Luz Celeste (Novela - Cómic - Guión Cine) -115-
Publicado en Jan 13, 2013
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CNI de Madrid...
 
El señor Bento entra, furioso, en el Despacho del Director General del Centro Nacional de Inteligencia.
 
- ¿Puedo saber por qué he sido detenido por la Policía antes de salir de aquí, por qué me han retenido durante una hora exacta y por qué estoy otra vez en su Despacho?
 
El Señor Director General del CNI se levanta y se dirige hacia el mueble bar. 
 
- No se me ofusque tanto, señor Bento... ¿qué desea?... puedo servirle o cubalibre de ginebra o cubalibre de ron...
- ¿No tengo otra alternativa?
- Pues no. No tiene usted otra alternativa; o el ron o la ginebra.
- Entonces prefiero la ginebra.
 
El Director General del CNI sigue sin inmutarse e inmpertérrito...
 
- Vaya... parece que le gusta a usted mucho la ginebra...
- Sí. Está muy buena.
- ¿Se refiere usted a la bebida conocida como aguardiente inglés o a la capital de Suiza?
- Me refiero a la mujer del Rey Arturo. 
 
El Director General del CNI se vuelve con los dos vasos en sus manos. 
 
- Señor Bento, por favor, le ruego que se siente usted un momento frente a mí. Tome su vaso y procure no derramarlo porque le veo otra vez muy nervioso. ¿Sigue usted haciéndose el machista gracioso conmigo?
- No. La verdad es que Ginebra está muy buena.
 
Los dos se sientan frente a frente...
 
- Pero reconocerá usted que es la mujer de otro...
- Sí. Pero no están casados...
- ¿Qué entiende usted por casados?
- Que no están unidos según ordena la Iglesia Católica. 
- Y si han dado el furamento de fidelidad ante Dios y ante la Humanidad entera... ¿qué son según usted?
- Supongo que en ese caso sí. 
- ¿No conoce usted el Mandamiento de la Ley de Dios de no desear a la mujer de otro hombre ajeno?
- Esto... yo... distingo entre una casada y una esposa...
- Entonces imaginemos que usted es el caballero Sir Lanzarote y yo soy el Rey Arturo y nos encontramos ante la Mesa Redonda los dos frente a frente. Comienzo yo.
- Sir Lanzarote... ¿quién cree usted que es la Reina Ginebra?
- su mujer, Rey Arturo.
- Y para ser Reina de mi País... ¿tiene que estar casada conmigo o es una cualquiera?
- Esto... supongo que estar casada...
- ¿No sabe que un sinónimo de casada es esposa?
- No estaba seguro...
- Pues sepa usted que sinónimos de esposa son cónyuge, mujer, señora, compañera, consorte, pareja y costilla. ¿Qué le parece? 
- No puedo saberlo todo. 
- Sobre todo cuando se es un ignorante, señor Bento. 
- ¡Ah! ¿Ya no soy sir Lanzarote?
- No. Ahora es usted otra vez el paleto del señor Bento, tan machista como siempre y más burro que nunca. Pero vayamos a lo importante. ¿Tiene usted algo que añadir a todo lo que habíamos hablado antes usted y yo sentados ante esta misma mesa?
- No. Nada que añadir por mi parte. 
- ¿Seguimos hablando de Ginebra?
- No. Ya he aprendido el mandamiento de no desear a la mujer del prójimo.
- Me estoy refiriendo a la capital de Suiza.
 
El señor Bento se levanta...
 
- ¡Espere! ¡Siéntese otra vez usted, señor del bigotillo interesante! 
- Es que...
- Esta vez no se lo estoy pidiendo sino que se lo estoy exigiendo, Errol Flynn de cuarta categoría regional. 
 
El señor Bento vuelve a sentarse. 
 
- ¡Está bien! ¿Ahora qué sucede?
- Sucede que me he enterado que está usted hasta las cejas en el asunto de las varillas.
- No sé qué quiere decir. 
- Mujeres profesionales, señor Bento, mujeres profesionales...
- Ya no esto pensando en ninguna de esa clase de mujeres. 
- Pues ya ve usted que yo no me lo creo. ¿Es usted muy mono, no es cierto?
- Bastante...
- ¿Es por eso por lo que usted resulta muy mono para las varillas que tantas coge?
- No quiero resultar vanidoso...
- No sea usted tímido ni sencillo conmigo. La verdad es que coge usted muchas varillas porque es muy mono... tan mono que parece usted todo un gorila... ¿Se van con usted las varillas porque es muy mono o es porque los gorilas como usted son muy machos cuando se enfrentan contra personas indefensas como, por ejemplo, hombres humildes que no han salido de sus aldeas y a los cuáles usted y los que son como usted los llenan de insultos cuando ellos quieren usar el derecho de hablar?
- No me atrevo a decir nada más.
- Si es usted tan hombre cómo para todo eso... ¿por qué no me manda callar a mí ahora? ¿Qué le sucede? ¿Es porque yo no soy un pobre y humilde pastor de ovejas sino todo un Director General? Supongo que los hombres valientes cuando son valientes de verdad no abusan de mujeres ni tampoco insultan a los débiles... ¿qué tiene que decir a esto ahora?
- ¿Tengo que decirlo?
- Sí. Lo tiene usted que decir. Por una razón muy importante. Nuestra conversación está siendo escuchada por la autoridades policiales de Madrid y ellos quieren saber, de su propia voz, qué es eso de las varillas que va usted siempre publicando por ahí.
- Prostitutas.
- Lo sabía. Pero era necesario que lo supiesen dichas autoridades. Me parece que tiene usted mucho que ver con Ginebra...
- Oiga, que lo de Ginebra sólo fue un chiste...
- Ya. Ya sé que sólo fue un chiste... pero ahora me refiero a la capital de Suiza...
- ¿Y qué tengo que ver yo con esa tal Ginebra?
- Tómese tranquilamente su cubalibre y se lo cuento... ya que yo mer tomaré tanquilamente el mío de ron. 

El señor Bento se bebe todo el cubalibre de ginebra...
 
- Le cuento algo de una cuenta...
- Eso sí que no. Yo les pago todas las cuentas de lo que bebo con ellas. 
- De acuerdo; pero me estoy refiriendo a una cuenta corriente.
- Sí. Sólo bebo lo corriente nada más...
- ¿Usted es tonto o se está haciendo el tonto?
- Muy listo no soy...
- Por eso hemos descubierto todo el dinero que ha escondido en una cuenta corriente en el Credit Suisse S.A. ¿Qué me dice ahora de esta Ginebra? ¿Está tan buena como la Ginebra del Rey Arturo o está tan buena como la ginebra con la que se emborracha todas las noches junto a sus varillas? ¿De dónde ha salido todo ese dinero escondido allí? No hace falta que diga nada. La limpieza no la tendré que hacer yo sino las autoridades policiales.
- ¿Y qué van a hacer conmigo?
- Me parece que va usted a tener que coincidir en Carabanchel con un tal Doctor Morales para contarse historias de varillas o cuentos de Ginebra a la luz de unas velas. Quizás así aprendan a no ser tan primaveras...
- No sé quién es ese tal Doctor Morales ni qué tengo que ver yo con ese tal Doctor Morales. 
- Pues yo opino que no sólo conoce a ese tal Doctor Morales sino que está muy unido a él en esto del negocio de las varillas.
- Está bien. Lo confieso. 
- No. Aquí y a mí no tiene usted que confesar nada. Como usted siempre se ha creído Errol Flynn enamorando a mujeres piratas vaya a confesar sus aventuras con ellas a las autoridades policiales que le están ya esperando detrás de la puerta. Y a ver si aprende ahora a distinguir entre muchas varillas interesadas y una sola esposa interesante. Vaya usted con Dios y que Dios reparta suerte...
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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Novela, cómic y guión literario para cine al mismo tiempo.

Palabras Clave: Literatura Novela Relatos Narrativa Cómic Guión Cine.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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