Para ti a quien amo con todas mis fuerzas ofrendo mi amor, mi vida y mis horas.
Para ti, quien llena mis días dedico mis fuerzas y mis esperas vestidas de esperanza.  Te sueño en el día y te sueño en las noches viéndote  en cada estrella, en cada amanecer y cuando me envuelve el silencio y cierro mis ojos y escucho tu voz como la más hermosa melodía abrazándose en el susurro del viento, en el mover de las hojas y  en el canto del rio cuando corre.
 
Y te amo de una manera que no entiendo ni quiero entender. Solo se que me llenas todo de mil maneras, de mil formas tan distintas que voy descubriendo poco a poco.
Te amo en tu mirar, en tu sonreír, en tus silencios, en todos tus momentos.
Te amo porque si no lo hiciera  moriría poco a poco, me iría secando y quedaría hecho piedra que poco a poco volvería al polvo.
Te amo en cada una de tus palabras, en cada respirar que me llena de vida porque eres mi aire, mi cielo, mi todo.
Te amo en cada gota de sangre que  corre por mis venas, te amo en mis huesos, en todo mi cuerpo.
Te amo en la tibia desnudez de cada parte de ti. En cada recorrido por la geografía de tu ser. Te amo en tu pelo que semeja negra cascada que se detiene en tus  hombros que me encantan.
Te amo en tus besos tan llenos de ternura y de frenesí al mismo tiempo. Te amo en tu cuello que de tan perfecto da envidia a los cisnes, te amo en tu pecho que de tan turgente me despierta sentimientos de deseo y de pecado, en tu vientre que me vuelve totalmente loco, en tus piernas que de tan delicadas hacen que el más grande escultor se muera de envidia al no poder copiarlas ni siquiera en sueños.
Te amo en tu espíritu, en tu alma y en tu corazón.
 
Te amo en la promesa de amarte por siempre y para siempre. En mi deseo de compartirme todo contigo. Te amo hasta en el último suspiro que pueda dar cuando me vaya de esta vida. Te amo en la eternidad que quiero compartir contigo…