Dos pistolas escarlatas (Novela y Guin literario para Cine) -8-
Publicado en Feb 05, 2013
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Otra vez, de nuevo, el sheriff Ben Saltz se acerca, con sumo cuidado, a la ya muy irritada "Escarlata" Jara.
 
- ¿Llego en mal momento, preciosa, bella y escultural señorita Jara?
- No llega usted en un momento bueno precisamente pero... venga... suelte usted todos los piropos que quiera soltarme porque yo me voy de aquí.
- ¡Espere! ¡No se vaya todavía! ¡Están todos deseando conocerla mejor!
- Y yo estoy deseando conocerles peor a todos ellos. En otras palabras más sinceras, no me interesa conocer a nadie más de los que están merodeando por aquí. ¿Ha pensado ya sobre el plan a seguir?
- He meditado largos minutos en el water de los caballeros y sólo he hallado una solución al problema. Si él no quiere pedirle matrimonio, usted puede decir ante el Señor Juez que él ha intentado violarla a usted y que pide que legalicen el duelo que le ha planteado usted a "Triple A". Como estamos hablando seguros de que el Señor Juez, Don Antonio Jara Paredes, le dará siempre la razón a usted, puesto que, además de ser juez, está locamente enamorado de su belleza femenina, legalizará y legitimará el duelo entre usted y "Triple A". Y después de matarle usted a Joe, todos nos repartimos el dinero y sus propiedades. 
 
Ella se queda mirando, fijamente, a los diminutos y hundidos ojos del sheriff Ben Saltz que le dan aspecto de zorrillo astuto, siempre agazapado  y como dispuesto a saltar sobre sus víctimas. 
 
- Por favor, no me mire usted así. ¡Me está llamando asesino con su mirada!
- No. Le estoy llamando solamente cobarde. Pero no se preocupe por eso. Sólo estoy pensando sobre cuánta parte del botín me corresponde después de matarle.
- Llamemóslo herencia en lugar de botín, por eso de cubrir las apariencias a los ojos de los demás. Llamemóslo herencia en vez de botín para mostrarnos con mayor honorabilidad y así nadie podrá llamarnos estafadores, sinvergüenzas, ladrones y otros insultos de más elevado tono. 
- ¿Como chorizos por ejemplo?
- Lo de chorizos también, por supuestísimo, pero me refiero a otros insultos mayores.
- ¿Como cuáles, gran sheriff?
- Dejando a parte lo de gran no sé cuantos... ¿cabrones tal vez?
- Digamos que sí. 
- Espero que no nos descubran nunca.
- ¡Déjese de tonterías, hombre!... y le llamo hombre porque me da pena llamarle marica. ¿A cuánto ascendería mi parte?
- Teniendo en cuenta de que el plan ha salido de mi cerebro
- Ya. Ya veo que ha salido de su cerebro. Por eso le luce tanto el poquísimo pelo que le queda todavía!
- No me interrumpas, por favor. Teniendo en cuenta lo dicho y en la inteligencia de que yo lo he pensado.
- ¿En la inteligencia de su poca inteligencia?
- Sí. De acuerdo. Soy bastante escaso de inteligencia. Pero la mitad de todo me lo quedo yo y la otra mitad se divide en cinco partes iguales a repartir entre los cinco; lo cual da el resultado, en la inteligencia de que sabemos dividir...
- ¿En la inteligencia de que sabemos dividir a pesar de su poca inteligencia?
- Sí. De acuerdo. Soy bastante escaso de inteligencia vuelvo a repetir. Pero el resultado es que a ti...
- A usted, por favor, en la inteligencia de que soy una señorita ajena a su familia.
- A usted le corresponde una décima parte del total... pero si no le gusta el reparto, podemos hacer algo mejor y repartir la herencia solamente entre usted y yo; en la inteligencia de que el plan ha salido de mi cerebro...
- ¿En la inteligencia de que tiene usted menos cerebro que un mosquito?
- Sí. Por tercera vez repito que soy bastante escaso de inteligencia. Pero en caso de dividirnos el monto total de la herencia en dos partes iguales para cada uno de nosotros dos, tenemos en la inteligencia...
- ¿Tiene usted algo en su inteligencia, señor sheriff de Phoenix?
- Si. Por cuarta vez confieso que soy muy escaso de inteligencia pero según mis cálculos infantiles, porque más allá de cálculos infantiles no tengo ni la más remota idea, usted pasaría a recibir una cuarta parte del total y yo las tres cuartas partes de dicho total. En total...
- En total que es usted necio y estúpido. Divida bien por favor. 
- Está bien. Cincuenta por ciento para cada uno de nosotros dos.
- ¿Sabe usted calcular un cicuenta por ciento de una suma superior a varios millones de dólares?
- En la inteligencia de que sé lo que es un tanto por ciento a ojo de buen cubero.
- ¿Quiere usted decir que sólo sabe hacer la cuenta de la vieja?
- Sí. Bastante viejo lo soy pero en la inteligencia...
- En la inteligencia de que no es usted más corto de ideas porque no se compra un sombrero. ¡Vaya rápidamente a la tienda y cómprese uno para que no se le escape la única idea que tiene en su cerebro de chorlito! 
- Está bien. Corrijo las cuentas.
- Pero olvídese de la única idea que tiene... porque yo no estoy disponible para cualquier otro asunto... ¿me está entendiendo?
- En la inteligencia de que lo he entendido...
- ¿Ha entendido usted que yo no soy ninguna de sus varillas?
- Creo que sí.
- Pues no se lo crea tanto porque usted no es atractivo ni para una polilla hambrienta... ¿me sigue entendiendo, señor apolillado que se cree apolíneo?
- ¡¡Basta ya!! ¿Estamos o no estamos a lo que tenemos que estar?
- Prosiga...
- ¿Qué quiere decir prosiga?
- Que siga...
- Pues en la inteligencia de que usted le acusa de acoso sexual...
- ¿Es que no piensa usted en otra cosa nada más que en el acoso sexual?
- Es que no se me ocurre nada mejor.
- En la inteligencia de que es usted torpe del todo podría pensar que le acuso de acoso verbal nada más... que es también punible ante la justicia y no tenemos que decir nada de sexo.
- ¿El acoso verbal también es punible?
- ¿Sabe usted lo que quiere decir punible?
- Ni puñetera idea.
- Pues en la inteligencia de que no tiene usted ni puñetera idea de lo que quiere decir punible digamos entonces que le acuso de acoso psicológico.
- En la inteligencia de que no sé de qué se trata eso... ¡estoy totalmente de acuerdo!
- Prosiga...
- ¿Quiere decir que siga?
- Si. Prosiga quiere decir que siga.
- En la inteligencia de que es usted quien sufre el acoso psicológico se queda usted con todo el dinero y con todas las propiedades pero en la inteligencia de que yo paso a ser el administrador general de todos sus bienes.
- En la inteligencia que es usted más tonto que Eufemiano Puentes Canario de Lanzarote y Fuerteventura de Ginebra. 
- ¡Arrea! ¿Quién es ese tipo?
- El tipo más tonto de Durango pero, comparado con usted, puede ser hasta Salomón en persona.  
- ¿En la inteligencia de que no le interesa a usted que yo sea el administrador general de todos sus bienes? 
 
Ella vuelve a mirarle de manera dura y profunda.
 
- ¡No me mire así porque el que le va a matar va a ser usted! ¡Me desarma por completo cuando me mira de esa manera! ¡Me siento como desnudo del todo! 
- Pues no me gustaría a mí verlo a usted desnudo del todo porque viéndolo vestido ya me produce asco... pero venga... sigamos al negocio...
- ¿Me está llamando tramposo por querer ser yo el administrador general de todos sus bienes?
- Le estoy llamando avariento que es mucho peor. Pero tengo que decirle que yo tengo otra idea mucho mejor. 
- ¿Una idea mucho mejor que la mía? ¡Dudo que una hembra, siendo tan hermosa, tenga una idea mucho mejor que la de un macho como yo! 
- ¿Además es usted cerdo?
- En la inteligencia de que he dicho macho pero no cerdo.
- En la inteligencia de que, para mí, todos los cerdos son machistas, como lo he comprobado muchas veces entres los cerdos que tiene mi padre, y por deducción lógica, por cuestión de regla de tres simple, porque usted es más simple que una regla, todos los machistas son cerdos. 
 
El sheriff Ben Saltz se rasca la cabeza antes de continuar hablando...
 
- Pues ahora que me lo explica usted asi pues... esto... quizás lleve usted razón... pero en la inteligencia de que no tengo ni puñetera idea de lo que es una regla de tres simple. Así que lo de cerdo puedo aceptarlo pero lo de machista...
- Tambien.
- Eso sí. Lleva usted toda la razón. Lo de machista también puedo aceptarlo.
- Entonces si tiene usted una idea mucho mejor que la mía hágamela saber cuanto antes porque ya tengo prisa y me está entrando la risa.
- ¿Usted cuando mata a algún hombre se ríe?
- Sí. Me entra la risa sin darme cuenta.
- ¿Tiene alguna idea todavía mejor? Expóngala por favor...
- Con mucho gusto, caballero de capa pero sin sombrero. Como yo soy quien expongo mi vida y la que he sido teóricamente ofendida en la parte psicológica de mi persona pues resulta totalmente lógico que me quede yo con la totalidad del botín... quiero decir de la herencia... pero no voy a admitir la existencia de un admisnitrador general de mis bienes salvo en caso de que estuviera casada que, en dicho caso, sería mi esposo quien gozara de todo lo mío, incluído mi cuerpo por supuesto. ¿Qué está mirando con esa cara de estúpido que se le ha quedado?
- Nada... nada... sólo pensaba...
- ¿Puedo proseguir o se ha quedado usted ido del todo?
- ¿Proseguir quiere decir seguir?
- Si a usted no le importa eso quiere decir.
- Siga... siga... siga...
- No hace falta que lo diga usted tres veces como si estuviese arreando a una mula... ¿entendido?.
- Sí... sí... sí...
- Pues al tajo. Como resulta que sé ser generosa con quienes me ayudan a acrecentar mi fortuna anque sea eliminando a un inocente...
- ¡La advierto que "Triple A" no tiene nada de inocente y menos disparando con sus pistolas!
- Ya lo sé, sabihondo. Lo decía solamente en sentido figurado. ¿Me deja usted continuar o le dejo con la boca abierta?
 
Ben Saltz cierra, por fin la boca.
 

- Eso está mejor. Callado está usted igual de feo que cuando habla pero como no se le pueden pedir peras a un olmo voy a seguir. Dividimos el botín... digo la herencia... en dos mitades iguales, de las cuales a mí me corresponde una de ella. La segunda mitad la repartimos en cuatro partes iguales, de las cuales, por supuesto, la mitad es para mí. Y lo que quede, si es que queda algo que me parece que no queda nada, se la reparten sus tres guapos sobrinos de los cuales todavía hemos hablado muy poco. Usted se queda a dos velas Señor Ben. Con lo cual el reparto es equitativo para mí y nulo para sus tres sobrinos y usted. ¿Qué le parece mi idea?
- Pero señorita Jara.. ya sé que posee usted una de las fortunas más grandes de todo México y de todos los Estados Unidos y sabe mucho de negocios fianancieros pero... ¿de verdad no va a quedar nada para mis tres guapos sobrinos y para mí? 
- ¿Usted cree que hablo en serio o hablo en broma?
- Lo que creo es que es injusto ese reparto.
- Pero es que resulta que, de repente, me ha entrado la avaricia después de haberles conocido a todos ustedes. Y ahora... ¡haga el favor de no cruzarse más veces en mi camino o le cruzo yo a usted la cara de un guantazo con el guante puesto o con la mano desnuda! Esto se lo dejo a su libre elección. De las dos maneras duele igual así que ya sabe a lo que a lo que atenerse. Sus ojillos de zorro astuto y redomado... porque vaya que sí le han redomado sus famosas varillas entre las cuales ni sueñe que yo forme parte alguna vez de ellas... no me engañan a mí ni me han engañado nunca desde que tengo el disgusto de conocerle. Ahora voy a subir a la habitación privada de su hermana, Rose Saltz, voy a vestirme otra vez con mis ropas de cowboy y voy a marcharme de aquí, montada en mi caballo y no montada por nadie de los que tanto me desean... ¿me entiende, mamarracho de macho?... Pero no se preocupe tanto por no poder montarme ya que yo sólo voy a intentar matar a mi compatriota Joe Atienza Arteche y Argoitia... aunque me da verdadera lástima después de haber visto su fotografía en el periódico de Phoenix del día de hoy en una entrevista en la que declara que va a acabar con todos los ladrones de esta ciudad. Mataré a "Triple A" si con eso evito que me mate él a mí... porque quiero salvar mi vida gracias a mis pistolas escarlatas; o sea, en breves palabras, que o él me mata a mí con las suyas o yo le mato a él con las mías...  y todo porque voy a cumplir con lo pactado entre mi propia conciencia y yo. Y no necesito que me explique ningún zorro viejo y reviejo como es usted lo que está pensando desde el primer momento en que me vio. Yo no soy ninguna zorra como usted se está creyendo y por eso quiero, tal vez, conocer antes, de manera personal, a ese tal "Triple A". Al ver su fotografía en el periódico, y al leer lo que ha declarado, sería una lástima que tuviera que matarle. Prefiero conocerle bien ante de hacerlo. ¿Me he explicado bien, Ben Saltz?
- ¡Espera, "Escarlata"!
- ¡Le repito, por enésima vez ya, que me llame señorita Jara, porque resulta que usted es un zorro viejo y reviejo pero yo no soy ninguna zorra ni tampoco ninguna zorrita buscando a un zorrito mucho más joven que yo pero mucho más presentable que usted! Lo que busco es un hombre de verdad y por aquí no he visto a ninguno esta noche.
- De acuerdo. Acepto mi derrota sentimental, jovencita... pero usted no sabe ni conoce la dirección donde se encuentra la "Oreriada" y yo sí. 
- ¿En qué dirección se encuentra, viejo verde?
- Se lo voy a decir porque deseo que le consiga matar. Se encuentra en el camino hacia Yuma; muy cerca del río Colorado, en la frontera con Méjico. No sé qué más decirle. 
- Por ejemplo... ¿no puede decirme ningún piropo sucio como despedida antes de que se vaya usted al infierno? ¿No le gustan a los machos como usted los piropos sucios? Adelante. Antes de que se vaya al infierno dedíqueme, por favor, el piropo más sucio que le venga a su podrida mente. 
- Yo...
- Está muy bien eso de yo... pero no necesito más piropos de usted... así que deje de pensar tanto rebuscando entre la mierda de su mente. Con las señas que me ha dado ya sabré yo encontrar al dichoso y feliz "Triple A". Y ahora... ¡váyase para siempre de mi lado o hago efectivo lo de arrearle tal guantazo que se le van todos sus piños a hacer puñetas!
 
Ben Saltz, totalmente atemorizado, sale corriendo hacia el interior del Gran Salón de Baile de su lujosa mansión conseguida robando a los más pobres ciudadanos de Phoenix tras extorsionarles de manera implacable. 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Novela y Guin literario para Cine al mismo tiempo.

Palabras Clave: Literatura Novela Relatos Narrativa Guin Cine.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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