SIN EXPLICACIÓN

No tengo explicaciones, en realidad no sé para qué sirven cuando de todas formas las cosas ocurren igual. Si un gato se pasea por el tejado de mi casa y maúlla con total desenfreno que me desconcentra en lo que hago, ¿qué más da? Explicar porque me fastidia no quita nada de mi ira, pues el estúpido felino continúa con sus berrinches. Si a esto le agrego que el pequeño peludo le gusta orinar justo en la puerta de entrada de mi casa, usted podrá comprender que aquí el problema no es de tolerancia o intolerancia. ¿Y por qué toda este desahogo, casi maniático, de mi parte? Bien, aunque mi relato no proporcione ninguna explicación.... le diré que pensé en realizar un vil asesinato del pequeño monstruo... fue una idea fugaz .. pero me sentí avergonzado, sin embargo confié a mi imaginación la respuesta de cómo llevarla a cabo.
Anoche, en pleno sueño, me sentía muy bien caminando por un hermoso camino con alamedas a los costados, pasaba una suave brisa hasta que tropecé con una piedra filuda y caí de bruces .... (continúa)    
 
CONTINUACIÓN .... 2ª Y ÚLTIMA PARTE
Naturalmente, como tantas otras veces, torpecé, caí de bruces y muy mal, no pude evitar golpearme la cabeza y después de tres días regreso a mi casa del hospital... no puedo creer que esté soñando, pero es un temor obscuro - quisiera despertar pero no puedo... A mi alrededor están mis amigos, que han venido a saber de mí.  
Es de noche y no despierto... sólo siento el inconfundible olor a la orina del gato... y el cosquilleo de una cosa peluda en mis narices. ¡Ahora sí! Por fin de regreso a la realidad.
Epílogo: 
Dspués de leer el cuento de E.Allan Poe, preferí dejar el relato hasta aquí. El gato me visita todas las tardes y nos sentamos a conversar sobre sus aventuras y escapadas.