De cmo sobreviv a la normalidad y otras cosas CAP XII
Publicado en Apr 30, 2013
Llegamos a casa de Amaia fuimos los primeros... váyase a saber qué andaban haciendo Ulises y su chica... pero creo que esa respuesta prefería no conocerla, por las dudas para evitar un posible trauma. Amaia vivía con sus padres, su hermana y su bebé; era madre joven pero muy responsable y amaba -y aún ama- a su hijito; su querido Bastián, quien en ese entonces tenía dos meses de vida. Yo realmente la admiraba... siempre tan constante, tan madura, tan fuerte cuando se trataba de defender a los suyos... pero con una personalidad a la vez tan acogedora y maternal... Me gustaba regalarle mis dibujos de su Orixa madre; la guía maestra que la representaba en esencia: Yemanjá. Así que ese día no era la excepción; lo recibió con una sonrisa y lo guardó. Mientras lo hacía, cargué a Bastián que haciendo un tierno puchero amenazaba con largarse a llorar. Orión lo miraba con ternura; y eso me hipnotizaba... él era -y es- una persona de corazón tan noble que imposible para mí era no amarlo. Sé que era muy pronto para pensarlo, pero sabía que sería excelente padre -y de hecho no me equivoqué pero no les adelantaré nada al respecto-. Amaia volvió a la sala y sonrió al verme con Bastián en brazos "vé practicando" me dijo en broma y rió "oh claro, y luego gano el título de 'señorita anticipada'; faltan años para que tenga un bebé", reí tratando de ocultar un poco de nerviosismo que había aflorado derrepente; sin embargo mis intentos fallaron, sé que Orión no lo había pasado por alto. De todos modos para mi suerte, en esos momentos llegaron Ulises y Olivia, con una cara de tórtolos que parecían tener tatuado en sus frentes un cartel de "enamorados". "¡Dios mío!, ¿En qué momento tuvieron un hijo y yo ni enterado! Orión te felicito, eres todo un ganador..." bromeó mi pelinegro amigo al verme cargando al bebé, ganándose así una mirada asesina de su chica. No conocía en profundidad a Olivia, pero me estaba cayendo bastante bien; inevitablemente reí. "Bueno, este jovencito se tiene que ir a dormir" dijo Amaia mientras cargaba a Bastián, quien aumentaba su puchero a medida que se alejaba junto a su madre de la sala. Nos quedamos los cuatro en silencio hasta que mi querida amiga regresó sola. "¿Quieren algo para merendar?", preguntó servicialmente. "Una chocolatada caliente y unos muffins rellenos.", pidió Ulises, ganando un codazo de su amigovia, quien trató de hacerlo pasar por desapercibido pero falló. "¿Quieres dejar en bancarrota a Amy o qué? Para satisfacerte haría falta toda una fábrica de muffins" dijo riendo mi Orión; acto seguido todos reímos. "Bueno bueno, un té verde estará bien" corrigió Uli algo apenado. Pasados unos minutos, Amy regresó colocando 5 tazas blancas en la mesa: un té de jazmín para Orión, un té verde para Ulises, un café con leche para Olivia, un café con crema para mí y un té de naranja para ella. Realmente estábamos pasando una tarde muy entretenida; y estaba segura que Olivia se integraría muy rápido al grupo, pues podía ver que era dueña de unos dones muy interesantes.
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