Dos pistolas escarlatas (Novela y Guin literario para Cine) -18-
Publicado en Feb 10, 2013
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Tanto "Escarlata" como "Triple A" avanzan, lentamente, mientras el silencio ya es sobrecogedor. Nadie se atreve ni tan siquiera a respirar. Todos y todas contienen la respiración mientras ella y él siguen avanzando lentamente. Pasan los segundos, que parecen ya eternos, y siguen los dos sin dejar de avanzar acercándose mutuamente... hasta que se detienen, al mismo tiempo, ante el "saloon" de Tommy, a una distancia tan corta que es totalmente imposible fallar los disparos. Ningún pistolero o pistolera, por muy poca puntería que tengan, o por muy novatos que sean, pueden fallar. Es totalmente imposible que una pistolera y un pistolero tan expertos como para ser considerados los números unos del Oeste, puedan fallar a una distancia tan corta que hasta acertarían un niño o una niña. Ni aquella preciosidad, conocida por todos y todas como "Escarlata", ni aquel joven tan atractivo, guapo e interesante, conocido por todos y todas como "Triple A" fallarian jamás sus disparos aunque tuviesen los ojos tapados con una venda. Es totalmente imposible que eso pueda ocurrir. Ambos se quedan mirándose fijamente a los ojos, justo a la altura del "saloon" de Tommy. El silencio es tan estremecedor que todos y todas saben que uno de los dos debe morir. O muere "Triple A" o muere "Escarlata". Todos y todas piensan que es una lástima que muera "Triple A" pero que es, todavía más lastimoso, que muera "Escarlata". El silencio es roto cuando "Triple A" habla con su potente pero tranquila voz varonil. 
 
- ¡Dispara tú en primer lugar, Diana! ¡Eres la ofendida y tienes pleno derecho a disparar primero!
- ¡No estoy dispuesta a aceptarlo, Joe!
- ¡Pues no te queda otro remedio más que hacerlo! ¡La ofensa hace que tú tengas el privilegio de disparar en primer lugar!
 
"Escarlata" se resigna ante aquella tajante orden de "Triple A". Sabe que no tiene más remedio que disparar en primer lugar. Lentamente va acercando las dos manos a sus pistoleras. El sol hace brillar, más que nunca, el color escarlata de sus dos pistolas. De repente, sin previo aviso, las desenfunda y dispara. Muchas mujeres se han tapado los ojos. Sin embargo... aunque es imposible fallar en tan cortísima distancia... las dos balas se pierden mucho más allá, muy por encima de la cabeza de "Triple A". Simplemente ha sucedido que ha disparado hacia el cielo. Nadie puede comprenderlo excepto "Triple A", que se ha dado cuenta de que no ha querido matarle porque, y piensa acertadamente, ella está enamorada de él.
 
- ¡Ahora te toca a tí, "Triple A"!
 
Él no dice nada, mientras ella le mira intensamente a los ojos. Pero Joe Atienza Arteche y Argoitia parece estar en otro mundo. La mirada se le pierde y se concentra en algún otro lugar que no es el que ocupa Diana Jara Rojas de Álvarez y Montenegro. Parece que está meditando en total silencio. Todos y todas saben que tiene dado el juramento, en público, de no matar nunca a ninguna mujer ni a nigún ser vivo inocente... pero esta vez todo es distinto. ¿Qué está sucediendo con "Triple A"? Los segundos pasan como eternos y muy lentamente. Nadie entiende nada de lo que está pasando. Nadie salvo el propio "Triple A" puede entender por qué "Escarlata" Jara ha disparado al cielo para no matarle. Ahora son muchos los que cierran los ojos mientras las dos manos de "Triple A" se van acercando, lentamente, a sus pistolas. Pero no parece estar dispuesto, todavía, a desenfundar y disparar. Ella sigue mirándole fijamente a sus ojos pero también parece que tiene parte de su mirada hacia otro lugar donde no se encuentra "Triple A".
 
- ¡Dispara ya, Joe!
 
"Triple A" desenfunda, con la velocidad de un rayo meteórico, sus dos pistolas. Un sentimiento de terror se refleja en la mirada de todos los presentes. Algunos de los hombres se suman a los que ya tienen los ojos tapados para no verlo. "Triple A"... ¡dispara!. Primero cae el winchester haciendo un estrepitoso ruido al tocar el suelo y... después... cae desde el tejado todo el pesado cuerpo del gordo Jimmy Saltz sobre el polvoriento suelo de la Calle Mayor de la ciudad de Phoenix. Nadie da crédito a lo que han visto. Ni "Escarlata" ha matado a "Triple A" ni "Triple A" ha matado a "Escarlata". Se han equivoado todos los apostadores y todas las apostadoras. ¡Quien yace muerto, sobre el polvoriento suelo de la Calle Mayor de la ciudad de Phoenix es Jimmy Saltz!. Las dos balas disparadas por "Triple A" le han entrado, al mismo tiempo, en su ya destrozado cerebro. 
 
- ¡Quédate quieta, Diana! ¡No te muevas, preciosa, ni mires hacia atrás!
 
Él se va acercando lentamente hacia ella y, repentinamente, cuando llega a escasos centímetros de ella, la sujeta con sus manos y la estrecha amistosamente contra su pecho.
 
- ¿Por qué tardaste tanto en disparar, Joe?
- Porque he estado dándole, hasta el límite de todo lo posible y hasta lo imposible, la oportunidad de arrepentirse de todos sus pecados. Estaba subido en el tejado, pero ahora está definitivamente muerto en el polvoriento suelo de esta Calle Mayor de Phoenix porque no quiso aceptar que ibas a ser mía. Le di hasta la última décima de segundo pero no lo aceptó. No me quedó otro remedio más que matarlo antes de que él te matara a ti.
- Yo lo estaba observando todo, de reojo, a través del cristal de la ventana del "saloon" de Tommy. Estaba viendo cómo apuntaba a mi cabeza.
- ¿No tuviste miedo?
- No. Sabía que tú lo ibas a impedir pero... ¿por qué le tuviste que dar hasta la última décima de segundo para que se arrepintiera de todos sus pecados? Yo no le habría dado ni tan siquiera un minuto.
- Por una sencilla razón, Diana. Él estaba esperando a que yo te matara a ti para seguir disimulando y haciendo creer a todos que tenía las manos limpias de sangre. Solamente estaba esperando que te matara para decir que él no mataba a nadie. Pero siempre estuve observando que si yo fallaba los disparos él se daría cuenta de que yo también te amo a ti de la misma manera que tú me amas a mí. Entonces, como su envidia era tan enorme, él te dispararía con su winchester a tu linda y preciosa cabeza y la haría volar en mil pedazos con su rifle.
- ¿Cómo sabes tanto sobre las reacciones humanas?
 
Ella sigue estando estrechada, amorosamente, contre el pecho de él. Y se encuentra cómoda y tranquila. Sonríe feliz.
 
- La vida me ha enseñado que quienes desean algo mucho más allá del amor; o sea, la avaricia, se les refleja en sus miradas. Mientras tú me mirabas fijamente por amor y veías de soslayo a través del cristal de la ventana del "saloon" de Jimmy lo que inentaba hacer él, yo descubrí en su mirada esa avaricia de codiciar lo que no le pertenecía. Lo que intentaba hacer, en primer lugar, era ambicionar que tú me mataras a mí para quedarte sin amor y luego intentar conquistarte él.
- ¡Nunca jamás amaría yo a un hombre tan cruel y criminal como él!
- Pero él no lo sabía... porque, como sucede con todos los donjuanes, no saben absolutamente nada de mujeres y cuanto más bellas sois menos saben sobre vosotras porque más os tratan como cosas, como objetos, como hembras... ¿me estás entendiendo?
- Sí. Me recuerdas lo que ya me contaste en tu rancho "Oreríada".
- Habrás descubierto que no te estaba mintiendo y era verdad todo lo que te conté.
- Tienes mucha percepción de la realidad a pesar de ser un eterno soñador...
- Por eso quiero darte a conocer otra noticia.
- ¿Otra noticia más?
- Sí. Por todo lo que hemos hablado ya es por lo que descubrí que él era sólo un cobarde y por eso usaba siempre la violencia. Lo suficientemente cobarde como para matar, a traición y sin que su rival estuviese armado, al inocente Míchel Arp. Jimmy Saltz era, en verdad, una pesadilla para todo Phoenix... pero no todos mintieron sobre lo que sucedió en el "saloon" de Tommy.
- ¿Te imaginabas que todos estaban mintiendo?
- Cuando me enteré de lo sucedido me di rápidamente cuenta de que mentían para salvar sus vidas. No existía ningún extraño y desconociDo forastero vestido de negro desde el sombrero hasta las botas y que fuese como El Fantasma de la Muerte.
- Pero... ¿cómo supiste que ese falso forastero era JImmy Saltz?
- En primer lugar hay algo muy importante. Si los cuatro Saltz estaban presentes, y recuerda que Ben Saltz es el sheriff de esta ciudad, resulta que no podía ser cierto que Jimmy Saltz hubiese querido defender a Míchel Arp y, si tenemos en cuenta muchos otros antecedentes sobre muertes repentinas que han sucedido en estas tierras, eso quiere decir que los cuatro Saltz, Ben Saltz y sus tres sobrinos, querían hacer pasar como un héroe a Jimmy para que tú cayeras en la trampa de enamorarte de él.
- ¿Yo enamorarme de un héroe que nos llama a las mujeres hermosas con el nombre de hembras por el hecho de estar muy buenas?
- Pero él no sabía que tú eres de las que rechazan a los donjuanes machistas porque te dan asco. Pero para aparecer ante tus ojos como un valiente era necesario hacerte creer que quiso defender al inocente Míchel Arp... aunque para eso debía haber un cadáver de por medio... y ese cadáver era, por supuesto, el mismo Míchel Arp. ¿Qué te parece la trama?
- ¡Imposible que Jimmy Saltz fuese capaz de planear todo eso! ¡No tenía ni inteligencia ni imaginación suficiente¿
- No era cuestión de inteligencia ni de imaginación... sino de astucia... ¿y quién crees tú que es el viejo zorro más astuto de Phoenix?
- Te estás refiriendo al sheriff Ben Saltz. 
- ¡Exacto, preciosa! No sólo eres bellísima e inteligente sino que reaccionas muy bien ante los estímulos.
- La vida me ha enseñado a ser ágil tanto en lo físico como en lo mental. 
- Luego ya sabes que quien tenía todo planeado hacia ti y hacia mí, era el zorro de Ben Saltz. ¿Has mirado de frente a sus ojos alguna vez?
- Sí. Lo suficiente como para ver que se las da de más astuto que Dalila frente a Sansón.
- ¡Jajajajaja! A pesar del chiste estás diciendo la verdad. Es más marica de lo que da a entender. 
- Que quiere decir que es más miedoso de lo que aparenta. 
- Exacto, preciosa. ¿Y qué me dices de Boby Saltz y Max Saltz?
- Dos impersonales nada más. Sólo saben repetir lo que decia Jimmy Saltz. 
- Muy bien definidos, Diana. Dos impersonales nada más... porque estaban sometidos al poder de Jimmy Saltz y de Ben Saltz debido a su falta de carácter... lo cual no les exime la parte de su culpabilidad y son también culpables de todo lo que estaba sucediendo en Phoenix. Quizás pensaban los dos que tendrían la oportunidad de que tú eligieras a uno de los dos en lugar de a Jimmy. 
- ¿Estaban deseándome también?
- Por supuesto. Pero agazapados tras la violenta personalidad de Jimmy. Si ellos conseguian que tú rechazases de plano la propuesta de matrimonio de Jimmy, una vez que me hubieses matado a mí, se te presentarían a tus ojos como dóciles, pacíficos, moscas muertas...
- ¡Jajajajaja! Las moscas muertas nunca me han interesado. Prefiero siempre a un hombre que tiene la suficiente parte de firme carácter y genio varonil, no violento pero sí firme como para enfrentarse a pecho descubierto contra cualquier enemigo. Y no es que te esté idealizando sino que eres mi ideal. ¿Comprendes la diferencia?
- Si. Jajaja. Por eso no sabían ninguno de los cuatro Saltz, el sheriff y sus tres guapos sobrinos como siempre los llamaba él, que yo no estaba dispuesto a perderte y jamás esperaban que luchara por conseguirte no a través de la violencia machista sino a través del valor humano... que son dos cosas opuestas... 
 
Ella levanta la cabeza y le da un fuerte beso en la boca a él. 
 
- Ya estamos a la par, Joe. 
- No. Perdona, pero te equivocas. Tú me has dado ya dos besos de amor y yo solamente te he dado uno. Recuérdalo bien. Luego es tiempo de ponerse, en verdad, a la par.
 
Entonces es cuando él la vuelve a besar en la boca con más firmeza e intensidad que nunca... hasta que se da cuenta de que está totalmente entregada... y da por terminado el prolongado y sostenido beso...
 
- ¡¡"Parrales"!! ¡¡Ven inmediatamente aquí!!
 
El soprendido "Parrales" se acerca, temblando visiblemente, hacia done está abrazada la pareja. 
 
- Yo soy inocente de lo que sea. 
- No seas tonto, "Parrales". 
 
Ella tiende su mano derecha hacia el rostro de "Parrales" y le regala una caricia amistosa.
 
- ¡Me va a matar! ¡Ahora "Triple A" me va a matar por esto!
 
Pero Joe solamente sonrìe mientras Diana se separa de él y dirige sus manos hacia sus pistolas.
 
- ¡No! ¡No me mates tú, "Escarlata"! ¡Deja que me mate un hombre como él! ¡No podría soportar que me matara una bellísima chavala! ¡Deja que sea "Triple A" quien lo haga!
 
Lo que hace ella es quitarse las pistoleras con las pistolas escarlatas enfundadas, y ante el asombro de todos y todas, se las regala al "Parrales".
 
- ¡Toma "Parrales"! ¡Son para ti y para siempre! ¡Desde ahora te nombro el nuevo sheriff de Phoenix! ¡Úsalas siempre para defender lo justo y para dar dignidad a los más necesitados!
 
"El Parrales" deja de temblar. No sólo "Triple A" no le ha matado porque "Escarlata" ha acariciado dulcemente su rostro sino que es ella la que le nombra el nuevo sheriff de Phoenix regalándole sus dos pistolas escarlatas. 
 
- ¡No puedo aceptar ni el cargo de sheriff ni tus pistolas! ¡Creo que quien tiene todo el derecho de ser el nuevo sheriff es "Triple A" y tú vas a tener que seguir llevando estas dos pistolas!
- ¡Te equivocas, "Parrales"! Yo no soy por más tiempo "Triple A". A partir de ahora soy. simplemente, Joe Atienza Arteche y Argoitia y asi quiero vivir siempre. ¡Nunca jamás he querido ser sheriff de Phoenix ni de ningún otro lugar porque mi único oficio verdadero es el de escribir mis sentimientos en hojas de papel para publicarlos a los cuatro vientos! Mi única vocación era Diana y sólo quiero ser sheriff de Diana. Por eso ella ya no necesita por más tiempo sus dos pistolas escarlatas. Las mías la defenderán siempre ante cualquiera que quiera asaltarla tanto en su fama y en su honra como en su cuerpo. Quien quiera atreverse a tocarla se quedará tan derribado y mordiendo el polvo como Jimmy Saltz. Así que como yo sólo soy el sheriff de ella, el nuevo sheriff de Phoenix eres tú, "Parrales", y tus ayudantes serán José Luis y André. ¡Lo primero que váis a hacer, entre los tres, es meter en la cárcel al ya ex sheriff Ben Saltz y sus dos guapos sobrinos Boby Saltz y Max Saltz junto con todos los que formaban parte de esta mafia, como el mismísimo juez Antonio Maria Jara Paredes, el mismísimo padre Florent Carmichael Gomewz y todos los primos que estaban liados con ellos y protegidos por ellos. Meted en la cárcel a todos y a todas excepto a Rose Saltz, que queda liberada de toda culpabilidad porque estaba cruelmente sometida, en contra de su libre voluntad, por el despótico Jimmy Saltz que le daba órdenes al bellaco Ben Saltz para tenerla siempre asustada y amenazada de muerte si contaba las muchas verdades que ahora os toca a vosotros tres investigar, descubrir y hacer públicas antes de enjuiciar a quienes sean culpables. 
- ¿Y si se resisten a aceptar la justicia?
- Si es necesario ahorcar a alguno que lo diga solamente el pueblo y no vosotros... porque, a partir de ahora, aquí no gobernará nunca más ningún dictador como ese tal Ben Saltz y toda su parentela y amistades interesadas en vivir a la sombra de la violencia y gozando de privilegios e intereses económicos, políticos y religiosos a costa de este pueblo que será ahora quien los juzgue directamente y sin abogados de por medio... sin abogados que se venden por el puñado de dólares que les han estado siempre ofreciendo y regalando los poderosos... ¡¡Que el pueblo de Phoenix decida ahora cuál va a ser el futuro de todos ellos y ellas y el futuro de su ciudad!!
- ¡Entendido, Joe!
- ¿Por qué no quieres aceptar ser el sheriff de Phoenix, Joe?
- Ya lo has oído con total claridad, Diana. Escúchame ahora con más atención que nunca. Lo único que me interesaba de todo el Oeste, y con eso contesto a la pregunta que me hiciste en la "Oreríada", eras tú. Conocerte a ti personalmente. Nada más y nada menos que eso. Te llevaba dentro de mi corazón desde que, cuando sólo era un adolescente, te veía, a veces, pasar por esta Calle Mayor de Phoenix siempre protegida por tu padre Don Armando Jara y todos tus guardaespaldas. Soñaba solamente con poder tocar alguna vez tus manos y te soñaba, en las duras noches de mi realidad, que te tenía entre mis brazos y te besaba en la boca. 
- ¿Y por qué no me lo dijiste nunca?
- Para que nadie creyera que te amaba por tu gran fortuna. A mí no me importaba en absoluto que fueses la única heredera del imperio económico de tu padre o que fueras solamente una vagabunda como entonces era yo. Por eso me dediqué siempre a trabajar con dignidad, a invertir con sabiduría y a estudiar con aprovechamiento, para construír mi propia riqueza y, de esta manera, poder acercarme algún día a ti de igual a igual y sin que ninguno de tus parientes o amigos pensara o creyera que lo hacía por interés. Porque el amor no se compra ni se vende; porque el amor, para mí, es amar solamente a una chavala y ser solamente amigo de todas las demás que conozco sin relaciones sexuales de por medio. Ahora puedo atreverme a decirte, en público y sin ninguna clase de verguenza sino con todo el sano orgullo de hombre sano tanto en los físico como en los espiritual, que soy todavía virgen y que prefiero ser todavía virgen hasta poder casarme contigo. En sentido metafórico: siempre es bueno pasar hambre cuando al final consigues un verdadero banquete. 
- ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡Siempre con tu buen amor!
- No todo era tan fácil como eso. Tampoco me podía acercar a ti por culpa de la timidez. Todavía sigo siendo tímido. 
- No era necesario que hubieras hecho tantos esfuerzos...
- No era necesario... pero sí era obligatorio... 
- ¿Quién te imponía esa obligación?
- Mi propia libertad. Como pude haber tenido en mi cama a muchas mujeres haciéndoles el amor y teniendo relaciones sexuales, lo más varonil de todo era renunciar a todas esas oportunidades y esperar...
- ¿Y si me hubiese ido con otro?
- Te hubiese cantado alguna cancíón junto a la verja de tu ventana para después dar la media vuelta y perderme para siempre con el sol al morirse la tarde...
- ¿En qué te hubieses convertido entonces?
- Solamente en un llanero solitario... poniendo sus pistolas al servicio del Bien... pero con el corazón partido...
- Pues tengo que contestarte yo ahora a tu pregunta. Yo viene a estas tierras para busca a un hombre de verdad. 
- Sería un enorme fortuna ser yo ese hombre que buscabas. Pero no soy quien para decidirlo. Es tu propia liberación la que debe saberlo. Yo eso no lo puedo saber porque sería mi voluntad y no la tuya.
- Te creo, Joe. Otra cosa me interesa saber ahora. Ambos sabemos lo de la muerte de Míchel Arp en el "saloon" de Tommy. Dime de verdad cómo supiste que era, sin ninguna clase de duda, Jimmy Saltz el asesino. 
- Siempre me lo imaginé pero es que, además, lo confirmé porque según venía hacia aquí, para el duelo contigo, me encontré, en el camino, al pobre Thomas Oswald Lukas Montwhite y a su nieta preferida, Yenny Mercedes. Por eso no soy ningún adivino. Ambos me dijeron por qué se iban, definitivamente, para Nueva York, a vivir con la amplia familia que tienen allí. Pero quedaba hacer justicia y liberar a todos los inocentes habitantes de Phoenix. Ellos me contaron la verdad de lo sucedido. Ya era muy tarde para impedir la muerte de Míchel pero todavía podía yo hacer justicia matando al culpable del asesinado pero dándole, hasta lo máximo de lo posible y lo imposible, la oportunidad de arrepentirse y confesar sus crimenes. Por suerte para Phoenix ya está eliminado Jimmy Saltz y ahora todos y todas podrán empezar a vivir liberados y liberadas de sus miedos, de sus pavores y del terror de los Saltz.
- ¿Tanto llegaste a adivinar?
- ¡Jajajajaja! Yo no soy ningún adivino, "Parrales". Buena pregunta. ¿Quién pensarías tú que era el asesino si nadie te lo hubiera contado?
- Todos decían que un extraño y desconocido forastero vestido completamente de negro.
- Todos mentían, "Parrales". Todos estaban mintiendo por miedo a decir la verdad. Pero piensa sólo un poco nada más. ¿Quién vestía siempre todo de negro cuando salía por las  noches de fiesta y de borrachera? Completamente de negro.
- ¡Jimmy Saltz!
- Era entonces bien evidente que no podía ser una coincidencia. Uniendo todo lo que se podía pensar sólo quedaba la respuesta de que era Jimmy Saltz. ¿Ves cómo era fácil deducirlo? En realidad todos estaban diciendo que era él pero sin decirlo abiertamente. ¡Ahí falló fatalmente el astuto de Ben Saltz cuando les obligó a mentir si querían salvar sus vidas! Se confió tanto ese astuto zorro de Ben que cometió un fallo garrafal. Obsesionado con hacer creer que habia sido una especie de Fantasma de la Muerte se equivocó, infantilmente, al elegir el color. 
- ¿Como cayó en ese grave error?
- Cuestión de psicología humana, "Parrales". Cuando un hombre, sobre todo si es machista empedernido, está seguro de que todos van a tenerle miedo, elige el más apropiado color para amenazar de muerte. El color negro. No pensó lo suficientemente bien. Su sentido de tener el poder de dejar vivir o de mandar matar a quien se le opusiera le hizo equivocarse.
- ¿Y cómo puedo yo ahora detener a toda esa pandilla de asesinos y mafiosos? ¡Deben haber escapado ya porque no se les ha visto por ninguna parte!
- No te preocupes tampoco por eso, "Parrales", porque yo lo tenía todo previsto. ¡No podía permitir que el zorro de Ben Saltz se diera cuenta del grave error que iba a cometer Jimmy Saltz subiéndose al tejado con su rifle... así que una vez que sabía que Jimmy habia salido de la rica mansión donde vivía para no ser visto por nadie a la hora de escoger su refugio... mandé a todo el resto de mis hombres a que cercaran esa lujosa mansión y tuvieran detenidos a todos los que allí se encontraban descansando después de la gran fiesta celebrada según me había contado André Martin Castle!
 
En esos momentos llega el vaquero Alfonso Mariano Lope de Garín, un antiguo cuatrero totalmente regenerado gracias a la oportunidad que le ha dado, desde hace un par de años, Joe para tenerle trabajando en"Oreríada", con la respiración entrecortada. 
 
- ¡¡Joe!! ¡¡Joe!! ¡¡Se nos ha escapado!!
- ¿Quién se ha escapado, Fonsi?
- ¡¡El más peligroso de todos los rufianes!! ¡¡Se nos ha escapado Ben Saltz!!
- Ya tienes el primero de tus trabajos como sheriff de Phoenix, "Parrales"...
- ¡Imposible, Joe! ¡Ya habrá cruzado la frontera!
- Si él ha cruzado la frontera tú también puedes cruzarla. 
- ¡No, Joe! ¡Estará bien escondido! ¡¡Se nos ha escapado ese sinvergüenza!!
- Te he dicho, "Parrales", que si ha cruzado la frontera no quiere decir que se haya escapado de la justicia. Tengo muchas amistades importantes en México.
- ¿Y si se ha largado hacia Canadá haciéndonos creer que se ha largado hacia México?
- Imposible. No tiene el suficiente valor ni la suficiente resistencia física como para hacer ese largo trayecto aunque vaya en caballo. 
- ¡No te entiendo nada, Joe! Si ha sido capaz de escapar de nuestro cerco... ¿cómo crees que no es capaz de tener suficientes artimañas como para esconderse definitivamente?
- Estoy pensando, "Parrales"... estoy pensando que ha estado, oculto entre la masa de las gentes, presenciando todo lo ocurrido en esta Calle Mayor...
- ¡Atiza! Entonces no puede estar muy lejos de aquí. ¡Voy a dar la orden rápidamente de perseguirle!
- Quieto todavía, "Parrales"... porque si ha visto todo lo sucedido aqui y ha escuchado todo lo que hemos hablado... ¡¡está asustado!!... ¿y qué hizo Judas Isariote cuando se asustó al vender a Jesucristo a los romanos?
- ¿Quieres decir que es posible que se haya suicidado?
- Exacto, André. No tenia otra solución para escapar de la justicia del pueblo. 
- ¡¡¡Se ha suicidado Ben Saltz!!! ¡¡¡Se ha suicidado Ben Saltz!!!
 
Quien grita de esa manera, mientras llega galopando en su caballo, es el mexicano Luis Luciano Jorge Durango Zapata y Negrete, otro redimido que trabaja para Joe.
 
- ¡Atiza! ¡Acertaste de pleno, Joe!
- Te repito que solo cuestión de aplicar la lógica y el razonamiento más un poco de inspiación, "Parrales".
- ¿Eligió suicidarse antes de dar la cara ante un jurado popular?
- Eso era más lógico y racional, sabiendo cómo actuaba, que escapar hacia algún lugar donde, al final, seria descubierto.
 
Diana ya no le deja seguir explicando nada más a Joe y, mientras todos hablan ahora en voz baja, y en corrillos, de lo sucedido con Ben Saltz, muy cerca del "saloon" de Tommy que ahora "El Parrales" está declarando que es propiedad pública de la ciudad... algunos voluntarios llevan el cuerpo de Jimmy Saltz hasta la misma funeraria de Tom Jones, donde todavia se está velando el cuerpo de Míchel Arp. 
 
- ¿Lo estás viendo, Duke Paddington? ¿Estás viendo cómo no eras tú quien lo matarías?
- Tengo que aceptar mi derrota, Sarah Carbonier. Las mujeres sois más expertas en cuanto a los presentimientos. 
- Supongo que lo ha matado el pistolero más rápido del Oeste.
- Señora... ya no es el pistolero más rápido del Oeste...
- ¿Cómo puede usted decir eso, señor?
- Yo soy ahora, José Luis, ayudante del nuevo sheriff "Parrales" Y digo eso porque "Triple A" ha dejado de ser "Triple A".
-¿Es que "Escarlata" le ha matado?
- Todo lo contrario.
- No lo entiendo. 
- "Triple A" ha dejado de ser el pistolero mas rápido del Oeste y "Escarlata" también. 
- Haría lo entiendo menos. 
- Ya se dará usted cuenta cuando contemple la boda entre los dos. 
 
En la Calle Mayor de Phoenix sólo se encuentran ya Diana y Joe otra vez abrazados. 
 
- Jimmy ha terminado como quiso terminar por su propia voluntad y Ben también ha hecho lo mismo. Así que sólo me queda preguntarte si por tu propia voluntad quieres ser tú mi esposa. 
- ¿Por toda la eternidad, Joe?

El beso profundo e intenso es ahora inevitable que lo den los dos al mismo tiempo mientras se les acercan "Cabriola" y "Chesby"
 
- Una mujer hermosa puede cambiar el destino de un hombre verdadero, Diana. 
- Para eso existimos las mujeres hermosas, Joe... y no por lo que dice de nosotras el padre Florent. 
- Si yo hablara lengua humanas  y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como el metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe, de tal manera que trasladara montes, y no tengo amor nada soy. Y si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 
- ¡Eso jamás lo ha dicho el padre Florent Carmichael Gomewz!
- Eso es Primera de Corintios 13, del versísulo 1 al versículo 3. 
- Eso se merece un premio, Joe.
- ¿Qué premio, Diana?
- ¡Deseo de verdad casarme contigo para toda la eternidad!

FIN    
 
 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Novela y Guin literario de Cine al mismo tiempo.

Palabras Clave: Literatura Novela Relatos Narrativa Guin Cine.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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