Fuimos un presente. Somos un presente. Seremos un presente. Seres presenciales de los múltiples presentes de nuestra ensoñación realista y realizada. Seguramente tú estarás viviendo tus aventuras presente tras presente. Yo, por mi parte, continúo mis presentes convertidos en aventuras. En un punto crucial de nuestras existencias coincidimos un atardecer que se nos convirtió en noche murciana recordando aventura tras aventura, presentes tras presentes, búsquedas personales, tú y yo, en medio de esta existencia que va más allá de lo aparente. Ni para ti ni para mí lo aparente es vital; porque lo vital, para nosotros dos, es seguir soñando nuestra aventura en presente.

No sé en qué escala de las coordenadas vivenciales estarás ahora tú. Yo estoy, de nuevo, en las coordenadas vivenciales 0.0 para viajar otra vez. En esta ocasión preparo mi equipaje (sueños de escritor convertido en viajero) para tener mi propia aventura en las Kuriles. Hasta luego. Te veo en las islas. El fresco de la mañana, en la Jerónimo Leiton, me convierte en río. Y sonrío...