Luz Celeste (Novela - Cómic - Guión Cine) -109-
Publicado en Jan 07, 2013
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Sidrería Casa Mingo de Madrid... 

Carmen Vergara Ordóñez  y Nieves Sanchidrián Garcés han terminado de cenar y charlan amistosamente.
 
- ¿Por qué nos equivocamos tantas veces, Nieves?
- Porque debemos ser muy interesantes, Carmen.
- Eso es una contradicción completa.
- No es una contradicción. Observa cómo nos miran todos.
- Posiblemente sea cierto que somos interesantes... pero muy complejas...
- Sí. Pero precisamente por eso, por ser tan complejas, se nos escapó.
- ¿Quién se nos escapó?
- Sabes muy bien a quién me refiero.
- Resultó imposible. 
- Lo imposible forma parte de las naturalezas humanas.
- Pero él tiene que tener algo más en su interior.
- Totalmente de acuerdo contigo, Carmen. Él debe de tener algún Gran Sueño que nosotras no fuimos capaces de descubrir.
- Hace ya algunos minutos que estoy observando, a través de la ventana, a ese pequeño gorrión...
 - ¿Jota Jota es como un gorrión?
- Me refiero a ese gorrión que está buscando comida entre las mesas, Nieves.
- Pues yo diría que Jota Jota se le parece en algo.
- Exacto. Jota Jota es como un gorrión del Periodismo. Y eso que solamente está en Tercer Curso de la Facultad...
- Facultades tiene de sobra. Debe ser que lleva el Periodismo en la sangre desde que nació.
- Por eso no fuimos capaces de estar a su altura. 
- Vuela demasiado alto para ser solamente un simple gorrión.
- ¿Por qué nos equivocamos tanto, Nieves?
- ¿Vamos o no vamos a la fiesta de Oviedo?
- ¿A esa mascarada de lobos en manada deseando devorarnos  vivas? ¡Prefiero a un lobo solitario!
- ¡Dejemos ya de pensar en él! Ni tan siquiera sabemos si está vivo o está muerto.
- Sí. Además, si volviera por aquí, vendría ya sin corazón.
- ¿Qué sucedió, realmente, en la selva?
- Un lobo solitario siempre sobrevive... a no ser que le atrape una hembra caníbal...
- ¿Y cómo podemos saberlo?
- Ya no pienso más en eso. Ahora sólo quiero enamorarme otra vez de verdad, Nieves.
- La verdad es, a veces, la más hermosa de las mentiras.
- Eso suena a uno de los pensamientos de Jota Jota.
- Eso suena a que estoy pensando en Jota Jota Jota, Carmen. Pero... ¿vamos o no vamos a la macarrada mascarada de los lobos en manada?
- ¡No voy ni aunque me ofrecieran, a cambio de ello, el cargo de Jefa de Redacción del mejor periódico de España!
- Asi es este Mundo, Carmen. 
- ¡Pues no! Prefiero caminar por la orilla del rio para no terminar ahogada del todo.
- ¿Pedimos otra botella de sidra?
- ¿Para olvidar?
- No. Para recordar...
- ¿Cuántas veces habrá estado él aquí, sentado incluso en las mismas sillas en que estamos sentadas tú y yo, para poder recordar...
- Desde luego no es de los chicos que beben para olvidar. Me lo imagino aquí sentado, con algún amigo que otro y con varias chavalas guapas, riendo por nada y sonriendo por todo.
- Está bien, Nieves. ¡Camarero!
 
Se les acerca uno excesivamente bajito, moreno y con aspecto de impersonalidad. 
 
- ¿Desean algo, señoritas?
- ¿Cómo se llama usted?
- No seas indiscreta, Carmen...
- Es mi manera de ser y no voy a cambiarla por un renacuajo cualquiera.
- No se preocupe señorita... no es tan indiscreta por hacerme esa pregunta... yo soy muy servicial. Me llamo Mauricio Del Mar Guregui... pero me pueden llamar simplemente Mauri.
- ¿Mauritano quizás?
- ¡Pero Carmen! ¿Cómo va a ser mauritano si habla perfectamente el español?
- ¿Es que ningún mauritano puede hablar perfectamente el español?
- Pero éste no tiene pinta de ser muy inteligente.
- ¡Jajaja, Nieves! La verdad es que mirándole bien parece mudote del todo.
- ¿Pero no estás viendo que habla? ¿Cómo va a ser mudote, Carmen?
- En realidad mudote no quiere decir mudo. Es una palabra que oí en el aeropuerto de Quito.
- ¿Y qué quiere decir mudote?
- Algo así como palomino atontado. ¿Es usted quizás algún familiar de Héctor Del Mar?
- ¿Quién es Héctor Del Mar, señorita?

- Un comentarista deportivo argentino. Nada más y nada menos que "el hombre del gol". El que se hartó de contar la goleada que le metimos a los de Malta. Pero... ¿a usted le gusta el futbol?
- No, nada de nada. Por eso voy con el Real Madrid.
- ¡Ah, sí claro! ¡Se me olvidaba que quienes nos saben nada de fútbol se apuntan con los del Real Madrid! Como ocurre, según me contó una vez Jota Jota, con un tal Hernando Morena Espín. Por cierto... ¿conoce usted a ese tal Hernando que vive en esta misma calle?
- Mire, señorita... yo no quiero líos de familia...
- Pues eso. Hablando de familia... ¿es usted algún familiar de Héctor Del Mar?
- Le he visto y le he escuchado muchas veces pero no tengo nada que ver con él.Yo pertenezco a una familia de marineros a través de los tiempos.
- Se nota... se nota bastante...
- ¡No seas indiscreta, Carmen!
- ¡No discutan más por mi culpa, por favor, señoritas!
- ¿Discutir por culpa de usted? ¿Usted se cree tan importante como para que dos chavalas guapísimas discutamos por culpa de usted? ¡Bájese ya de la luna, so colgado! 
- Pero Carmen...
- ¡Ni peros ni peras! ¡Al olmo la olmedilla y al chopo la chopera! ¡Como Dios manda!
- ¡Dejenlo ya, señoritas! ¿En qué les puedo servir?
 
Es Carmen la que sigue llevando la voz cantante...
 
- ¿Un favor nosotras a usted con lo birrioso que es? ¿Está usted alucinando todavia o aún no se ha bajado del camello?
- No quiero discutir con usted señorita pero... mientras les sirvo la botella de sidra... ¿podrían simplemente hacerme un favor burocrático nada más?
- ¿Burocrático o burrocrítico?
- Pero Carmen...
- No se preocupe, señorita, no me ha molestado en absoluto lo que quiere ella dar a entender. 
- ¡Yo no quiero dar a entender nada más que usted se cree Robert Redford en sus años mozos o tal vez Alain Delon en su época infantil; porque yo, la verdad sea dicha, le miro y le veo bastante niñato, chato!
- Carmen, por favor...
- ¡Ni por favor ni por narices, Nieves! ¿Qué quiere usted de nosotras?
- Yo soy un proabortista y aprovecho mi oficio de camarero para recoger firmas a favor del aborto sin condiciones y cuando le de la real gana a las mujeres. ¡Aquí tienen la hoja de recogida de firmas!
 
Ante el silencio de Carmen y Nieves, Mauricio saca la hoja que lleva, doblada, dentro del bolsillo superior de su chaquetilla de camarero, la desdobla y se la entrega a Carmen. 
 
- Sólo tienen que poner sus nombres y sus dos apellidos y firmar. No les pido, para nada, nigún otro dato personal ni profesional.
 
Carmen Vergara Ordóñez toma la hoja y la desdobla. Todavía está totalmente en blanco porque nadie ha puesto sus datos en ella. 
 
- ¿Usted es gilipollas de nacimiento o gilipollas de profesión?
- Pero Carmen...
- ¡Ni peros ni perolas! ¿A usted le gusta vivir muy bien, verdad, sirviente?
- ¡Claro! ¡La vida me sirve para gozar de ella todo lo que pueda!
- Pues si le gusta tanto gozar de la vida debe saber, comprender y entender, que ha sido porque su madre decidió no abortar. Si tiene usted derecho a gozar de la vida... ¿por qué tiene tantos deseos de que otros u otras no gocen de ella poniéndose a favor de los asesinos que matan a los más inocentes de los seres humanos? Si su madre hubiera pensado tal como piensa usted... ¿en qué limbo estaría usted ahora viviendo en vez de gozar de la vida? ¡No te jode el menda éste! ¡Sirvanos la botella de sidra que le hemos pedido, que esté bien fresca, y váyase después a tomar el fresco a otra parte o a donde yo le diga. ¡Métase esta hoja por el trasero!
 
El camarero Mauricio Del Mar Guregui, temblando de pavor, coge la hoja y se la vuelve a meter en el bolsillo saliendo rápidamente hacia la barra del bar para escoger una botella de sidra bien fresca.
 
- Como te iba diciendo, Carmen... ¿nos animamos a ir a la fiesta de Oviedo sólo para mandarles a todos ellos a tomar por el trasero?
- ¡Ni hablar! ¡Esa camada de lobos hambrientos no se merecen ni el más mínimo de nuestros pensamientos!
- Pensar, Carmen... lo que nos sucede a ti y a mí es que pensamos demasiado...
- Demasiado tarde querrás decir...
- ¿Estás pensando en alguien? 
- Sí. En alguien que me dio a entender que es mucho más sabia una simple sonrisa sincera que millones de carcajadas falsas.
- ¿Cuál es la verdad de Jota Jota?
- Algo que vi con mis propios ojos.
- Así que quieres decir que Jota Jota conoció a alguien en la selva... ¿no es cierto?
- En lo relativo a Jota Jota ya no sé lo que es cierto o no es cierto. 
- Pero... ¿qué viste en realidad?
 
El camarero trae la botella, la abre y se marcha a toda velocidad.
 
- Podría haber sido un espejismo si hubiésemos estado en un desierto pero estuvimos en una selva y no era un espejismo sino una virgen realidad.
- ¿A quién te refieres?
- A una hembra como no he visto otra jamás de lo monumental que estaba y con los ojos más bellos que un verdadero hombre pueda soñar. 
- ¿No la viste el rostro? Quizás podríamos imaginar su naturaleza si me detallaras su rostro.
- Imposible. Llevaba una máscara que le tapaba toda la cabeza, excepto los ojos y el cabello. Esos ojos y ese cabello son para volver loco a cualquiera. Ningún hombre o mujer la podría olvidar de verle el rostro...
- Entonces olvidemos nosotras.
 
Nieves escancía sidra en los dos vasos y ambas se disponen a brindar mientra el humilde gorrión sigue buscando comida entre las mesas ya abandonadas por los clientes de la sidrería Casa Mingo que estaban cenando en la acera.
 
- Brindemos para recordar. 
-.No, Nieves. Ni para recordar ni para olvidar. Sólo cantemos las dos. 
- ¿Y qué cantamos?
- Lo del hijo de la Asunción...
- ¡Jajajajaja! ¿Quieres que cantemos a dúo las dos?
- Eso. En honor de nuestro compañero Oviedo y su camada de lobos hambrientos. 
 
Las dos levantan sus vasos y cantan al unísono...
 
-  El vino que vende Asunción, ni es blanco, ni es tinto, ni tiene color. ¡Asunción!, ¡Asunción!
échale más vino al porrón. ¡Asunción!, ¡Asunción! échale más vino al porrón. El hijo que tiene Asunció, ni fuma, ni bebe, ni juega al balón. ¡Asunción!, ¡Asunción, ese hijo será marinero!
!Asunción!, !Asunción ese hijo será marienro! El hijo que tiene Asunción, ni fuma. ni bebe,  ni juega al balón. ¡Asunción!, ¡Asunción, ese hijo será maricón! 
- ¡Va por nuestro compañero Oviedo y los que son como nuestro compañero Oviedo, Nieves!
- ¡Va por todos ellos juntos!
 
Y las dos beben de un solo trago la pequeña cantidad de sidra que tienen en sus vaso mientras el humilde gorrión eleva el vuelo hacia las ramas del árbol más cercano, la luna brilla con una luz intensa y una estrella fugaz cruza, rauda, por el cielo.
 


 
 
 
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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Novela, Cómic y Guión literario de cine al mismo tiempo.

Palabras Clave: Literatura Novela Relatos Narrativa Cómic Guión Cine.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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