Se vende amor
Publicado en Apr 05, 2013
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Michel (nombre cambiado) tiene 28 años y  lleva cinco años ejerciendo la prostitución. Los clientes que prefiere son los que la invitan a tomar trago en el  negocio.
"Por  experiencia  en este trabajo he aprendido que  los que no piden licor es porque no tienen dinero y sentarse a la mesa con ellos es perder el tiempo y la plata que puedo llegar a ganar con otros clientes", explicó mientras se recogía el cabello teñido de rubio.
Los borrachos
La dama relató que a un bar de mujeres no llegan los hombres sobrios, siempre están con sus tragos en la cabeza. "La mayoría de clientes que nos buscan vienen porque está recién pagos de la quincena y ya han bebido demasiado, algunos nos tratan bien, pero otros siempre están tratando de sobrepasarse y de querer tocarnos sin pagar lo que cobramos" dijo.
"Los borrachos los aguanto porque ya pagaron por adelantado sus servicios y no se demoran mucho, pero si no terminan rápido los dejo que se duerman mientras me estoy vistiendo", comenta la mujer.
La familia
Michel cuenta una parte de su vida privada, de la que le incomoda hablar porque no quería responder a la pregunta, pero después continúa su relato, diciendo que conformó una familia hace tres años, pero no da más detalles. Lo único que reafirma es que nació en Bucaramanga y que los domingos no trabaja.
Los negocios
En el bar que trabaja se cobran 25 mil pesos por entrar a la pieza, también recibe bonificaciones por  los clientes que piden trago.
"Cuando un cliente pide aguardiente o ron en la mesa que estamos sentadas, o  también si nos brindan un trago, la administradora nos da una ficha con la que después cobramos un dinero, no es mucho pero nos sirve", puntualizó.
"Le cobro a un hombre por adelantado para poder pagar la pieza a la dueña del negocio, con los preservativos nos ayudan un poco, porque nos los venden baratos" señaló la mujer.
La mujer explicó que prefiere trabajar en los sitios de tolerancia y no en los grandes bares porque ahí cobran más por los servicios de habitación.
Michel también cuenta que para poder sostenerse tiene que ir a la pieza por lo menos tres veces en un día.
"Hay días entre semana que no llegan muchos clientes, pero los días perdidos se recuperan el fin de semana" agregó Michel.
El amor
Según la mujer, puede pasar que se encapriche con un cliente, de los que van seguido al bar, los que las tratan bien, pero detesta a los que no son aseados y tienen un mal olor.
Michel cuenta que en Bucaramanga tuvo el novio de su vida,  "Mi mama lo quería mucho era una buena persona conmigo, pero me falló y no lo volví a ver, teníamos planes de casarnos".
La mujer sigue contando cómo llegó a Boyacá, "Una amiga que lleva mucho tiempo viviendo aquí, fue la que me trajo, me contó cómo era este trabajo, al final acepté. El primer día fue difícil. Cuando entré a la pieza me puse a llorar y el tipo me pidió que le devolviera la plata y se fue" y agregó que, "Al comienzo me quedé porque quería seguir estudiando y necesitaba  para los gastos"
"Cuando llegue a trabajar a Duitama conocí a un tipo que me gustó, vivimos un tiempo, pero me pegaba mucho, y le terminé", explicó Michel y agregó "El amor no existe, todos los hombres son igual de infieles".
La rumba
Michel relató que las compañeras del bar también tienen hijos y esposos, pero se descontrolan para tomar, las rumbas pueden durar muchos días.
"Mis amigas tienen clientes que las buscan seguido, vienen al bar cualquier día de la semana, las llevan después de pagar una multa por sacarlas del negocio, a veces no las encuentro tan seguido trabajando".
"Otras toman casi todos los días, además consumen mucho perico (cocaína) y marihuana, y ya están ‘llevadas', a veces no saben en cuál día estamos y lo peor de todo nunca tienen plata".
Los sueños
Según cuenta Michel, estudió técnico en enfermería y ya terminó la carrera, algún día quiere ejercer su profesión cuando pueda retirarse, por ahora quiere sacar a su hija adelante.
"Cuando me gradué tuve la intensión de retirarme de esta vida y trabajar como enfermera, pero me canse de buscar y volví a Boyacá para seguir sobreviviendo",aseguró.
Gerson Javier Flórez Valderrama
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Foto del autor Gerson Javier Flrez Valderrama
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Miembro desde: Mar 23, 2013
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Descripción

Michel (nombre cambiado) tiene 28 aos y lleva cinco aos ejerciendo la prostitucin. Los clientes que prefiere son los que la invitan a tomar trago en el negocio.La mujer, dedica los domingos a su hija.

Palabras Clave: Prostitucin vende amor

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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