yami no naganen-prlogo
Publicado en Mar 22, 2013
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J.J. De Dios

Yami no naganen 


 
Para Luis, Fátima, Carlos e Ignacio, 
Por ayudarme a sonreír aún cuando la oscuridad cubría todo


 
PRÓLOGO
Uno no puede realmente elegir de
quién se va a enamorar, supongo que ese es el problema.
En el 3527 mi vida era muy
monótona, sólo tenía 6 años y siempre había querido tener un hermano. El mundo
había dado un brusco giro cuando todos los médicos empezaron a desesperarse por
encontrar una cura contra el cáncer, entonces, cuando por fin creyeron
encontrarla, gran parte de la humanidad se vio condenada; el suero contra el
cáncer sufrió una alteración debido a una radiación imprevista.
Hacía años que La Tierra recibía
más radiación pero poco a poco los humanos nos habíamos acostumbrado, aunque
quizá el suero no estaba preparado para eso; una nueva enfermedad empezó a
esparcirse a través de todo el planeta sin que nada pudiera detenerla, una
enfermedad que hacía que luego de que los pacientes en agonía murieran se
convirtieran en seres endemoniados. Los humanos nos vimos obligados a vivir en pequeños
departamentos dentro de grandes espacios parecidos a una fortaleza esparcidos
por toda la faz de la tierra, ahí tratábamos de engañarnos a nosotros mismos
intentando llevar una vida normal como lo habíamos hecho años antes mientras
los hombres iban a pelear.
Mi padre había muerto meses antes
tratando de combatir a quienes se habían convertido en demonios y por lo tanto
yo me había quedado únicamente con mi madre. Debido a la guerra que estalló
entre los humanos y los endemoniados muchos niños quedaron huérfanos, le había
pedido a mi madre que adopte a un niño para tener un hermano pero las
autoridades eran exigentes con las familias que quisieran adoptar, debían
asegurarse de que los niños estarían reamente a salvo con ellos y por supuesto
no le podían dar un niño a alguien cuyo esposo hubiera muerto en el campo de
batalla pues eso implicaría que la madre sola debía conseguir el alimento y nadie
se encargaría de cuidarlos.
El día que mi vida cambió fue un
día lluvioso yo acababa de cumplir 7 años, aunque realmente en esa época ya
nadie se preocupaba por los cumpleaños, había tenido que aprender a valerme por
mí mismo desde que mi padre se había ido a pelear, estaba preparando los
alimentos en nuestro pequeño apartamento, deseaba que mi madre regresase pronto
aunque sabía que no sería así, terminé de cocinar y me fui a recostar en mi
cama sin haber comido nada, no tenía hambre, cuando mi madre estaba fuera sólo
quería pensar en que estaba bien y que regresaría pronto; me quedé dormido,
hundido en mis pensamientos.
-¡June! ¿June estás dormido?
-¡Ya voy madre!
Me levanté un poco adormecido y
caminé hasta la pequeña sala, conseguí ver la hora fugazmente, 09:48pm. Mi
madre estaba de pie y junto a ella había una niña pequeña, delgada y blanca
como la leche, mi corazón se aceleró y me quedé mirándola.
-June, ella es Jaymie, la
encontré en los alrededores de la cerca, sus padres... se fueron. No quise
llevarla al orfanato, creo que aún es muy pequeña para quedarse sola y bueno,
ella será tu hermana.
¿Hermana?, el corazón se me subió
hasta la garganta, una hermana, por fin, alguien que me acompañase cuando mi
madre no estuviera, la niña seguía ahí parada mirándome, tenía los ojos grandes
y extrañamente de diferente color, uno marrón oscuro y el otro amarillo, casi
dorado.
-¡Hermano!
Me abrazó fuertemente,
definitivamente  era menor que yo, debía
tener unos 5 años, mi corazón golpeaba fuerte contra mi pecho, también la
abracé, no supe por qué pero empecé a llorar, quizá botando tanto tiempo de
soledad, estreché a mi hermana fuertemente, la sentía tan pequeña y tan frágil,
mi madre nos abrazó a ambos y murmuró algo como que ya éramos una familia
completa.
A Jaymie no le costó mucho
trabajo adaptarse a nosotros y mi madre y yo no estábamos del todo seguros si
ella se daba cuenta que no volvería a ver a sus padres, porque los demonios se
los habían llevado.
Esa noche me quedé despierto
hasta que mi hermanita se durmió, quería cuidarla siempre, la abracé y me
dormí. Desperté con un llanto un poco ahogado, ella estaba llorando, me quedé
paralizado sin saber qué hacer, la abracé nuevamente y sequé sus lágrimas, me
miró con su mirada extraña.
-Hermano, no me dejes sola nunca
-No Jaymie, no te dejaré sola
nunca
Sonrió y me abrazó muy fuerte, en
ese instante la besé sin saber por qué, tal vez ella no entendía eso pero no se
alteró.
Pocos meses después mi madre fue cazada por unos hombres-demonio, nunca me pude despedir de ella, al parecer
Jaymie olvidó el beso pero yo mantuve mi promesa de cuidarla aún a pesar de lo
difícil que es vivir en este mundo.
Foto del autor betty.dediosmed
Textos Publicados: 5
Miembro desde: Mar 20, 2013
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Descripción

el prlogo de la novela que estoy escribiendo ^^... si pudieran decir q debo cambiar me alegrara mucho porque es la primera vez que tengo tanta convicin en escribir una novela

Palabras Clave: demonios oscuridad guerra amor hermanos muerte

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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