La verdad es que me agarraste por dentro, estoy de cabeza, con la boca abierta intentando dejar de respirar.
Lamento que el puto sol salga en el peor momento, donde hay invierno carcomiéndome los sesos.
Rompiste el roce de mis dedos en tus llagas, las que intenté curar en vano.
El complejo de Edipo se comió la sensatez. A veces pienso que eso te acomoda.
Ya no habrá días de calentura en la cocina.
Ya no habrá risas pendejas.
Ya no estarán las explosiones que carcomían tu piel.
Ya no habrá orgasmos múltiples.
Ya no habrá clases de contención.
 Creo que mis lágrimas corren más fáciles que tu forma de amar.
Ya no habrá días de música entrecortada, esas donde terminábamos en un sofá.
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Y justamente es Nirvana el que me hace escupirte en la cara, para lamer nuevamente tus heridas.
Y se me sale lo border, y sigo escupiendo hasta desconcertarte.
Y tu sangre recorre mi entre pierna y eso te gusta.
Y digo no quiero más y eso te excita aún más
Y seguimos, seguimos hasta desfallecer
Y grito sin frenar hasta que tu espuma baña mis costas
Y mil colores flúor pasan por tu mente
Y la mano del mal abre la puerta con su eterna pulcritud, dejamos de follar pero todo se vuelve más intenso.
Y el hedor a sexo y culpa envuelve la sala.
Y Nirvana resuena otra vez, esta vez para decir que I love myself better than you.
Y doy un portazo, y mis pájaros vuelan, vuelan en otra dirección, quizás por un rato, quizás para siempre.
Y esta vez fue para siempre, porque lo poco y nada de racionalidad me hizo entender que los que nacen sin corazón mueren sin el