• Jorge Sánchez
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  • País: Colombia
 
he aqui que estamos muertosy nos miramos con sorpresa como si el sueño fuera extrañohe aqui que estamos muertossentimos vemos y olemosolemos mal sentimos mal la muerte si es mala como todos nos dijeron he aqui que estamo muertos las estrellas alumbran la muertenuesta muerte baila en el vallenuestros cuerpo sirven de cama  he aqui que estamos muertosno tan muertos como otros pero si muertos como cualquierala vida pasa ante nuestros ojosla hierve crece los animales correshuyen de su muerte He aqui que estamo muertos no somos nadacomida de sueloentierro en la noche con estrellasvida sin vidanoche  inmotal.
Al siguiente día vi el tablero y pude entender que la operación n o era tan difícil. Simplemente tenía que multiplicar  los dos números  y luego dividir el resultado. Al final  lo que me daba es 3.333333333333333333333333333333333333333333333333333333333… 
Erase una vez que no había sido una vez que quería ser una vez  que jamás fue una vez.
No fue
Autor: Jorge Sánchez  298 Lecturas
Antes de un infarto, si es que lo siente llegar mientras sube por su brazo derecho como si este fuera una carretera, prepárese para una caída; para esto recomiendo sentarse o acostarse en el suelo, mirando al techo mientras piensa en otra cosa que no sea su corazón. Si resulta que usted es de esas personas a las que tirarse en el suelo le resulta una idea desagradable, busque un sillón cómodo o quédese parado, pero tenga en cuenta que esto puede ser igual o más dañino que el propio infarto. Una vez en la posición que haya escogido tómese el brazo derecho con la mano izquierda, unos cuatro o cinco centímetros por encima del codo, haciéndose a este fuertemente, es muy importante que lo haga correctamente, esta acción le ayudara a sobrellevar el dolor.Usualmente la antesala de un infarto llegara con un pequeño lagrimeo que puede variar según el ojo, de una a dos lágrimas en el derecho y de cuatro a cinco en el izquierdo, el lagrimeo nunca se presentara en ambos ojos.Una vez en su posición, con la mano izquierda agarrando el brazo derecho y después de haberadvertido el lagrimeo; respire profundamente, sienta el latido de su corazón y vuelva a respirar profundamente cerrando los ojos a la vez que exhalar, ahora espere. El ataque llegara más tardar en dos minutos.
Lo he arrojado y parece ahogarse, se sumerge en ese mar color marrón que mitiga mis penas, lleva dos segundos y no lo veo, ahora van tres y todavía no lo veo, tal vez siente miedo de salir y encontrar que el mundo que conocía ya no está, que ahora su mundo es el cristal y el liquido que lo sostiene. Ahora muestra su cabeza, se asoma tímidamente, revisa el infierno al que lo he condenado, se pregunta por qué y suda, pero no lo nota; sus gotas aumentan el liquido, se unencomo en un grito silencioso.Ahora Ya sé a entregado; mueve lo que queda de su cuerpo en una falsa esperanza de salir, siente que desaparece y sufre, llora por todo su cuerpo y desaparece mas y así cada vez mas; ahora no queda nada, se ha perdido en ese mar que una vez lo ahogaba; ya solo queda el recuerdo que, ahora, es igual de efímero que su existencia.
La noche es hora de dormirLa hora de dormir es hora de soñarLa hora de soñar es hora para pensarPensar hace que las horas sean más rápidasMas rápidas pasan las carrosas halla en el 1800En el 1800 se sentían solos por no tener la radioLa hora de la radio muere y es remplazada por las horas de tvEl verdadero cine murió en el 1800 aunque no sé si había cine en el 1800Volviendo al sueño, quien sueña muere un pocoPero ¿Se puede morir un poco?Poco es el tiempo de la vidaLa vida se vive bien o se vive mal, aunque a veces todo se entrelazaLas tazas del café ya se enfriaronLos días también se enfriaronAl igual que la tristeza¿Hay algo más frio que la tristeza?Si sueñas olvidas las penas, pero las penas nunca te olvidan¿Será por que las penas no sueñan? ¿No sueñan las penas?Nada se olvida, nada nunca se olvida, ni las horasNi dormirNi soñarNi pensarNi 1800Ni la falta de radio en 1800,Ni la muerte del buen cine en1800; aunque sigo sin saber si existía el cine en ese entoncesLa muerte no se olvidaNi la vidaY mientras nada se olvida llega la nocheY la noche es hora de dormir.
¿Mentiras?
Autor: Jorge Sánchez  306 Lecturas

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