En la oscuridad de tus ojos, en la profundidad de tus manos.
Voy a comenzar mi viaje esperando perderme en la lejanía de tus formas
En la sonrisa de tus labios.
Las tardes de cadmio, de hojas secas, de olor a tierra mojada.
En el bolsillo derecho agujereado, una carta tuya, escrita en el ayer del tiempo.
Las letras son las mismas, quizás el significado ya no.
Que piensas ahora, ahora mismo que yo escribo esto que quizás nunca leas.
Ahora que aquí oscurece, que todo tiene sombra y sabor a limón.
Ahora que los campos están vacíos, que la gente duerme, ahora que la soledad se multiplica lentamente, hasta tapar todo, desde las nubes hasta el mar.
Que piensas ahora, dime lo que sea, mientras yo escribo todo esto que quizás nunca leas,
Mientras por la ventana miro la lentitud del mundo, la lejanía de los colores, la tristeza geométrica del cuadrado que nunca va a rodar, las calles inermes, un grupo de árboles que se resisten a ser talados en silenciosa protesta.
Quizás con el tiempo me digas lo que piensas y me lo digas al oído como antes, suavemente.
Que tu voz parece el viento que se pierde en mil caminos.
 Oírte reír que esa costumbre la perdí hace tanto tiempo, oírte reír hasta reírme.
 Un té por la tarde, un beso al amanecer.
Cuánto pesa el viento atrapado en tu sonrisa?...