Concuerdo. Aún estoy explorando el dolor.

Pocos sentimientos son tan identificables como el dolor. Pocos sentimientos son más puros y nobles que este. Sólo que tiene mala prensa. Las filosofías orientales entienden al dolor como parte intrínseca de la vida, y no como algo a evitar. No lo juzgan. No lo valorizan. Solo existe. Es como el aire. Y este tiene un motivo de estar (motivo que no pienso escribir acá). En cambio, de este lado del planeta los parásitos occidentales le tienen miedo. Le temen a todo lo que los lleva a su interior. Le temen a todo lo que les haga ver su propia mierda. Le temen a la verdad. Le temen a la naturaleza. Y nosotros hemos crecido entre ellos. Por ende, tendemos a temerle al dolor.

Hace más de una década que he elegido al dolor como mi principal aliado. Hoy es la fuente de mi poder. De mi consciencia. Lo que me nutre. Lo que alimenta mi fuego interno. Yo sé que estos tristes occidentales me ven como un "sádico". Pero lo que esta gente limitada no entiende es que, para mi, el dolor es solo otro sentimiento. Como lo es el amor, la bondad, la nostalgia, la simpatía, la vergüenza, etc. No es malo, ni bueno. Simplemente ES. Como la vida. La vida no es ni mala ni buena. La vida ES. No hay que andar llorando, ni andar festejando nada. Hay callarse la boca y saborearla con todos sus contrastes. Y de eso se trata vivir. Al menos eso dicen los orientales. Y por alguna puta razón les creo.

En mi caso, he decidido que el dolor es el sentimiento más cierto y perfecto. Por eso lo hice mío. Lo abracé. Hoy somos inseparables. Los mejores amigos. Es indescriptibles la fuerza que me da. Y por esto me hace muy feliz. Me hace sentir más cerca de mí mismo.

¿No decimos un poco lo mismo?

Si, es exactamente lo mismo. Simplemente estaba conversando.

Debe ser por ello que estaba asintiendo cuando leí tu comentario. Joder, esto no debí decírtelo... Se me ha escapado (glups!)
Nuestra sociedad es infantil Tomás. Y por eso se tapa los ojos.

Esta sociedad es asesina. Aniquila al ser. Lo destruye. Lo aliena de sí mismo. Nuestra forma de vida es el síntoma más claro de nuestra enfermedad. Estamos camino a la extinción, y nadie parece darse cuenta.

Con respecto a lo que se te "ha escapado", por mi no te retengas. Además, te entiendo. Suelo hablar de forma circular y redundante. Es algo que me quedó de cuando estudié psicoanálisis. El darle vueltas a las cosas. Atacar los pensamientos de diferentes costados. La repetición y la reformulacion de lo que uno dice y piensa abre puertas al inconsciente. Es una especie de hipnosis verbal. Aunque parezco un puto autista en algunas ocasiones. Saludos, Laura.

mmm creo Tomas, que estos dos comentarios más extensos merecen encontrarse en un escrito y ser publicados. Se autista es un privilegio, al que no muchos pueden acceder, es un don, la negación de entrar y adaptarse a este mundo, la manera de mantenerse a salvo...

Vos decís Eleo? No sé. Si no es en una conversación, no soy expresivo en cuanto a reflexiones. Supongo que detesto hablar conmigo mismo. Tambien supongo que puede llegar a ser un privilegio lo del autismo. Igualmente todo es relativo. Yo le tengo algo de rechazo, porque suelo estar en guardia todo el tiempo. Esos ratos autistas es como que me siento vulnerable. saludos.