Recuerdame y entonces esto... Terminar! [Capitulo 1]
Publicado en Mar 30, 2013
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Capítulo I
 -Puede decir todo en este momento señor Daniel.- El mismo agente de la policía se encontraba frente a mí, sentado sobre una silla de madera vieja y rota. La celda de interrogatorios era fría, además de nada acogedora. Y podrían repetirme de nuevo ¿¡Que hago aquí encerrado!?
 
-¡No sé qué hago aquí metido con ustedes, cuando debería estar con Emily!- Intenté levantarme de mi incomodo asiento pero enseguida los otros dos agentes que lo acompañaban me empujaron de nuevo a ella.- ¡Aún no logro recordar por completo lo que ha pasado la noche de ayer!- Todos me miraron.
-¿Cómo sabes que los acontecimientos sucedieron la noche de ayer?- Y como si fuese una película de acción, Ralph se levantó justo frente a mí, apuntándome directamente a la cara con esa lámpara de mesa, situada al lado de él.
-¡Arg!- Me estremecí un poco y cubrí mi rostro de la cegadora luz.- Usted lo ha dicho ¿Qué no?
-Nadie ha comentado nada de eso.- Y callé. Me tensé, justo como un niño pequeño cuando lo han pillado en su acto de robar un poco de dulces a su madre, pero esto era peor ¡Mucho peor!, mi libertad estaba de por medio.- ¡Conteste! ¿Cómo sabe eso?
-¡Hombre, que no me presione!- Cerré los ojos y aparté las manos de mi rostro.- Y aleje de mi esa estúpida lámpara.- Sollocé al darme cuenta que comenzaba a desafiar a una autoridad de Nueva York.
-¿No hablarás? ¿No cantarás la verdad?- Hizo a un lado la lámpara, girándola para alumbrar la sucia y descuidada pared de la habitación en la cual nos encontrábamos. Me miró y se acercó a mí, lo suficiente para lograr ponerme más nervioso de lo que ya estaba. Mi corazón latía al cien, en cualquier milésima de segundo saldría disparado de mi pecho y ¿Yo? , moriría en ese momento.
-Los golpes en la cabeza… ¿Los ha sufrido alguna vez?- Lo miré frenéticamente, tratando de expresar otros sentimientos por medio de mi mirada que no fueran: miedo y angustia.- Es difícil recordar todo.- Respiré profundo.- Te deja una resaca muy fuerte, sientes que la cabeza te explota en cualquier segundo.-Giré mi mirada hacia el suelo.-  Apenas te despistes y harás que todo Nueva York se te venga encima con un millón de preguntas que aún no eres capaz de responder ¿Ah estado en esa situación?.
 Mi corazón seguía latiendo fuerte ¡Ya no al cien, más bien dicho al mil por segundo! Mis piernas comenzaron a temblarme y mis labios a tartamudear pequeños gemidos nada entendibles, ni siquiera para mí. El anfitrión de mi propio cuerpo. Deseaba… ¿Qué deseaba con exactitud en ese momento? ¿Un túnel bajo tierra? ¿Un gigantesco terremoto? O quizá… ¡Mi extinción! ¡Sí!, eso sería una excelente idea. Ralph me miraba de pies a cabeza, me daba a entender cosas por medio de miradas repletas de seriedad y manipulación.
 
 -Astuto que nos has salido Daniel.- Y solté una pequeña presión de aire comprimida en mis pulmones. ¿Lo habrá entendido?, o simplemente finge un poco de humildad al verme ahí, tan insólito, con el cuerpo temblándome como una gelatina. ¡Vamos Daniel!, tienes que de defenderte ¡Ahora! ¡Hazlo Ya!
 
-Lo recordaré mañana.- ¿Mañana? ¿Fue lo único que se te ocurrió decir en este momento? ¡Menuda respuesta!
-Y ¿Qué pasará si no es así?- ¡Oh, oh! Los nervios, la angustia y la preocupación comenzaron a tomar de nuevo control de mis movimientos y de mis pensamientos en ese momento, él tenía razón y ¿Qué pasará si no recuerdo nada para el día de mañana? ¿Moriré en una celda mientras mi cuerpo se pudre por falta de agua y de comida? ¡No!, ¡Eso no!
-Yo… yo… No lo sé.- ¡Bien! Tartamudeos y balbuceos era lo único que salía de mi boca en esos momentos. Estoy seguro que lo último no lo habría escuchado Ralph a no ser que se encontraba a escasos metros de mí.
-Nos das opciones… ¿Sin algo en concreto?- Se alejó un poco de mi.- Entonces no eres tan astuto como lo creí. Sabes ocultar la culpa, pero veremos si la conciencia no juega contigo esta noche Daniel.
 Apoyó sus manos sobre la mesa frente a mí y me dedico una última mirada matadora y penetrante. Dio media vuelta y salió de ese lugar. Ahora ¿Qué? Miré justo sobre mí y ¡Ahí seguían! Los dos sujetos de la guardia que lo había acompañado desde un principio.
 
 Una celda fría, incomoda, sucia, insana, era lo que más me llegaba imaginar. Los bellos de la piel comenzaban a erizárseme ¿Qué piensan que soy? ¿Un violador? ¿Un asesino? No soy nada de eso, pero la coherencia y la verdad han decidido no estar de mi parte esta noche. Mi cabeza podía escuchar los latidos de mi corazón a todas horas. No había cualquier otro ruido más que el de mi corazón golpeándose contra mis costillas, pero ¿Nadie más los oía? ¿Nadie más podría sentir mi preocupación y mi miedo en este momento?
 
 ¡Hay un viejo dicho! O ¿No? “El que nada oculta, nada teme”, entonces ¿Por qué mi cuerpo tiembla al escuchar su nombre? ¿Qué sucedió esa noche? ¡Vamos cerebro, no puedes hacerme esto ahora! ¿Por qué temía tanto a la verdad de los hechos? ¿Qué había sido yo, capaz de hacer antes de quedar inconsciente en esa calle tan poco transitada de Nueva York? ¿Qué era aquello de lo cual mis recuerdos querían respaldarme? Comenzaba a darme miedo, pero no la situación en la que me encontraba, sino bien dicho, Comenzaba a tener miedo de mí mismo.
 -Te quedarás esta noche. O al menos, hasta que seas capaz de recordar algo.- Alcé la cara mirándolo frente a mí. ¡Ahí estaba de nuevo, Ralph!  No tenía ni la más mínima chispa de energía para recriminarle algo, así que, callé y bajé la vista hacia el suelo.- ¿No dirás nada al respecto?
 
 Silencio. Silencio era lo único que invadía la sala, no saldrá palabra alguna de mi boca por ahora. ¡Estoy cansado, además de agotado! No quiero más preguntas sobre el asunto, no quiero más suposiciones, no quiero más palabras claves, no quiero más insultos. ¡No quiero nada!
 
Es ahora cuando comenzaba a desear estar encerrado en una celda fría y abandonada, sin nadie que me miré fijo todo el tiempo, observándome por arriba de los hombros. Parecía un juego para ellos, para los que se encontraban a mí alrededor, un juego sádico para hacerme sentir de la peor manera existente en este planeta. Hacerme sentir un asesino serial que había descuartizado a más de diez chicas, pero ¡No era así! Era un chico, solo un chico que vivía en Nueva York y que quizá solamente había estado en el lugar equivocado.
Y para ellos… El juego apenas comenzaba.
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Foto del autor Dunkel Skotady
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Descripción

Continuacin de la novela "Recuerdame y entonces esto Terminara!. Espero y les agrade. Saludos a todos!

Palabras Clave: Recuerdame

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Terror & Misterio



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