guilas Negras -25- (Novela y Guin para Cine).
Publicado en Mar 27, 2013
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La cafetería del Teatro Español de Madrid, estaba abarrotada de personas que, sentadas alrededor de sus respectivas mesas, formaban grupos de contertulios y contertulias hablando de la obra "El Juicio de José" y de lo sucedido al final de la misma. En aquella cafetería entró Àngeles y se dirigió al grupo formado por los hombres que estaba ella buscando.
 
- ¡Buenas tardes, caballeros! ¿Se puede saber dónde han dejado ustedes aparcados sus burros?
- ¡¡Vaya preciosidad y qué buenos chistes cuenta!!
- ¿Qué es de usted, don Fabián Iriarte Segundo? ¿Eso quiere decir que estoy invitada a charlar con ustedes un tiempecito? Es que como hace tanto frío en la calle pensé que el tiempecito bueno estaba aquí dentro y me he atrevido a pasar.
 
Ella se sienta sin pedir permiso a nadie.
 
- Ya que te has tomado esa molestia, chavalilla, puedes quedarte con nosotros.
- Quedarme, lo que se dice quedarme, no me voy a quedar con ninguno de ustedes. Es para que no se hagan demasiadas ilusiones y luego no tengan otro remedio que emborracharse por mi culpa.
- ¿Estás hablando en serio?
- En serio, Don Segundo Sombra... que parece usted verdaderamente Don Segundo Sombra... ¿cuándo se va a decidir usted a ser el primero? 
 
Fabián se la queda mirando más detalladamente que antes...
 
- ¡¡¡Guauuuuuuuu!!!
- ¿Usted ladra o sabe hablar?
 
A Fabián no le gustó el chiste pero prefirió disimular aunque se le bajaron los humos de señor importante...
 
- Yo, ángel de amor, ché pibita, jamás he visto a una modelo de mujer tan chipén en mi vida...
- ¿De qué vida me está usted hablando? ¿De su vida? Me parece que su vida tiene poco ángel de amor, señor Segundo.
- Yo...
- ¿De verdad se ha quedado sin respiración, señor enanito? Perdone... eso de enanito solamente ha sido un adjetivo calificativo del género cariñoso, ángel de amor, ya que usted sólo mide un poco más de uno con sesenta siendo demasiado generosa. ¿No tiene nada más que decirme que ángel de amor o le parezco ahora una angelita del desamor de esas que tanto debe conocer usted en su vida?
- ¡¡Macanuda!! ¡¡Vos estás macanuda!!
- ¡Caramba, señor Tinelli del Potro! ¿Acierta usted con las modelos siempre de potra o es sólo pura casualidad? Ha de saber, por si no lo ha aprendido nunca, que una modelo no se hace por casualidad luego deduzco que las elige usted de potra que quiere decir de chiripa; o sea, que no tiene usted ni idea de cómo tratar a una modelo porque se cree usted que está hablando con alguno de sus amorosos queridos. ¿No es cierto, "Modelitos"?
 
Tampoco le hace gracia el chiste a este personaje de la farándula internacional y también se le bajan los humos de grandeza aunque intenta decir algo ingenioso...
 
- ¡Ché, pibita, yo sólo soy un boludo pero tengo amorosos queridos que te pueden hacer un favor! ¡Puedo conseguir que, gracias a ellos, te conviertas en la modelo más pistonuda de la Tierra!
- ¿De verdad? ¿Me promete usted que está a salvo mi trasero?
- Esto... yo... estaba... queriendo... 
- Ya sé muy bien lo que estaba usted queriendo. Yo también soy muy seria a pesar de lo gracioso que es usted. ¿Así que me promete usted darme el impulso necesario para dar el salto a la fama, mariquita de la margarita? ¿Sabe lo que es una mariquita de la margarita?
- Supongo que un bicho raro.
- Pues supone usted bien. ¿Quiere que le lea un mensaje escrito que le envía un jovencito madrileño nacido en Badajoz?
- ¿Es interesante?
- ¿El jovencito o el mensaje?
- Supongo... que... yo... esto...
- Digamos que se refiere uste sólo al mensaje para que no se le suban los colores a la cara. ¿Leo o no leo?
- Lee, por favor. 
- Resulta muy interesante. Espere que lo saque del bolso. ¿Le gustan a usted mucho los bolsos de piel de lágrimas de cocodrilo o los prefiere usted de piel de camaleón, señor león de la cama?
- Esto... yo... 
- Ya. 
 
Ángeles saca el papel y lee...
 
- Es un delirio ver lo bien que hace usted el paleto con los paletos de Almagro. Soy un joven de 18 años de edad nacido en la ciudad de Badajoz aunque de la ciudad de Madrid. Luego soy un ciudadano por todos los lados. ¿Es usted tan paleto que no sabe distinguir entre Badajoz y Almagro de San Lorenzo? Le saluda caballerosamente, señor del potro de los potreros, un ciudadano de Badajoz de España. Verle hacer el mariquita de la margarita con las modelos que entrevista es un delirio y por eso me río cuando voy por la orilla del río. ¿Le han gustados mis últimas rimas o tiene usted muchas primas? ¿Qué es usted? ¿Un primavera o un calavera?
- ¡¡Perdone, preciosidad de chavalilla!! ¡Yo soy el insuperable Diego Villagás del Ron "El Pipiriji"!
- Espere usted un momento porque ya veo que es usted bastante cojo. Ya veo que es usted tan cojo que debe ser alguien así como "El Diablo Cojuelo" que, como bien sabrá usted por lo mal que canta y lo peor que toca la guitarra, es un personaje muy famoso de la picaresca española. ¿Está usted tan cojo por haber metido mucho la pata?
 
Uno más que vuelve a quedarse cortado ante la valentía de ella...
 
- Yo...
- Espere usted un momento que ahora charlo con usted y le canto si quiere hasta por malagueñas salerosas. ¿Me ha entendido bien? Pero por favor, espere y no se me amontonen tanto los unos juntos con los otros porque es necesario ir por partes bien definidas y yo, la verdad sea dicha, les tengo muy bien definidos a todos ustedes pero necesito que no se arrejunten tanto porque van a salir muy acaramelados en la foto. ¿Tiene usted algo que contestar al mensaje del joven madrileño nacido en Badajoz, señor mariquita?
 - No... no tengo ganas... de seguir...
- Pues tome el papelito donde está escrito el mensaje para cuando no tenga sueño porque está insomne se lo pueda ir leyendo hasta aprenderlo de memoria.
 
Ángeles le da el papel a "Modelitos" que sólo se lo guarda en el bolsillo trasero de su elegante pantalón de napa negra.
- Me parece que lleva usted demasiado abultado el trasero... ¿no sería mejor que se guardara el papelito dentro de su elegante americana... en el bolsillo interior... junto al corazón para saber lo que es amar?
 
"Modelitos" está tan abochornado que cumple la orden de ella sin rechistar...

- Entonces tiene usted ya la palabra señor diablo... esto... quiero decir señor cojuelo... vaya... que no acierto del todo...
- "Pipiriji". Llámame "Pipiriji". 
- Pues la verdad que sí, que le han puesto el mote muy bien puesto, porque está usted tan canijo y tan flaco que de verdad que es todo un "pipirrana". ¿Sabe usted lo que es un "pipirrana"?
- Lo he escuchado alguna vez que otra... 
- Como ya le dije antes, tengo muy bien definidos a todos ustedes. Asi que le aclaro que una "pipirrana", señor "Pipiriji", es  una ensalada confeccionada a base de tomate, cebolla, huevo cocido y algún pescado de carne prieta. O sea, toda una ceremonia de la confusión, porque... ¿mé quiere usted decir con cuántos y con cuántas se ha revolcado usted entre sus carnes prietas, flacuchento?
 
Otro más que cae ante el valor de la bellísima y escultural esposa de Juan...
 
- No... yo... yo... yo no quería...
- ¿Le da usted mucho a la pipa? Ya sabe usted a qué clase de pipa me estoy refiriendo.
- Tal vez... tal vez... tal vez...
- ¿Se arranca ya de una vez o se le ha gripado el motor?
- Estoy un poco agripado porque estamos en invierno pero tal vez... tal vez... tal vez... ¿te estás refiriendo a la pipa de kif?
- Exacto. Me estoy refiriendo al famoso poema "La pipa de kif" de Ramón María del Valle-Inclán. ¿Me puede usted sacar de dudas?
- ¿De qué dudas?
- No dudo de saber quien soy, como sucede con los existencialistas, sino que quiero saber si de verdad las pipas de kif que tanto fuma usted son pipas de hachís.
 
Al "Pipiriji" le entran los temblores antes de estornudar... 
 
- ¡¡¡Atchís!!!
- He dicho hachís y no atchís... señor diablo... digo señor cojuelo... digo señor lo que sea porque es que de señor no tiene usted ni lo que sea. Escuche bien, señor Villagás, y deje de tirarse gases porque está empezando a oler mal esta cafetería. ¿Le gustaría ligar conmigo o se conforma usted con pasar el tiempo para ver si mejora de aspecto? Porque le veo yo a usted ya demasiado viejo y demasiado verde con las damas. Le advierto que hablando de cosas verdes la menta está que alimenta. Y además le calma los nervios del cerebro. ¿Mejor yo o mejor Ana? Es que... ¡quiero bailarrrr bailarrrr y bailarrr para ver si se atreve usted a invitarme a algún bailongo y empezamos a entendernos los dos de que, por supuesto, no lo voy a aceptar ni borracha! La verdad es que podría tomarme un ron con usted, pero no me estoy refiriendo a un ron negrita bardinet sino a un helado de ron con pasas a ver si se le pasa esa manía de recitar a nombres de chavalillas que no tienen ni la menor intención de pasar una velada junto a usted... so pendejo... y conste que le llamo pendejo como una manera muy familiar de dedicarle un piropo. ¿Desea usted invitarme a un licor del polo norte o a un licor del polo sur que viene muy bien para suavizar las bocas? ¿Cuántas bocas de chavalillas ha suavizado usted con el licor del polo que sea? ¿Hablando de esto sabe usted lo que es hacer gárgaras? Pue eso... váyase usted un momento a hacer gárgaras a ver si haciendo gárgaras recita usted mejor... porque ahora me toca el turno de charlar con este señor, si es que es en realidad un señor, enormente gordo de tripa y de culo. ¿Quieres usted hablar conmigo, señor si es que es señor, enormemente gordo de tripa y de culo?
- ¡¡Vos sos linda de verdad!! ¡Yo soy el muy afamado y adinerado Raphael Angelotti Amor de los Amores Gordo de las Peñas "Tiracuesques"!
- ¡Vaya que si que le conocia de oídas pero no sabía yo que fuese usted tan feo y perdone por mi sinceridad! ¿Es usted el tan famoso cantautor de las revoluciones armadas a favor de los pobres aunque usted cobre muy buenos dineros en las galas de las salas en dónde actúa? ¿Es usted el que se rie, se carcajea y se burla ante sus admiradores y admiradoras progres que no tienen ni puñetera idea de lo que es un pobre, de un viejo loco que se ríe junto a las vías del tren? ¿Cuánto gana usted por cantar esas tan lindas canciones revolucionarias mientras bebe gratis todo lo que le viene en gana? ¿Asi que proletario de la canción, verdad? ¿Está usted intentando hacer un pequeño rincón del arte nuevo o es que le gusta a usted cantar escondido en los rincones, como las ratas, para que nadie descubra lo millonario que es gracias a los tontos útiles que le escuchan?
 
A "Tiracuesques" se le escapan un buen número de pedos seguidos uno tras otro.
 
- ¡Atiza! ¡A ver si es verdad que es usted el viejo loco que se ríe en las vías del tren, acompañado de un perro callejero con pulgas y se está cantando a usted mismo?
 
El gordinflón se desinfla por momentos ante el ataque sorpresivo de ella...

- ¿De qué vías me está usted hablando?
- Digamos, por ejemplo, que de las vías que pasan por el túnel muy cerca de la calle de Segovia. 
 ¿Y quién es ese loco que se ríe allí?
- No me diga que es usted el compositor de canciones de revoluciones armadas y no sabe a quien me refiero. Me refiero a un pobre hombre, de esos pobres hombres a los que usted canta sin tener ni idea de los que es un pobre y quizás de lo que es un hombre. Y es que resulta que la farándula, en Madrid, es una forma extraordinaria de pasarlo pipa, bebiendo ron como cosacos, cuando los pobres de verdad no tienen ni para beber agua. ¿Con esas poesías revolucionarias ha conseguido usted tanta fama entre sus seguidores y seguidoras que le aclaman, le vitorean y le piden continuamente que cante lo del pobre viejo que se ríe junto a las vías al lado de su pulgoso perro? ¿Por qué en vez de dedicarle canciones no se lo lleva, algún día, a su lujosa casa para darle bien de comer? Porque a lo mejor se ríe porque tiene hambre. ¿Ha pensado usted alguna vez en eso?
- No. Yo soy muy famoso y si me ven que dejo entrar en mi lujoso chalet a un personaje así y con un perro tan pulgoso, los distinguidos vecinos me van a retirar el saludo y la palabra y yo sin palabras pues no puedo sentir lo que canto.
- Me deja usted sin palabras. 
- ¿Le he cortado el rollo?
- No. Es que me deja usted sin palabras para poder definirle, cantautor de las revoluciones armadas. Porque es usted muy famoso, señor Amor de los Amores. ¿Podría ahora cantar y dedicarme una canción de pobres proletarios, cantautor de las masas? Cuando me diga en qué nueva peña de lujo piensa usted actuar le prometo que a lo mejor voy a admirarle lo gordo que está usted de tanto comer y beber. Es usted lo menos parecido a Jesucristo que yo he visto en mi vida; claro que, como sólo soy una chavalilla, todavía me queda mucho por ver y quizás vea a algún otro todavía menos parecido a Jesucristo que usted.
 
El gran cantautor de las revoluciones armadas y las poesías proletarias prefiere guardar silencio. No sabe cñomo continuar la conversación  con ella.
 
- ¿Y qué tal está usted, señor prostituto?
- Perdona, guapísima, soy Restituto...
- Ya lo sé, señor prostituto. Su nombre es Restituto Puttini de Monteverde "El Pampero" y siempre se le ve mucho por la calle Valverde y los alrededores de la Fuencarral. ¿No es cierto, señor prostituto? 
- ¿Cómo sabes tú todo eso?
- Si le digo que me lo ha contado un pequeño gorrión... ¿se lo cree?
- Los pequeños gorriones no sabenhablar.
- ¿Está usted seguro de ello? Yo le afirmo que los pequeños gorriones no saben hablar pero sí que saben contar y, sobre todo, cuando cantan a la única chavalilla que aman. ¿No recuerda usted cierta noche en que se encontró con un pequeño gorrión, señor prostituto?
- Restituto... me llamo Restituto...
- Y se apellida Puttini. Por eso es usted, en verdad, todo un señor prostituto. ¿Recuerda o no recuerda aquella noche en que un pequeño gorrión le contó a usted la verdad?
- ¿Verdad? ¿Qué verdad?
- Me refiero a cuando le mandó al carajo cuando usted queria que fuese a la cama con una de las suyas... ¿recuerda o no recuerda?
 
Restituto Puttini de Monteverde "El Pampero" recuerda perfectamente y se viene abajo toda su flamenquería...
 
- ¿Vaya? ¿Se le ha cortado la comunicación o es que ya no tiene nada interesante que comunicar?
- ¡Ché, macanuda, es usted sensacional?
- Muchas gracias Don Segundo... quiero decir don Fabián Iriarte Segundo. Veo que vuelve usted a respìrar como todo un señor del barrio.
- ¿Un señor del barrio?
- Digamos, para aclarlo del todo, el señor del barrio en lugar de un señor del barrio. 
 
La despampanante chavalilla lanza entonces un silbido y entra en la cafetería Juan quien, en pocos pasos firmes, se planta delante de los cuatro. 
 
- Estimados caballeros... ¿les gusta el señor del barrio? 
- ¡Ché, yo creo que le conozco de algo!
- Claro que me conoce usted de algo. ¿Le hago un poco de memoria para poder reírnos un poco? Recuerde.Haga como que está visualizando una escene muda. Porque resulta que el señor del barrio es mudo... ¿no es cierto, Don Fabián?
- Estoy haciendo esfuerzos...
- ¿Para no cacarse aquí mismo? Si necesita ir al water le puedo esperar...
 
Fabián Iriarte Segundo de Kingman y Edouard, conocido como "Robespierre" en el mundo de la faránbula, se queda livido.
 
-Está bien. Escenifique mentalmente, gran realizador de comerciales. Quito. Kingman. Taller. Una dama azul que se niega a salir a escena. La sustituye el señor del barrio. El autor no está presente. Risas. Muchas risas. A lo Jacques Tati. Llega el autor. Silencio. Ocultación. Derechos de Autor. Intento de robo. ¿Qué le parece la escena, don ladrón?
 
Un profundo silencio se produce en la cafetería y todos, incluídos quienes se encuentran en las demás mesas, quedan atentiendo a lo que ocurre en la mesa de los de la farándula nocturna madrileña y observando a aquel joven atractivo que acaba de pronunciar esas palabras. 
 
- ¿Tú? ¿Eres tú?
- Soy yo, Fabiancito, soy yo aunque no lo parezca. 
- Esto... yo... sí... allí dirigí un taller para guionistas...
- Pero debió salirse usted bastante del guión preestablecido... ¿o no es cierto?
- No sé a lo que te refieres. 
- Que los guiones pertenecen a sus autores pero debió ser que usted prefirió dar el salto a la fama aprovechando lo del señor del barrio.
- ¿No me digas que eres tú?
- Le vuelvo a repetir, Don Segundo Sombra, que parece usted una sombra en vez de un hombre, que soy yo aunque no lo parezca. Soy aquel chaval que escribió "El Señor del Barrio" ¿Me recuerda ya?
- Esto... yo... sí... pero ya sabés vos como sos yo...
- En primer lugar debería usted hablar mejor el español. Es mejor decir ya sabes como soy yo. Pero me parece que hasta en el lenguaje es usted más bien escaso de entendimiento y de conocimiento. Y en segundo lugar,  permítame una pregunta, enano. ¿Es usted un verdadero profesional del cine o solamente alguien que se dedica a los comerciales para sacar suculentas tajadas del plato mientras los demás trabajamos como profesionales del cine de alta escuela? ¿A qué escuela de cine pertenece usted? ¿Al realismo argentino quizás? ¿Le encantan las historias de policías y ladrones?
- La realidad es que yo...
- ¡Vámonos ya de aquí, Princesa, porque esto ya apesta!
- ¿Ahora que estábamos en lo más interesante?
- Lo más interesante para estos caballeros que no se sabe dónde han aparcado a sus burros viene después. Tú y yo tenemos que irnos a otro lugar; porque he descubierto que en el bar de los de la acera de enfrente se encuentran cuatro maricones repartiéndose las ganancias. Algo así como lo que hicieron los soldados romanos con las ropas de Jesucristo. ¡¡Vamos a presenciar el reparto, Princesa, porque me parece que también tengo alli que repartir algún mensaje que otro a no ser que se caliente tanto la tarde que tenga que repartir mensajes acompañados de hostias!!
 
Juan toma de la mano a su bellísima y escultural esposa, Ángeles; ella se levanta y, cogidos de las manos, los dos salen de la cafetería del Teatro Español de Madrid mientras que, inmediatamente, entra Diego Castillejo Ríos y, sin pedir permiso a nadie, toma asiento en la silla que ha dejado ella.
 
- ¡Buenísimas tardes tengan ustedes, caballeros!
- Me parece que no ha sido usted invitado... 
- ¿Le molesta que me invite yo solo, Amor de los Amores?
- Es que es de caballeros corteses esperar a que se le invite a sentarse con unos desconocidos.
- Pero resulta que ustedes no son unos desconocidos para mí; así que imaginen que esto es una visita de cortesía. ¿Saben ustedes lo que significa Protección Civil y Defensa de la Ciudadanía?
- ¿Quién es usted para asustarnos de esta manera?
- No soy tan feo comos ustedes cuatro juntos... así que el que debería estar asustado soy yo, pipirrana... 
-¡"Pipiriji"! ¡¡Todos me llaman "Pipiriji"!!
- Pues yo bien he oído que ese bombón de chavalilla que se acaba de ir le ha llamado pipirrana y... pues esto... me ha gustado eso de pipirrana; así que si ella le ha llamado así no le debe importar que lo haga yo tambien. 
- Es que a una chavala tan guapa se lo puedo permitir pero a usted... ¿quién es usted?...
 
Diego saca, tranquilamente, su placa de Jefe Superior de la Policía de Madrid y se la enseña a los cuatro que se quedan temblorosos y con el miedo corriéndoles por todo el cuerpo. 
 
- ¿Es suficiente con esta carta de presentación o tengo que traer algún documento más explícito?
 
Silencio absoluto.
 
- Me parece que ustedes no son sordos... ¿no es cierto?.
 
Silencio absoluto.
 
- No se preocupen por sus sordera temporal. ¿Saben ustedes lo que es la ata tecnología de la comunicacion social?
 
Diego Castillejo Rios saca una grabadora último modelo.
 
- Este aparato puede recoger cualquier tipo de conversación de cualquier parte del mundo si está en la misma onda que un micrófono microscópico bien escondido y además recoge toda clase de imágenes, desde un primer plano hasta un plano general pasando por un plano medio y hasta por un plano de tres cuartos también llamado americano. Puedo hacer un zoom de acercamiento o un zoom de alejamiento. Puedo abrir un gran angular o cerrar el angular. Puedo dejar nítida la imagen y difuminar el fondo o hacer nítido el fondo y difuminar la imagen. Puedo hacer un barrido en cualquier dirección. Puedo congelar la imagen y puedo focalizar cualquier mínimo detalle amplificándolo todo cuanto desee. Puedo distinguir, entre una gran muchedumbre de personas a Fabio, a Fabián o a Fabiano. ¿Sabe ya lo que es la tecnología de punta, señor Iriarte? ¿Van oyendo ya mejor o la pongo en funcionamiento para que escuchen y vean, con imágenes a todo color, de nuevo lo que han estado ustedes cantando por culpa de una bellísima chavalilla?
- ¡¡Nos han engañado!!
- ¿Quiénes les ha engañado a ustedes, gordo cantautor de revoluciones armadas?
 
Silencio absoluto.
 
- Levanten sus calientes traseros de sus asientos y tengan el honor, caballeros o lo que sea, de acompañarme a la Dirección General de Seguridad. Mis hombres les están esperando ya con el furgón abierto y tienen ustedes que explicarme a mí muchas cosas.
- ¡Es que tenemos reservados los boletos para la segunda función!
- Perdone usted, Restituto, pero me da la sensación de que la segunda función es la que van a vivir ustedes, en primera persona, dentro de una jaula, pichoncitos. Precisamente usted, señor prostituto, va a tener que contarme más cosas que los demás... porque resulta que a los demás ya los tengo bien conocidos... pero usted era desconocido por mí hasta que ese bombón de mujer acaba de desvelarme que usted es el famoso "Pampero" de la Valverde y los alrededores de la Fuencarral. ¡¡Vamos!! ¡¡Levanten ustedes cuatro sus calientes culos de sus sillas y tiren hacia la puerta de salida donde mis hombres les están esperando con los brazos abiertos para darles un caluroso saludo!! Esta noche la van a pasar ustedes mejor que nunca aprendiendo lo que es la Protección Civil y la Defensa de la Ciudadanía. Recuerden que antes juré que la Justicia haría justicia y ya ven que no es una broma.
 
Los cuatro, junto con el Jefe Superior de la Policía de Madrid, se levantan de sus sillas y salen, uno tras otro y con Diego cerrando la fila, de la cafetería donde todos los presentes quedan estupefactos ante lo que han visto y oído.
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Novela y guin literario para Cine al mismo tiempo.

Palabras Clave: Literatura Novela Relatos Narrativa Guin Cine.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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