Luz Celeste (Novela - Cómic - Guión Cine) -111-
Publicado en Jan 10, 2013
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CNI de Madrid... 

- ¡Razone usted, señor Bento, razone usted pero razone bien, por favor!
- Eso intento hacer, Señor Director del Centro Nacional de Inteligencia...
- ¿Y a qué conclusiones ha llegado usted, señor Bento? ¿Existe o no existe?
- Lo que no puedo llegar a poder razonar es que pueda existir. 
- ¿Se refiere usted a un genio que anda suelto por las profundidades de la selva virgen? Lo sé porque me lo ha comunicado una periodista brasileña por teléfono. 
- Eso es lo que no me puedo explicar. 
- ¿Y usted era el más inteligente de todos mis alumnos y mis alumnas?
- Eso creía yo hasta ahora...
- ¿Tanto como para ser el que más sabía de Historia y de historietas?
- Eso creía yo hasta ahora...
- Se repite usted más que el ajo. 
- Cambio la frase. Hasta ahora eso creía yo...
- ¿Se las da usted de gracioso conmigo? 
- Yo... no quería...
- Usted quería dárselas de gracioso conmigo pero, a decir verdad, tiene menos gracia que un torrezno de cerdo, con perdón.
- Lo de torrezno lo acepto pero lo de cerdo...
- Pues si le digo la verdad lo de cerdo también...
- Algo... algo... bastante... bastante... mucho... mucho...
- Eso está mejor. Que reconozca usted sus muchos méritos con las varillas está más que mejor. ¿Son esos los muchos conocimientos que aprendió usted? Ya sabe a lo que me refiero.
 
El señor Bento guarda silencio mientras se le borra la sonrisa.
 
- Según dice él, ahora el que no existe es usted. ¿Qué le parece nuestra gracia, señor Bento?  Los del CNI... ¿somos graciosos o no somos graciosos?
- Reconozco que yo soy el equivocado. Pero no entiendo qué quiere decirme.
- Sigue usted haciéndose el gracioso. Pues se lo voy a explicar.
- Explique. Explique porque no me entero de nada.
- Se lo voy a intentar simplificar a ver si usted coge onda o no coge onda.
- Yo con la honda soy bastante bueno.
- Con la honda con h de hurón querrá usted decir; pero yo le hablo de onda con o de olé. ¡Cuánta gracia tiene usted, señor Bento, cuánta gracia! ¡No tiene usted más gracia porque entonces sería como Mortadelo!
- Oiga que yo...
- Escuche y no diga más tonterías. Según él, el pasado ya no existe puesto que ya es pasado, el presente no existe porque está continuamente pasando y nadie lo puede detener, y el futuro no existe porque todavía no ha pasado. ¿De qué época es usted? Porque pasado lo veo bastante pasado del todo. ¿Es usted de cuando la mili se hacía con meños en lugar de con granadas? ¿Qué le parece mi ingenio, señor ingenioso?
- Poco más o menos...
- ¿Eso qué quiere decir? ¿Qué es usted de los de los meños más o menos... o que yo tengo más o menos gracia?
 
El señor Bento guarda silencio...
 
- Continúo entonces, tío peñazo... digo tío meñazo... El presente. ¿Qué quiere usted que le diga sobre el presente?
- Algo que pueda entender...
- ¿Así que no entiende usted mucho del presente?
- Es que...
- ¡Es que usted ahora se calla ya un momento porque el que habla ahora soy yo!
- Como usted mande...
- Como yo mande y como usted olvide. Me da lo mismo, porque se lo voy a contar.
- ¡No! ¡A mi esposa no le cuente nada!
- ¡Vaya, vaya, vaya, aquí no hay playa! ¡Escuche, ignorante! Puesto que el presente nunca se está quieto lo único que existe es el presente. ¿Lo entiende usted o no lo entiende?
- Yo es que no llego a tanto...
- Luego hablamos de eso. Sigo. Entonces, según los razonamientos de él, a los cuales usted no puede nunca llegar, el tiempo y la edad, en realidad, no existen y, por dicho razonamiento, cada cual y cada quien puede elegir el tiempo y la edad que le dé la real gana de elegir. ¿De acuerdo, señor Bento?
 
El señor Bento no sabe qué decir...
 
- ¡Vaya, vaya, vaya, aquí no hay playa! A eso él lo llama Liberación. ¿Qué le parece a usted su ex compañero? ¿Se puede o no se puede?
- No sé a que se refiere.
- A eso de llegar a casarse con la chavalilla de nuestros sueños siendo competamente vírgenes tanto ella como él...
- ¡Imposible de creer!
- ¿Usted es memo o le da por decir memeces cuando se emborracha si de estos asuntos se trata? ¿Así que no puede existir amistad con chavalas muy guapas y muy interesantes sin que no haya sexo por medio según usted y los que, como usted, lo van pregonando por esas aldeas de Dios? ¿Qué pasa? ¿Se ha quedado usted mudo ahora?
- Yo es que me creía...
- ¿Usted se lo creía o se lo sigue creyendo, donjuan de pacotilla? ¿Así que usted va diciendo por ahí que él no iba a coger muchas varillas? Sabe lo que le digo.
- Si... pero yo me creía...
- Además de tonto... ¿qué se cree usted, so listo? ¿Se cree más listo que Calixto? ¿Qué le parece ahora su ex compañero? ¿Alguien que coge muchas varillas o escoge la única que más le gusta? Porque ha de saber que usted ha sido engañado por todas ellas... ¿o no se mirado los bolsillo alguna de esas muchas veces en que lo han desplumado?
- Ya... ya... ya lo veo...
- Pues entonces es usted mas tonto que Clodoveo el de la estación. ¿Liga más quién es engañado por las más interesadas o liga más el que consigue a la más interesante? ¿Qué me responde a eso, tío de las varillas?
- Pues no sé que decir...
- Entonces continuamos a ver qué dice ahora. ¿Puede usted sujetar el pasado? ¡Imposible! ¿Puede usted sujetar el presente? ¡Imposible! ¿Puede usted sujetar el futuro? ¡Imposible! ¿Qué puede usted sujetar, señor Bento?
- En realidad no puedo sujetarme ni las calzas. 
- Eso ya está mejor respondido. Parece que se empieza a dar cuenta. No existe ninguna mejor coordenada que esa del 0.0 que utilizó él y que significa virgen ella y virgen él. ¿Va empezando a comprender mejor? 
- Sí... voy empezando...
- Pues a ver cuándo termina usted, señor Bento, porque verdes las han segado y usted va de viejo verde por ahí fardando de las varillas que liga y que ya sabemos todos quiénes son. O sea, que se va usted con las que no quiere nadie. 
- Lo reconozco...
- ¿Qué reconoce usted si no sabe distinguir entre unas y otras? ¿Qué reconoce usted?
- La verdad es que me han engañado.
- Pues sí. Le han engañado por paleto, que no quiere decir nacido en un pueblo o una aldea sino haber nacido ignorante y seguir siendo un ignorante. Usted entró en Madrid pero Madrid no le entró a usted. ¿Algo que añadir a esto de su parte?
 
El señor Bento vuelve a guardar silencio...
 
- Está bien. Quien calla otorga. Así que le voy a otorgar otro dato interesante. Existe la posibilidad y el derecho humano de darle magnitudes interesantes, no interesadas sino interesantes para saber bien la diferencia, a dichas coordenadas. Y él ha elegido las magnitudes 16.18. ¿Qué le pasa ahora, tío de las varillas? ¿Son mejores las magnitudes 16.18 de él o las casi centenarias que usted elige? Y conste que no lo digo solamente por la edad que tienen sino, sobre todo, por la de veces que las han usado antes otros.
 
- ¡Dios mío!.
- ¿Cómo que Dios mio, camarada? ¿Cómo es que ustedes niegan la existencia de Dios pero siempre están hablando de Dios? Porque que yo sepa cuando algo no existe es tontería y media estar hablando y citando continuamente a algo o alguien que no existe. ¿Quiere que le ponga un ejemplo a ver si aprende?
- ¡Dios mío!
- ¡Y dale otra vez con el Dios mío, camarada! Pero... ¿no van ustedes publicando por ahí tochos enteros diciendo que Dios no existe? Si no existe Dios... ¿cuál es la razón, si es que tienen ustedes la razón, de que se empeñen tanto en querer demostrar que no existe? Le voy a poner un ejemplo. Los gambusinos no existen. ¿Me ha escuchado usted alguna vez a mí hablar de los gambusinos?
- Pues no...
- ¡Pues entonces! Como los gambusinos no existen yo nunca hablo de los gambusinos. ¿Va comprendiendo ya?
- Ya voy comprendiendo algo...
- Así que Dios ha muerto, como dice su muy querido Carlitos. Ponga derechas sus dos muy hermosas orejas y escuche lo siguiente. Si, como Carlos Marx anunció, Dios había muerto es que Dios... ¿existía o no existía?... porque supongo que ese tal Carlitos, que bien muerto está ya él, diría lo de Dios ha muerto sabiendo que Dios existía... ¿o era más paleto e ignorante que todos los que le hacen caso?
- Viste desde ese punto de vista... pues lleva usted toda la razón...
- Entonces... ¿qué?... ¿Dios existe o ha vuelto a morir de nuevo?
- ¡Dios mío!
- Eso es. ¡Cosas de Dios, señor Bento, cosas de Dios nuestro pero no suyo ni de los que son como usted!... así que deje de citar a alguien a quien creen que no existe... porque son ustedes de los que se acurdan de Dios cuando truena... ¿o no es cierto, camarada? Me entra la risa cuando escucho lo de camarada por aquí y camarada por allá... pero a la hora de la verdad dan ustedes más espantadas que Curro Romero en una mala tarde.
- Y qué mala tarde que llevo...
-  ¿Desea ya seguir siendo usted el más inteligente, so listorro, de todos sus ex compañeros y ex compañeras? ¿Desea ser usted también el más ateo del ático de Malaspina, so ateo de áticos con varillas? 
- Yo... esto... no sé qué decir, Señor Director General del CNI.
- Le he hecho llamar otra vez a mi Despacho porque tiene usted la convicción de que Dios no exste. 
- Es que yo... pensaba...
- Pero es que... ¿además piensa usted, camarada?... Buenas nos las dé Dios... ahora resulta que hasta pensaba... ¿Ha dejado ya usted de pensar?
- No... todavía sigo pensando...
- Pues reflexione con la hoz a ver que le dice la hoz si es que no le suela una coz... y reflexiones con el martillo a ver que le dice el martillo además del que te pillo que te pillo y perdone que esea tan mal poeta haciendo pareados. ¿Es usted el mas recalcitrantre de los ateos de su aldea y, por ello, el más reaccionario? ¡No se me ponga usted tan rojo de vergüenza! Cuando se quede usted a solas, sin ciudadano, pueblerino o aldeano que le quiera escuchar decir tantas sandeces sobre Dios y las varillas, vamos a ver a quién va a poder usted camelar con sus dialécticas machistas... porque, además, hay que añadir que hasta son ustedes machistas también. ¿Cuál es la veracidad de sus ideologías materialistas? Y mientras usted se apaña como pueda para demostrarme lo contrario ordene un poco sus ideas y a ver si, una vez completas y compuestas, me dice usted una oración sobre el materialismo ateo a ver si me convence. ¡Los verdaderos cristianos usamos la razón! ¿No sabía usted eso?
- Yo siempre he creído que sólo usaban la Fe. 
- Pues ya ve usted que a la Fe le añadimos la Razón, señor racionalista. Yo he visto a muchos ateos huir a toda leche de las manifestaciones en cuanto la tarde se ponía gris y los grises empezaban a repartir leches enteras y sin desnatar... y él sin embargo nunca hizo eso. Si se manifestaba se manifestaba y estaba en todas... ¿qué me dice ahora de lo que es un verdadero cristiano sea el color que sea en que se pone la tarde? No tarde usted demasiado en contestarme porque nos pueden dar la uvas.
- Yo... no tengo nada más que decir...
- ¿Descubre ya la enorme diferencia que hay entre él y ustedes?
- Abismal.
- Pues no. Usted, junto con los suyos, sigan siendo todo lo ateos materialistas y reaccionarios machistas que deseen... pero cuando se caiga en el abismo de la Nada no me llame a mí porque no podré ayudarle en nada y para nada. ¿Ha entendido ya cómo es él y lo que le diferencia a él de usted y los que son como usted? Él jamás dejaría caer a nadie en el abismo sin haber acudido a darle la mano... pero yo es que no soy él y no me da la real gana.
- Empiezo a comprender...
- ¿Qué empieza a comprender usted ahora si se puede saber?
- Nada. Iba a decir alguna tontería.
- Sí. Es usted demsiado tonto. Yo ahora empiezo a comprender que las coordenadas O.O pueden existir; lo cual ustedes los ateos niegan por completo porque son demasiado realistas. ¿No son ustedes tan realistas como dicen ser?
- Es que la realidad...
- ¿Qué es la realidad?
- Imposible. No puedo decir nada. ¡Me han pillado como a un conejo!
- ¿No le gustaba a usted cazar conejos? ¿Qué le ha sucedido? ¿Un conejo le ha cazado a usted?
 
El señor Bento vuelve a quedarse mudo...
 
- Ahora resulta que usted y los que son como usted estaban totalmente herrados... pero no con la e de error... sino con la h de herradura... porque más burros no lo pueden ser. Así que no lo digo por sus errores, que resultan bien visibles, sino por sus meteduras de patas. Mire lo que tengo aquí y ahora comprenderá por qué digo lo de las coordenadas 0.0 y las magnitudes 16.18.
 
El Director General del Centro Nacional de Inteligencia de Madrid saca del bolsillo interior de su chaqueta una hoja doblada, la desdobla y se la entrega al señor Bento. 
 
- Lea. Lea usted en voz bien alta y bien clara. 
- Pero... ¡si estamos los dos solos!
- Eso ya lo veremos al final. Además me apetece también escucharlo a mí porque a veces es bueno también aprender y yo, por supuesto, tengo cosas que aprender y necesito que me las repitan los demás para saberlas del todo. Así que lea en voz bien alta y bien clara. 
 
El señor Bento toma la hoja y lee sin darse cuenta de que toda su conversación está siendo grabada y escuchada por sus ex compañeros y ex compañeras del CNI.
 
- Todo lo que he vivido es nada comparado con todo lo que tengo todavía por vivir. La Eternidad siemrpe se viste de Tiempo. Una certidumbre única e inagotable es esto de permanecer infinitamente dentro de las horas de todos los relojes. Además, más allá de las fronteras, existe un horizonte universal. Vivimos completamente vívidos y presentes, tal como éramos en aquel pasado pluscuamperfecto. La perfección es un plus que nos añade Dios. A veces, la conjugación de los verbos es una expresividad que nos acerca a las costas de los Grandes Sueños en vez de enterrarnos en el fondo del mar. No hace falta ser Ulises u Odiseo para poder ser eternos. Si Alfonsina Storni lo hubiese comprendido a tiempo no habría cometido la fatal decisión de sumergirse viva hasta que el agua le rompió todas sus esperanzas y quedó convertida en esqueleto submarino. En mi memoria pongo algo más que mis recuerdos. En mi memoria pongo la vida. Existen largos caballeros que poetizan profetizando loas a las cenizas. Pero yo no soy igual. La única ceniza que conozco es la de mis cigarrillos encendidos que chisporrotean bajo la luz de la Luna. Y siempre soy yo rompiendo esquemas moribundos. Quizás es que ciertos largos caballeros no tienen más compañía que un vaso de alcohol sobre una barra. Pero las únicas barras que yo he conocido eran por ver qué había tras de ellas; en esas oscuridades en las que nunca tuve miedo de introducirme y que flota en las mentes de los agnósticos. ¿Sabéis, compañeros y compañeras del CNI, que había detrás de las barras y en medio de aquellas oscuridades? Sólo la desesperación de los que no creían en nada. A veces, algunos periodistas, que no eran como soy yo precisamente, agonizaban en medio de sus frustraciones personales. Menos mal que no les hice ni caso y seguí viviendo una vez que comprobé que aquellas oscuridades no me daban miedo. Y yo, ahora, sigo escribiendo solamente con las letras que componen el alfabeto español; porque estoy preparado para reflexionar lo suficientemente bien como para decir que un nuevo día es siempre un milagro. Y no me cansaré nunca de expresar y publicar esta Gran Verdad. Aquí estoy, otra vez luchando para poder dominar los agujeros musicales de las horas y para componer mi propia Canción a la Vida, como si los 60 tonos bravíos fueran los 60 minutos de cada hora. ¿Y qué son 60 tonos bravíos dentro de la esfera de un reloj cuando hablo, precisamente por eso, de que podemos ser solamente, Ella y Yo, dos jóvenes nada más? Dos jóvenes con futuro. Ella tiene solamente 16 años de edad y yo tengo, solamente, 18 años también de edad. Tanto en nuestras fiormas físicas como espirituales. Es el Milagro de la Transformación que nos regala Jesucristo. Somos los más común de la máxima expresividad humana a través de lo hablado, a través de lo escrito y a través de lo cantado; en definitiva, a través de lo soñado. Nuestra necesidad de reconocernos los unos a las otras y las otras a los unos nos hace ser signos, letras, palabras y sentimientos. ¿Y qué son 60 tonos bravíos en una hora del reloj de la Existencia? Absolutamente Todo. El pasado ya no existe porque todo lo tenemos que volver a vivir a través de los recuerdos para poder volver a empezar liberados ya de tanta esclavitud. Nos presentamos ante los demás, siempre en primera persona, porque la persona es siempre lo primero que hay que ser en la vida humana. Nuestros signos, nuestras letras, nuestras palabras y nuestro sentimientos son las esencias de los verbos que hablamos, escribimos y cantamos; los que nos hacen presentarnos ante los demás como Vida y no como Muerte. Con nuestros enunciados llenos de huellas registradas y en plena Liberación íntima, somos la alteridad y la alternativa de nuestros "yo" sujetos siempre como personas vivas. Una expresión hablada, escrita y cantada, de ser, ante todo, un viaje, un desafío a la imaginación, una especie de exploración por los parajes y los paisajes desconocidos de nuestra memoria que nos hace, de repente, ser seres reconocidos a través de lo que hablamos, a través de lo que escribimos y a través de lo que cantamos. No debemos construir nuestros mensajes con prejuicios pero somos una libre elección auténtica y natural proque no todo es relativo. Somos, tanto en lo físico como en lo espiritual, ese Milagro de la Transformación dentro del Tiempo. Efectivamente, la Voz es el origen. Oír la Voz de Ella en el interior de mi propia Voz. Ella y Yo unimos nuestras voces para ser como somos ante quienes nos quieran escuchar. Cero punto Cero. Volver a ser tal como éramos en plena juventud. Las coordenadas Cero punto Cero con las magnitudes 16.18: nuestro origen puro, natural, sano y selvático. Pero siendo totalmente humanos usando la Razón y la Fe al mismo tiempo. 
- ¿Qué le ha parecido, señor Bento?
- ¿De dónde ha sacado usted esto?
- De la propia carpeta de trabajos de Jota Jota. 
- ¿Cómo puede ser? Resulta casi imposible de creer. 
- Pero es tan real y verdadero como que existen. Si se da cuenta está escrita en un isntante y por eso está a mano y sin pasar por ninguna computadora. Lo dejó dentro de su carpeta de trabajos sin que ella se enterara. 
- ¿Ella? ¿Es que hay otra más?
- Se equivoca usted. Sólo hay una Ella y la otra ella es la chavala guapa que va a ocupar el puesto que usted va a dejar en el CNI. ¿Qué le parece, señor machista inteligente?
- ¡Asombroso! ¡Asombroso de verdad!
- ¿Comprende ya, de una vez por todas, por qué hice que formara usted parte del CNI para enfrentarse con Él?
- Ahora entiendo por qué se ha perdido en la selva. 
- Eso de que se ha perdido en la selva está todavía por ver si es verdad. La periodista Leda Melo de Carvalho le sigue esperando...
- ¡Eso sí que es sentir!
- Pues ya que habla de sentir... lo siento mucho señor Bento... así que... ¡hala, hala, váyase a tomar por saco y no vuelva usted más por aquí! ¡Y de paso le saluda usted a todas sus varillas de parte de Jota Jota y de parte mía! ¡A hacer puñetas! ¡Váyase y no vuelva nunca más al CNI porque una chavala guapa, usted que es tan machista que cree que todas son prostitutas cuando se deciden a invitar a bailar a un chaval, es la que ocupa su lugar! ¡Adiós, machista!. Y devuévame, por favor, la hoja... porque le pertenece a Él.
 
El señor Bento devuelve la hoja al Señor Director General del CNI, se dirige a la puerta, la abre con sumo cuidado y se pierde por el pasillo mientra el Señor Director General del CNI se acerca al mueble bar, se sirve un poco de ginebra y brinda...
 
- ¡Va por tí, Jota Jota, y por esa chavalilla de la que locamente te has enamorado! ¡A ver si vuelves pronto por aquí!.
 
 
 

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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Novela, cómic y guión literario de cine al mismo tiempo.

Palabras Clave: Literatura Novela Relatos Narrativa Cómic Guión Cine.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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