y Tú gobernarás los caminos
Publicado en Mar 30, 2013
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De pronto todo cobró sentido,
mi vida terrenal se había existinto..
mas mi alma...
todavía divaga,
por tus calles..París.
La magia de la vida, para mí la magia del mar, hizo que mi vida terrenal fuera la más variada: Conocí el amor, ese amor que llevas en la piel y por mucho que quieras abandonarlo no puedes, conocí la amistad, el compromiso, la locura, la pasión, la sabiduría.
He pasado por muchos obstáculos, algunos bien resueltos, otros todavía me persiguen, he acompañado, me han desilusionado y no por eso he dejado solos a aquellos que precisaban de mí. Hasta que, cometí el acto de valentía más ridículo, me entregué a la Santa Iglesia.
Mi pasado, ya lo saben, mi presente y futuro, son inciertos. Tomo la varilla del tiempo y voy a aquella mañana que entré sin salida a la Ciudad del Vaticano, dispuesto a conversar con el Papa Borgia. Entre sueños y palabras filosas, llegó un momento de la reunión en que un espíritu llamado Vlamerh o la Lamia, como cada uno sienta decirlo, se apareció frente a los dos anunciando mi muerte.
Padecí, como cualquier sentenciado, a las torturas inhumanas de aquella organización mafiosa y mordaz que se esconde detrás de las dos palabras: Santa Inquisición, pero eso, mis queridos amigos, ya lo saben.
Morí, a la medianoche, cuando siete campanas anunciaron mi partida del Mundo Terrenal, dejando allí, en la plaza a mi maestro Angelus y al amor de mi vida en la tierra, Zhilomé. Mi mente divaga, como las de las almas pero trataré de ser lo más concreto e instructivo posible, para que ustedes, queridos compañeros, puedan saber qué pasó cuando mi última carcajada sonó.
“El fuego arrasaba con todo, con mis pies, mis piernas, torso, brazos hasta llegar a mi cabeza que prendió fuego con total y extrema rapidez.
Sentí una corriente eléctrica desde lo profundo de mi corazón espiritual, algo que me tiraba hacia fuera de mi materia, una fuerte mano que me arrojaba a un abismo. La tomé, no podía hacer otra cosa.
-         Bienvenido hijo mio.- dijo un joven, vestido de pantalones rojos, con un bastón, caracoles, y siete llaves.
-         Exue meu pae.- respondí agachándome en modo de reverencia.
-         La muerte, le llega a todos… ¿ Quieres saber que pasará ahora?
-         Claro.
-         Mírate.- Puso en medio de ambos un espejo, con borde plata, sacado desde las profundidades del mar.
Mi piel estaba curada de las heridas y quemaduras. Seguía viejo por lo que reí a carcajada, la diferencia era que mi apariencia era de un hombre viejo, como cuando estaba vivo, pero tenía la agilidad mental de mi juventud.
-         Hijo.
-         Si, meu Pae.- dije intercambiando miradas con el hombre del espejo y con mi protector.
-         Tu nombre ya no es Amelhíon Do Crucerois, sólo sabrán tu nombre los que te conocieron en vida.
-         ¿ Y cúal será mi nombre, a partir de ahora?
-         Tu nombre, será Segur Tribilich. Segur porque tu deber va a ser abrir y cerrar los caminos, custodiar las almas, y proteger a los seres de la humanidad. Tribilich, porque eres mi hijo, soy dueño de los caminos, por ende, te corresponde ese honor.
-         Segur Tribilich…- murmuré buscándole el gusto al nombre.
-         La mayoría de los médiums te llamarán Tranca rúas, y como tu pusiste ese apellido tan peculiar, serás conocido en el ámbito de la magia con dos nombres, el que ya te mencioné.- sonrío mostrando sus afilados y pronunciados dientes.- Y Tranca rúas Do Cruzeiros. ¿ Queda claro?
 
Asentí, todavía conmocionado, uno no moría todos los días.
-         Vivirás en los dos planos, en el Espiritual y en el Terrenal. Pronto querido hijo conocerás a tu compadre, un viejo espíritu egipcio. Mientras tanto, vivirás en el Astral hasta que la oscuridad de tu muerte se aleje de tu Ser.
Dicho esto desapareció con una carcajada de ultratumba, entre jocosa y de lamento. Solo, en el medio de la encrucijada me encontraba mirando mi rostro en ese espejo de mar.
El tiempo y Eshú dirían cuando comenzaría mi camino hacia la esperada elevación, sólo la ganaría ayudando, acompañando y protegiendo, como lo harían Mareia, y Vlamerth, ahora era uno de ellos.”
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Foto del autor Nela A. Troisse
Textos Publicados: 9
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Descripción

Amelhión después de su muerte asciende al alto astral.

Palabras Clave: capitán magia caminos muerte vida brujo medium fantasía.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasía



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