guilas Negras -27- (Novela y Guin para Cine)
Publicado en Mar 31, 2013
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- Juan... ¡malas noticias!
- ¿Malas noticias, Diego?
- ¡Te estuve llamando toda la noche a tu teléfono pero no contestabas nunca! ¿Dónde estuviste?
- En el séptimo cielo...
- No estoy de bromas ni estoy para aguantar bromas.
- Tampoco estoy yo de bromas ni para aguantarlas. Estuve gozando a tope de tal manera que no te puedes ni imaginar. 
- ¿Dormías tan profundamente que no escuchastes el sonido del teléfono?
- No estuve precisamente durmiendo sino soñando con los ojos abiertos y muy bien acompañado. Fue como estar en el Paraíso Terrenal. 
- ¿De qué me estás hablando?
- De un monumento. Estuve gozando junto a un monumento. 
- ¿Estás diciendo la verdad? ¡Sopla! No me interesa para nada saberlo.
- Ni aunque estuvieses interesado te lo diría. Pero a mí si me interesa repetirlo. 
- Escucha, Juan... despierta todos tus ocho sentidos... ¡ha vuelto a torturar, violar y asesinar a una chiquilla! 
- ¿Puedo saber a quién?
- A una luxemburguesa llamada Rosa.
- ¿Te estás refiriendo a la que conocíamos como Rosa "La Luxemburgo"? ¿La que trabajaba por las calles aledañas a la de Fuencarral y otras bastante cercanas a "El Corte Inglés"?
- ¡A ella! 
- Pero si solamente era una chiquilla equivocada...
- ¿Qué sabes tú de Rosa "La Luxemburgo"?
- Primero quiero saber dónde la vieron por última vez con vida. 
- Estuvo asistiendo a la segunda representación de "El Juicio de José".
- ¿A la sesión de noche?
- Exacto.
- Quizás estaba buscando un cliente y lo encontró. ¿Ya nadie más la vio con vida?
- Nadie más que el que la asesinó. 
- Está bien. Te contaré lo que yo sabía de esa tal Rosa. Si te refieres a lo sexual no la conocí jamás. Nunca he estado con ella ni con ninguna otra, salvo mi chavalilla, en la cama realizando actos sexuales. 
- No te entiendo bien, Juan... ¿tuviste o no tuviste una relación sexual con ella?
- ¿Tú eres tonto de nacimiento, Diego, o te has vuelto tonto de repente?
- Es que quiero saber. 
- Para saber vete a la escuela a ver si aprendes algo más de lo que sabes.
- ¿Puedes afirmarme rotundamente que no tuviste una relación sexual con ella?
- Te lo puedo repetir más alto, porque parece que o eres sordo o te interesa hacerte el sordo, pero no he tenido ninguna relación con ella ni con ninguna otra chavala o mujer antes de casarme con mi Princesa, y por supuesto que, después de eso, mucho menos. Ella estuvo dentro de la cama y yo fuera encendiendo un cigarrillo y haciendo interrogaciones de volutas de humo. Ni ella ni yo nos quitamos la ropa. Yo fumaba mientras ella me contaba su historia personal que, por supuesto, no me la creí porque eso lo cuentan todas las que se dedican al oficio femenino más antiguo del mundo. Mientras me contaba un cuento para inocentes yo me hacía el inocente para aprender a escuchar historias que sólo se las creen los que van por la vida de pardillos. Por supuesto que todo lo que me contaba eran mentiras que ella se creía que yo me las estaba creyendo. 
- ¿Puede ser eso una buena pista para atrapar a ese loco asesino animal?
- Sí. Quizás tu cabo primera Mariano Agustín Rijotapia García-Ron Cero nos pueda ayudar si le cuento que se trata de Rosa "La Luxemburgo".
- Ese cabo primera sólo es uno de los muchos pardillos que andan por la vida cayendo como inocentes en brazos de las que son profesionales de las calles. 
- Llevas razón, Diego. Mariano Agustín Rijotapia García-Ron Cero, más conocido por todos los de tu cuerpo como Agustín a secas, auque seco no está sino bien rollizo por cierto porque come en demasía, no es más que un pardillo y nada nos puede aportar para atraparle definitivamente. ¿Qué te parece si consultamos con su hermano gemelo José Antonio Rijotapia García-Ron Cero, más conocido por todos los de tu cuerpo como Antón, cuando le cantan lo de Antón Antón Antón Perulero cada cual cada cual que atienda a su juego?
- ¡¡Jajajajaja!! Ese es más pardillo todavía, Juan.  Por eso no pasa de ser un número cualquiera de todos mis hombres. No me sirve ni para cabo segundo.
- ¿Y Enrique Tomás Gutiérrez-Caballero Bancales, más conocido por todos los de tu cuerpo como "Caballo Loco"?
- Otro que tal anda. Tan inocente como José Antonio Rijotapia García-Ron Cero.
- No tan inocente, Diego... 
- Pero tampoco nos sirve para nada. Los tres que me has citado sólo sirven para temas burocráticos nada más. 
- Bien. Tendré que trabajar otra vez a solas.
- Sabes que puedes contar conmigo en todo momento y que tienes a tu disposición a todos mis mejores hombres. 
- Escucha este dato porque puede ser muy importante teniendo en cuenta la mentalidad fascista y neonazi de este loco asesino en serie. Rosa "La Luxemburgo" era una revolucionaria roja nata. De las que proponían como solución la revolución armada. Estuve escuchando toda su historia completa y por eso todos creyeron que había estado teniendo una larga relación sexual con ella cuando, la verdad sea dicha, yo sólo hacía interrogaciones con las volutas de mi cigarrillo para deducir algunas claves de lo que la podría pasar si contaba lo mismo a un loco fascista neonazi como este al que nos estamos enfrentando. Hasta casi le quemo el pelo con la punta del cigarrillo y entonces se asustó y terminó de contarme su triste historia. Le regalé un poco más de dinero de lo que cobraba por sus servicios porque me dio verdadera lástima.
- ¿Entonces piensas que es el loco asesino que estamos buscando?
- Rotundamente sí. Rosa "La Luxemburgo" cayó en sus redes. Le contó que era una roja revolucionaria y la liquidó depués de torturarla y violarla. Así trabaja este bestia que parece más una mula parda con paperas que un ser humano. Digo lo de paperas porque es capaz de matar hasta a su propio padre. 
- ¡¡Jajajajaja!!
- No he querido contar ningún chiste ni tampoco ninguna gracia porque este asunto no tiene gracia alguna. Pero estoy de acuerdo con el bueno y sano humor, porque a la par que baja los humos a los engreídos y soberbios, nos sirve para abrir nuestras mentes y con las mentes abiertas podemos comprender mejor las tragedias humanas que si tenemos las mentes cerradas y no vemos más allá de lo que pueden ver nuestros ojos. Con la mente abierta se ve hasta cosas que no vemos con los ojos pero que las intuímos con el cerebro.
- Bien. Acepto esa teoría tuya. 
- Mira, Diego. Abre tu mente del todo y despierta. El loco asesino en serie quiere ser la máxima autoridad de toda la sociedad madrileña, al menos de la que vive en la capital... pero hay alguien que le cierra el camino en cuanto a autoridad y no le permite que haga lo que le viene en gana. A ese alguien no le puede imponer sus caprichos. Es alguien superior a él en autoridad. 
- ¿Te estás refiriendo a mí, Juan?
- No. Jajaja. Ese alguien no puede ser otro sino su propio padre. La impotencia que tiene por no poder superar a su padre es porque éste tiene mayor y mejor personalidad. ¿Vas captando lo que te quiero explicar, Diego?
- Así que ese tipo rechaza a su padre porque su padre representa una autoridad superior a la suya...
- Muy bien deducido, Diego. Ese rechazo sentimental a su padre hace que se transforme en odio hacia su padre. ¿Me sigues el razonamiento, Diego?
- Por eso es capaz de no darle ni tan siquiera un beso de saludo como se le debe dar a un padre...
- Exacto, Diego. Pero hay otra cosa más todavía.
- Sigue. Es interesante tu teoría.
- Lastimosamente, como estás viendo, no es una feliz teoría sino una triste realidad.
- Continúa, por favor.
- Por supuesto que continúo ahora que empezamos a tener una buena onda entre los dos y has dejado de decir bobadas.
- Es que quería estar seguro...
- Déjate de pamplinadas y actúa como un profesional de la Ley.
- Te escucho.
- Te lo voy a explicar muy resumido para no perder el tiempo. No sólo odia a su padre sino que, al mismo tiempo, también odia a su madre.
- ¿No lo estás complicando demasiado?
- Al contrario. Lo estoy simplificando demasiado para que lo entiendas bien. 
- Explícamelo despacio porque no lo entiendo.
- No podemos perder ya más tiempo... así que te lo explico con la mayor rapidez posible y espero que lo captes con agilidad mental porque no lo voy a repetir dos veces porque tengo ya que entrar en acción.
- De acuerdo, Juan. Intentaré captarlo a la primera.
- Es muy fácil. Su madre pertenece a la autoridad de su padre y no a la de él. Por eso también la rechaza aunque la ama de manera edípica. Este loco asesino en serie tiene un complejo de Edipo galopante. Y como rechaza que su madre pertenezca al dominio de la autoridad de su padre, ha elegido el peor de los caminos: convertirse en el líder de una pandilla de barriobajeros para imponer allí su autoridad y, sobre todo, su antojadiza voluntad para desahogar su frustracion con la familia. Es por eso por lo que quizás llegó a decir, un día, que si pudiera se cambiaría de padre y se cambiaría de madre.
- ¡¡Atiza!! ¡Está loco de verdad! Entonces... ¿no es un líder nato sino un líder hecho a sí mismo para manipular según sus antojos a una pandilla de barriobajeros?
- Exacto, Diego. Los pandilleros barriobajeros son los más fáciles de manipular porque no poseen personalidad propia y asumen la personalidad de su líder. Es lo que sucede con los fascistas, los neonazis, los comunistas y los neo anarquistas. Si se acaba su líder se acaban todos ellos.
- ¿Es por eso por lo que me ordenaste que metiera en la cárcel a todos "Los Larrys" y a todos "Los Vikingos" que se encontraban en el sucio sótano de "La Plaga"?
- Perfecto, Diego. Es por eso. 
- ¿Y cuál de los dos líderes es?
- ¿Quién crees tú que es de los dos?
- Para mí que este loco asesino en serie es "El Vikingo"... ¡y ya lo tenemos atrapado en la cárcel!
- Te equivocas. El loco asesino en serie no es "El Vikingo" sino el líder de "Los Larrys".
- ¿Por qué dices eso?
- Porque "El Vikingo", del cual he escuchado yo muchas historias, sólo es un meño cerrado en sí mismo y solamente en sí mismo ¿Sabes lo que es un meño?
- Un pedrusco.
- Poco más o menos un pedrusco. O sea, un pedazo de piedra sin labrar. Alguien que no tiene ni la más mínima cultura.  Solamente un bruto nada más.
- Luego estoy en lo cierto de que el asesino que estamos buscando es "El Vikingo".
- Pues no, Diego. Sucede que "El Vikingo" es tan macho que se dedica solamente a machacar a los tíos pero nunca a las tías. "El Vikingo" es incapaz de poner una de sus sucias manazas encima de una chavala.
- Eso está bien deducido, Juan. ¡Ya está! ¡Ya le tenemos atrapado! ¡Es "El Goliardo"!
- Tampoco, Diego, tampoco.
- Pues no lo entiendo. ¿No es "El Goliardo" el lider de "Los Larrys"?
- No. "El Goliardo" sólo ocupa el puesto de su líder cuando éste está ausente.
- ¿Cómo sabes tú eso? "El Goliardo" estaba dirigiendo a "Los Larrys" cuando los detuvimos a todos.
- Pero no es el líder de ellos. Solamente actuaba en lugar del líder porque el líder no se encontraba en "La Plaga".
- Entonces... ¿de qué nos ha servido que los hayamos detenido a todos? Estamos otra vez como al principio. No tenemos ninguna pista para atraparle.
- Te equivocas, Juan. Cada vez tenemos más pistas.
- Serás tú, porque lo que es yo estoy totalmente perdido. 
- Lo de anoche ha sido la última pista que me quedaba para completar todo el puzzle.
- Dime entonces quién es...
- Primero te voy a explicar por qué descarto al "Goliardo". Antes de que tú y tus mejores hombres detuviéseis a todos yo estuve hablando un largo rato con "El Goliardo". Él me confesó que cuando se emborracha escribe poemas amorosos dedicados a su líder. Lo dejó bien claro y sin duda alguna... luego deduzco que el líder de "Los Larrys" es alguien que o es muy guaperas o se las da de muy guaperas o las dos cosas a la vez. Porque también me confesó que el líder de "Los Larrys" les quita a todos ellos las chavalas que más les gustan, sólo por el capricho de joderles a todos ellos. 
- ¿Y por qué no se rebelan contra él?
- Porque los tiene anulado el pensamiento ya que es una especie de Hitler y Stalin al mismo tiempo. ¿Tú te has fijado bien en la cara de "El Goliardo"?
- Sí. Es bastante feote para ligar a las chavalillas más guapas e interesantes.
- Buena observación, Diego. De lo cual podemos deducir que este loco asesino en serie es, por un lado, un guaperas; por otro lado, un dictador que los tiene a todos eliminada su voluntad; y, en tercer lugar, es alguien muy inteligente pero se cree muy listo. Tan listo como que se cree que me está engañando a mi. Cuando alguien muy inteligente se cree muy listo al mismo tiempo... ¿qué sucede, Juan?
- ¡Que se pasa de la raya!
- Eso es. Se pasa de la raya y se convierte en muy tonto.
- Está bien. ¿Me puedes decir ya quién es?
- Todavía no puedo decírtelo porque quizás no me creerías y pensarías que el loco soy yo. Necesito que sea él mismo quien se delate y, para conseguir eso, le voy a tender una trampa. 
- Pero... ¿no es suficiente para detenerle con todas las pistas que dices que has reunido para completar el puzzle?
- No es suficiente. Tú tendrías dudas razonables si te lo dijera... así que necesito que sea él mismo quien se confiese...
- Me parece que va a ser imposibe que suceda eso.
- Y yo te digo lo que Jesucristo a sus discípulos: Hombres de poca fe, ¿por qué dudáis?
- ¿Cuándo dijo eso Jesucristo?
- ¿No has leído ya varias veces la Sagrada y Santa Biblia Cristiana?
- Sí... pero no me acuerdo... 
- Lo dijo cuando sus discípulos creían que la barca se iba a hundir en el agua y todos morirían porque Jesucristo estaba durmiendo...
- ¡Ya está! ¡Eso es Mateo 14:31!
- Pues yo no sabía ese dato tan concreto pero me acuerdo. 
- Una vez que me has explicado todo esto y que lo he podido comprender perfectamente bien... volvamos al asunto... ¿qué hacemos ahora?
- Tengo ya la última pista totalmente aclarada y te doy mi palabra de hombre que "La Luxemburgo" es la última víctima de este loco asesino en serie que quiere atemorizar a todos y a todas quienes residimos en Madrid capital.
- Si... creo en ti... pero ¿qué hacemos para detenerle?
- Dame de inmediato el número del teléfono privado de Atilano Eros Amazote.
- No puedo hacer eso. Bastante tiene el pobre con estar investigando, por su cuenta y riesgo, para ayudarnos a atraparle.
- No tan pobre como dices tú porque, según creo yo, cobra un suculento sueldo cada mes.
- Pero no me negarás que está investigando todo lo que puede y lo está haciendo bien.
- Estoy de acuerdo. Por eso creo que es el mejor de todos tus hombres.
- ¡El mejor de todos mis hombres eres tú, Juan, y por eso te he nombrado capitán a ti y no a él!
- Te equivocas en dos puntos importantes, Diego. En primer lugar yo no soy ninguno de tus hombres; y en segundo lugar yo no necesito para nada la placa de capitán porque siendo capitán o no siendo capitán siempre trabajo de la misma manera.
- Perdona, Juan, pero el que estás equivocado, en estos dos puntos tan concretos, eres tú. En primer lugar porque de momento, aunque sólo sea para este caso, tú eres uno de mis hombres, el mejor sin duda, pero uno de mis hombres hasta que se solucione el asunto; y en segundo lugar porque estoy seguro de que la placa de capitán ya te ha servido, y afirmo que te servirá más veces, para salir de algún apuro que otro.
- Está bien. Acepto estos dos errores míos pero sólo de manera circunstancial. Me has pagado con un buen cheque para trabajar contigo en este caso, pero te advierto que sólo es para este asunto nada más. Y en cuanto a la placa de capitán también es verdad que la uso cuando me encuentro en algún apuro. Pero ninguna de las dos cosas son fijas sino solamente temporales. En cuanto atrapemos a este asesino yo me abro definitivamente. 
- ¿No te interesaría quedarte con nosotros? ¡Podrías seguir subiendo como la espuma hasta llegar a comandante o incluso hasta llegar a ser mi sucesor en el cargo de Jefe Superior de la Policía de Madrid!
- No estoy interesado en ser policía ni tampoco en ser uno de los policías más destacados de la Historia. Prefiero seguir siendo independiente y trabajar como investigador privado mientras desarrollo mis dones artísticos escribiendo lo que yo quiero y no lo que nadie me impone. 
- Está bien. Pero no puedo darte el número del teléfono privado de Atilano.
- Escucha bien y despierta del todo, Diego. Estoy totalmente seguro de que Atilano Eros Amazote posee información que resulta básica y fundamental para poder atrapar a ese loco asesino. Necesito esa información para terminar con este insoportable caso.
- Pero no puedo darte el número del teléfono privado de Atilano porque sería señal de que traiciono la confianza que ha depositado en mí.
- Perfecto. No traiciones su confianza por culpa mía; pero ahora mismo me marcho de aquí y abandono la investigación. Que tu teniente tan querido, Atilano Eros Amazote, lo resuelva él solo porque yo ya no formo parte de este asunto.
 
Juan deja la placa de capitán sobre la mesa, pero Diego se la devuelve inmediatamente
 
- ¡¡No!! ¡Por favor, Juan, no nos dejes ahora! 
- ¿En qué quedamos, Diego? ¿Confías en mí o confías en Atilano?
- No me digas que estáis compitiendo los dos para ser el primero que consiga atrapar a ese loco asesino en serie y llevarse todo el mérito y toda la gloria.
- Ninguna clase de mérito ni de gloria humana de ningún tipo estoy buscando desde que acepté este trabajo. Siempre que llevo a cabo mis labores jamás compito contra nadie; porque estoy lo suficientemente preparado como para no aprovecharme del trabajo de los demás. Cuando trabajo sólo compito contra mí mismo. No sé si Atilano compite contra los demás, aunque me da la sensación de que sí lo hace. Saber eso a mí no me importa ni me interesa para nada. Me das el número del teléfono privado de Atilano Eros Amazote o adíos, muy buenas tengan todos ustedes, y que resuelva él el asunto junto con todo tu equipo de de hombres elegidos por ser los más selectos. 
- ¡Ostras, Pedrín! ¡El asunto es mucho más complicado de lo que creía!
- Pues ya es hora de que creas en algo más que en confiar de todos tus hombres. No sabes bien hasta donde puede llegar este caso. Por cierto, ya sé que ese tal Pedrín es el jovencito ayudante portugués de ese tal Roberto Alcázar, que no sé si es de Toledo o no es de Toledo ni me importa para nada saberlo. Te estoy hablando del inspector y detective Roberto Alcázar, que es más fascista que José Antonio Primo de Rivera, del cual se enorgullece que se parece físicamente. Cuando termine de atrapar al asesino tendré que ir ha hacerle una visita a su despacho privado. A los dos juntos.
- ¡Dios mío! ¡Qué feo se está poniendo todo esto! ¿Y vas a ir a visitarles junto con tu chavalilla?
- ¡Ni aunque estuviera yo borracho o drogado haría tal cosa! ¿Sabes por qué, Diego?
- Si no me lo explicas no lo sabré nunca.
- Pues anota en tu memoria que ese tal Roberto Alcázar es un chivato y su ayudante, ese tal Pedrín, es un soplón. 
- Lo cual quiere decir que esto tiene mucha más miga de lo que yo estaba pensando 
- Por eso lo digo. Te equivocas si crees que voy a arriesgar a mi chica, como se equivocan todos los que me han propuesto que la cambie por otra. 
- Creo en tu firmeza a la hora de amar a una sola chavalilla y solamente a una.
- Pues incluso dentro de tus hombres de mayor confianza los hay que han intentado hacer que la cambiara por otra y andan diciendo esa memez de que no se puede decir nunca "de este agua no beberé" quizás porque ellos sí que han estado en la cama, teniendo relaciones sexuales, con más de una, más de dos o hasta más de tres. Cree el ladrón que todos somos de su misma condición.
- ¿De quiénes me estás hablando?
- Dale tiempo al tiempo, Diego, y lo comprobarás por ti mismo. Y como no tengo ya más tiempo que perder charlando cosas que pueden ser muy interesantes pero lo más interesante, ahora, es atrapar a ese loco asesino... ya no tengo más tiempo que perder hablando porque voy a actuar. ¿Me das o no me das el número del teléfono privado de Atilano Eros Amazote?
- ¿Crees que es necesario que hables con él interrumpiendo la labor que está llevando a cabo?
- Vamos a aclarar la cuestión de una puñetera vez por todas, Diego. Y a ver si ya sabemos con quién estamos y con quién no estamos ¿Tú también eres de esos gilipollas que creen que yo estoy loco por mi forma y manera de trabajar?
- Bien, Juan. Me has convencido del todo. 
- Pues ya era hora; porque pareces más lento de entendimiento que un caballo de escayola con arteriosclerosis mental.
- ¡¡Jajajajaja!!
- Ríe todo lo que quieras pero dame ya ese número de teléfono que te estoy pidiendo 
 
Mientras Juan vuelve a recoger su placa de capitán de la policía madrileña y se la guarda en el bolsillo trasero de su pantalón vaquero... Diego abre el primer cajón de su mesa metálica y comienza a buscar en todo el lote de tarjetas que tiene perfectamente ordenadas por orden alfabético del primer apellido y saca la correspondiente a Atilano Eros Amazote. 
 
- Toma esta tarjeta. Aquí tienes todos los datos personales de Atilano y su número de teléfono privado. Anota en un papel dicho número y devuévemela porque hay que tener mucho cuidado...
- Ya sé que eres excesivamente cuidadoso y escrupuloso cuando trabajas porque eres sumamente ordenado. Pero no necesito apuntar ni ese ni ningún otro número de teléfono en cualquier papel de los muchos que llevo encima. 
- Pero... ¿no me estabas insistiendo en que te diera el número de teléfono de Atilano?
- ¿Tú recuerdas lo que hizo Dios con Abraham?
- ¿A qué te refieres?
- A cuando Dios ordenó a Abraham que sacrificara a su único hijo Isaac.
- Génesis 22, Juan...
- Tampoco me sabía ese dato tan concreto pero no llegó a suceder dicho sacrificio porque Dios detuvo el brazo de Abraham ya que lo único que estaba haciendo era saber hasta qué punto Abraham confiaba en él.
- Entonces... ¿qué hacemos con el teléfono privado de Atilano?
- Sencillamente, como tú bien señalas, hay que tener mucho cuidado con la confianza en los demás; así que vas a ser tú el que le llames y le vas a decir que estoy en tu despacho y que yo quiero hablar con él. De esa manera se dará cuenta de que no conozco dicho número de teléfono y no perderá la confianza en ti. 
- ¿Es que quieres tener una cita con Atilano?
- Sí, Diego. Pero no te preocupes, porque no va a ser una cita para tomar copas en un bar de alterne ni una cuestión amorosa para acudir a una casa de citas.
- ¡¡Jajajajaja!! Está bien. Me has convencido de nuevo, pero si quieres una cita con Atilano te pongo dos condiciones que no me puedes rechazar.
- Depende de qué condiciones se trate.
- Se trata de estar completamente asegurados. No quiero que aparezca ese asesino y os elimine a los dos al mismo tiempo.
- ¿Qué propones para evitarlo?
- Que la cita sea en un lugar público y a plena luz del día y que yo acudiré con mis mejores hombres para evitar que os mate a los dos si aparece de repente. No debes confiarte de nadie excepto de mí.
- No voy a confiarme de nadie incluyéndote también a ti mismo, Diego
- ¡No exageres, Juan!
- El que parece que exageras eres tú, Diego. 
- Está bien. No confies ni en mismo pero acudiré con mis mejores hombres bien seleccionados. 
- Una pregunta sobe eso de desconfiar de todos. ¿No puedo confiar ni tan siquiera en mi compañero de investigación?
- Es mejor no confiar ni en Atilano aunque sea tu compañero en estos momentos. Es demasiado violento y puede hacer peligrar la misión. 
- Acepto esas dos condiciones pero yo tampoco pongo mi propia condición. 
- Cuenta, Juan...
- Que si voy a seguir siendo el capitán en toda esta operación de caza y captura de este loco asesino en serie, todos debéis obedecer mis órdenes, incluído tú mismo, Diego.
- Está bien. Acepto que todos nos obliguemos a cumplir tu órdenes.
- Pues díselo a todos tus hombres y que no lo olviden en ningún momento. Mientras yo sea quien dirige esta operacion se cumple lo que yo ordene. ¿Entendido?
- Entendido. Has hablado muy claro.
- Pues entonces tengo que aclararte dos cuestiones en las que estás muy equivocado.
- Me parece que estabas de acuerdo en todo lo que te dije sobre la seguridad de Atilano y la tuya.
- A eso voy. No es necesario que vayáis a vigilar si no queréis. Por dos razones. La cita con Atilano Eros Amazote va a ser a la luz del día y en lugar abierto y público y como resulta que este tipo tiene un miedo cerval a ser descubierto sólo actúa por las noches aprovechando la oscuridad. La segunda razón es que está tan mal de la chinostra que quiere pasar a la Historia Universal como el loco asesino en serie que nunca jamás fue descubierto y que usó la forma de matar a sus víctimas más original de la Historia de los Crímenes sin descubrir. O sea, que quiere seguir haciéndolo a través de la misma secuencia que realiza siempre. Eso significa que la próxima víctima que tiene en mente es un "viejo verde" de esos tan viejos que no se sabe qué edad pueden tener. Luego es innecesaria vuestra presencia porque ni Atilano Eros Amazote ni yo somos dos "viejos verdes". 
- Has aceptado mis condiciones y he aceptado las tuyas... así que estaremos presentes pero bien ocultos y sólo actuaremos siguiendo tus órdenes.
- Cerrado el trato. Llama ya a Atilano Eros Amazote
- Solo una pregunta antes de hacerlo, Juan. ¿Quieres que grabe la conversación o no quieres que la grabe?
- Eso sólo depende de tu conciencia y no de la mía. Eso, en todo caso, es un trabajo tuyo y yo respeto el trabajo de los demás. Me es totalmente indiferente si quieres grabar la conversación o si no quieres grabarla.
- Antes dijiste que Atilano puede tener información muy importante para resolver el caso y estoy pensando que sí... que voy a grabar vuestra conversación por si descubro algo...
- Está bien. Haz lo que quieras pero llama ya.
 
Diego Castillejo Ríos pone en funcionamiento la grabadora y llama al teléfono privado de Atilano Eros Amazote.
 
- ¡Hola! ¿Quién es y con quién desea hablar?
- Hola, Atilano. Soy Diego Castillejo Rios y el que desea hablar contigo no soy yo sino tu compañero de investigación, Juan. 
- ¿Es algún asunto importante?
- Juan dice que sí.
- Bueno. Pon a Juan al teléfono.
 
Diego pasa el aparato telefónico a Juan mientras escucha atentamente...
 
- Hola, Atilano. Tenemos que tener una cita urgente tú y yo. Un encuentro cara a cara.
- ¿Y tiene que ser ahora mismo?
- ¿Tienes algún problema para que no sea dentro de media hora exacta?
- Tengo un serio problema. Anoche estuve trajinando mucho y estoy agotado.
- Yo también estuve trajinando mucho anoche pero ni estoy agotado ni estoy cansado. Nuestra obligación es lo primero. Por cierto... ¿dónde estuviste anoche trajinando tanto?
- Estuve viendo tu obra teatral titulada "El Juicio de José" en el Teatro Español. Acudí a la sesión nocturna, la segunda sesión, porque a ella acuden muchas personas muy importantes. 
- Ya lo sé. El día del estreno de una obra teatral es mucho más interesante la segunda sesión porque por la noche acuden muchas personas muy importantes y, también, muchas personas muy indeseables que se hacen pasar por personas muy importantes. ¿Es por eso por lo que acudiste a la sesión nocturna? 
- Fue por eso. Para ver si merecía la pena acudir o no acudir. 
- ¿Y mereció la pena?
- ¿Estás queriendo sacarme información sobre ese loco indeseable?
- No me interesan, para nada, tus informaciones Te las puedes meter en el trasero. Así que sigue actuando por tu propia cuenta ya que tanto te interesa hacerlo de esa manera
- Está bien... pero no te enfades conmigo...
- Me parece, y está bien claro, que el que está enfadado eres tú y no yo.
- Vamos a calmarnos, Juan.
- Yo estoy calmado desde que nací. Me parece que el que tiene que serenar sus nervios eres tú porque sueles gritar demasiado cuando algo no funciona tal como tú deseas. ¿O no es cierto que empiezas siempre diciendo a pleno pulmón ¡¡¡qué pasa aquí!!! cuando te encuentras con un caso difícil?
- Sí. ¡¡Jajajajaja!! Eres muy buen observador, Juan. 
- Por eso no bajes la guardia nunca, Atilano. Según Diego puede que el loco asesino en serie esté pendiente y acuda a nuestra cita. 
- No lo creo, Juan 
- Yo sí lo creo, pero no te preocupes demasiado. 
- Por cierto... siendo tú el autor de "El Juicio de José"... ¿por qué no estuviste en la sesión nocturna sabiendo que era la más interesante?
- Acudí a la primera sesión porque tengo mi propia manera de hacer mis trabajos. Si tú encontraste algo muy interesante en la sesión de noche yo encontré también algo muy interesante en la sesión de tarde. Así que en cuanto a recoger informaciones para resolver nuestro asunto estamos a la par, Atilano. ¿O no crees eso?
- Me da la sensación de que tú sabes mucho más que yo, Juan.
- Si eso opinas tú quizás sea porque yo tengo estudios unviersitarios terminados y tú solamente estudios medios. 
- ¡¡Jajajajaja!! ¡Qué buen humor tienes, Juan!
- Y a ti que mala leche se te pone cuando algo no sale como tú quieres. ¿No fue por culpa de tu mala leche por la que te habían arrestado y te habian apartado por tres meses de tus funciones policíacas?
- ¡¡Ya está bien, Juan!! 
- No te cabrees ahora porque sólo estoy desarrollando mis intuiciones nada más.
- Yo también estoy desarrollando mis intuiciones, Juan 
- Entonces... ¿te has enterado ya?
- Sí. ¡El muy cabrón ha matado a "Perra Gorda" y a Rosa "La Luxemburgo"!
- Por eso es necesario y urgente tener una cita contigo. 
- ¿En el Café Lyon por ejemplo?
- Ni en el Café Lyon ni en el café Gijón ni en ningún otro famoso café. Nada de cafés ahora, Atilano.
- ¿Tal vez en la Cervecería Alemana?
- Ni en la Cervecería Alemana ni en la Cervecería Cruz Blanca ni en ninguna otra cervecería famosa. Nada de cervezas ahora, Atilano. 
 
Diego sigue escuchando atentamente y sorprendido de la superior agilidad mental de Juan sobre Atilano...
 
- ¡Entonces, donde leches quieres que tengamos esa cita!
- Nada de levantarme la voz, teniente Eros. Debes seguir teniendo en cuenta de que estás hablando con un capitán y todo un capitán manda más que un simple teniente.
- ¿Me estás insinuando que soy un simple? ¡¡No consiento que nadie me llame simple cuando me estoy partiendo hasta los riñones para acabar con todo!!
- Eso es. Tú lo has dicho. Acabar con todo es tu misión que para eso te ganas un suculento sueldo mensual. Yo, sin embargo, sólo quiero acabar con lo innecesario.
- Perdona, Juan. Me puse nervioso...
- Pues controla mejor tus nervios no vaya a ser que ahora tenga que cantarte eso de no controles mi forma de pensar porque es total ¿Te suena de algo esa canción? 
- Supongo que quieres insinuar que ese indeseable personaje controla la forma de pensar de algunos y algunas ¿Es eso lo que me estás insinuando?
- No. Eso no lo estoy insinuando sino que eso lo estoy afirmando.
- ¡¡Basta ya, Juan!! ¡Me acabo de dar cuenta de que es muy importante que tengamos una cita tú y yo! Cara a cara... para cruzar informaciones...
- Pero no te acalores demasiado que estamos solamente en febrero. Hablando de cruzamientos tienes que acudir andando, nada de utilizar coches, y cruza por los pasos de petones con los ojos muy bien abiertos no vaya a ser que venga el loco y te atropelle.
- ¿En plena luz del día me va a atropellar un coche? ¿Tú crees que estoy tan mal de la vista?
- Es que acabo de cambiar de plan y no va a ser dentro de media hora nuestra cita sino cuando llegue la noche.
 
Diego hace un gesto de contrariedad pero Juan le hace señas de que guarde completo silencio.
 
- ¿Por qué has decidido cambiar a la noche, Juan?
- Porque soy un excelente y buen compañero para quienes trabajan conmigo y como dijiste, y lo estoy comprobando por tu manera de hablar tan compulsiva, trajinaste tanto anoche que estás agotado, me siento tan humano y humanitario que te doy permiso para que descanses todo el día. ¿Soy o no soy un buen compañero con los que trabajan conmigo?
- Veo que sí.
- Es que algunos y algunas lo ponen en duda.
- Porque serán ignorantes perdidos.
- Lo de ignorantes no lo sé porque habría que estudiarles el cerebro para saber cuánta inteligencia poseen aunque se nota que andan muy escasos de ella,  pero lo de perdidos, y perdidas, lo son un mogollón porque no saben ni por dónde se andan. Así que esta noche ven andando como lo haré yo.
- Pero... ¿dónde diablos tendremos la cita? A esas horas de la noche te propongo un club de los extrarradios. 
- Ya sabes lo de "el hombre propone y Dios dispone". Nada de clubes nocturnos de los extrarradios porque en esos lugares hay muchas brujas y a mí es que me dan mucho miedo las brujas; sobre todo cuando en vez de llegar montadas en escobas llegan montadas en coches últimos modelos. ¿Tú entiendes a lo que me refiero?
- Sí. Estás queriendo decir mujeres no pasadas todavía de moda.
- Exacto pero no digas mujeres sino brujas. Me dan un espanto de miedo. 
- ¡¡Jajajajaja!! ¿Se puede saber ya dónde vamos a quedar?
- Yo no me voy a quedar con nadie pero la cita, si te refieres a la cita, será en el parking público de la Estación de Atocha.
- ¡¡No jodas!! 
- No. No jodo a nadie por quedar ahí. ¿Estás de acuerdo, sí o sí?
- Supongo que al decir sí o sí no me das otra alternativa. 
- Pues no. La alternativa es para los toreros que han triunfado y tienen que debutar en la Plaza de Las Ventas. ¿No crees tú lo mismo?
 
Atilano Eros Amazote desvía la conversación porque no entiende nada de toros o porque sabe que Juan sabe mucho más que él sobre la fiesta taurina...
 
- ¿Al aire libre y a la vista de todos?
- Si, Atilano... vamos a tener que hablar a la vista de todos los noctámbulos bohemios.
- ¡¡Odio a los noctámbulos bohemios!! ¡Se meten siempre donde nadie les llama!
- ¿Me odias a mí?
- ¡¡Yo no he dicho eso!!
- Pero resulta que yo sí soy un noctámbulo bohemio aunque, la verdad sea dicha, es que me diferencio de los demás en que no me meto siempre donde nadie me llama sino que me meto siempre donde mejores cosas aprendo.
- Supongo que aprendes mucho de gusarapos y gusarapas
- Pues te equivocas, Atilano... porque resulta que a altas horas de la noche me convierto en el más vil y el más despreciable ser humano para los malhechores. Menos mal que me queda el honor de que, a pesar de ello, sigo siendo un ser humano y no como todos ellos cogidos a dedillo de uno en uno o cogidos todos al montón, como hace siempre mi abuela con las papas fritas.
- ¡¡Jajajajaja!! ¿Tú abuela hace papas al dedillo y papas al montón?
- Si. De las dos maneras son excelentes las papas que hace mi abuela y no las chapuceras papillas que hace el loco asesino en serie que se va a caer con todo su equipo.
- ¿Es que ese indeseable trabaja con un equipo?
- Te sorprenderías si te digo que sí... así que para que te sorprendas te digo que sí.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Que me he fijado mucho en las fotografías de sus víctimas.
- ¿Estás diciendo que hay chivatos y soplones que le dan informaciones para saber a quiénes tiene que ir eliminando?
- Eso es. Pero es tan inteligente que de todas las informaciones que le dan los chivatos y los soplones elige siempre a las que más le interesan y a los que más rechaza. ¿Qué te parece lo que aprendo por esos mundos del Diablo? 
- ¡Ostras, Pedrín! ¿Has descubierto algo más?
- Sï. Pero te voy a contar solamente la mitad de la mitad de la mitad como haces tú conmigo. Después de hablar contigo en nuestra cita voy a tener que ir a hablar con un inspector y detective llamado Roberto Alcázar, fascista español por cierto, y su ayudante portugués, un jovenzuelo casposo que alguna relación oculta tiene que ver con él porque es un verdadero cotilla al servicio de su despótico amo. ¿Sabes de quiénes te hablo, Atilano?
- No sé ni tan siquiera a quiénes te refieres. 
- A los que atacan por detrás... ¿ya sabes a lo que me estoy refiriendo?
- ¡Estoy de acuerdo en que tendremos que detener el jueguecito de los que atacan por detrás!
- Vaya. Parece que estás despertando de tu letargo. ¿Tiene chiste la cosa?
- ¡¡Jajajajaja!! ¡Es verdad que es muy chistoso!
- No tengo tanta gracia como tú con las rubias platino. En esto de ser el más gracioso de los dos tú te llevas la Palma de Oro como si fuéramos dos galanes de cine y estuviéramos compitiendo para ganar la Palma de Oro del Festival de Cannes. ¿No te parece chistoso, Atilano Eros Amazote?
- ¡Eso  no me ha parecido nada chistoso!
- Es que en esto de contar chistes tú eres todo un as profesional y yo sólo un número cualquiera de los aficionadillos. Eres tan profesional que llegas a burlarte de las que no son muy agraciadas a pesar de que son inocentes de ello pero, claro está, yo no puedo llegar a esas tan grandes alturas porque resulta que no entiendo que gracia pueden tener esos chistes contra las menos favorecidas y los menos favorecidos por la Naturaleza. Así que al menos, en eso, me das sopas con ondas... claro está que a mí las sopas no me hacen mucha gracia sin son sopas de ajo por lo de quien se pica es que sopas de ajo come y en cuanto a las ondas resulta que me conformo con cualquier emisora y no hace falta que sea la Cadena Ser para ser o no ser... ¿tú qué opinas de todo esto? ¿Es muy gracioso o tengo que seguir ensayando mucho más para llegar a tu altura?
- Prefiero guardar silencio...
- En realidad para un buen o magnífico profesional del Periodismo le da lo mismo que lo mismo le da.
- Ahora mismo no te entiendo nada de nada.
- ¿Pero nada de nada o algo de algo que sea nada de nada?
- ¡¡Calla, calla, que me desesperas!!
- ¿Cómo si yo fuera el pobretón de El Chavo del Ocho y tú Quico el niño rico?
- ¡No tengo ni ieda de qué me estás hablando!
- Porque no ves las suficientes series de televisión para enterarte de qué va la vida de los artistas bohemios.
- ¡¡He dicho que a los bohemios los odio, los detesto, los desprecio!!
- Pero si me estoy refiriendo a los artistas bohemios y no a los alcohólicos... ¿también te estorban en tus labores los artistas bohemios? No te preocupes por eso. Yo no estoy intendo quitarte a ninguna rubia platino y mucho menos de las que se tiñen de bote. No me conviene perder imagen de cara a mi escasa audiencia... claro que quienes tenéis tantas seguidoras y, dicho sea de paso y sin querer ofenderte, tanto seguidores... pues quizás no os importen esas pequeñeces. ¿Sabes algo de Pequeñeces en Literatura?
- ¡Ni puñetera idea!
- Pues para llegar a ser capitán de la policia, tú que estás tan cerca de conseguirlo porque ya eres teniente, hay que tener un poco más de cultura general y si es de cultura literaria pues todavía más necesario porque de las Letras salen las Ciencias. ¿Crees lo contrario?
- No estoy capacitado para llevarte la contra así que supongo que sí... que de las Letras salen las Ciencia y no al revés.
- Pues entonces escucha para ver si te espabilas del todo antes de volverte a ir a dormir para estar fresco esta noche.  "Pequeñeces..." es una película española dirigida por Juan de Orduña, estrenada en el Cine Rialto de Madrid, el 11 de marzo de 1950 y basada en la novela homónima de Luis Coloma. Se trata de una lujosa superproducción de Cifesa, con un presupuesto de cuatro millones de pesetas, de las que 400.000 se destinan a diecinueve vestidos de seda natural para los protagonistas y más de 100.000 a la construcción de los decorados de vestíbulos, salones y calles de Madrid, como la de Alabarderos, próxima a la Plaza Mayor. Es la continuación de la rentable colaboración entre Juan de Orduña y Aurora Bautista, que en plena popularidad tras el éxito de "Locura de amor", de 1948, estrenan ese mismo año "Agustina de Aragón". El protagonista infantil es Carlos Larrañaga, actor muy popular y solicitado a partir de entonces. La película obtiene el tercer premio del Sindicato Nacional del Espectáculo y, en su primera edición, el premio Fotogramas de Plata al mejor intérprete español para Jesús Tordesillas. Ambientada en el último tercio del Siglo XIX, el niño Paquito sale del internado en el que estudia para pasar las vacaciones con su madre, la Condesa de Albornoz. Pronto se apercibe, sin embargo, de la vida disoluta que lleva la mujer, quien, pese a estar casada, mantiene relaciones con distintos hombres. Esta actitud conducirá al rechazo social y también al de su propio hijo. ¿Qué te ha parecido la sinopsis general, teniente?.
- ¿De dónde sacas tanta información?
- De mi cerebrito que para eso está siempre en funcionamiento. 
- ¿Y qué tiene que ver todo eso con nuestra investigación?
- Si observaras mejor y estudiaras más sobre Literatura y Cine aprenderías, comprenderías y entenderías que tiene mucho que ver. ¿No estás de acuerdo en que el loco asesino en serie que todavía anda por ahí, tiene mucho que ver con las llamadas "locuras de amor"?
- Visto desde ese ángulo llevas toda la razón, capitán.
- No me des la razón como a los locos y estudia más para poder ser algo importante de cara al futuro... porque el futuro también cuenta... y vaya que si cuenta el futuro que yo creo que en la Historia de Madrid capital va a haber un antes de esta noche y un después de esta noche.
- De acuerdo. Sobre todo si el loco asesino en serie es atrapado
- Por eso necesito que estemos juntos los dos para que no se escape. 
- Está bien. ¿Ago más sobre el mundo de las pequeñeces?
- Pues sí. Hay algo que quizás te interese mucho saber. Resuta que, si no me equivoco, Luis Coloma era padre.
- ¡Hostias! ¿Cómo es eso?
- Espera que consulte con mi cerebrito a ver si es verdadero o es falso. Sólo son unos breves segundos nada más.
- Espero...
 
El Jefe Superior de Policía, Diego Castillejo Ríos, no sale de su asombro mientras observa la sana sonrisa de Juan...
 
- Ya está, Atilano. Mi cerebrito me confirma que llevo razón y era un padre. Este es el breve dato que te pongo en conocimiento. Luis Coloma Roldán, nacido en Jerez de la Frontera, el 9 de enero de 1851, y muerto en Madrid, el 14 de abril de 1915, fue un escritor, periodista y jesuita español. En su faceta de autor de literatura infantil y juvenil creó el personaje del Ratoncito Pérez, del cual yo me inspiré para escribir un hermoso cuento infantil dedicado a los niños y a las niñas del mundo entero. ¿Te has enterado?   
- Vaya, vaya y vaya...
- Te lo cuento no para darme importancia sino para que observes la relación entre un padre religioso y la infancia. ¿Te interesa este dato dejando de lado mis capacidades literarias?
- ¡¡Me interesa mucho!!
- Esto no es un jueguecito de niñatos que se las dan de guaperas o que son guaperas y se las dan de niñatos. Esto es una realidad cruda y dura. Así que no te exaltes ni te pongas nervioso. Controla tus impulsos violentos porque es mejor actuar con serenidad. Es un buen consejo que lo tengas en cuenta para que esta noche podamos entendernos tú y yo. ¿De acuerdo?
- ¿Sin que nadie más intervenga?
- Por supuesto, Atilano. Sin que nadie más intervenga. ¿Te parece acertada esta cita?
- Si es como tú propones me parece acertada. 
- Quiero que no pienses que soy un dictador porque soy capitán y tú eres teniente. Quiero que esta cita la entiendas como una entente cordial en la que lleguemos a un consenso para ver si solucionamos este caso. ¿Estás de verdad de acuerdo con mi propuesta?
- Estoy totalmente de acuerdo. Me demuestras que eres todo un capitán demócrata. 
- Nada de demócrata, Atilano, porque yo de ideologías políticas no quiero saber nada de nada... lo que se dice nada de nada.. así que prefiero que pienses solamente que soy democrático pero no demócrata para no confundirnos. ¿Vale Atilano?
- ¡Vale, Juan!
- Esta noche a las 12 en punto... justo cuando acabe el viejo día y comience el día joven.
- ¡Vale, Juan!
 
Los dos cortaron la comunicación al mismo tiempo.

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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Novela y guion para Cine.

Palabras Clave: Literatura Novela Relatos Narrativa Guin Cine.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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