Flujo y reflujo de Mayo del 68 (Diario)
Publicado en May 10, 2013
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1968. Es mayo y las flores se han abierto. Abro mi memoria y me encuentro conmigo mismo. Estoy en la mitad de una revolución... pero yo mantengo mi propio criterio, mi propia definición autónoma, mis propias luchas contra mí mismo. ¿Cómo conseguir ligar con las chavalas de más y mejor ver sin ser descubierto? En realidad, que los revolucionarios consigan hacer que dimita Charles De Gaulle o que Charles Degaulle resista en el poder me es absolutamente indiferente. ¿Cómo conseguir ligar con las chavalas de más y mejor ver sin ser descubierto? Esto es Mayo del 68 para mí. Las coordenadas sociopolíticas, socioeconómicas y socioreligiosas del año 1968 después de Jesucristo son, para mí, una nimiedad, una minucia, algo sin importancia relevante alguna. Lo que es una gozada misteriosa es cómo hago para acercarme a las chavalas que me gustan de verdad. 
 
Nada me interesa de Camilo y sus vasallos. No me importa, en absoluto, que Camilo y sus vasallos les hagan moverse a los estudiantes de Madrid o no les hagan moverse y los estudiantes de Madrid resistan como un chopo junto a la ribera. Al único chopo que admiro yo es a eso de "¡Iríbar, Iríbar, Iríbar es cojonudo, como Iríbar no hay ninguno"! que se escucha tanto en todos los campos de fútbol. Y tampoco me interesa, para nada, la movida de los sucios hippys a los que observo como si fueran ratas de cloaca; al igual que observo, sin importarme en absoluto, a un montonazo de escarabajos peloteros bailando al son que les tocan Los Beatles o a los diablos cornudos que sudan la gota gorda bailando al son que les tocan Los Rolling Stones. Lo mío, en este Mayo del 68, es, solamente, conseguir ligar con alguna de las que me gustan de verdad (que no son todas las que conozco) o dejar el intento para el día de mañana. No es timidez. Es miedo. Es pánico. Es terror ante el caso de que alguna de ellas me haga caso y, en ese caso, me diga que sí, que quiere que le dé mi número de teléfono para salir a solas con ella. En esta lucha interna soy solamente un solista solitario. Y, como "El Llanero Solitario", acudo a la llamada salvaje de la sangre... pero que si quieres arroz Catalina... porque siempre termino escapando a toda velocidad del peligro. Esto de ligar con las que más me gustan (que no son todas las que conozco porque no me gustan todas como dicen los que no tienen ningún gusto por las mujeres verdaderamente guapas) se me complica día tras día ya que se me acumula el trabajo de atender a todas ellas. Y es que son muchas aunque no son todas. Yo tengo mi propio gusto y por eso me da por tomar cafés con leche junto a las que más me gustan. Pero se me complica la tarea pues aumenta el trabajo a medida que va aumentando el número de las que me gustan de verdad. Esto es Mayo del 68 para mí y, en este sentido de ligar solo con ellas, tengo la moral más elevada que "El Alcoyano". 
 
Es el famoso, mítico e histórico (yo diría que hasta histérico) Mayo del 68 y se pone en juego el destino de los obreros, los estudiantes, los campesinos y hasta el gato de mi abuela. Sin embargo, los obreros son gente extraña para mí; los estudiantes sólo son recuerdos del Instituto; los campesinos son ausencias lejanas y el gato de mi abuela está a punto de ser escaldado. Paso de todos los porros y de todas las porras. No me interesa saber si Pili es mejor que Mili o si Mili es mejor que Pili. Eso lo considero solamente sandeces de necios nada más. No me interesa nada de todo eso... porque estoy aprendiendo a ligar a paso de paseante y de trotador. Los paseos y los trotes me acercan a ella en singular; pero una especie de pánico se apodera de mi espíritu pacífico y ellas, en plural, quieren guerra. Recuerdo lo de que las chicas son guerreras y tengo que estar preparado para todas las "batallas de café". 
 
Escucho a alguien cantar lo de "yo te daré, te daré niña hermosa, te daré una cosa, una cosa que yo solo sé". ¡Café! Cafés con leche a mansalva y fútbol a granel. ¿Será posible que el café con leche me sirva para poder ligar con alguna de ellas, con alguna de las que más me gustan? Ser tan atrevido y tan sinvergüenza (en el buen sentido de la palabra) me sirve para poder estar cerca de ellas. No es timidez. Es miedo. Es pánico. Es terror de que alguna me diga que sí. En la balanza de mi personalidad y de mis posibilidades de ligar lo mejor es estar bien equilibrado y no caer en los brazos de alguna que no sea la que Jesucristo me tiene prometida. Pero por las noches sueño...
 
Sé que algunos proclaman "¡Que se pare la Tierra que me quiero bajar!" Me es totalmente indiferente esa proclama porque yo no deseo, para nada, bajarme de la Tierra mientras haya tantas chavalas en la Tierra de más y mejor buen ver. Los ácratas no son de los míos. Comprendo que las ideologías les tenga a todos los que creen en eso completamente esclavizados, pero yo prefiero y he elegido ser un liberado. Y es que jugando con las posibilidades reales de poder o no poder ligar con las que más me gustan, me paso todo el Mayo del 68 entre cafés con leche a mansalva y fútbol a granel. Mayo del 68. ¿Ligar o no liogar? Esa es la cuestión. Ese es el problema. Ese es el misterio. Cada día la misma pregunta. Cada día el mismo misterio. Cada día la misma inquietud. Cada dia el mismo desasosiego. ¿Será posible que nadie se esté dando cuenta de lo que hago yo durante todo el Mayo del 68?
 
Estoy aprendiendo, día tras día, a acercarme más a ellas, a las que más me gustan, a las que me gustan de verdad. Estoy desarrollando bien la estrategia de escaparme del cerco que cada vez más me aprieta contra ellas. La táctica me funciona muy bien. La técnica la tengo muy bien aprendida desde Cima. La estrategia es lo más difícil de desarrollar... ¡pero lo consigo!... consigo ligar con la que más me gusta aunque todavía estoy soñando. Al mismo tiempo, tengo cuidado de no elegir a una de ellas que no sea la que Jesucristo me tiene reservada y prometida. Me refiero a la que más me gusta de verdad y a la que estoy queriendo y amando desde mis 7 años de edad. Cafés con leche a mansalva y fútbol a granel. Mente sana en cuerpo sano. Esto es Mayo del 68 para mí. 
 
Desarrollo una teoría que dice: "Si al llegar mayo no estás al loro puedes terminar metido en el coro". Y de esta manera me escapo de la masa coral y me convierto en solista solitario. Soy "El Llanero Soltiario"; algo así como "El Guerrillero del Amor", una especie de personaje que me imito a mí mismo para seguir manteniendo la esperanza. Son muchas pero tengo que estar junto a ellas (que no son todas las que conozco sino las que me gustan de verdad) pero no puedo perder el control, para seguir siendo el líder del equipo donde juego al fútbol en este Mayo del 68, cuando las chavalillas guapas de verdad me rodean por todas partes menos por una que es la ventana por donde oteo el horizonte. Al final del partido me dicen que hemos vuelto a ganar... pero mi pensamiento ya está al otro lado del Océano Atlántico, con rumbo al Ecuador.
 
Y siempre recuerdo canciones que me alejan de los revolucionarios, los cuales no me interesan para nada, y me acercan, cada vez más, a las imposibles. ¿Será posible que pueda yo ligar alguna vez con una imposible? Jesucristo sonríe y me dice que sí. Mayo del 68. Me convenzo a mí mismo que estoy viviendo y experimentando aventuras nocturnas bajo la luz de la luna y las estrellas; pero no son ninguna de ellas pecaminosas sino prácticas de aprendizaje personal. Esto es Mayo del 68 para mí. Y por las noches sueño...
 
Señores adultos y serios. Señores críticos y, sobre todo, criticones. No me condenen por mis aventuras nocturnas porque no son pecaminosas sino que me sirven para aprender a ligar. Para que luego venga alguna bruja que otra a decirme que me va a enseñar a hacerlo. Yo huyo de las brujas como el agua huye del fuego para no calentarse demasiado. Sólo me gusta el agua fresca de los labios de la única que quiero y amo desde mis 7 años de edad. Tengan un  poco de amparo hacia mí, señores criticones, y háganme las buenas mercedes de no insultarme tanto por ligar con ella en singular. Si me quieren llamar desclasado hacen muy bien porque no pertenezco a ninguna clase social ni creo, para nada, en las luchas de clases de cualquier color (salvo las clases donde acudo a ver a las chavalas que más me gustan desde la época de Cima). Mayo del 68. Y por las noches sueño... pero despierto... y eso si que es un gustazo en este Mayo del 68: una especie de revolución para seguir manteniendo la esperanza de que llegará por fin Ella un buen día, cuando ya se haya rebasado este mes de mayo y el calor de agosto apriete tanto que será necesario ligarla con helados de vainilla. 
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