De cmo sobreviv a la normalidad y otras cosas CAP VIII
Publicado en Apr 05, 2013
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Me regaló una sonrisa y me correspondió al beso; la calidez que de sus labios salía era simplemente deliciosa. Pronto llegó el bus, y tampoco me permitió pagar, así que solté un pequeño bufido y me senté en un asiento de dos contra la ventanilla. "Ulises puede ser algo insistente... si no le cuentas, enseguida se zambulle en tus pensamientos. Y espero no consuma demasiada azúcar, sería peligroso para su sistema inmune tanta energía... o para el sistema inmune de quien lo oye", me interrumpió en mis pensamientos, y reí. "Créeme que lo adoro pero a veces creo que su sombra renunciará un día en alguno de sus ataques de entusiasmo"; rió también mientras distraídamente acariciaba mi cintura, sin duda debía acostumbrarme, sino me daría un infarto debido a la emoción en cualquier momento. Por fín llegamos, bajamos, caminarmos unas cuadras y decidimos sentarnos bajo una Acacia. "Hathor, la Diosa del amor y de la belleza para los egipcios adoptó a las acacias como su árbol sagrado; ¿Lo sabías?", me preguntó a lo cual negué ligeramente con mi cabeza. "Y para Ast, como la consideraban los egipcios, o Isis, como la consideraban los griegos, también. Ella era considerada la Diosa madre y de la magia" terminó por exponer. 'Hmmm un árbol muy simbólico bajo el que estamos', pensé; su tronco era delgado así que no podíamos contar con apoyarnos contra él, pero era un árbol bonito e inspirador. De pronto Orión tendió una manta de tamaño suficiente como para recostarnos ambos; se recostó extendiendo su brazo para que yo lo adoptase de almohada; así que me recosté a su lado. Miramos hacia el cielo, cubierto por ramas y reverdecidas hojas según nuestro punto de vista; cerré mis ojos sintiendo la agradable brisa mientras hablábamos y reíamos. Sin duda estaba disfrutando el momento a pleno. Miré sus ojos negros, me perdí un momento en ellos y me sacó de mi ensoñación con un suave beso, le correspondí mientras me acercaba de a poco a su cuerpo. Me abrazó contra él intensificando los movimientos de sus labios contra los míos... Sólo nos separamos cuando nos hizo falta el aire. Pero detrás de ese beso, le siguieron otros más; sin embargo, mi espalda me dolía de estar recostada en el duro suelo; tener problemas de columna vertebral no me favorecía en absoluto. No necesité hacérselo saber verbalmente. "Mejor nos vamos de aquí, ¿A dónde quieres ir, Ell? Es tu turno de elegir". Joder, no sabía qué decirle; recordé que mi madre no estaría en casa hasta el día siguiente... pero me daba vergüenza invitarlo. De todos modos tomé el coraje de hacerlo, a lo cual me respondió afirmativamente. Tomamos el bus de regreso y a los 20 minutos llegamos; lo hice pasar a la sala mientras dejaba mis cosas y trataba de que mi habitación no pareciera un nido de loros. Ya se estaba haciendo de noche así que se sentó en la cocina mientras yo preparaba pastas; teniendo sangre italiana confieso que mal no me salían. Cenamos mientras manteníamos una agradable conversación; definitivamente si bien parecía un chico serio y duro por fuera, por dentro era simpático y muy tierno. "¿Tu madre a que hora vendrá?", me preguntó mientras me ayudaba a guardar los platos y cubiertos. "Mañana por la tarde, se fue de visitas... Así que hoy me quedo sola acá en casa"; le respondí. "Bueno, si no te molesta me quedaré contigo; no me agrada la idea de que te quedes sola." No quisiera sonar a desesperada, pero si ese chico me proponía matrimonio ese mismo día, sin pensarlo media vez siquiera, lo aceptaba. Cuando subimos las escaleras hacia mi habitación caí en la cuenta de que sólo tenía mi cama para recostarnos; era de una plaza y media pero aún así me incomodaba preguntarle si no se ofendía a dormir conmigo; de lo contrario yo debía de irme a dormir a la habitación de mamá. "Ahm, Orión... ¿Te molestaría que durmiéramos aquí? Es que no tengo otra cama salvo la de mamá, si te molesta duermo allí". "No, para nada, quédate conmigo", respondió amablemente. Me puse el camisón más presentable que tenía; pero como él no tenía pijamas debido a la imprevista propuesta de quedarse a dormir, tuvo que quedarse en boxers, lo cual ni falta hace aclarar que no me disgustaba para nada. Después de acostarnos nos quedamos hablando por horas y horas; hasta que el cielo comenzó a colorearse de naranja, nos arropamos y nos quedamos dormidos.
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Foto del autor Mara
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Descripción

Esta es la historia de Electra, una joven que intenta sobrevivir en un mundo normal, siendo una bruja elemental en potencia, apenas consciente de lo que es capaz de hacer con sus habilidades.

Palabras Clave: Amor Mdium dones aventura bruja espiritualidad

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasa



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