En cuanto salimos a la calle, noté que el calor me haría su víctima... pero no podría con mi día, casi nada podía arruinar mi día... Y es que suelo ser tan pero tan terca que cuando algo o alguien realmente me gusta, los obstáculos ni los veo de nulos que se vuelven a mis ojos... Habíamos caminado unos pocos metros y Orión hizo algo que me tomó por sorpresa... derrepente su mano agarró la mía; firme pero a la vez con delicadeza y le correspondí al movimiento. Definitivamente a su lado me sentía más que segura y protegida y eso era una de las cosas principales que me enamoraban de un hombre. Pronto llegamos pero no me soltó la mano, gesto que agradecí, ya que si era por mí, le prestaba mi mano el resto del día. Alcé mi vista y leí unas letras grandes y en cursiva arriba de la puerta vidriada que decía "Café Simón"; sin duda era mi lugar favorito... podía pasarme horas allí cuando necesitaba hacer tarea o simplemente relajarme un poco... en ese lugar siempre había la tranquilidad que yo necesitaba. Pasé primero ante su gesto de caballerosidad y nos sentamos en una mesa de dos algo apartada de la entrada, con vista al jardín. Casi sin darme cuenta llegó la mesera; yo pedí un café con crema doble y él un té verde. El servicio de ese lugar era excelente así que enseguida nos trajeron el pedido; bebí un sorbo de mi café, estaba realmente exquisito... Orión sólo me miraba y me brindaba una de sus cálidas sonrisas que yo tanto apreciaba. "¿Qué tal está, Ell?", me preguntó "Delicioso como siempre", le sonreí. "Me alegra oírlo, sé que éste es uno de tus lugares favoritos y también lo es el mío",otra coincidencia más, me anotaba mentalmente en una lista imaginaria. "De todos modos me lamento que no nos quedaremos demasiado tiempo aquí... tengo planeado ir al bosque que queda a la entrada de la ciudad... claro si quieres." me ofreció... Joder, planeó la cita y todo; pensé saltando de la emoción para mis adentros. "Por supuesto que quiero... además el bosque es tan... inspirador... tan... tan... místico", finalicé tratando de encontrar las palabras correctas para describir tan bonito lugar; lleno de árboles altísimos que proporcionaban una agradable brisa a la sombra; y el viento al jugar con las ramas creaba una exquisita melodía que me sedaba. Cuando ya nuestras tazas estaban vacías, él se ofreció a pagar la cuenta sin darme oportunidad alguna de hacerlo... Salimos y fuimos directo a la parada de bus. Yo me senté en el banco de espera y él hizo lo mismo. Sinceramente no se me ocurría demasiado de qué hablarle porque desde hace rato que quería volver a probar sus labios y difícilmente pensaba en otra cosa más que en aquello. "Siento que hayas tenido que entrar a mi casa; es que me demoré leyendo y se me hizo un poco tarde para cuando llegaste. Mamé no tuvo mejor idea que hacerte pasar y a lo mejor te incomodaba... realmente lo siento Ell...", me dijo apenado; a lo que lo miré, besé sus labios de piquito con suavidad en un atrevido gesto de decirle que todo estaba bien.