persona que solo me diera restos de su mejor animal, pero su voluntad y deseo me bastaban para sentirme satisfecho de tal sacrificio y por ello di mi protección a sus animales, Caín podía ver como estos mejoraban con los años enfureciéndolo.Como dese poder ser escuchado Cain para calmarte, pero como podrías escucharme si tus ascendientes ya no podían hacerlo.Todo esto pasaba mientras alguien observaba en las sombras.VIIOrgulloLa furia de Lilith aumentaba ante la nueva maldición que caía sobre ella, para ella el castigo que le di al pueblo de Adán y a el mismo no le parecía suficiente, ¿Dónde estaba el sufrimiento que yo le había impuesto a ella?, ¿por qué seguían su vida en la luz y junto al resto de los seres, mientras ella estaba presa bajo tierra y condenada a vivir junto a los seres más despreciables de mi creación, odiaba la idea del poder de la descendencia de Eva, no podía permitir que esos imberbes pudieran acabar con ella, para ella mi maldición final sobre ella era la declaración de guerra que ella necesitaba para dedicar su existencia a terminar con la casa de Adán.Si acaso se calmó su ira fue solo durante los primeras décadas fuera del velo, mientras Eva y Adán mantenían una relación fría y distante, dándole una esperanza de poder tener a Adán a su lado, pero también fue testigo de cómo la bondad de Eva fue ganando a Adán y como la caballerosidad de Adán fue ganando a Eva de nuevo hasta que sus corazón volvieron a latir uno junto al otro y sus manos buscaban entrelazadas crear las raíces que se volvieron sus primeros hijos, en los que los vio poner todos sus deseos y sueños por ser mejores y agradarme a mi junto a estas sus crías. El tiempo que supo de esos embarazos fueron punzadas en su inmóvil corazón, jama conocería el placer de crear vida de su carne, algo que le arrebate salvajemente y acrecentó su rencor.Odiaba a esos niños que ahora eran la representación física del amor de mis hijos, observando el amor que se tenían y el amor de los padres por ellos, solo pudo pensar que si yo no les hacía sufrir, entonces tendría que ser ella la que los hiciera sufrir por siempre en estas tierras lejos de mi cuidado. Pero no podía hacer lo mismo que hizo con Eva, tenía que pensar una manera de usar a ambos para lastimarlos. Mientras pensaba en esto recordó mi furia asfixiante que la oprimió contra el muro, sintió terror como ese día, pero no se dejó llevar por el, ahora tenía un nuevo propósito y uso ese miedo para fortalecerse.Así como el tiempo le dio su primera venganza, así como el tiempo curo las heridas en la mente y corazón de Eva, así como el tiempo le dio hijos a Adán y su mujer, el tiempo mismo volvió a darle a Lilith un plan.Los desplantes de Caín no eran ningún secreto entre su pueblo y su casa, pero también era sabido el gran amor que se tenían él y su hermano, después de todo que tanto puede estar molesto uno con los de su propia sangre. Pero para Lilith esta momentánea debilidad era suficiente, esta vez no proyectaría imágenes, no volvería loco a Caín, al menos no como lo hizo con su madre. IX Canis La noche del veintitresavo día del sexto mes en el año en curso, los hermanos se preparaban para ofrendarme su trabajo. Dos antorchas clavadas en el suelo, ayudadas por la brillante luz de la luna, les alumbraban mientras preparaban cada uno su montículo de piedra, en el cielo ni una nube, solo estrellas y la luna. A unos veinte metros de ellos se encontraba un pequeño pero espeso bosque, desde donde los ojos de un animal reflejaban la fría luz en el cielo, era Lilith observando sus acciones desarrollarse, confiaba que Caín la escucho todas esas noches, tenía su corazón y eso era más fuerte que la razón. La noche comenzaba ya a refrescar y una ligera corriente de aire comenzaba a soplar cuando estaban terminando los túmulos, Abel saco de su morral la piel del cordero que me ofrecía y se cubrió con ella, mirando a su hermano tratando de controlar sus temblores saco la piel de un gran lobo negro, tan negro como la noche sin la luz que los coronaba en el cielo. Había Abel matado este animal en sus primeras incursiones a los bosques, este se había llevado un cordero y como buen pastor este fue tras de el dejando al resto del rebaño tras de él. Encontró a la fiera en una cornisa de las montañas del valle entre el rio y el mar, era un animal de un tamaño superior al de los lobos de las tierras más abajo, su pelaje era corto y brillante, podía verse la musculatura del animal entre su pelaje. Este al ver al pastor le gruño mostrando sus colmillos, pero esto no amedrento al joven pastor, tomo una piedra y su honda lanzando esta justo entre los ojos del feroz carnívoro que se desvaneció, velozmente Abel escalo los metros que los separaban, sacando su cuchillo asesto un golpe rápido al corazón del Lobo, la sangre que bañaba su puño le desagrado así como su aroma, detesto sentir el cuerpo aflojarse bajo si del animal, detesto tener que haber arrebatádole la vida, pero tenía que salvar a su cordero y a el mismo. Caín se calzo la piel sobre sus hombros, el calor que le provoco viajo por su cuerpo en un escalofrió, aunque pesada la piel, era muy reconfortante. Comenzaron ambos a acomodar sus ofrendas, uno sus semillas y el otro su acostumbrado fajo de visceras y huesos, sobre sus camas de ramas y hojas secas. El viento soplaba entre el árbol de los bosques y llevo hasta Caín el aroma de la mujer que se le entrego todas estas noches, con el primer aroma cae en el recuerdo que le provoca devorar salvajemente el aire a su alrededor con su aspiración mientras elevaban la oración que sus padres les enseñaron. Este aroma despertó las pasiones nocturnas, su sangre comenzó a hervir, intento concentrare como hombre justo en las palabras que salían de sus labios, sabía que las imágenes en su mente ensuciaban su ofrenda, pero aire embriagaba su sentidos con el aroma de Lilith. Una vez terminada la oración Abel se acercó a Caín logrando distraerlo un momento de su lucha interna. -          Me gustaría hermano fueras el primero en inmolar tu ofrenda – lo miraste Caín como sacaba las piedras de su morral y en su rostro viste condescendencia. Lilith tenía razón su hermano menor le tenía lastima, lo veía como uno menos que él, no necesitaba de el para agradar al creador ni mucho menos necesitaba ser el primero por lastima. Pero a pesar de sus pasiones que hervían la sangre logro calmar sus instintos, su mente pudo razonar sobre el amor de hermanos, Abel nunca buscaría humillarlo ni lo ve menos que un igual en el mundo que ocupan. Tomo las piedras entre sus manos y procedió a encender la fogata, pero estas piedras no producían chispa alguna, con cada intento en sus golpes su frustración crecía provocando que golpeara en cada ocasión con más furia las piedras entre sus manos, con cada golpe mi pobre hijo solo llenaba su mente de las noches con Lilith, pero no la pasión, no, ella no estaba ante el para saciar ese deseo, su mente se fue a las pláticas durante esas noches donde ella enveneno tu mente contra mí, quizá tenia razón, no eras mi favorito y despreciaba tus intentos por agradarme, quizá era mi culpa que no encendiera, me burlaba de ti y de lo desagradable de tu ofrenda que no era más que objetos que salían de la tierra, quizá tenia razón y prefería la suculenta ofrenda de Abel, quien podría despreciar una buena grasa y visceras de un animal bien cebado, aunque estas fueran sobras. La furia que lo llenaba ahora provoco que perdiera la conciencia en el ahora y sus manos provocaran lastimara sus pulgar soltando la piedra que fue acompañado su seco golpe por un grito de furia ciega en Caín. Ante su dolor velozmente te acercaste para poder ayudarle, pero este alimentaba ahora el rencor en su mente alejando violentamente la mano de la tuya. Miraste a tu hermano que te devolvía la mirada con furia, pero tú decidiste tomar las piedras en tus manos y acercarte a encender la pira. Solo basto un suave chasquido de las piedras para con unas pocas chipas encender las hojas en la pira, mis manos no estuvieron en ese suceso, pero no importo, tu sangre hervía Caín y necesitabas descargar todo ese vapor en ti, volviste a recordar las palabras de Lilith y ahora estabas más que seguro que no te amaba y solo me burlaba de ti prestándose Abel a esto. Tu razón se nublo ante el frio que comenzaba a emanar de tu corazón, en tu rostro los músculos temblaban de ira, hasta que Abel volteo a mirarte sonriente y no pudiste más, todo el rencor salió disparado a través de tus manos que empujaron con furia a tu hermano. -          Deja de burlarte de mí, estoy harto de que me humillen tú y el Dios de nuestros padres - -          De que hablas hermano – intento Abel tranquilizarte, espantado del ser ante él, te veía como una bestia – nunca haría tal cosa, ni aunque nuestro Dios me lo pidiera – -          Mentiras, eres su predilecto, mis cosechas apenas y sobreviven mientras tus animales se ceban mejor cada temporada, mi trabajo no es más que tierra y polvo, suciedad, le desagrado, te odio, todos ven al buen Abel pero yo se la verdad, eres vanidoso, todo solo por agradar, nada porque lo sientas, a mí me tienes lastima no amor, Súcubo tenía razón, tú y tu Dios son el uno para el otro, nos desprecian… - -          ¿Súcubo, quien es Súcubo? De que hablas, no te desprecio Hermano, te amo, lamento tus cosechas no se hayan dado, pero tienes que confiar en nuestro Dios, Padre siempre lo…- No querías oír mas, solo estaban las palabras de Lilith en tu razón y volviste a empujar a tu hermano con furia con tal de callarlo, pero esta vez perdió el equilibrio, cayendo con fuerza y golpeándose con una piedra en el terreno, quedo inerte mientras la sangre llenaba la tierra bajo tus pies. El brillo de la luna en la sangre de tu hermano te saca de tu furia ciega Caín, diste unos pasos atrás incapaz de poder comprender en ese instante que había pasado, miraste a la luna que con su brillante luz parecía estar dispuesta no cubrir tu crimen, miraste el cuerpo de tu hermano, incapaz de creer que pudiera estar muerto, quizá estaba inconsciente pensaste, dentro de ti sabias que esa no era la realidad, atrasabas cada uno de tus siguientes pasos como si cada uno reafirmara tu temor. Miraste a los ojos a tu hermano que te devolvió una mirada gris y vacía. -          Que hice – con la realidad en tus hombros caíste de rodillas entre el charco de sangre de tu hermano – oh Dios no, Abel por favor perdóname, levántate hermano, – tomaste su mano sin sentir respuesta alguna – perdóname – susurraste mientras las lágrimas comenzaban a llenar tus ojos, las cuales caían entre el charco de tu hermano, su sangre rehuía de tus lagrimas como el agua del aceite [el aceite del agua]. No creí que fueras capaz de derramar la sangre de tu propia casa en las tierras de tus padres, podía escuchar esta ser sorbida por la tierra, como clamando por su asesino en al aire de la noche, el cual arrastro el aroma hasta Lilith que lo devoro en sus pulmones extasiada, se embriago con la imagen del lamento de Eva ante la muerte de su hijo a manos de su propio hermano, se dejó llevar en los placeres de la victoria. Al fin Adán y Eva sufrirían en estas tierras como merecían, no habría lugar donde voltearan que no les recordara este gran dolor. Mientras llorabas sentías el aire enfriare y los cielos retumbar, repentinamente el viento soplo con tanta fuerza que tu pira se apagó, el tronar de las ramas en el bosque a tus espaldas te comenzó a poner temeroso, sentías que alguien te había visto, buscaste entre las ramas pero no veías a nadie, el viento lo sentías golpear la piel que tu hermano te había dado y en su viaje podías jurar que escuchabas “asesino” en susurros que venían desde la luna en el cielo, no podías entender estas sensaciones llevadas por la tormenta, pero Lilith al otro lado escondida podía escuchar mi furia, mi decepción y mi condena [hacia ti]. -          Oh Caín, Caín, con la sangre de tu hermano has marcado tu andar y con la luna como testigo de tu crimen atroz, la hago tu verdugo en tu condena, te devolveré la vida eterna hijo de Adán, pero cada noche tal como está, ella te recordara de tu bestial salvajismo y la voz se correrá hasta el último rincón de mi creación, para que ninguna puerta te sea abierta. – Mi voz te siguió en tu carrera a través de los arboles intentando huir del sentimiento de culpa, no reparaste en Lilith que solo se contrajo en si para perderse en las sombras de los arbustos, ella me sintió pasar veloz junto a ella sin prestarle atención de igual manera. El cielo era una gran mole negra sobre tu cabeza, las espesas nubes de tormenta retumbaban en salvajes rugidos que se metían hasta lo hondo de tu ser, el viento se colaba violento entre los árboles y sentías la temperatura tan elevada que podías ver tu respiración acelerada, escuchabas tras de ti pasos acusadores, tenías que ocultarte, tu mente era una confusión de pensamientos que no podías poner en orden, podías sentir el aroma de la tierra y las hierbas siendo cargado por el viento en la helada humedad, podías sentir en tus manos cada fibra en las duras cortezas de los árboles en que te apoyabas, sentías el dolor en tus extremidades crecer y ardor en tus huesos, querías descansar, tratabas de recordar los terrenos en los que estabas, pero si alguien los conocía era Abel, que podía saber si nunca habías salido más allá de tus sembradíos. Un relámpago en el cielo te mostro por un segundo una cueva al fin a pocos metros de ti, te escabulliste dentro de la fría oscuridad, pero esto era más cálido que el frio en el exterior donde escuchabas el chiflido del viento y algo más, podías jurar que escuchabas cada hoja de cada árbol, cada fibra siendo forzada a soportar, de cada animal dentro de estos árboles temblando. El dolor en tu cuerpo no te dejaba moverte, querías calor y la piel de tu hermano no te la daba, estabas empapado totalmente, no podías ver madera por ningún lado, ver, te sorprendió cuando te diste cuenta que la oscuridad de la cueva no lo era tal para ti, no era una visión perfecta pero podías detectar el mínimo rebote de luz dentro de tu espacio, esta sorpresa fue suficiente para hacerte olvidar tus molestias y el frio. Algo te saco de tu emoción, que no lo sabias, no habías escuchado nada, o quizá si, algo dentro de ti te hacía sentir ansioso, sabias era provocado por algo aparte de los acontecimientos en ti, sentiste tus poros contraerse erizando cada bello de tu cuerpo, había algo en la boca de la cueva, el aire traía un aroma a muerte, el ruido del exterior en tus sentidos desapareció, todos estos nuevos descubrimientos ahora los sentías rebuscando en el abismo de la entrada. -          Dime Caín, ¿Cómo se siente la sangre de tu hermano en tus manos? – Reconocías la voz, pero cuando al fin se dejó ver la presencia no pudiste identificarla, iba desnuda de pies a cabeza, su melena de delgados cabellos era escasa, su cuerpo raquítico casi putrefacto estaba cubierto de tierra y de sus labios escurrían manchas que olían a ocre. -          ¿Sú-sú-Súcubo? – titubeaste con la sensación recorriendo tu cuerpo urgiéndote a huir primero, pero de lo más hondo algo apretaba tu puño listo para actuar - ¿de qué hablas?, yo no tengo sangre en mis manos – respondiste tiritando de frio – además que te paso, porque apestas a muerte y que le paso a tu hermosa cabellera de ocaso – -          Son demasiado divertidos – la escuchaste decir después de una larga risa que resonó fríamente a tus espaldas – me refiero a tu madre y a ti, son demasiado fáciles de manipular, una fantasía aquí, otra allá y son todo míos – De nuevo tus sentidos se dispersaron, perdiste el aroma de Lilith, el exterior te inundaba mientras un rayo alumbro con un brillo animal los ojos de la mujer que caminaba hacia ti. Tu ser tan atiborrado no podía centrar tu mente en entender las palabras de Lilith. -          Veo que no puedes entenderlo, pobre de ti, Padre te maldijo y ni siquiera pudiste decir algo por que no escuchaste – de nuevo la risa de esta mujer inundo la cueva y reforzó tu sentimiento de huida – pobrecito, nuestro Padre desprecia tus tributos, pobrecito, su hermano da más que él, oh pobre de el, mírenlo, nadie valora sus sacrificios bajo el arduo sol, nadie comprende su cansancio en el manejo de las bestias.- La escuchabas, pero no sonaba como las otras noches, ahora sonaba burlona y en esta proyección de su verdadero ser tu mente desperdigada en el infinito de los sentimientos pudo concentrarse en algo que era la total verdad. -          ¡FUISTE TU!, tú me envenenaste contra mi sangre, esas son tus palabras y las deje crecer en mí, ¡ES TU CULPA MI HERMANO ESTE MUERTO! –   Tu grito creció a un lamento salvaje, mientras en tu carne la piel que tu hermano te dio terminaba de incrustarse hasta los músculos, tus huesos crujían debajo mientras estos [Los musculos] en metamorfosis se henchían con un dolor que se mesclaban en tu furia. De manos y pies garras como dagas nacieron mientras los gruñidos de dolor terminaron en un aullido largo y seco que hizo sentir a Lilith un terror que solo yo le había provocado, dio un pequeño paso hacia atrás, pero la sorpresa la convirtió en valor, ¿Qué acababa de pasa?, ¿Qué era esta criatura?, ¿Cómo era esto posible? La bestia frente a ella era una criatura humanoide con la cara de un canido rabioso con un pelaje tan negro como la profundidad de la cueva que los cubría. En un centelleo la miro y eso basto para que la sangre de Eva en el fuera una con sus instintos, en un centello Lilith supo que ahora era muerte por muerte y que como tal tendría que luchar o entregarse a su final. Te tomo por sorpresa el zarpazo en tu rostro con tal fuerza que caíste al suelo con la mejilla ardiendo y la sensación de humedad escurriendo, sabias era sangre, podías olerla en el frio aire de la cueva, en ese momento sentiste terror una vez más, apenas y podías ver pero la criatura no te daría descanso, rodaste a un lado para incorporarte, apenas esquivando un mordisco directo a tu cuello, con la misma agilidad presente en ti viste a Cain volverse a ti en un salto listo a lanzarte otro zarpazo que por instinto cubriste con tu brazo, el cual pudiste sentir ser lacerado y tus huesos quebrados, el dolor era enorme pero tu miedo a morir era mayor, tenías que huir y odiabas ese pensamiento. Pero las ideas no las podías mantener ante los salvajes ataques que recibías, pudiste al fin esquivar uno de sus avances y sin pensarlo  golpeaste el pecho de Cain con tus uñas, sentiste el empuje, al igual que los huesos en tus dedos romperse, pero el lamento que lanzo ante este ataque te devolvió al momento, alejándote de las ideas de huida y del miedo, estando en el te diste cuenta que tu rostro ya no ardía y que el golpe lo habías dado con la mano lacerada hace un momento pero ya no lo estaba, tan solo tus dedos quebrados que viste sanar con cierto dolor. Ya no estabas en la cueva, la pelea te había obligado a salir de ese espacio estrecho y durante ella dejaste de sentir la lluvia que empapaba tu cabellera, así como el viento que soplaba con furia entre los árboles, lo sentías entrar en tus pulmones, tus labios se permitieron sonreír con una ligera confianza, podías enfrentarlo, quizá hasta ganar. Caín se escondió entre las sombras, podías escuchar como el viento ululaba al chocar con su cuerpo, no podías escuchar sus pasos, era capaz de ser tan ligero que el suelo parecía no reaccionar a su andar, podías oler tu sangre en sus garras, pero no lo podías ver, la confianza ganada comenzaba a flaquear ante la duda de donde saldría, seguiste rebuscando en el espacio para ubicarlo pero no lo sabias con certeza. -          ¡No seré quien muera esta noche Hijo de Eva! – gritaste con el valor que te quedaba para alimentar tu furia – no será así, serás Tú, me escuchas, ¡¡eres su ultimo vástago, tu no atravesaras mi pecho ni aplastaras mi corazón entre tus manos, ese placer será mío Hijo de Eva cuando atraviese tu pecho!! – Los bellos de tu nuca sintieron un cambio en la presión del aire, no te detuviste a pensar que lo provocaba simplemente te hiciste a un lado mientras sentías el olor de la piel de Caín frente a ti, al caer ya sabias que haría y en el camino hacia ti le devolviste el zarpazo del inicio, lo viste dar una vuelta en el aire y su hocico con cuatro surcos carmesí, su mirada no dejaba de ser salvaje y la batalla no parecía tener fin ante lo incansable de tu rival, tu nueva confianza se enfrentaba a la esta mina en tu ser, la sentías menguar, te era cada vez más difícil responder con fuerza o atacar con la misma, en uno de esos tantos ataques, tropezaste con un tronco que el viento salvaje arrastro en el espacio, Caín aprovecho este momento para apresarte en el sueño con todo su peso, sus garras te perforaban la carne con gran dolor, y su hocico lo tenías a pocos centímetro de tu cara, con tus manos apoyadas en sus clavículas  luchabas por evitar esas dentelladas, de nuevo el terror se dibujaba en tu rostro, ibas a morir a manos del hijo de Eva, serias la única causante te dabas cuenta en ese momento, lo que era el ahora, la fuerza y salvajismo de este ser no eran más que mi maldición y mi marca al hijo de Adán, pero esa fue una reacción a su acción. No había nada que podía hacer, pensaste que rendirte sería mejor, quizá fuera rápido, de consuelo llevabas la imagen del asesinato de Abel, de repente la opresión desapareció mientras la criatura se lanzaba hacia atrás con rapidez, alcanzaste a girar sobre la tierra sintiendo las piedras y ramas lastimar tu carne, por poco un árbol carcomido, vencido por la fuerza del viento, les aplastaba provocando su final, en este momento viste la oportunidad de huir, odiabas ir bajo tierra, pero no había otro lugar a donde escapar. Caín esperaba el momento en que te incorporaras, pero este no paso, de un salto cubrió el espacio entre su posición y donde estabas, pudiste escuchar sobre ti el golpe seco de su cuerpo al caer, sentiste el peso de la criatura comprimiendo la tierra sobre ti, podías escuchar como entraba el aire con fuerza a través de su nariz. Te buscaba en el aire, te percibía en el lugar pero no te veía, pero entonces miro al suelo y todo su olfato se concentró en donde estaba parado, pudo percibir entre el aroma a tierra el olor de la sangre seca sobre la piel de ese demonio nocturno, de un golpe seco atravesaste la tierra bajo ti hasta alcanzar sus cabellos los que apresaste entre tus manos para sacarla con violencia de su escondrijo, como quien saca una hierba mala de su jardín, su cuerpo viajo por el aire unos metros hasta golpear con violencia un tronco donde una de sus ramas te perforo con dolor el costado, no tenías escapatoria, ya no había esperanza para ti mientras sentías a Caín acercarse a ti amenazadoramente, parecía disfrutar tu dolor, parecía entender lo que estaba haciendo y eso te provocaba más terror. Te habías entregado por completo, pero el animal dentro de ti aún no estaba listo a rendirse aun cuando el vehículo estuviera sin fuerzas, el no permitiría que perecieras, el tomaría las riendas y te salvaría, solo tenías que dejarte llevar por tu instinto. Cuando sentías que este sería el último zarpazo estiraste tu brazo como si lanzaras algo, de bajo tus pies las piedras atrapadas entre las raíces del árbol que te aprisionaban salieron volando contra tu atacante que recibió cada uno de los golpes secos frenando su carrera. No tenías tiempo que perder, tus manos tocaron el tronco y la rama que te perforo se redujo hasta ser un brote nuevamente. Tu cuerpo corría tan rápido como podía, no pensabas en esquivar ramas, mientras sentías en el viento que golpeaba tu cara las hojas y ramas que aire levantaba. Podías sentir a la criatura tras de ti corriendo frenéticamente, comenzabas a sentir ardor en tus piernas, tu pecho te ardía,  tu ser estaba cansado de la pelea y las regeneraciones, mientras tu ser no se rendía tu mente comenzaba de nuevo a entregarse al fatídico final que se le presentaba, no veía razón a que siguieras corriendo, termina con todo eso, no hay lugar donde estar a salvo, con este pensamiento comenzaste a recordar el Edén y su jardín, recordaste el velo que dividía ese lugar con este mundo de miserias, como deseabas poder estar detrás de ese velo, esconderte lejos de su alcance, pero Padre la había cerrado no podías ni siquiera percibir este velo, no había esperanza. La descomunal bestia preparo todos sus músculos para su golpe final, era hora de terminar esta pelea, sin detener su carrera se preparó para con todo su peso derribar a Lilith y destrozarla en el suelo. Arremetió contra ella, pero se fue hasta frenar abruptamente, había desapareció la mujer, no había nada más en el ambiente que el polvo de su carrera y el viento salvaje. Cuando Caín despertó a la mañana siguiente, se encontró de vuelta en la cueva donde había visto a Lilith por última vez, en su mente la confusión reinaba, los recuerdos eran como sueños que no podía recordar bien, se tocó la mejilla ante una leve molestia y sintió tres relieves en ella, con la luz que se colaba en su cueva miro su cuerpo desnudo que estaba cubierto de cicatrices. Solo estaba junto a ti la piel que tu hermano te había dado la noche anterior, te cubriste con ella para salir de tu cueva. En el oriente el sol despuntaba iluminando los árboles que se mantenían de pie después de la tormenta. Por un momento meditaste en volver con tus padres y explicarte, pero sentiste pesar al imaginar el rostro de tus padres y preferiste huir de esa tortura dirigiéndote hacia el poniente, hasta donde mis pies me lleven, pensaste, que equivocado hijo mío, seria hasta donde tu destino te lleve. Las piezas se alejan al parecer distantes, pero sus caminos están más unidos de lo que yo mismo pude imaginar en aquella época. La noticia llego junto con el cuerpo a Adán y Eva, su pesar fue grande ante la desfiguración que sufrió su hijo, una vez más la lastimada mente de Eva cayó en la locura y su hogar se volvió gris, vivió sus días entre buenos y malos, donde su locura la hacía ver a sus hijos llegando y donde la realidad la aceptaba con congoja, en uno de esos días buenos, engendraron a su ultimo hijo Seth. Siete años después de la desaparición de Caín y el asesinato de Abel, el sería el primero en ser mi voz entre los hombres. Cincuenta y siete años habían pasado desde que mis hijos abandonaron el otro lado del velo, veintitrés años desde el nacimiento de Caín y Lilith aún no disminuía su odio hacia mis hijos, aún faltaba sufrieran más, se esfumo de las tierras de Adán para ir en busca de los que se separaron, con ellos de su lado tomaría las tierras que yo le había dado a mi hijo y su venganza seria total, le arrancaría lo último que le quedaba como muestra de mi amor.   
cuando veo la luna y siento el suave roze del viento de la noche, siento como si fueras tu acariciandome, cuando veo la luz de la luna es como estar viendo tus ojos, cuando el viento de la noche sopla es como estar ollendo tu voz llegando a mis oidos, cuando la luna se oculta de mi vista es como tenerte a ti a km de distancia de mi, por que entonces mi camino se oscurece sin tu luz.
diviso en pantalla de sueños pasado vivido a tu ladocalibrando sentimientos y razon me encuentroamor profundo y entregado desde primera miradaen estos momentos poca respuesta encuentrarealidad que temor en ti haysi en ti viera posibiliada, pensar en esto no estariami vida sobre todo continuaramor eterno sobre mi para ti cargarentregarme a alguien que sin dudar me ama, devo aprenderquisiera entregarme a ti pero el temor en tiel miedo a que te deje de amar te dominamiedo a que te avandone te carcomedisfrazas el miedo en mascaras de personalidadtus ojos me han dicho que me amasmas callado se queda ante tu razony ante tu razon mi razon entraolvidarte jamas,seguir mi vida junto a otra eh sido obligadoperdona  descida esto mas tus actos me piden esto
Sentado en la terraza en estos días calurosos siento la reconfortante brisa que solo la lluvia manda como mensajera de su llegada y como la amante esperada manda su mensaje con el dulce perfume que le caracteriza, el mundo completo parece estar esperándola, los ánimos apagados se encienden ante la mínima caricia del viento y el dulce aroma de la lluvia. A lo lejos se ve llegar el oscuro vehículo lanzando luces sin orientación alguna, el estruendo cada vez mas cercano aumenta la felicidad y cuando esa amante al fin esta sobre nosotros tímidamente nos acaricia y mas de uno levantamos la mirada para dejarla acariciarnos. enderezo mi mirada y volteo hacia la mesa y mi cigarro se me presenta húmedo y ante el humo que sale al tocarle las gotas en mi mente un pequeño niño quiere hablarme y veo como va acercándose y no puedo mas que sonreír ante el recuerdo. La lluvia comienza a caer y todos corren por resguardarse mientras un niño sentado bajo el gran árbol de la plaza los ve en su ajetreo, aspira el dulce aroma de el beso húmedo que la lluvia da a la tierra , siente la caricia del viento en su rostro así como la frescura que esos días dan, así protegido de la lluvia cierra sus ojos y disfruta el mundo desaparece para el, no ay nadie mas solo esta el, el árbol y la lluvia pero entonces unas palabras logran llegar a el, "siempre te amare". Su mirada traviesa se posa en una pareja que no se resguarda mas al contrario esta empapándose de la lluvia pero esto no es lo que le llama la atención si no el hecho de que la pareja parece no ver a nadie mas, como si ellos fueran los únicos en el lugar proyectando una felicidad tan grande que parecen brillar, entonces algo sucede que le quita el aliento al pequeño Cocolo. Colocando sus manos en el rostro de ella se acerca lentamente y la besa, todo parece un baile perfectamente sincronizado entre los dos pareciendo una sola persona, el beso dura una eternidad, una tan tierna y dulce que le maravilla hasta que esta termina en un abrazo Cocolo desvía su mirada y mientras observa la humedad de la tierra las nubes se retiran y poco a poco el sol vuelve a cubrir todo y el bullicio de la ciudad comienza a crecer pero en la mente de el solo una palabra se escucha, "amor", solo una pregunta nace, "¿Que es el amor?". Cocolo al fin se levanta y comienza a caminar, siente como la tierra húmeda se hunde a su paso y en mas de una ocacion sintio sus pies deslizarse unos cms al pisa terreno lodoso, en su camino no puede dejar de preguntarse que es el amor, despues de todo en sus 5 años de vida jamas habia preguntadose ello, el solo se preocupaba por que habria de comer al llegar a casa y las cascaritas que todos los dias el y sus amigos jugaban en las canchas de la plaza, pero ahora ninguno de esos pensamientos ocupaba su mente, solo la necesidad de saber que era el amor y q significaba sentia que necesitaba saber como identificarlo, mientras caminaba por la plaza esucho un fuerte voz, una voz llena de rencor y desprecio una voz que buscaba herir y lastimar, como todo niño se sintió atraído por la curiosidad y se dirigió detrás de un arbusto para poder ver de donde venia esa voz. -Eres una estupida te dije que era hoy, te lo dije una y mil veces, eres sorda o estupida...- Mientras esa persona reriminaba su mano bajo directamente sobre la mejilla de su pareja, provocando un sonido que para el muchacho parecio el tronar de una tormenta, mientras veia la escena y el muchacho veia el contraste entre el rostro de la persona con sus cejas enarcadas ante un gesto de desprecio y furia dando a su boca la apariencia de ser demasiado chica y el rostro de la muchacha que se veia apagado y sumiso, marcada su mejilla por una despreciable marca carmesi y mientras Cocolo veia esto una pregunta se esucho en su mente - ¿Que es el amor? ¿acaso es el despreciar a tu pareja? ¿es aceptar ese hecho?- Cocolo se da la vuelta y continua su camino dejando ala muchacha sola con su dolor tras de el, seguia meditando si el amor se demostraba a golpes pero por mas que lo pensaba esa no parecia la respuesta, pero, ¿por que le ovbsesionava tanto esta pregunta?. distraido como estaba, buscando respuestas hace tropesar a un muchacho dejando esuchar un estrepito de cajas caer y el golpe seco del muchacho golpeando el suelo. Cocolo adolorido busca con que ha chocado y ve al muchacho que apresuradamente se incorpora mientras velozmente toma cada caja en el suelo mientras exclama - gabriela Esperame!!!!!- corre hacia su pareja, la cual sin inmutarse solo voltea, le mira un segundo pero una mirada fria y vacia sin sentimientos mientras seguia caminando con su enamorado tras de si y de nuevo ante esta escena una voz se escucha dentro de el -¿Que es el amor?- Cocolo los ve perderse entre la gente mientras se levanta y retoma su camino meditando su pregunta y dentro de su mente se escucha -¿acaso es humillar y humillarse?-. Continua su camino por el parque acompañado por el creciente bochorno naciente despues de un dia de lluvia, mientras escuchaba los pajaros cantar en lo alto de los arboles, cocolo se percata que la banca frente a el esta ocupada, nada extraño no haberse percatado antes, despues de todo la escena estaba compuesta por un hombre sentado en ella con las piernas cruzadas y un gran periodico tapandole, le acompañaba una mujer recostada bocarriba con su cabeza apoyada en el regazo de el, estaba leyendo un libro apoyado sobre su pecho, este conjunto dava al cuadro una calma que sobresalia sobre el ajetreo, Cocolo sentia llenarse de esta calma, entonces el hombre parsimoniosamente dobla su periodico y terminada esta tarea solo se quedo ahi mirando a su compañera mientras con su mano acariciaba su cabellera, su mirada parecia tan llena y sin prisas, pareciese no se percatara de lo que a su alrededor pasab, en su mente solo una persona estava y la admiraba. cocolo descubrio una pequeña sonrisa y un beso que pugnaba por salir de el hombre. Hasta que él en un movimiento forzado inclino su cabeza hasta con sus labios toco la frente de ella, donde coloco un beso suave y prolongado del cual parecia que un gran calor salia de ese gesto, ella ante esto sonrie completamente, una felicidad completa se desprende de su ser, cierra su libro y lentamente se incorpora quedando sentada y poco a poco se acerca a el, mientras los dos se miran y sonrien, Cocolo sabe que entre ellos ay una conversacion ¿pero como?, no pronuncian palabras y aun asi se esuchcan. Ella lo besa suavemente en los labios por un instante, cuando ella separa sus labios, se levantan, Cocolo los ve marcharse ella rodeando el brazo de su compañero, él se queda un instante en tranze viendo la banca vacia mientras una voz en su mente le susurra - Quiza eso es el amor, disfrutar de cada segundo juntos, quiza eso es el amor entender y aceptar, quiza eso es el amor- 17 años han pasado y esa pareja un la tengo presente, pero aun mas lo que mi papa me dijo ese dia cuando regrese acasa y le pregunte -¿pa´q es el amor?- y el solo volteo y me contesto -El amor hijo, es lo que vez en tu casa-
In the 5th road of the 12th street You can find a dream place where dreams come true in sunny places and the doubt is clear as life Walking through stones with a Heart and You at the end carved in stone with feathers What can I do what can I say Through hurtful roses and soft thorns my eyes seek You finding only shadows left behind by You where can I go I keep walking on beds of needles that hurts my soul with life I don´t know what to expect this is not a clear road with signs of all kind where can I go? maybe some sunny day the road will become clear Here in the 5th road of the 12th street right now I´m walking without eyes looking for You to enlighten me I´ve become a mess in my cloudy place Here in the street where You left me.
desde las sombras un asesino vigila la gente camina despreocupada pasan frente a el mientras los examina busca a su victima perfecta seria facil de encontrar entre la multitud caminan desoladamente hacia ningun lado sobre sus espaldas el asedio anida en su mente la practicidad absorve el sentimiento, el corazon relegado a solo dar vida al cuerpo sus vidas opacas por el mundo arrancan el color. ninguna de esas personas al asesino necesita algo mas y al fin lo ve imposible perderse a ese muchacho su caminar imponente de quien de la felicidad es anfitrion en su espalda nada anida, todo es llevadero en su rostro la sonrisa de la concordia se dibuja tan brillante que podria ser el sol en la vida de alguien en su corazon no solo la vida se encuentra, tmb todo el amor q siente a él el asesino a escojido, una suculenta victima para su estilo de las tinieblas el asesino se muestra poco el muchacho ante su presencia se detiene admira lo q ante sus ojos a aparecido mujer hermosa, del color de la seduccion sin sonrisa en el rostro le giña un ojo al muchacho le parece ver en sus ojos al mundo con sus labios le incita coquetamente a confiar de sus cabellos largos, castaños y ondulados un aroma siente el muchacho, esta perdido su corazon se detiene y su respiracion se acelera el mundo a cambiado para el, ahora es mas brillante aquella extraña mujer le a enamorado desde el primer momento Ella le habla mas nunca dirije su vista hacia el su mirada fija en su cigarro al final de un largo filtro las volutas de humo parecen tenerla hipnotizada el muchacho ve esto pero no le importa la asesina lo tiene cautivado, esta perdido. caminan juntos, rien junto, comen juntos para el muchacho no ay nada mejor fasinante conversacion un dia al otro una vanalidad una forma de ver al mundo un dia otra forma al dia siguiente la asesina lo acaricia y el se enamora mas le baja el universo y el se enamora mas le ayuda a soñar y el se enamora mas pobre muchacho tan enamorado y tan perdido. y el dia elejido llega para el asesinato él todo normal ve, el peligro no parece sentir élla ahora sonrie su actuacion esta por concluir sabore su nueva victima, uno mas q sucumbira pero deve continuar un poco mas con su farsa Él se encuentra rodeado por su brazos al oido ella le susurra dulces palabras palabras q lo estremesen, q lo hacen feliz q lo enamoran, esta perdido. el la toma y le besa en la frente beso lento y amoroso, la imagen de su amor señal fatidica, ahora sabe q es el momento con movimientos rapido y sereno la mujer lo separa Él no sabe q pasa, la sorpresa lo deja inmovil a sus oidos entran palabras duras, su alma se va cercenando su vida cambia y todo lo q fue ya no es se queda ahi petrificado en un torbellino de sentimientos Élla disfruta de su victima, sigue sonriendo lo a conseguido un muerto mas para esta vida. No, no quiere aceptarlo, en su mente busca no encuentra razon para q esto suceda se aferra al q ella lo abraze y con palabras dulces diga "no es vdd amor mio, solo jugaba, tranquilo" pasa el tiempo y nada sucede la tristeza ahora llega, sus ojos comienzan a llorar su corazon sufre y clama a gritos ala mujer quiere ser amado, quiere q vuelva, q sea todo igual pasa el tiempo y nada sucede. el corazon triste muere, dejando el alma seca de lo mas ondo algo nuevo se acerca va quemando todo a su paso y mientras mas cerca el muchacho cambia, sus puños se cierran apretando algo q no esta su rostro se vuelve duro, las arrugas de la desolacion aparecen sus labios antes sonrientes, se contraen en un reproche su mandibula, aprieta sus dientes con tal fuerza su rostro y su ser se han vuelto duros, de pieda el muchacho a dejado de sentir lo hermoso del mundo la asesina sigue disfrutando de su victima ve sus manos cerradas q poco a poco van soltandose el rostro del muchacho antes duro se comienza a relajar ella no comprende q acontece, esta fuera de sus planes Él le sonrie en una ligera mueca y dirige sus manos alos hombros de ella esta petrificada el deveria ser un alma sercenada mas el ve su rostro de sorpresa y a toda respuesta una estridente carcajada sale de el ella teme, ¿q a pasado? por q este muchacho no muere el muchacho deja de carcajearse, su rostro ahora aparece serio los dos se ven a los ojos, ella no sabe q sucede, el ve el miedo en sus ojos ella ve como el rostro del muchacho poco a poco comienza a hacerce mas duro siente las manos de el alrededor de su cuello, apretandolo el muchacho le grita, le estrangula no siente deseos de detenerse la vida de la asesina se escapa en cada intento de liberarse pobre esta perdida. el mundo sigue, la vida sigue la gente camina por las calles inconcientes de ser vigilados un asesino espera en las sombras buscando a su victima ideal.
cada mañana Hopples se levanta la llamada q nunca llega dejo de esperarla la certeza vive en el de q ya no ay nada la apatia teje sus redes en el corazon, secandolo como niño asustado el amor se acurruca en un rincon la memoria de su nombre encerrado en sarcofago las emociones cerradas bajo llave y todo esto para protegerse de todo dolor. 3 palabras vastaron para Hopless y ser un muerto cada una como cucharas perforando su alma y corazon apagado el motor de su vida, le apuñalaron pero el demonio no aparece la lava no hierve y todo es tinieblas. tenuemente en lo mas profundo se esucha el lamento de los encerrados claman por la que puede liberarlos a toda respuesta solo un grito se escucha grito q endurece su pricion. Hopless no quiere pensar, no quiere sentir camina medio muerto y sin expresion el mundo jira a su alrededor y el no lo siente el mundo es un escenario de luz y de colores su mundo es un escenario donde la tieniebla reina siente el cambio en el, la voluntad se a ido su nueva condicion va ganando y el se va perdiendo pasa la vida y de el ya no se ve mas q sombras. llega la noche, la llamada no llego la certeza continua en el la apatia sigue tejiendo en su corazon el amor continua acurrucado en un rincon su nombre aun encerrado en el sarcofago y las emociones aun bajo llave el sueño comienza a llegar y cuando todo cae de sus labios unas palabras nacen un dulce nombre con sabor a añoranza y un buenas noches que impregna el aire viajando estas palabras quiza lleguen a su destino mas sin embrago no seran escuchadas. mientras morfeo vijila, Hpless se eleva en las tinieblas de su nuevo ser una luz repentina enciende mientras otras parpadean luchando po iluminar se encuentra ante un escenario la incertidumbre crece en el de lo profundo pasos suaves se ollen q al ritmo de su corazon avanzan una silueta empeiza a distingir el rostro aun en tinieblas lo obligan avanzar por cada paso q da, golpes se ollen cada vez mas potentes un telefono suena a lo lejos la certeza se vuelve duda el corazon lucha por romper su capullo el amor lucha por levantarse y no temer y cuando llega ante ella al ver su rostro el sarcofago se desborona y sus labios pronuncian su nombre levemente con miedo, pero la ve sonreir siente su tacto y la puerta se deshace en astillas las tinieblas desaparecen su mundo se vuelve un juego de luces su ser, vivo de nuevo esta camina con la frente en alto y una sonrisa su corazon canta al ritmo de la vida ve que ella lo acompaña, sus manos rozan y una explosion en el abre su universo no solo vivo se siente, el mundo sigue igual su mundo birlla ante el sol su mundo es emocionante su mundo es ella, la q lo a creado Hopless algo escucha, pitido molesto sabe lo que siginifica, pronto a despertar no lo desea pero ella lo empuja se siente caer y de su cama se levanta la llamda q espera y no llega la certeza de q no ay nada, sigue en el la apatia coninua tejiendo en su corazon el amor como niño asustado sigue acurrucado en un rincon su nombre aun en el sarcofago y los sentimientos bajo llave camina por las calles medio muerto siente el sol quemando y levanta la visa nubes vienen, nibes delluvia siente la brisa fresca acariciandole cierra los ojos, disfruta del momento suspira profundo, algo sale de debajo dela puerta la lluvia comienza a caer, levanta la mirada siente el agua caer y recorrer su rostro aspira profundamente, su mente vuela al recuerdo su corazon late y de su rostro lentamente una sonrisa empieza a nacer suspira y en ese suspiro la telaraña cae sus labios pronuncia su nombre con el rostro levantado la lluvia empapandolo se ve mas vivo con la sonrisa dibujada y su nombre en el pensamiento Voltea a su lado, ve la gente correr busca con la mirada mas ella no esta ahi Hopless camina bajo la lluvia sus manos en los bolsillos desean tocar las de ella su cabeza gacha soporta la soledad sus pasos vacilantes buscan los de ella el dia nublado alcanza su corazon camina sin rumbo como un muerto en vida asi la vida de Hopless avanza alma sercenada dia y noche, noche y dia
Hopless
Autor: Faustino Aguirre Zuñiga  297 Lecturas
Mientras mi mente vuela con la musicami ser lucha por no hablarsolo te admiro y disfruto de cada parpadeorepentinamente cuando las fuerzas empezaban a fallarsensacion del pasado acude a mi serel calor de tu abrazo amorosocomo niña pequeña tu cabeza en mi hombrotodo mi ser busca cubrirtedesirte asi todo sin palabrasmis manos buscan tus cabellosal compas de la musica nos movemossilencios que dicen todopalabras que sobrasy besos que callan el mundo enderredorel universo en un acto se presentadetenerme no quisieraamarte asi por siempre lo quisieraesto puede no cambiar nadamas asi quiero decirte te amoque tu corazon pueda detenerse  y acelerarse,asi como el mio junto a ti actua de esta manera, que tu alma en el silencio del beso lo escuchey en ese silencio y ese grito sientas que es verdad
Parpadeos
Autor: Faustino Aguirre Zuñiga  291 Lecturas
sentado pensando en la vida me poso en la mente del mundo aturdido por noticias asfixiantes los sentimientos parecen undirse en arenas movedizas de los inhumanos la razon cabalga en caballo apocaliptico la humanidad inundada de la falsedad ojos aturdidos del consumismo el amor dado a manos llenas creacion en serie entre la humanidad donde quedo el privilegio del amor unico la entrega de la unica flor y el pañuelo pasado son el amor mas fertil es en cada casa la misma flor ver camino y sollozo ante su produccion en serie pocos vetustos caballeros en el mundo hay despreciados por las mujeres ahogadas del consumismo culpa de su sobreproduccion todos cargamos miramos al mundo y no sentimos penzamos y deseamos mas al corazon de lado lo dejamos
en boveda celesteastro nocturno resplandeceluz pura y blancatinieblas y sombras la eludenastro de belleza puraevocas el recuerdo de amor escondido en sombra de leporidae mirandole clamo.Desde voces profundastu nombre y un te amo salen al infinitomira  el cielooiras como a ti hablasentiras mi ser junto a titu nombre y un te amode mi para tipermite el roze de su fulgorque en el escondido vaabrazo profundo y amoroso de mi para ti
Oda I
Autor: Faustino Aguirre Zuñiga  285 Lecturas
en el cielo alto en el firmamento la blanca luna despide rayos de paz rayos que ala tierra llegan acariciando todo a su paso las tinieblas se esconden temerosas de esa luz romántica a esa luna esta noche miro pienso en ti al ver su belleza pura y brillante en las tinieblas a esta luna miro y grito grito cuanto te amo y te deseo grito a ella para cuanto la mires sientas en tu ser recorrer todo mi amor y entre todas las sensaciones un abrazo apasionado de mi para ti
ODA III
Autor: Faustino Aguirre Zuñiga  279 Lecturas
 Iluminado por luna llenami mano escarba en el corazony lentamente en papel imprimesentimientos escondidos,en luces nocturnas del recuerdoen ultimo dia del añopienso en su viejo hermanoguardian de nuestro naciente amoren ultimos dias de su vida bajo la luz del mismo serbesos y caricias de nuestro amor admirohermano que igual suerte comparte ahorade igual fue testigo infantilmismo amor bajo su juventuden su adolescencia vio en nosotrosrelacion terminante y distante.ahora al igual que su hermano en horas finalesencuentra promesas de dias mejores en nosotroscomo queriendo abrazaron en ultimo suspiroen su ultimo suspironos muestra arcoiris magico a su derredorluna testigo fiel del amoraños terminan pero sus recuerdos siguenastro eterno guarda esas memoriasen su luz el pasado se acurrucay el futuro se iluminaque acontecera, no lo sabemospero ese ser luminosopor siempre mi amor guardarapara cuando lo mires,pasado recuerdes y las promesas del futuro te llenen
Oda II
Autor: Faustino Aguirre Zuñiga  279 Lecturas
un año muere y otro nace en el eterno vaiven del tiempo este año que muere como el nuevo comenzo trajo felicidad, amistad y amor como ninguno pero como el dia y la noche tinieblas tambien avitaron tristezas y llantos acudieron cambiando persepciones en nuestro ser año viejo que sucumbe a cada paso final los recuerdos se aglomeran felices y tristez no interesa todos ellos me hicieron lo que hoy soy y todos ellos con personas amadas son año viejo que terminas gracias por las horas, dias y semanas dadas descansa ahora de este mundo dejando solo los recuerdos que cada quien guarda año nuevo que comienzas se bondadoso con nosotros y paciente el ser humano complicado es pero en tus dias veras en recuerdos pintados de añoranza el amor que en los corazones se acurruca
En una noche fresca en el que el campo, alumbrado por la blanca luz mortecina de la luna, era acariciado suabemente por el viento de las montañas lejanas q como un muro parecian separar al resto del mundo. en un castillo situado en una gran planicie una ventana se ve brillar por la luz de una lampara, ajetreo de sombras se visulmbran en las paredes, la Señora esta por dar a luz y de repente todo parece detenerse, el viento no acaricia mas el campo, la luz parece haber detenido su viaje, el mundo parece una fotogrfia y asi como se detuvo el tiempo comienza una vez mas con un sonido que ala madre le suena como el canto de mil angeles, la niña a llorado, llorado con una gran fuerza como queriendo gritarle al mundo que ella habia llegado, una fuerza tal q todos supieron q esa pequeña niña lograria grandes cosas. Los años pasaron y la Señora fue educando a su pequeña hija, habeces ponia atencion y otras solo veia lo q le rodeaba intentando enteder todo lo q conformaba el momento, veia las interacciones entre todos en la casa intentando entenderlos y conocerlos con solo estudiarlo. Era niña alegre y cariñosa con quien entablara confianza ganada en travesuras en la q la encubrieron, en juegos nocturnos cuando mas aburrida estaba. Pero siempre hubo algo q le gustaba mas q las travesuras y ver ala gente interactuar y eso era ir al cuarto mas alto aquel lugar con amplio espacio, tapizado en alfombra roja y en el centro una mesa redonda de madera pulida siempre adornada por un florero con Rosas rojas y una gran ventana q miraba hacia el sur. ahi ella hiba todos los dias y se sentaba ante esta ventana siempre mirando hacia al horizonte pero su mirada no se conformaba con ver la gran planicie pintada de un verde claro por el pasto q ahi crecia y servia de alimento a todos sus animales o con las montañas q al lejos cortaban abruptamente la visa, no ella siempre intentaba ver q habia mas haya de esas montañas, intento que su mente entendiera q habia mas haya con solo observas mas haya, ella no podia quedarse donde se encontraba, tenia q haber algo mas alla su corazon y sus pies le decian q devia ir mas haya de las montañas. Intrigada por lo que le esperaba mas haya pregunto interesada, develando su idea de ir mas haya y los amigos que apreciaba fueron reduciendo su numero ante sus negativas de apoyarla o de darle animo, molesta de notar como todos parecian no confiar en que ahi habia algo mas para ella decidio demostrarselo y con mas fuerza en su corazon sus metas se fueron aclarando esperando dia y noche el momento de poder partir, parecia eterno pero la sola idea de las mil y un cosas q podrian pasar la mantenian en la esperanza y asi fue creciendo sentada siempre ante la ventana en ese gran cuarto.
junto a mi te tengote meiro y el deseo aflorapoderte decir te amo quizieramis manos piden acariciarteel rojo amor que ahora portasa admirarte y soñarte me llama mi lengua muerdoeste momento estropearlo no quieromas a mi mano puedo no callary atravez de ellacuanto te amo lo gritogrito ahogado en tintamas por ello no menos poderosopoderoso por mi amorque mi corazon imprimeen estas palabras de ensueño
ensueños
Autor: Faustino Aguirre Zuñiga  273 Lecturas
Q COSAS DEL AMOR, UNO LO ESPERA SIEMPRE CON ANSIAS PASA PARTE DE SU VIDA SOÑANDO Y PENSANDO EN LA PERSONA Q SERIA PERFECTA PARA UNO. ALGUNOS PASAN SU VIDA BUSCANDOLA, OTROS LAS ENCONTRAMOS PRONTO Y AL VER Q NUESTRO SUEÑO SE A HECHO REAL NOS DESCONECTAMOS DEL MUNDO VIVIMOS ESE SUEÑO Q AHORA ES MATRIAL Y APESAR DE Q SABEMOS Q PUEDE TERMINAR PENSAMOS Q ESO SERIA IMPOSIBLE, ¿COMO PODRIA TERMINAR SI ES LO Q SIEMPRE QUISIMOS? Y SIN DARNOS CUENTA EN MENOS DE UN SEGUNDO EL SUEÑO SE DESVANECE COMO SI NUNCA HUBIERA ESTADO AHI Y ENTONCES EL SENTIMIENTO Q NOS HACIA MEJORES EN TODO SENTIDO SE LLEVA LO MEJOR DE NOSOTROS Y APESAR DE Q SABEMOS Q ESTAMOS CALLENDO NOS HUNIDMOS MAS Y MAS, QUEREMOS SALIR PERO NOS FALLAN LAS FUERZAS Y SOLO NOS DEJAMOS CAER. PERO ENTONCES SUCEDE LO Q DEVE SUCEDER, CUANDO AS TOCADO FONDO SOLO NOS QUEDA LEVANTARNOS Y ESO HACEMOS, ENTONCES TODO LO QUE PENSABAMOS EN NUESTRA CAIDA LO TOMAMOS Y ACEPTAMOS, BUSCAMOS EL CAMINO DE VUELTA CON LA CABEZA EN ALTO, PERO EL SENTIMIENTO SIGUE AHI E INTENTA VOLVER A UNDIRNOS, NUESTRAS PIERNAS SE DOBLAN PERO NUESTRO CORAZON AHORA ES MAS FUERTE A DECIDIDO SEGUIR ADELANTE SIN ESE SUEÑO Q ALBERGABAMOS, DECIDE BUSCAR SU PROPIO NUEVO CAMINO, NO PODRA OLVIDAR EL PASADO POR Q FUE EL SUEÑO HECHO REALIDAD LO Q SIEMPRE DESEO, PERO AHORA SIN EL DEVE CONTINUAR, SIN EL SE A VULETO MAS FUERTE, SIN EL PUEDE CONTINUAR UN DIA ALA VEZ Y QUIZA CON SUERTE ESE SUEÑO SE OLVIDE Y ENCONTREMOS UNO NUEVO Y MAS HERMOSO
el mundo sucumbiendo guerras y hambre absorviendo la esperanza "hermanos" muriendo frente a "hermanos" sin corazon caminando mirando a su derredor los cielos llorando, mirando el mundo destruido por sus portectores lamentos de la tierra enzordesen el grito de el hombre mares, montañas y cielos sufriendo, sangrando y muriendo intereses vanales cegando al hombre el mundo suplicando, escuchado por pocos mira la esperanza morir en cada humano que la olvida el cielo mirando al mundo una diminuta luz entre las sombras Hermanos reunidos alrededor de una mesa sonrisas y corazones amantes guerras terminadas en abrazos hambre herradicada en la unidad esperanza renace en un suspiro de la tierra esa luz creciendo iluminando el mundo tinieblas retrocediendo, armas desvaneciendose la triste tierra poco a poco sonrie hermanos siendo hermanos una vez mas el hombre cambiante es ¿cuanto durara esta paz y unidad? la tierra se pregunta aun esperanza ay, hermanos llamando hermanos uno a uno responde y abrazan al mundo mundo agonizante q buscan revivir Hermano estas dispuesto a responder? no huyas del llamado de la madre tierra no te dejes engañar ante las voces acalladas levanta la voz nunca te canses mira la tierra, años gritando y no se canza ¿responderas a sus gritos? ¿seras uno mas sin corazon? ¿dejaras que el mundo se unda en la desesperanza? tanto dijeron que no podia hacerse y tanto pudo ser hecho ahora levantate hermano y demuestralo
Las esperanzas en segundos se despedazanuna vez mas solo juego fuipalabras vanales y vacias en tini tantita lastima mi amor te diosolo deseando jugar, los sentimientos no importaronmi ser me lo decia, mas yo quize creerteestupido de mi que a mi otro yo no escucheculpa mia al creerte y no alejarteIdiota corazon que te abrio los brazosIdiotas de mis labios que susurraron tu nombre torpe de mi mano que a ti solo escribeincensato sentimiento que no me permite odiartedejandome actuar como un jugeteamor profundo tengo hacia tiburla y jugete no soysi tu asi me vez largate de aquidejame solo y sin burla
segundos
Autor: Faustino Aguirre Zuñiga  255 Lecturas
En tu mente un pensamientosentirte indigna de mien mi mente un pensamientosentirme indigno de ti¿que mayor muestra de amor? que mayor dignidadque el sentirnos indignos
Vermögen El día que salió de casa para unirse al circo en búsqueda de sus sueños no era esto lo que tenía en mente, los años habían pasado y seguía siendo el muchacho que limpiaba, alimentaba y preparaba a los animales. Llego esperando estar en la pista ganándose su lugar en el cartel, no era muy bueno con los cuchillos, pero tampoco estaba tan mal como para no ser tomado como aprendiz pensaba el, bajo esta promesa le hicieron tomar el trabajo. El hombre con el que comenzó a compartir tal labor ya había perecido inviernos atrás, desde ese día las semanas, los meses y los años se hicieron lentos, cansados, a cada pueblo y ciudad que llegaban veía que estaría atado a esa vida por siempre. En ocasiones pensaba que podía dejarlo todo para buscar su destino en un nuevo circo, pero entonces se encontraba en su habitación, pobremente iluminada, mirando el pálido reflejo de los años perdidos, su desidia ante el tiempo le cobraba factura, no quedando de otra para el hombre más que las noches solitarias, donde sus labores se habían terminado, iluminadas por una flama amarillenta para ensoñar ante cada cuchillo lanzado su vida en la pista. Algunas noches los secos sonidos se detenían, el silencio de la noche acompañado del oscuro firmamento eran testigos de su mirada perdida en el brillo del cuchillo preguntándose si esto era todo lo que su vida le deparaba, repasaba su vida y sus decisiones, las observaba aceptándolas al bajar el cuchillo dirigiéndose a dormir con la mente rendida en el ahora. “Una ciudad más, un día más´, sonrió recordando su pensamiento de la mañana mientras apuraba la bebida en el vaso y el viento azotaba las paredes su habitación, aun con el peso del tren se podía sentir como empujaba el tren de un lado a otro, ni siquiera pudieron llegar a su destino, cosa que no le parecía tan mal, por lo menos nos ahorramos el trabajo de reforzar bajo los vendavales. La botella se acabó antes de que su cabeza cayera pesadamente sobre la dura madera. La tormenta no menguo hasta muy entrada la madrugada. Al anunciar el sol su salida aún soplaba el viento de la tormenta, ante el primer canto de las aves todos salieron de sus habitaciones a ver los estragos dejados por la tormenta, los vagones apenas y habían soportado la furia de Bóreas, los árboles caídos no representaban un problema para seguir el avance, pero decidieron todos que era mejor despejar un poco, el suelo podría removerse y algún tronco podría terminar estorbando las vías de forma mortal. A lo lejos uno de los muchachos que fue mandando a reconocer el camino    gritaba sobre el puente sobrepasado por la corriente del rio.   El ruido de las hachas golpeando la húmeda madera y los gritos de precaución levantaron al hombre de su pesado letargo, la lámpara había gastado su aceite, alejado de su espacio inspecciono su alrededor buscando nada, parpadeo fuertemente. Trastabillo su camino al exterior, donde las primeras nubes se abrían dando paso a los rayos penetrantes del sol que le hicieron llorar los ojos ante su incandescencia, apretando fuertemente sus parpados se preparó para luminosidad del exterior mientras escuchaba el esfuerzo de todos. Con los ojos encandilados hizo su camino alejándose del ruido mientras sus pantalones se empapaban de la humedad de la hierba, al fin el ruido del trabajo echo lo dejo a sus espaldas perdido en la distancia dejándose caer sobre la humedad del suelo, ante el rio bramaba furiosamente silenciando aún más el ruido de los golpes a la madera. Estaba dispuesto a seguir descansando su parranda solitaria pero su mente aun adormilada le urgió a prestar atención a algo extraño en las salvajes turbias aguas del rio ante él, a unos metros del margen en una piedra que apenas y lograba salir sobre las agitadas aguas una extraña criatura de pelaje oscuro se aferraba a ella, primero se espantó ante la sola idea de una criatura extraña, siendo esto lo que lo devolvió un poco a la realidad pudiendo al fin distinguir a una mujer que se aferraba al roca mientras su cabello empapado parecía tener vida propia intentando salvar la vida de su portadora, el Hombre no sabiendo más que hacer alerto al resto de los hombres, quienes acomodando un travesaño de madera pudieron salvar los metros que los separaba la orilla de la mujer, con dificultad pudieron cargar con ella de regreso a través del estrecho espacio para avanzar, ya en el suelo dejaron que el Hombre se encargara de ella, al fin y al cabo ya estaba haciendo nada. Cargo a la mujer hasta su habitación en el vagón del tren, tumbo a la mujer sobre la mesa llena de los trastes y sobras de la noche, despejo su catre de paja y acomodo las telas para acomodar a la empapada mujer, cuando se percató de lo mojada que se encontraba tuvo que dejar de lado su pudor inicial y la desnudo exprimiendo la ropa de ella y colgándola en donde pudiera, la cubrió con una cobija vieja y se dedicó a prender la pequeña hornilla que tenía para que le sirviera de calentador, saco otra botella de coñac de su taburete buscando calor. Cuando despertó de nuevo la maquina ya había iniciado su camino de nuevo, había dormido todo el día, las brasas de la hornilla brillaban a través del herraje dando un pálido brillo rojizo a las paredes, que apenas iluminaba el espacio,  con la memoria de su lado busco a tientas sobre la mesa la lámpara y los serillos, encontrando estos últimos prendió uno para iluminarse y buscar la lámpara que descubrió sin combustible, con la ayuda de una segunda cerilla vertió aceite en la lámpara para poder encenderla e iluminar mortecinamente su entorno, no era mucho pero era mejor que estar en tinieblas. La mujer seguía dormida y no parecía haber despertado en todo el rato de igual manera, puso más leña en la pequeña chimenea y espero a que las llamas relamieran su jaula para apagar la lámpara sobre la mesa, el brillo danzante que le daba su pequeña estufa le parecía reconfortante, además de que calentaba el lugar en esa noche tan fría. Intento dormir, pero el hambre llamo a su estómago y aunque al principio el encuentro del calor le hacía renegar de moverse, termino cediendo ante el gruñir incesante de sus entrañas. Dirigiéndose al vagón de las gallinas tomo unos huevos que cocino con un viejo tocino que tenía colgando, la rancia grasa comenzó a hacerte presente en el olfato, así como el calor de la leña. Cuando termino de cocinar una aceptable merienda la mujer despertó sobresaltada, sintiendo el frio abruptamente en su torso desnudo se tapa velozmente con la sabana su alcance, sus ojos bien abiertos se posan en el hombre ante ella que le devuelve la mirada atemorizado con un plato de humeante comida en su mano que después de lo que parece una eternidad le ofrece, tarda el mismo tiempo en decidir y meditar que no corre peligro a pesar de que sus ropas se encuentran colgadas alrededor de ella. Terminado de cenar tomo su cuenco y sin mediar palabra de nuevo se recostó a dormir de nuevo, mientras el Hombre se acomodaba frente al pequeña estufa después de poner dentro un par de leños más. Al amanecer del siguiente día el viaje parecía aun no terminar, pero al menos al fin la mujer dio indicios de poder hablar, por lo que podía notar el Hombre, ella no era de por ningún lugar cercano, parecía ser muy cuidadosa en la forma en la que se refería de donde venía o referente a su persona, pero sus explicaciones no dejaban lugar a la suspicacia. Lo que pudo sacarla en sus pláticas era que su pueblo se encontraba acampando sus vagones a orillas del rio cuando un fuerte rugido la llevo sin saber que ver su entorno deshacerse ante la violencia de las aguas, no recuerda mucho después de que una de las tablas la golpeo, se presentó por el nombre de Vermögen, él le devolvió su nombre por toda respuesta, Schmerz/Kreuz/Kummer/Kümmernis.  A pesar de que el sol se ocultaba detrás de la cadena montañosa, el cielo aun iluminaba un poco las tierras a las que acababan de llegar y estaban por descargar, el cielo no parecía enterarse de la tormenta que la noche anterior se dejó caer. Mientras bajaban las carpas el cielo se estrelló sobre ellos y Schmerz/Kreuz/Kummer/Kümmernis no pudo escapar a la ayuda que todos estaban obligados a dar a la hora de descargar en una nueva ubicación, Vermögen se quedó observando a la distancia como trabajaban en la colocación de las carpas con sus postes y sus tensores, le pareció algo mágico como un par de telas podían tomar una forma tan caprichosa, admiro como eran guiados cada uno de los animales a sus espacios y se les eran acomodados sus alimentos para que comenzaran a desestresarse, los salvajes felinos rugían detrás de sus barrotes deseosos de la misma libertad que su compañeros herbívoros. Los hombres se movían con confianza alrededor de ellos, pero aun así no dejaban de estar atentos, aun protegidos por la prisión de tan majestuoso ser podían ser víctimas de sus poderosas garras. Cuando al fin terminaron de colocar las pistas, carpas, tensores, animales y espacios de habitación, la cual era un gran cambio al confinamiento de los vagones, así como la zona donde comían, si encontraban un buen lugar con una arbolada aprovechaban esta para colocar sus tablones a la sombra de esta, pero si les ocurría como en esta ocasión donde no se veía un buen árbol que aprovechar, sacaban la carpa extra extendiéndola para darse sombra o protegerse de las inclemencias del clima, con las carpas alrededor y las antorchas iluminando se comenzó al fin a preparar la comida del día, la gran olla fue colocada sobre la fogata. Cada quien termino su plato cada quien no hubo tiempo para relajarse y tomar los instrumentos, todos se dirigieron a dormir, en un par de horas las aves cantarían y ellos debían ganarles para que al despertar la gente del pueblo y saliera a sus labores diarias del campo se encontraran en sus muros y postes los carteles del circo que acababa de llegar a su pueblo para traerles un poco de diversión y distracción a sus apáticas y monótonas vidas. Ya habría tiempo para relajarse, pero esta noche no era una de ellas. Cuando La Mujer se levantó El Hombre ya había salido con su encorvado semblante a la labor de anunciar el espectáculo. Mientras el día pasaba ella se paseó por el lugar admirando a los artistas en sus entrenamientos de sus suertes y actos, en cada una de sus pausas se encontraba con miradas de desdén y apatía, de cada uno solo recibió un minucioso examen de su persona física. Si ya de por si tenían que soportar al flojo de Schmerz/Kreuz/Kummer/Kümmernis, que no hacía nada más que cuidar de los animales y consumía de los paupérrimos suministros que apenas alcanzaban para alimentar a todo el regimiento, pero el cocinero era un mago con los ingredientes que le daban y siempre podía dar la cantidad justa para que el hambre se calmara y los sabores parecieran un manjar, aunque fuera solo verduras y un poco de grasa. Ahora tenían que ver a futuro por esta mujer, más de uno pensaba en dejarla en la siguiente parada donde fuera, como fuera y con quien fuera, “su vida su problema” pensaban, termino su andar a la sombra de una carpa, el ambiente comenzaba a abochornarse haciendo el sudor correr, por eso y muchas razones más le pareció que sería buena idea entrar a la carpa de El Hombre, estaría a salvo del sofocante vapor de la humedad y alejada de los cuchicheos que penetraban sus oídos. La mujer despertó con el ruido del agua cayendo en el cuenco de madera, se encontró con el torso desnudo del hombre que se quitaba el sudor con el agua en el jarrón de barro a su lado, para colocarse de nuevo la camisa. Durante esa noche Vermögen se dio cuenta de cómo Schmerz/Kreuz/Kummer/Kümmernis era víctima del desprecio de un grupo de personas que llevaban años con él, ya no era ella la que necesitaba ser rescatada, era el quien necesitaba de ella, quizá los demás la sacaron del agua, pero él estuvo a su lado. El resto del tiempo se mantuvo junto a él, conversando mientras le ayudaba con la limpieza y mandados del circo, para el hombre era un buen cambio, seguía con la congoja de lo poco alcanzado ahora sumado al pesar de no tener más que ofrecer a esta mujer que lo miraba como nadie lo había mirado, no le habían dicho que fuera el mundo de alguien, pero si esa frase tuviera una imagen, estaba seguro que sería como ella lo miraba cada que conversaban. El tiempo les dio cercanía junto al profundo sentimiento egocéntrico del amor, ahora los días que se sucedían no eran pesados para el Hombre, tenía a alguien en su espacio que no le producía hastío o cansancio, que le esperaba siempre con un gesto en el rostro que el desconocía existiera pero ella le dio vida, la Mujer por su parte tenía un hombre que le procuraba, aun en pequeñas cosas era ella primero, el primer sorbo de agua, el primer bocado del plato, la primera rosa de la mañana, la primera palabra del día, la cual desde hace un par de meses era para ella la palabra más hermosa y musical que pudiera escuchar, los buenos días acompañados de un “mi vida”. Si antes fue amada, no recordaba haberlo sido así. Los días de descanso el hombre se levantaba temprano y después de una bocanada a su pipa se disponía a aligerar lo mejor que pudiera la carga de trabajo de Vermögen, ansiaba el tiempo a su lado, pero el trabajo muchas veces le quitaba esos preciados momentos juntos. Aun en el amor que se tenían no se eran del todo sinceros, ocultaban cosas de sus realidades que les apenaba, cosas que pensaban les harían menos ante la persona con la que compartían ahora la vida. Golpes secos a un lado de la carpa la despertaron encontrándose sola en el lecho, al principio se había exaltado pero el sonido acompasado le hizo saber que no era algo de temer, se abrigo para ver que ocurría encontrándose al Hombre a la luz de la luna llena lanzando cuchillos contra una vieja tabla apoyada sobre una piedra. El Hombre se disculpó, excuso el no haber arboles cercanos para alejarse a lanzarlos, la mujer lo calmo y solo se sentó detrás de él mientras seguía en lo que estaba, era la primera vez que lo veía haciendo esto, desconocía esta pasión de él, podía ver que el Hombre de ese momento no era el mismo Hombre que limpiaba los animales o el mismo hombre que le procuraba en lo más pequeño, no, este era otro Hombre y amaba su meditabundo pesar. La noche avanzaba, los insectos nocturnos se hacían presentes en su cantar, mientras la mujer lo miraba afinar su puntería, el silencio solo interrumpido por los cuchillos ahora se encontraba con la voz de La Mujer. -    Quizá si cambiaras las suertes serias más atractivo para el Señor Ziel, por que no intentas conmigo en la tabla de la muerte, otros circos tienen, pero ustedes no. – -    No soy tan bueno Mujer, no quisiera lastimarte o aun peor, terminar con el tiempo juntos buscando las glorias que nunca llegaran, – hizo una pequeña pausa antes de continuar – si deje mi casa fue por esto mismo querida, soñaba con los reflectores sobre mí con la gente admirada de mi arte, pero han pasado los años, además lo acepto, no soy tan bueno, a pesar de las ya incontables noches como esta o bajo la llama de un quinqué – -    Quizá solo necesitabas alguien te motive, podemos si gustas comenzar colocando algo mío ante la tabla, haz soportado ya veinticuatro años alejado de tu sueño, puedes bien aún esperar un poco más, pero esta vez, realmente buscando algo y no solo planear en sueños. – Las ultimas palabras de la Mujer le llegaron como una bofetada helada, Vermögen tenía razón, durante todos estos años que se rindió en su sueño solo se conformó con soñar aceptando su realidad y muy esporádicamente durante esos sueños planear el llegar a la meta, pero nunca realmente comenzó nada para ello. Iluminados por los despajados cielos nocturnos del décimo mes, no paso noche que el Hombre (Schmerz/Kreuz/Kummer/Kümmernis) no aprovechara para colocar la tabla ahora con alguna prenda de su mujer, no todas las noches podía acompañarlo ella ya que caía dormida esperando a que terminara sus labores y el no queriendo espantar su sueño no la molesta, agradece que las noches que lo acompaña la suerte este de su lado y evite las prendas en cada lanzamiento, pero también maldice en sus adentros esos momentos ya que ella confiada ante los resultados que ve insiste en que es momento de ponerla a ella, pero el teme dar el siguiente paso. Una noche después de un continuo vaivén de preguntas y respuestas la Mujer consiguió convencer a El Hombre de que la colocara frente a él, acepto con reticencia, intento alejar su mente la imagen de su cuerpo ensangrentado, tirado en el suelo ante la tabla, con los cuchillos clavados en ella. La Mujer por todo acto se colocó en su lugar firme con los ojos llenos de tranquilidad, su cuerpo no demostraba tensión alguna. -    No pienses en los fatídicos resultados, – la escucho el hombre con sorpresa – todo estará bien, sé que no me harás daño, yo confió en ti. -   Trago un poco de saliva pausando su respiración para buscar acompasarla en respiración lentas, después de unos segundos aun sentía la opresión y el vacío de su pecho ante la idea de la vida sin ella, las manos no le temblaban, pero las sentía sin respuesta, pensó en como la vida de ella estaba en sus manos, pensó que esa idea podría ayudarle a evitar dar con ella mandando los cuchillos en un camino certero a un blanco invisible alrededor de ella. Se encontró pensando demasiado detenido por la voz mental de Vermögen – No pienses, Haz. -. Lanzo el cuchillo con fuerza, el viaje lo pudo ver en cámara lenta, los pocos raudos segundos le sirvieron para razonar que la adrenalina era el motivo, la noción de que el resultado sería el que más temía le saco de este pensamiento cerrando los ojos buscando alejar la vista al momento del sonido mortal. No hubo ningún grito, mucho menos un segundo golpe ante la caída del cuerpo de La Mujer. Todo fue en fracción de segundos, pero pudo ver a la mujer aun ante la tabla de la muerte con el cuchillo a pocos centímetros de su cuello y clavícula. Una alegría doble se apodero de él haciéndolo correr hasta la mujer abrazándola de felicidad, lo habían logrado. Siguieron con los lanzamientos con ella entre la tabla y los cuchillos, en cada lanzada El Hombre iba tomando más confianza reavivando sus sueños de antaño sintiéndolos más posibles que nunca. A la mitad de la jornada comenzó ante cada cuchillo a agradecer a los cielos aquella tormenta que le trajo esa mujer que buscaba sin saberlo, cada cuchillo iba con la realización de que sin ella seguiría siendo el mismo ser patético sin metas más que un sueño añejo arrumbado en lo más profundo de la memoria, que solo sacaría para endulzar su amarga vida. Esa noche decidieron preparar en tres noches una presentación para dar la cuarta noche ante todos durante la cena, sabían que el Señor Ziel buscaría la manera de evitar mirar lo que tuvieran que presentarle así que tenían que forzar los viera, además debía ser algo realmente bueno para lograr una reacción de los demás miembros del circo y poder convencer mejor al dueño de que se les diera una oportunidad. Durante el día prepararon la tabla de la muerte de tal manera pudieran verla todos, pero principalmente el Señor Ziel. Al Hombre el día le pareció una tortura, había tenido momentos así en los que el tiempo parecía no avanzar, pero en esta ocasión le era ridículamente largo, la Mujer parecía notar su ansiedad, por que cuando sentía que iba a estallar en un alarido de desesperación, ahí estaba ella, con un vaso de su fermento preferido o algo para su estómago. No sabía el si le había dicho acaso cuanto agradecía estuviera con él, que lo hubiera escogido a él, que podía ofrecer alguien como el a alguien como ella, pensaba cada que la veía alejarse después de recibir una sonrisa, que le parecía la más bella donde estuviera, coronada por esa mirada que solo tenía para él. Llegada la hora de la última comida del día, aquella que después de un arduo trabajo no solo llena el estómago, sino también el alma de satisfacción ante un día productivo, ellos hablaron poco para comer rápidamente. Nadie se fijaba en las dos figuras en medio de su campo de visión, uno no podría abogar al hecho de la obscuridad cuando la luna estaba despejada y aunque no era luna llena, bastaba para iluminar, además de que, igual que la tabla y la piedra habían colocado una línea de antorchas extra, que ninguno de los del circo noto al atravesar al improvisado comedor. La Mujer fue la primera en actuar para llamar la atención de todos, nadie, ni El Hombre, reconocieron esa voz que llamaba a ser atendida, no era para nada la voz suave y calmada que solía escuchar, esta era una voz grave, sin dejar de ser femenina, directa y autoritaria, aunque estuviera expresando atención a un acto que ante sus ojos se realizaría. Pocos se intrigaron ante lo que les describía Vermögen y siguieron en sus cuchicheos mientras seguían comiendo, los pocos que se intrigaron fue más por vileza. Aunque con los días de éxito dándole confianza a las espaldas, los nervios golpeaban en su pecho aflojando sus piernas, por un instante pensó que no podría mandar dos órdenes importantes desde su cerebro y que las piernas le fallarían mientras hacia su lanzamiento errando mortalmente, pero con el primer sonido seco disipo toda duda y miedo lanzando los siguientes seis cuchillos con destreza y velocidad. La Mujer pudo ver como rápidamente las pocas miradas que tenían las fueron perdiendo a la mitad de los lanzamientos de su pareja, no había sentido nada más que pena por su rudeza hasta ese momento, pero nadie miraba Al Hombre que buscaba ser alguien, ni siquiera por empatía intentaron mostrar interés, la sangre le comenzó a hervir, pero ahora fue él el que estuvo para detenerla, sintió su brazo frenarla mientras con voz calmada le escuchaba decirle que tranquilizara su mente, que ni siquiera dijera algo, la mirada de la Mujer aunque nueva para él, le dijo todo lo que necesitaba saber sobre el volcán que tenía Vermögen dentro y la amo más, pudo ver ese amor reflejado en ese momento de furia.    
Vermögen
Autor: Faustino Aguirre Zuñiga  227 Lecturas
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