El Cristo
Publicado en Aug 16, 2009
DAME DE BEBER
Mujer, dame de beber ¿No ves que tengo sed? Sí, eres samaritana, yo judío ¿Y qué? Sí, tengo agua que pedir y otra viva para dar ¿Mujer, aún no ves que de tu agua tengo sed? Te daré de mi agua viva y lo quieras podrá ser. Los amores de tu vida desfilan por las aguas Y en tu rostro inquieto siento las carencias de tu amar Soledades sinsabores frustración de eternidad Esas son las aguas de las que tengo sed. Es así, la hora llega de ponerse ante el altar Con todas las verdades de la vida sin callar Alégrate mujer, Mira mi costado que la lanza traspasó No mires la sangre sino el agua para tí Deja que te cubra y alimente tu bondad Déjala fluir y cantar en tu jardín Alégrate mujer por el agua y por la sed Sí, eres samaritana, yo judío ¿Y qué?
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Enrique Dintrans Alarcn
Gracias por tu comentario. Este es uno de los textos más maravillosos de las escrituras. Jesús se dirige a una mujer que es samaritana. En este acto se presenta no desde el poder sino desde la debilidad, "pidiendo agua". Jesús, quie promete ríos de agua viva, se declara "sediento" de las aguas de los "marginados", y dispuesto a darse todo el tiempo del mundo para compartir en una conversación, sin prisa ninguna. Es en esta experiencia de dialogar con Jesús, que la mujer va descubriendo con quien está, así, ella misma se transforma en su actitud.
Agradezco que lo hayas leído, meditado y entregado tu comentario.
Saludos para ti, Angelita
E.D.A
angelita